Los ataques que a diario, en todo el mundo, se realizan en contra de la naturaleza: deforestación, contaminación del aire y del agua, ataque a la capa de ozono, matanza indiscriminada de numerosas especies de animales, etc., ponen a la humanidad ante el problema de su propia supervivencia. Sin embargo todo lo que se hace para corregir estos desafueros marcha a un ritmo demasiado lento si se le compara con los daños producidos.
Los pueblos ricos que se benefician del desarrollo económico incontrolado, no están dispuestos a sacrificar sus ganancias y, por consiguiente, cuando se resuelven a hacer cambios, ya es muy grande el daño ocasionado. Por otra parte la humanidad no quiere defender la naturaleza, y con ello. Pone en grave riesgo el futuro de generaciones enteras. En estas circunstancias ¿cómo favorecer la conciencia crítica de los ciudadanos a favor de la naturaleza cuando los poderes económicos se benefician con la explotación indiscriminada que de ella hacen? ¿Cómo formar una opinión pública que reconozca que es necesario hacer sacrificios para darle un giro favorable a esta situación? ¿Cómo hacer para que la ciencia y la técnica aseguren el nivel de vida pero sin destruir la naturaleza?
Es necesario que por un instante nos pongamos a pensar cómo va a reaccionar la naturaleza si las cosas siguen como están o empeoran. Recordemos cómo la naturaleza, poco a poco, ha ido cobrando, una por una, todas las arbitrariedades que el hombre ha estado cometiendo en su contra. Las avalanchas que han cobrado vidas en nuestro país, por poner un sólo ejemplo, muchas han sido ocasionadas por la erosión creada por el hombre con la deforestación.
Para encontrar una verdadera solución a este problema es necesario que todos, sin excepción, asumamos este problema como algo prioritario. Debemos iniciar la acción nosotros mismos, comenzando por las cosas más pequeñas. Para reflexionar, piensa en algo muy sencillo: ¿eres tú de aquellos que arrojan basuras y desperdicios a las calles y sitios públicos? ¿Serías capaz de dejar de hacerlo a partir de hoy?
Los pueblos ricos que se benefician del desarrollo económico incontrolado, no están dispuestos a sacrificar sus ganancias y, por consiguiente, cuando se resuelven a hacer cambios, ya es muy grande el daño ocasionado. Por otra parte la humanidad no quiere defender la naturaleza, y con ello. Pone en grave riesgo el futuro de generaciones enteras. En estas circunstancias ¿cómo favorecer la conciencia crítica de los ciudadanos a favor de la naturaleza cuando los poderes económicos se benefician con la explotación indiscriminada que de ella hacen? ¿Cómo formar una opinión pública que reconozca que es necesario hacer sacrificios para darle un giro favorable a esta situación? ¿Cómo hacer para que la ciencia y la técnica aseguren el nivel de vida pero sin destruir la naturaleza?
Es necesario que por un instante nos pongamos a pensar cómo va a reaccionar la naturaleza si las cosas siguen como están o empeoran. Recordemos cómo la naturaleza, poco a poco, ha ido cobrando, una por una, todas las arbitrariedades que el hombre ha estado cometiendo en su contra. Las avalanchas que han cobrado vidas en nuestro país, por poner un sólo ejemplo, muchas han sido ocasionadas por la erosión creada por el hombre con la deforestación.
Para encontrar una verdadera solución a este problema es necesario que todos, sin excepción, asumamos este problema como algo prioritario. Debemos iniciar la acción nosotros mismos, comenzando por las cosas más pequeñas. Para reflexionar, piensa en algo muy sencillo: ¿eres tú de aquellos que arrojan basuras y desperdicios a las calles y sitios públicos? ¿Serías capaz de dejar de hacerlo a partir de hoy?
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