SER DE DIOS, ¿EXISTE UNA ALEGRÍA MÁS GRANDE?
Su mujer no lo podía creer, el mismo hombre que tantes veces le había hecho sufrir, el mismo al que estuvo a punto de abandonar, estaba ahí, junto a ella, en medio de un concierto de música católica, pidiéndole perdón por su vida pasada y prometiéndole una nueva vida, un nuevo matrimonio.
Su mujer no lo podía creer, el mismo hombre que tantes veces le había hecho sufrir, el mismo al que estuvo a punto de abandonar, estaba ahí, junto a ella, en medio de un concierto de música católica, pidiéndole perdón por su vida pasada y prometiéndole una nueva vida, un nuevo matrimonio.
Su nombre es Armando Llinás Payares, un hombre normal, taxista, casado y padre de siete hijos. Actualmente es coordinador de Asambleas Familiares en el sector 3 de san Germán, su unidad pastoral y es uno de esos creyentes que viven su fe al máximo.
Armando es nuestro "Rostro de la misión" invitado para esta edición. Sobre su vida podemos decir que, hasta hace 10 años, no era muy diferente a la de tantas personas que aún siendo católicas, desconocen totalmente su iglesia y su fe. Para cuando Armando inició su proceso de conversión, su vida estaba destruida: a punto de perder su familia. Un día, por sugerencia de un amigo, sintonizó la emisora Minuto de Dios y lo que en ese momento escuchó le ayudó a decidirse por un cambio total de vida.
Sin que su esposa lo supiera, fue acercándose poco a poco a la iglesia: confesó sus pecados, empezó a asistir a la Eucaristía, a grupos de oración, a jornadas de ayuno, hasta que un día invitó a su esposa a una fiesta de la que su esposa no tenía la más remota idea. La fiesta resultó ser un concierto de música católica, en la que Armando quiso mostrarle lo que había pasado con su vida en los últimos meses.
Hoy, después de 10 años, son un matrimonio comprometido con la obra de la evangelización y se han convertido en un signo de lo mucho que Dios puede hacer en la vida de quien escucha su voz y le abre la puerta de su vida.
felicitaciones asi es DIOS nos va moldeando el es el que nos llama y nos hace sus hijos predilectos gracias a EL
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