jueves, febrero 08, 2007

¿POR QUÉ CANTAMOS EN LA CELEBRACIÓN LITÚRGICA?

Por: ÁNGELA MARÍN NIEBLES
Directora del Coro Arquidiocesano
anjemani@yahoo.com

La música es muy importante en la celebración litúrgica; gracias a ésta la Palabra de Dios puede ser anunciada y vivida fomentando la devoción de la asamblea, de igual manera la prepara y dispone para degustar con mayor facilidad los frutos de la gracia del Señor, manifestados en el misterio que se celebra.

Por lo anterior, el canto no es un accesorio para el cristiano, es un acto íntimamente ligado a la celebración eucarística. Te has preguntado alguna vez: ¿Por qué cantamos en la celebración litúrgica? ¿Por qué durante los últimos años se ha estado hablando sobre la música litúrgica? En este artículo entregaremos algunas razones.

* El canto ayuda expresar los sentimientos
¿Cuántos de nosotros hemos sido tocados por Dios por medio del canto?, ¿cuántos nos hemos sentido fortalecidos por las palabras de una canción?, ¿cuántos hemos podido abrir nuestro corazón al Señor al escuchar una melodía ungida? Definitivamente el canto ayuda a expresar los sentimientos más íntimos del ser humano, por lo tanto en la celebración litúrgica esta cualidad tan especial es de gran valor.

* El canto nos une como comunidad
¿Qué pasaría si cantáramos simultáneamente el “Cumpleaños Feliz”, pero con distintas versiones en una reunión familiar? Pues simplemente no habría unidad, no podríamos expresar nuestra alegría en conjunto, ni nuestro sentimiento grupal. Las comunidades se unen mediante la práctica del canto (equipos deportivos, grupos de trabajo, soldados, entre otros) y se mantienen firmes gracias a esta vivencia.

* El canto hace fiesta
Durante la Eucaristía el canto favorece la creación de un clima festivo y solemne, pero nuestros corazones deben estar dispuestos a recibirlo, porque si no vivimos el misterio maravilloso que se está celebrando una música lenta nos parecerá triste y aburrida y dependeremos de la música fuerte y rítmica para sentir algo en la celebración. Esto es muy triste para Jesús porque pareciera que su sola presencia no fuera suficiente para sentirnos alegres.

* El canto cumple una función ministerial
El canto está al servicio de la liturgia y no al revés, por eso éste debe estar acorde a los diferentes momentos de la celebración.

Ahora bien, al haber dado algunos motivos por los cuales el canto es muy apreciado en la celebración litúrgica, es posible que nos preguntemos qué clase de música se puede entonar en la Liturgia. Existen tres clases de música: la profana, la religiosa y la sagrada (en latín, música sacra). De estas tres sólo la última se utiliza en la celebración, por eso recibe también el nombre de “música litúrgica”. Ampliemos un poco al respecto.

1. Música Profana: Esta clase de música es aquella que se pone al servicio del sentimiento humano, ya sea para ser escuchada o danzada. No debe entrar a la celebración por diversos motivos:

* Su extensión. Beethoven escribió un “Señor, ten piedad” que mantiene el texto litúrgico pero que dura nueve minutos. En la actualidad, si se interpreta esta pieza en una misa se pierde completamente el momento.

* La temática. Amor entre esposo y esposa, amor a la patria, amor a la naturaleza, vivencias personales, etc. Es muy utilizada la canción “Amor eterno” en una misa con los difuntos o en unas exequias. La liturgia en ninguna parte tiene este texto escrito; entonces es claro que no se puede utilizar. Recordemos: SE CANTA LA MISA, NO SE CANTA EN LA MISA. No se debe dar un concierto dentro de la misa añadiendo canciones que nada tienen que hacer allí.

* El ritmo. Hay ritmos que nos ayudan a confesar nuestra fe por medio del canto, pero hay otros que al ser muy rítmicos (invitando a la danza y al movimiento) nos sacan de la celebración. La Iglesia no rechaza ningún género musical, pero hay algunos ritmos que no nos invitan a vivir el misterio que se está celebrando. Debemos tener plena conciencia del momento de la Eucaristía y escoger el ritmo que vaya totalmente acorde a ésta. No nos imaginamos, por muy festivo que sea la aclamación del Santo, entonarlo a ritmo de Reggeaton o de Champeta, sabiendo que la mayoría de estas canciones tienen temas ofensivos. No podemos alabar a Dios con este tipo de ritmos igualándolo a lo popular.

2. Música Religiosa: La música religiosa ha sido escrita para Dios pero no se basa en los textos que tiene nuestra liturgia. Volviendo a tomar el ejemplo del “Señor, ten piedad”, éste tiene una estructura: Señor, ten piedad; Cristo, ten piedad; Señor, ten piedad. En ninguna parte dice: Hoy perdóname, hoy por siempre, o... Lávame con su Sangre... Estas melodías son religiosas pero no litúrgicas, porque no se basan en la liturgia.

3. Música Litúrgica o Música Sacra: Es aquella que utiliza las palabras de nuestra liturgia católica para colocarlas de manera cantada, bien podrían ser recitadas, pero son realzadas al ser entonadas por medio del canto. Es original en música, porque el Espíritu Santo es capaz de inspirar música nueva para el Señor. En cuanto al texto, es basada en la liturgia misma (las celebraciones litúrgicas utilizan textos sacados de la Biblia -Salmos- y otros construidos por la Iglesia Católica -el himno del Gloria-) La música litúrgica tiene la siguientes cualidades:

* Es Santa. Porque es dirigida a un Dios que es Santo.
* Es bella en su composición. Para Dios lo mejor, nada menos.
* Posee calidad de texto. Nuestra liturgia ha sido bellamente instituida por Jesucristo, y sus palabras son las mejores para utilizar.

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