PARA DESCUBRIRNOS DISCÍPULOS Y MISIONEROS
Del 13 al 31 de mayo, más que los ojos de la prensa mundial, sería conveniente que la mirada atenta de católicos y hombres de buena voluntad esté fijada en el Santuario de Aparecida, Brasil, pues allí sucederá el acontecimiento eclesial más importante de este inicio de milenio para América Latina.
Cuando usted, amigo lector, tenga entre sus manos este ejemplar de Kairós, lo más probable es que la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe esté iniciando sus jornadas de reflexión y deliberación con la presencia –en la sesión inaugural del 13 de mayo- del Papa Benedicto XVI, quien es consciente que en este continente “vive casi la mitad de los católicos del mundo entero, muchos de los cuales son jóvenes.”
CAMINO RECORRIDO POR LA V CONFERENCIA
En el año 2001, durante la XVI Asamblea Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano –CELAM-, los presidentes y los delegados de las Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe decidieron pedirle al Papa Juan Pablo II que considerara la convocación de una nueva Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, solicitud que fue aprobada por el Santo Padre.
Se inició entonces un tiempo de preparación con un análisis de la realidad latinoamericana y, por supuesto, de la incidencia de la Iglesia en esa realidad, estableciendo así desafíos que a ella –la Iglesia- le plantean su propia realidad y la realidad actual de nuestros países y de nuestro tiempo. Desafíos que marcan nuestra vida personal, familiar, pastoral, comunitaria y social.
“Queremos desplegar, con la ayuda de Dios, toda la riqueza del encuentro con Jesucristo para formar los discípulos y misioneros suyos, cuya vocación es configurarse con Él, construir la comunión y evangelizar”. A esta conclusión unánime llegaron los primeros impulsores de la V Conferencia.
Por eso, después de recoger de todas las conferencias episcopales valiosas proposiciones, dadas ya sea personalmente, en reuniones regionales, en reuniones del CELAM y a través de las mismas conferencias episcopales que las recopilaron de las iglesias particulares, se propuso al Papa Benedicto XVI el siguiente temario: “Por el encuentro con Jesucristo, discípulos y misioneros en la comunión de la Iglesia Católica, al inicio del tercer milenio, para que nuestros pueblos tengan vida”.
Su Santidad Benedicto XVI, pocas semanas después de haber iniciado su pontificado (en 2005), se declaró plenamente de acuerdo con la celebración de esta Conferencia General, para la cual propuso el siguiente tema: Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Juan 14, 6). Nos invita así el Santo Padre a descubrirnos discípulos y misioneros de Cristo cuando nuestro testimonio y nuestra misión evangelizadora se realiza verdaderamente por Él, con Él y en Él, que es nuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida.
Todo este proceso preparatorio de seis años se afianzará mediante la “Gran Misión en América Latina y el Caribe” que los Obispos desean convocar en la V Conferencia General que se desarrolla en Brasil, a fin de que nuestra Iglesia tenga realmente ardor misionero.
SÍNTESIS
Como resultado de un intenso trabajo de síntesis de los aportes anteriormente citados, el CELAM presenta el trabajo "Síntesis de los aportes recibidos para la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano", documento que acompañará el trabajo de los Obispos reunidos en Aparecida. La "Síntesis" consta de una introducción, tres capítulos generales y las conclusiones.
La introducción explica el gran camino emprendido en América desde la llegada de la fe. El primer capítulo, "Miramos a nuestros pueblos a la luz del proyecto del Padre", expresa el amor de Dios por el pueblo latinoamericano, un amor que pese a su inmensidad se ha desvirtuado por el pecado del hombre. Esta realidad del pecado se refleja en América en recientes desafíos y en fenómenos como el impacto de la globalización, la hegemonía del factor económico y tecno-científico, la crisis de la familia y la cultura. Este capítulo ahonda sobre el papel de la Iglesia, una Iglesia que aunque cuestionada y con deficiencias por corregir también tiene una rica vitalidad.
El segundo capítulo de "Síntesis" es: "Jesucristo, fuente de vida digna y plena"; expresa la importancia de Jesús que revela el Reino de su Padre y el Misterio Pascual, fuente de vida nueva. Y el último capítulo, "El Espíritu nos impulsa a ser discípulos y misioneros", expresa la coherente respuesta del hombre que, consciente de su crisis, se encuentra con Dios y lo anuncia reverentemente a sus hermanos; este capítulo resalta las diferentes espiritualidades presentes en América Latina y su trabajo por la construcción del Reino de Dios, desde el ámbito personal, familiar, social y cultural.
LOS CONFLICTOS DE COLOMBIA, PRESENTES EN LA V CONFERENCIA
El cambio cultural y la paz son dos de los temas centrales que presentará la delegación de la Iglesia colombiana en la V Conferencia.
El Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia –CEC- y Arzobispo de Tunja, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, ha dicho que el país “tiene una experiencia muy grande en términos de trabajo por la paz. Quiere presentarla y espera solidaridad del continente para salir adelante en este conflicto que nos agobia”. Monseñor Castro Quiroga aseguró que otro de los temas centrales de la delegación que él encabezará, es “el cambio cultural que está teniendo lugar en Colombia y en el continente. Un cambio profundo que nos exige examinarnos”.
“La Conferencia de Aparecida es muy importante y muy oportuna... Se está pasando de una época a otra. Es una nueva época que exige revisar cuál debe ser el nuevo cristiano, el nuevo sacerdote, el nuevo obispo, el nuevo religioso para esa nueva época”, enfatizó el Presidente de la CEC. “El gran tema de la V Conferencia es discípulos y misioneros de Cristo. Se trata de cómo lograr que un cristiano latinoamericano tenga conciencia de su identidad y coloque esa identidad al servicio de la vida, el progreso, el desarrollo, de todo lo que significa vivir bien. Uno de los elementos importantes hoy en el continente es el ecumenismo, por eso se han invitado delegados de otras denominaciones. Ellos darán su aporte y los escucharemos con mucho cuidado e interés. Todo eso servirá para que vayamos avanzando hacia esa unidad... Una unidad en la gran diversidad que hay en el mundo hoy, pero a fin de cuentas comunión real”, dijo el presidente de la CEC.
El Cardenal Primado de Colombia, monseñor Pedro Rubiano, por su investidura, y el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis Augusto Castro, por su cargo, encabezan la delegación colombiana.
Según el número de miembros del Episcopado Colombiano, nuestro país debe estar representado por 11 obispos que fueron elegidos por votación secreta de los mismos prelados. Estos son: los Arzobispos de Barranquilla, Cartagena, Ibagué y Popayán; el Obispo Castrense; los obispos de Cúcuta, Barrancabermeja, Tibú, Sonsón-Rionegro, Socorro y San Gil, y el Obispo Auxiliar de Bogotá. Además, el Santo Padre invitó a un obispo más, monseñor Octavio Ruiz, Arzobispo de Villavicencio. Igualmente asisten por invitación de Benedicto XVI los doctores Guillermo León Escobar e Ilva Miryam Hoyos, y la Superiora General de las Hermanas Lauritas. Ya en Brasil, se unirán a la comitiva los dos cardenales colombianos residentes en Roma, monseñor Darío Castrillón Hoyos y monseñor Alfonso López Trujillo.
Que en este mes, en el que rezamos de manera especial el santo rosario, a nuestras intenciones particulares sumemos todas aquellas que surjan en nuestro corazón en torno a la V Conferencia. Ninguna oración estará de más.
ARZOBISPO DE BARRANQUILLA EN LA V CONFERENCIA DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE
Nuestro Arzobispo, monseñor Rubén Salazar Gómez, hace parte de los obispos colombianos que participan en la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe.
Sobre la importancia de esta V Conferencia, el Arzobispo de Barranquilla afirma: “El tema objeto de esta conferencia general –en sus diferentes elementos- es de enorme trascendencia tanto para la Iglesia que peregrina en estas tierras como para nuestros pueblos, en donde la Iglesia Católica es la madre y maestra de las mayorías de la población y juega, por lo tanto, un papel importante en la orientación de los procesos históricos. Y –sin ninguna exageración- podemos afirmar que lo es también para la Iglesia universal. Como Juan Pablo II lo afirmó en repetidas ocasiones –y lo ratifica ahora Benedicto XVI con su presencia- la Iglesia que peregrina en esta región es la “Iglesia de la esperanza”. Somos pueblos jóvenes en donde vive casi la mitad de los católicos del mundo. Por esto, lo que ocurra aquí en el campo de la evangelización repercute también en el resto de la Iglesia”.
Del 13 al 31 de mayo, más que los ojos de la prensa mundial, sería conveniente que la mirada atenta de católicos y hombres de buena voluntad esté fijada en el Santuario de Aparecida, Brasil, pues allí sucederá el acontecimiento eclesial más importante de este inicio de milenio para América Latina.
Cuando usted, amigo lector, tenga entre sus manos este ejemplar de Kairós, lo más probable es que la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe esté iniciando sus jornadas de reflexión y deliberación con la presencia –en la sesión inaugural del 13 de mayo- del Papa Benedicto XVI, quien es consciente que en este continente “vive casi la mitad de los católicos del mundo entero, muchos de los cuales son jóvenes.”
CAMINO RECORRIDO POR LA V CONFERENCIA
En el año 2001, durante la XVI Asamblea Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano –CELAM-, los presidentes y los delegados de las Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe decidieron pedirle al Papa Juan Pablo II que considerara la convocación de una nueva Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, solicitud que fue aprobada por el Santo Padre.
Se inició entonces un tiempo de preparación con un análisis de la realidad latinoamericana y, por supuesto, de la incidencia de la Iglesia en esa realidad, estableciendo así desafíos que a ella –la Iglesia- le plantean su propia realidad y la realidad actual de nuestros países y de nuestro tiempo. Desafíos que marcan nuestra vida personal, familiar, pastoral, comunitaria y social.
“Queremos desplegar, con la ayuda de Dios, toda la riqueza del encuentro con Jesucristo para formar los discípulos y misioneros suyos, cuya vocación es configurarse con Él, construir la comunión y evangelizar”. A esta conclusión unánime llegaron los primeros impulsores de la V Conferencia.
Por eso, después de recoger de todas las conferencias episcopales valiosas proposiciones, dadas ya sea personalmente, en reuniones regionales, en reuniones del CELAM y a través de las mismas conferencias episcopales que las recopilaron de las iglesias particulares, se propuso al Papa Benedicto XVI el siguiente temario: “Por el encuentro con Jesucristo, discípulos y misioneros en la comunión de la Iglesia Católica, al inicio del tercer milenio, para que nuestros pueblos tengan vida”.
Su Santidad Benedicto XVI, pocas semanas después de haber iniciado su pontificado (en 2005), se declaró plenamente de acuerdo con la celebración de esta Conferencia General, para la cual propuso el siguiente tema: Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Juan 14, 6). Nos invita así el Santo Padre a descubrirnos discípulos y misioneros de Cristo cuando nuestro testimonio y nuestra misión evangelizadora se realiza verdaderamente por Él, con Él y en Él, que es nuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida.
Todo este proceso preparatorio de seis años se afianzará mediante la “Gran Misión en América Latina y el Caribe” que los Obispos desean convocar en la V Conferencia General que se desarrolla en Brasil, a fin de que nuestra Iglesia tenga realmente ardor misionero.
SÍNTESIS
Como resultado de un intenso trabajo de síntesis de los aportes anteriormente citados, el CELAM presenta el trabajo "Síntesis de los aportes recibidos para la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano", documento que acompañará el trabajo de los Obispos reunidos en Aparecida. La "Síntesis" consta de una introducción, tres capítulos generales y las conclusiones.
La introducción explica el gran camino emprendido en América desde la llegada de la fe. El primer capítulo, "Miramos a nuestros pueblos a la luz del proyecto del Padre", expresa el amor de Dios por el pueblo latinoamericano, un amor que pese a su inmensidad se ha desvirtuado por el pecado del hombre. Esta realidad del pecado se refleja en América en recientes desafíos y en fenómenos como el impacto de la globalización, la hegemonía del factor económico y tecno-científico, la crisis de la familia y la cultura. Este capítulo ahonda sobre el papel de la Iglesia, una Iglesia que aunque cuestionada y con deficiencias por corregir también tiene una rica vitalidad.
El segundo capítulo de "Síntesis" es: "Jesucristo, fuente de vida digna y plena"; expresa la importancia de Jesús que revela el Reino de su Padre y el Misterio Pascual, fuente de vida nueva. Y el último capítulo, "El Espíritu nos impulsa a ser discípulos y misioneros", expresa la coherente respuesta del hombre que, consciente de su crisis, se encuentra con Dios y lo anuncia reverentemente a sus hermanos; este capítulo resalta las diferentes espiritualidades presentes en América Latina y su trabajo por la construcción del Reino de Dios, desde el ámbito personal, familiar, social y cultural.
LOS CONFLICTOS DE COLOMBIA, PRESENTES EN LA V CONFERENCIA
El cambio cultural y la paz son dos de los temas centrales que presentará la delegación de la Iglesia colombiana en la V Conferencia.
El Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia –CEC- y Arzobispo de Tunja, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, ha dicho que el país “tiene una experiencia muy grande en términos de trabajo por la paz. Quiere presentarla y espera solidaridad del continente para salir adelante en este conflicto que nos agobia”. Monseñor Castro Quiroga aseguró que otro de los temas centrales de la delegación que él encabezará, es “el cambio cultural que está teniendo lugar en Colombia y en el continente. Un cambio profundo que nos exige examinarnos”.
“La Conferencia de Aparecida es muy importante y muy oportuna... Se está pasando de una época a otra. Es una nueva época que exige revisar cuál debe ser el nuevo cristiano, el nuevo sacerdote, el nuevo obispo, el nuevo religioso para esa nueva época”, enfatizó el Presidente de la CEC. “El gran tema de la V Conferencia es discípulos y misioneros de Cristo. Se trata de cómo lograr que un cristiano latinoamericano tenga conciencia de su identidad y coloque esa identidad al servicio de la vida, el progreso, el desarrollo, de todo lo que significa vivir bien. Uno de los elementos importantes hoy en el continente es el ecumenismo, por eso se han invitado delegados de otras denominaciones. Ellos darán su aporte y los escucharemos con mucho cuidado e interés. Todo eso servirá para que vayamos avanzando hacia esa unidad... Una unidad en la gran diversidad que hay en el mundo hoy, pero a fin de cuentas comunión real”, dijo el presidente de la CEC.
El Cardenal Primado de Colombia, monseñor Pedro Rubiano, por su investidura, y el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis Augusto Castro, por su cargo, encabezan la delegación colombiana.
Según el número de miembros del Episcopado Colombiano, nuestro país debe estar representado por 11 obispos que fueron elegidos por votación secreta de los mismos prelados. Estos son: los Arzobispos de Barranquilla, Cartagena, Ibagué y Popayán; el Obispo Castrense; los obispos de Cúcuta, Barrancabermeja, Tibú, Sonsón-Rionegro, Socorro y San Gil, y el Obispo Auxiliar de Bogotá. Además, el Santo Padre invitó a un obispo más, monseñor Octavio Ruiz, Arzobispo de Villavicencio. Igualmente asisten por invitación de Benedicto XVI los doctores Guillermo León Escobar e Ilva Miryam Hoyos, y la Superiora General de las Hermanas Lauritas. Ya en Brasil, se unirán a la comitiva los dos cardenales colombianos residentes en Roma, monseñor Darío Castrillón Hoyos y monseñor Alfonso López Trujillo.
Que en este mes, en el que rezamos de manera especial el santo rosario, a nuestras intenciones particulares sumemos todas aquellas que surjan en nuestro corazón en torno a la V Conferencia. Ninguna oración estará de más.
ARZOBISPO DE BARRANQUILLA EN LA V CONFERENCIA DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE
Nuestro Arzobispo, monseñor Rubén Salazar Gómez, hace parte de los obispos colombianos que participan en la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe.
Sobre la importancia de esta V Conferencia, el Arzobispo de Barranquilla afirma: “El tema objeto de esta conferencia general –en sus diferentes elementos- es de enorme trascendencia tanto para la Iglesia que peregrina en estas tierras como para nuestros pueblos, en donde la Iglesia Católica es la madre y maestra de las mayorías de la población y juega, por lo tanto, un papel importante en la orientación de los procesos históricos. Y –sin ninguna exageración- podemos afirmar que lo es también para la Iglesia universal. Como Juan Pablo II lo afirmó en repetidas ocasiones –y lo ratifica ahora Benedicto XVI con su presencia- la Iglesia que peregrina en esta región es la “Iglesia de la esperanza”. Somos pueblos jóvenes en donde vive casi la mitad de los católicos del mundo. Por esto, lo que ocurra aquí en el campo de la evangelización repercute también en el resto de la Iglesia”.
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