viernes, agosto 24, 2007

EDITORIAL

¿INFORMAR O DEFORMAR?

Diariamente los hogares se ven invadidos por los diferentes acontecimientos que se dan en el mundo. A veces, se reciben con crudeza y hostilidad; en algunos casos, el impacto de las noticias ocasiona miedo y preocupación; en otros, tal vez, ya se ha hecho común el juego de sangre que no intranquiliza, sino que espera un acontecimiento más crudo y violento.

Así, prensa, radio y televisión alimentan nuestros sentidos resaltando, en la mayoría de las veces, las noticias más negativas que van desde robos menores hasta malas administraciones en las diversas entidades gubernamentales, delincuencia común, delincuencia organizada y violencia intrafamiliar. Pero, ¿por qué esta situación? En la actualidad los medios se han dejado manchar por el sensacionalismo. Los intentos por llamar la atención han llevado a mostrar lo morboso, lo impactante, lo ficticio, corriendo el riesgo de alejarse del oficio del buen comunicar. Como resulta llamativo y atrayente, la sociedad ha aprendido a vivir con semejantes espectáculos. Ha adquirido y asumido los valores sensacionalistas: superficialidad, vanidad, apariencia, entre otros.

No está demás decir que en muchas ocasiones se percibe que nos hemos olvidado del dolor y la tragedia del ser humano, que existen verdades que son de interés de la comunidad, pero también hay otros espacios que corresponden a lo sagrado de la intimidad, que interesan sólo a la persona. Sin embargo, el afán de vender y no de formar e informar lleva a muchos a olvidar que la pedagogía de la información está en el análisis de la verdad, el discernimiento, la investigación seria y responsable sin tratar de polemizar y, mucho menos, para señalar o juzgar.

Vale la pena destacar que no son todos los medios los que se inclinan a distorsionar la verdad, maximizándola o minimizándola, aunque la tentación es latente. Es importante alzar la voz de alerta para prevenir, tratando de no caer en esa competencia de quién informa con más crudeza y crueldad. Aunque pasen muchas cosas negativas, con seguridad hay muchos acontecimientos positivos que llaman la atención, pero, por el miedo de muchos a perder la popularidad, no se promocionan ni se publican y se ven ahogados por los titulares de oscuridad.

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