viernes, agosto 24, 2007

SUCEDIO LO QUE MENOS SE ESPERABA

En este año jubilar muchos atlanticenses se unieron una vez más a la Catedratón. Gracias a sus esfuerzos, pronto, varias de las zonas más pobres de nuestro departamento contarán con un templo. Un templo para escuchar la Palabra y celebrar los sacramentos, un templo para alabar y bendecir al Señor, un templo para compartir en fraternidad.

El pasado 5 de agosto, después de mucha preparación se llevó a cabo en el Teatro Municipal Amira De la Rosa la cuarta versión de la Catedratón. A ritmo de chandé iniciamos esta jornada cantando "Unidos de corazón", tema oficial de este evento y con el que expresamos el gran deseo de apoyar esta gran misión: conseguir los fondos suficientes para la construcción de 12 templos en las zonas más vulnerables del Departamento del Atlántico y continuar, por supuesto, con la refacción de nuestra Catedral Metropolitana María Reina.

Fue grandioso ver cómo más de mil personas se unieron a esta noble causa, dando su carisma, amor y entrega en la obra del Señor. La Catedratón cada año mueve más corazones, no sólo de los atlanticenses, sino de todos los católicos del mundo, quienes se motivan a apoyar a esta iglesia particular al conocer el objetivo de esta obra. Efectivamente, la Catedratón se ha convertido para los fieles del Atlántico en un espacio de generosidad, de fraternidad.

¿SE ALCANZÓ LA META DE LA CATEDRATÓN 2007?
Ahora bien, la pregunta obligada sería ¿se alcanzó o no la meta de la Catedratón? La respuesta: No y Sí.

NO, porque el recaudo en dinero fue de 574 millones 393 mil 983 pesos, y la meta era de mil millones de pesos.

SÍ, porque sucedió lo que menos se esperaba: varias familias, una universidad, un consorcio de empresas y una parroquia del norte de Barranquilla, se comprometieron a donar ocho templos en zonas de alta vulnerabilidad del Atlántico; templos que al ser cuantificados, estarían arrojando una suma de mil doscientos millones de pesos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por tus comentarios. Evita usar palabras obsenas y ofensivas.