El colegio arquidiocesano Seminario Conciliar San Luis Beltrán recibió el certificado del modelo europeo EFQM que lo acredita como una institución comprometida con la excelencia.
El modelo EFQM comenzó para las grandes empresas de Europa, luego siguió para las pymes y, posteriormente, se adoptó a las instituciones educativas. El grupo Santillana, en Latinoamérica, adquirió los derechos para la asesoría del modelo en las instituciones educativas; son varios certificados que se obtienen y que los centros educativos van alcanzando poco a poco luego de un exhaustivo proceso: el primero es el nivel de acceso –que fue le que recibió el colegio San Luis Beltrán-, luego el certificado de ‘comprometidos con la excelencia’, sigue el de comprometidos con la excelencia “3 estrellas”, después “4 estrellas” hasta alcanzar las 5 estrella, es decir, la calidad total y que permite entrar en los llamado estándares internacionales de educación.
El certificado que recibió esta institución arquidiocesana tiene validez por dos años; se obtuvo gracias al trabajo comprometido de todo el equipo de educadores del Seminario Conciliar San Luis Beltrán, encabezado por Rossiel Navarro, María Hoyer, Katia Conrado y el filósofo Luis Fernando López.
Como lo afirmó el profesor Fernando López, son muchas las expectativas que nacen luego de haber alcanzado este importante logro. Sin duda alguna, la más importante es seguir ascendiendo en los escalones que propone el modelo de educación para así alcanzar el nivel comprometidos para la excelencia, “algo clave es que esto es un modelo, un camino, una ruta que nos llevará a la satisfacción de las expectativas de los estudiantes, padres de familias, los mismos educadores y directivas. El certificado indica que conocemos el modelo y cómo implementarlo al interior de nuestra institución. la tarea es bastante exigente”, expuso.
Es importante tener en cuenta que el modelo se fundamenta en una autoevaluación institucional, la cual es realizada por el mismo personal del centro, “lo interesante de este modelo de calidad (hay varios) es que las mismas personas que hacen parte de las instituciones educativas son las que evalúan bajo unos parámetros objetivos acerca del estado en que está la institución, de tal manera que se puedan precisar los puntos fuertes y aquellas áreas que demandan mejora, y para esto se hace una búsqueda de las evidencias de los aspectos que hacen parte de los criterios demandandados”, precisó el profesor Luis Fernando López.
Las áreas en las que se trabajó prioritariamente son las siguientes: plan estratégico, satisfacción a los clientes, satisfacción al personal, comunicaciones, impacto social y procesos. Debido a la necesidad de contrarrestar estas debilidades, hubo una formación en herramientas de calidad para elaborar los planes que ayudarán a este fin. “Confiamos en que, al implementar un sistema de gestión de calidad en los procesos al interior de nuestras instituciones educativas, podamos formar en valores a los hombres y las mujeres que Dios quiere y nuestra sociedad necesita y que fácilmente, por nuestros frutos, nos conozcan”, afirmó el filósofo López.
Para monseñor Rubén Salazar, Arzobispo de Barranquilla, este certificado deja muy claro el compromiso de la Iglesia y su trabajo constante para seguir construyendo una mejor sociedad. “En este proceso de FUNADE comenzamos a dar los primeros pasos, pero a darlos muy bien dados. En el certificado que acabamos de recibir dice ‘comprometidos con la excelencia’, yo pienso que ahí está el núcleo y la verdad de lo que significa este momento que estamos viviendo. Queremos expresar claramente ese compromiso nuestro con la excelencia. La Iglesia católica existe solamente para ser esa familia de Dios, ese cuerpo de Cristo en la tierra; como lo dice el Concilio Vaticano II, ser signo e instrumento del amor de Dios para el mundo. Un signo hace tomar conciencia, ilumina, irradia luz; por eso, si nosotros queremos ser un signo de ese amor de Dios, tenemos que reflejarlo en toda la vida de la Iglesia y, en el caso concreto de colegios arquidiocesano, debe reflejarse de una manera especial”, expresó el Arzobispo. De la misma manera, también resaltó la importancia de que la Iglesia, y en el caso concreto de la Arquidiócesis de Barranquilla, tenga colegios para que sean signos muy claros de la excelencia, “es decir, signos muy claros de cómo Dios actúa sobre el ser humano, cómo lo transforma, cómo Dios lo hace, de verdad, no solamente su hijo sino hermano de los demás y le entrega un mundo para construir, para transformar, para hacerlo un mundo de justicia y de paz. Entonces, al hacerse signo, se hacen también instrumento influyendo e incidiendo en la sociedad”, concluyó.
El modelo EFQM comenzó para las grandes empresas de Europa, luego siguió para las pymes y, posteriormente, se adoptó a las instituciones educativas. El grupo Santillana, en Latinoamérica, adquirió los derechos para la asesoría del modelo en las instituciones educativas; son varios certificados que se obtienen y que los centros educativos van alcanzando poco a poco luego de un exhaustivo proceso: el primero es el nivel de acceso –que fue le que recibió el colegio San Luis Beltrán-, luego el certificado de ‘comprometidos con la excelencia’, sigue el de comprometidos con la excelencia “3 estrellas”, después “4 estrellas” hasta alcanzar las 5 estrella, es decir, la calidad total y que permite entrar en los llamado estándares internacionales de educación.
El certificado que recibió esta institución arquidiocesana tiene validez por dos años; se obtuvo gracias al trabajo comprometido de todo el equipo de educadores del Seminario Conciliar San Luis Beltrán, encabezado por Rossiel Navarro, María Hoyer, Katia Conrado y el filósofo Luis Fernando López.
Como lo afirmó el profesor Fernando López, son muchas las expectativas que nacen luego de haber alcanzado este importante logro. Sin duda alguna, la más importante es seguir ascendiendo en los escalones que propone el modelo de educación para así alcanzar el nivel comprometidos para la excelencia, “algo clave es que esto es un modelo, un camino, una ruta que nos llevará a la satisfacción de las expectativas de los estudiantes, padres de familias, los mismos educadores y directivas. El certificado indica que conocemos el modelo y cómo implementarlo al interior de nuestra institución. la tarea es bastante exigente”, expuso.
Es importante tener en cuenta que el modelo se fundamenta en una autoevaluación institucional, la cual es realizada por el mismo personal del centro, “lo interesante de este modelo de calidad (hay varios) es que las mismas personas que hacen parte de las instituciones educativas son las que evalúan bajo unos parámetros objetivos acerca del estado en que está la institución, de tal manera que se puedan precisar los puntos fuertes y aquellas áreas que demandan mejora, y para esto se hace una búsqueda de las evidencias de los aspectos que hacen parte de los criterios demandandados”, precisó el profesor Luis Fernando López.
Las áreas en las que se trabajó prioritariamente son las siguientes: plan estratégico, satisfacción a los clientes, satisfacción al personal, comunicaciones, impacto social y procesos. Debido a la necesidad de contrarrestar estas debilidades, hubo una formación en herramientas de calidad para elaborar los planes que ayudarán a este fin. “Confiamos en que, al implementar un sistema de gestión de calidad en los procesos al interior de nuestras instituciones educativas, podamos formar en valores a los hombres y las mujeres que Dios quiere y nuestra sociedad necesita y que fácilmente, por nuestros frutos, nos conozcan”, afirmó el filósofo López.
Para monseñor Rubén Salazar, Arzobispo de Barranquilla, este certificado deja muy claro el compromiso de la Iglesia y su trabajo constante para seguir construyendo una mejor sociedad. “En este proceso de FUNADE comenzamos a dar los primeros pasos, pero a darlos muy bien dados. En el certificado que acabamos de recibir dice ‘comprometidos con la excelencia’, yo pienso que ahí está el núcleo y la verdad de lo que significa este momento que estamos viviendo. Queremos expresar claramente ese compromiso nuestro con la excelencia. La Iglesia católica existe solamente para ser esa familia de Dios, ese cuerpo de Cristo en la tierra; como lo dice el Concilio Vaticano II, ser signo e instrumento del amor de Dios para el mundo. Un signo hace tomar conciencia, ilumina, irradia luz; por eso, si nosotros queremos ser un signo de ese amor de Dios, tenemos que reflejarlo en toda la vida de la Iglesia y, en el caso concreto de colegios arquidiocesano, debe reflejarse de una manera especial”, expresó el Arzobispo. De la misma manera, también resaltó la importancia de que la Iglesia, y en el caso concreto de la Arquidiócesis de Barranquilla, tenga colegios para que sean signos muy claros de la excelencia, “es decir, signos muy claros de cómo Dios actúa sobre el ser humano, cómo lo transforma, cómo Dios lo hace, de verdad, no solamente su hijo sino hermano de los demás y le entrega un mundo para construir, para transformar, para hacerlo un mundo de justicia y de paz. Entonces, al hacerse signo, se hacen también instrumento influyendo e incidiendo en la sociedad”, concluyó.
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