lunes, febrero 02, 2009

"Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una cultura de respeto, de diálogo, de amistad."
Mensaje del Papa Benedicto XVI con motivo de la XLIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

Tendiendo en cuenta las grandes transformaciones que han vivido los modelos de comunicación, el Papa Benedicto XVI envió su mensaje para la XLIII Jornada Mundial de la Comunicaciones Sociales con el título: "Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una cultura de respeto, de diálogo, de amistad”. En el mensaje de este año, el Pontífice pensó particularmente en quienes forman parte de la llamada generación digital y compartió con ellos algunas ideas sobre el extraordinario potencial de las nuevas tecnologías, cuando se usan para favorecer la comprensión y la solidaridad humana.
El Santo Padre también se refirió a todos los beneficios que traen consigo las nuevas tecnologías de la comunicación al cortar distancias gracias a su evolución que, a su vez, ha traído fiabilidad y eficiencia respondiendo al deseo de las personas de hacer relaciones unas con otras. “Este anhelo de comunicación y amistad tiene su raíz en nuestra propia naturaleza humana y no puede comprenderse adecuadamente sólo como una respuesta a las innovaciones tecnológicas. A la luz del mensaje bíblico, ha de entenderse como reflejo de nuestra participación en el amor comunicativo y unificador de Dios, que quiere hacer de toda la humanidad una sola familia. Cuando sentimos la necesidad de acercarnos a otras personas, cuando deseamos conocerlas mejor y darnos a conocer, estamos respondiendo a la llamada divina, una llamada que está grabada en nuestra naturaleza de seres creados a imagen y semejanza de Dios, el Dios de la comunicación y de la comunión”, añade el documento.

De la misma manera el Papa Benedicto XVI recordó el compromiso al cual estamos llamados todos los cristianos: el Amor a Dios y a nuestro prójimo, “con esta luz, al reflexionar sobre el significado de las nuevas tecnologías, es importante considerar no sólo su indudable capacidad de favorecer el contacto entre las personas, sino también la calidad de los contenidos que se deben poner en circulación. Deseo animar a todas las personas de buena voluntad, y que trabajan en el mundo emergente de la comunicación digital, para que se comprometan a promover una cultura de respeto, diálogo y amistad”, reza el mensaje y hace un llamado a los profesionales de la comunicación para que trabajen para el bien de la humanidad y eviten “compartir palabras e imágenes degradantes para el ser humano, y excluir por tanto lo que alimenta el odio y la intolerancia, envilece la belleza y la intimidad de la sexualidad humana, o lo que explota a los débiles e indefensos”.

También fue la oportunidad para hablar de la importancia de la verdad en nuestros tiempos, sobre todo ahora que las nuevas tecnologías ofrecen mejores espacios para compartir y encontrase con facilidad. “Sin embargo, para que esos encuentros den fruto, se requieren formas honestas y correctas de expresión, además de una escucha atenta y respetuosa. El diálogo debe estar basado en una búsqueda sincera y recíproca de la verdad, para potenciar el desarrollo en la comprensión y la tolerancia. La vida no es una simple sucesión de hechos y experiencias; es más bien la búsqueda de la verdad, del bien, de la belleza. A dichos fines se encaminan nuestras decisiones y el ejercicio de nuestra libertad, y en ellos —la verdad, el bien y la belleza— encontramos felicidad y alegría. No hay que dejarse engañar por quienes tan sólo van en busca de consumidores en un mercado de posibilidades indiferenciadas, donde la elección misma se presenta como el bien, la novedad se confunde con la belleza y la experiencia subjetiva suplanta a la verdad”.

En este nuevo mensaje de Benedicto XVI se define la amistad como una de las “más nobles conquistas de la cultura humana” y se destaca por el nuevo auge que ha tenido este concepto en el vocabulario de las redes sociales de los últimos tiempos. “En nuestras amistades, y a través de ellas, crecemos y nos desarrollamos como seres humanos. Precisamente por eso, siempre se ha considerado la verdadera amistad como una de las riquezas más grandes que puede tener el ser humano. Por tanto, se ha de tener cuidado de no banalizar el concepto y la experiencia de la amistad. Sería una pena que nuestro deseo de establecer y desarrollar las amistades on line fuera en deterioro de nuestra disponibilidad para la familia, los vecinos y quienes encontramos en nuestra realidad cotidiana, en el lugar de trabajo, en la escuela o en el tiempo libre. En efecto, cuando el deseo de conexión virtual se convierte en obsesivo, la consecuencia es que la persona se aísla, interrumpiendo su interacción social real. Esto termina por alterar también los ritmos de reposo, de silencio y de reflexión necesarios para un sano desarrollo humano”, agrega el Papa.

Proponiendo unas redes digitales para todos, el Sumo Pontífice resaltó el verdadero valor de las nuevas tecnologías para hacer un mundo accesible e integrador, “Sería un grave daño para el futuro de la humanidad si los nuevos instrumentos de comunicación, que permiten compartir saber e información de modo más veloz y eficaz, no fueran accesibles a quienes ya están social y económicamente marginados, o si contribuyeran tan sólo a acrecentar la distancia que separa a los pobres de las nuevas redes que se desarrollan al servicio de la información y la socialización humana”.

El mensaje concluyó haciendo un llamado a los jóvenes católico exhortándolos para que lleven al mundo digital el testimonio de su fe y se comprometieran a sembrar en la cultura de este nuevo ambiente, que se ha creado gracias a las redes digitales, los valores sobre los que se apoya la vida católica. “El don más valioso que les podéis ofrecer (las nuevas redes digitales) es compartir con ellos la ‘buena noticia’ de un Dios que se hizo hombre, padeció, murió y resucitó para salvar a la humanidad. El corazón humano anhela un mundo en el que reine el amor, donde los bienes sean compartidos, donde se edifique la unidad, donde la libertad encuentre su propio sentido en la verdad y donde la identidad de cada uno se logre en una comunión respetuosa. La fe puede dar respuesta a estas aspiraciones: ¡sed sus mensajeros! El Papa está junto a vosotros con su oración y con su bendición”, finaliza el Papa.

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