Unidad Pastoral Virgen María de Regla
La iglesia construida por todos
Por Julio Giraldo*
Hace aproximadamente 23 años, 40 familias barranquilleras llegaban a la Urbanización Villa Estadio de Soledad para ocupar viviendas construidas por el Instituto de Crédito Territorial; a pesar de que eran casas construidas con normas urbanísticas, carecían de agua potable, por lo cual debían bombear a un enorme tanque y de este se beneficiaban todos los vecinos; varias eran las necesidades iníciales de está naciente comunidad, entre ellas la más grave era el no tener templo católico, debían trasladarse el día domingo a templos de barrios no muy cercanos, pero ellos lo hacían con gusto.
La comunidad Villa Estadio, pertenecía jurídicamente a la parroquia de la Santa Cruz en la cual ejercía como párroco el presbítero Claudio Blanco, él con mucho amor y celo apostólico los acogió, visitó el barrio y los orientó para que se fueran organizando; de igual manera, una junta cívica ya empezaba a funcionar en cabeza de el Señor Antonio Alfaro y Fanny Esther Miranda; la junta preocupada por los problemas del sector acudió al Barrio Carrizal y conversó con el padre Guillermo Robles, este sacerdote español aceptó gustoso colaborar y se comprometió para celebrar los 25 de cada mes la Eucaristía a campo abierto; la primera misa fue precedida por un gran aguacero, lo que los feligreses interpretaron como una bendición de Dios. Y al parece si fue una bendición, pues a los pocos días apareció Monseñor Tamayo por las polvorientas calles del barrio en un carro blanco invitando a los vecinos para que lo acompañaran los domingos en la celebración eucarística que comenzó a realizar a la entrada de la urbanización; También el Padre Claudio Blanco hacia lo suyo y el 17 de junio de 1985 logró con la firma de abogados Domínguez Sallet, una casa en donación, con la cual se comienzan las celebraciones en un lugar similar a una iglesia; a partir de esta fecha y hasta el año 1988, varios sacerdotes colaboran los domingos en las Eucaristías, Luis Hernando Riaños, Teodoro García, Atilio González, Néstor Anaya y Julio Stans.
Monseñor Tamayo coordinó la obra y convocó al vecindario para que unidos pudieran construir una parroquia, el grupo cívico trabajó y se inició una cruzada, consiguieron un enorme terreno donado por la Alcaldía de Soledad y colocaron la primera piedra, pero otro grupo de habitantes que no querían una iglesia en su barrio sino un parque, en ceremonia solemne quitaron la piedra y notificaron que en ese lote no se construiría ninguna capilla. Lo anterior, en vez de desanimar, lo que provoco fue que los habitantes con el apoyo de Mons. Tamayo y otros sacerdotes, entre ellos Mons. Reinaldo Iriarte siguieron la gran cruzada y ya con algunos fondos, se coloco definitivamente la primera piedra el 10 de septiembre de 1990 y cada domingo se reunían con sancocho trifásico a bordo para empezar las columnas que fueron muy bien apadrinadas, cada manzana del barrio financiaba una de las columnas hasta que se construyeron todas. Mons. Tamayo logró que Muza Tarud le donara las cerchas y el eternit, así como muchas otras personas colaboraron; el primer altar para la celebración fue construido de un tronco de árbol. De igual manera, una piadosa mujer residente en los Estados Unidos regaló una linda imagen de María Virgen de Regla y un día “Tamayito” llegó al barrio con la imagen poco conocida entre la feligresía, la presentó, contó el origen de su advocación y devoción, y la gente se enamoró de la imagen por pequeña y negrita, desde ese momento la adoptaron como su patrona.
Transcurría el año 1991 y un grupo de Misioneros Redentoristas recorría los barrios del sur de Barranquilla hasta que en 1996 la señora Rosa Millán de Mulet al ver que este grupo de misioneros vivía en una casa alquilada, les propone que se fueran para su parroquia en Villa Estadio, la propuesta fue aceptada y de inmediato se iniciaron los contactos pertinentes y es nombrado como párroco de la entonces Vicaría Parroquial, el Redentorista Fernando Castaño y a partir de ese momento llega la comunidad de misioneros a establecerse en dicho lugar. El Padre Castaño comenzó su trabajo y logró que el 2 de febrero del año 2000, fuera declarado este lugar como parroquia por decreto 003 firmado por Monseñor Rubén Salazar Gómez.
La Parroquia Hoy:
Al llegar hoy a la Urbanización Villa Estadio, nos encontramos con un sector urbanizado y una población de aproximadamente 60 mil habitantes, atendida espiritualmente por el padre Augusto Tomás Porras, quien es el párroco y el padre Neptalí, el cual ejerce como vicario cooperador. Es una parroquia que avanza en la búsqueda de una transformación total en todas sus estructuras; son nueve células pastorales que ya son casi parroquias y en cada una de ellas se tiene una organización eclesial que se presenta como modelo de participación y de la nueva evangelización.
El padre Porras vive y trabaja tiempo completo en su unidad pastoral, el trabajo es extenuante; vive como todo misionero redentorista en un ambiente de sencillez y austeridad, nada de lujos; una pequeña sala-comedor ubicada al lado de la cocina, sirve como sala para reuniones y al mismo tiempo como lugar para tomar los alimentos; es una casa amplia, pero con muchas deficiencias igual que el templo, parece que tanto el templo como la casa fueron entregados a la comunidad redentorista sin terminar, y ellos se han dedicado a evangelizar, lo cual se aprecia en una comunidad parroquial con las estructuras del nuevo modelo de evangelización, unos feligreses que saben perfectamente cual es su compromiso con la Iglesia, organizan, viven y participan en cada Eucaristía, reciben los sacramentos, catequizan a sus niños, visitan los enfermos y auxilian a los más necesitados; en cuanto a la juventud poco a poco se ha ido motivando para asumir sus compromisos como cristianos. Por su parte, el Padre Augusto Tomás, reconoce que se ha descuidado un poco la parte material y por eso en la actualidad trabaja en la remodelación, reparación y embellecimiento del templo, ya que las dos cosas van de la mano; comunidad eclesial como templo vivo del Espíritu Santo y el sitio de culto.
* Periodista – Historiador. julioetica@otmail.com
La iglesia construida por todos
Por Julio Giraldo*
Hace aproximadamente 23 años, 40 familias barranquilleras llegaban a la Urbanización Villa Estadio de Soledad para ocupar viviendas construidas por el Instituto de Crédito Territorial; a pesar de que eran casas construidas con normas urbanísticas, carecían de agua potable, por lo cual debían bombear a un enorme tanque y de este se beneficiaban todos los vecinos; varias eran las necesidades iníciales de está naciente comunidad, entre ellas la más grave era el no tener templo católico, debían trasladarse el día domingo a templos de barrios no muy cercanos, pero ellos lo hacían con gusto.
La comunidad Villa Estadio, pertenecía jurídicamente a la parroquia de la Santa Cruz en la cual ejercía como párroco el presbítero Claudio Blanco, él con mucho amor y celo apostólico los acogió, visitó el barrio y los orientó para que se fueran organizando; de igual manera, una junta cívica ya empezaba a funcionar en cabeza de el Señor Antonio Alfaro y Fanny Esther Miranda; la junta preocupada por los problemas del sector acudió al Barrio Carrizal y conversó con el padre Guillermo Robles, este sacerdote español aceptó gustoso colaborar y se comprometió para celebrar los 25 de cada mes la Eucaristía a campo abierto; la primera misa fue precedida por un gran aguacero, lo que los feligreses interpretaron como una bendición de Dios. Y al parece si fue una bendición, pues a los pocos días apareció Monseñor Tamayo por las polvorientas calles del barrio en un carro blanco invitando a los vecinos para que lo acompañaran los domingos en la celebración eucarística que comenzó a realizar a la entrada de la urbanización; También el Padre Claudio Blanco hacia lo suyo y el 17 de junio de 1985 logró con la firma de abogados Domínguez Sallet, una casa en donación, con la cual se comienzan las celebraciones en un lugar similar a una iglesia; a partir de esta fecha y hasta el año 1988, varios sacerdotes colaboran los domingos en las Eucaristías, Luis Hernando Riaños, Teodoro García, Atilio González, Néstor Anaya y Julio Stans.
Monseñor Tamayo coordinó la obra y convocó al vecindario para que unidos pudieran construir una parroquia, el grupo cívico trabajó y se inició una cruzada, consiguieron un enorme terreno donado por la Alcaldía de Soledad y colocaron la primera piedra, pero otro grupo de habitantes que no querían una iglesia en su barrio sino un parque, en ceremonia solemne quitaron la piedra y notificaron que en ese lote no se construiría ninguna capilla. Lo anterior, en vez de desanimar, lo que provoco fue que los habitantes con el apoyo de Mons. Tamayo y otros sacerdotes, entre ellos Mons. Reinaldo Iriarte siguieron la gran cruzada y ya con algunos fondos, se coloco definitivamente la primera piedra el 10 de septiembre de 1990 y cada domingo se reunían con sancocho trifásico a bordo para empezar las columnas que fueron muy bien apadrinadas, cada manzana del barrio financiaba una de las columnas hasta que se construyeron todas. Mons. Tamayo logró que Muza Tarud le donara las cerchas y el eternit, así como muchas otras personas colaboraron; el primer altar para la celebración fue construido de un tronco de árbol. De igual manera, una piadosa mujer residente en los Estados Unidos regaló una linda imagen de María Virgen de Regla y un día “Tamayito” llegó al barrio con la imagen poco conocida entre la feligresía, la presentó, contó el origen de su advocación y devoción, y la gente se enamoró de la imagen por pequeña y negrita, desde ese momento la adoptaron como su patrona.
Transcurría el año 1991 y un grupo de Misioneros Redentoristas recorría los barrios del sur de Barranquilla hasta que en 1996 la señora Rosa Millán de Mulet al ver que este grupo de misioneros vivía en una casa alquilada, les propone que se fueran para su parroquia en Villa Estadio, la propuesta fue aceptada y de inmediato se iniciaron los contactos pertinentes y es nombrado como párroco de la entonces Vicaría Parroquial, el Redentorista Fernando Castaño y a partir de ese momento llega la comunidad de misioneros a establecerse en dicho lugar. El Padre Castaño comenzó su trabajo y logró que el 2 de febrero del año 2000, fuera declarado este lugar como parroquia por decreto 003 firmado por Monseñor Rubén Salazar Gómez.
La Parroquia Hoy:
Al llegar hoy a la Urbanización Villa Estadio, nos encontramos con un sector urbanizado y una población de aproximadamente 60 mil habitantes, atendida espiritualmente por el padre Augusto Tomás Porras, quien es el párroco y el padre Neptalí, el cual ejerce como vicario cooperador. Es una parroquia que avanza en la búsqueda de una transformación total en todas sus estructuras; son nueve células pastorales que ya son casi parroquias y en cada una de ellas se tiene una organización eclesial que se presenta como modelo de participación y de la nueva evangelización.
El padre Porras vive y trabaja tiempo completo en su unidad pastoral, el trabajo es extenuante; vive como todo misionero redentorista en un ambiente de sencillez y austeridad, nada de lujos; una pequeña sala-comedor ubicada al lado de la cocina, sirve como sala para reuniones y al mismo tiempo como lugar para tomar los alimentos; es una casa amplia, pero con muchas deficiencias igual que el templo, parece que tanto el templo como la casa fueron entregados a la comunidad redentorista sin terminar, y ellos se han dedicado a evangelizar, lo cual se aprecia en una comunidad parroquial con las estructuras del nuevo modelo de evangelización, unos feligreses que saben perfectamente cual es su compromiso con la Iglesia, organizan, viven y participan en cada Eucaristía, reciben los sacramentos, catequizan a sus niños, visitan los enfermos y auxilian a los más necesitados; en cuanto a la juventud poco a poco se ha ido motivando para asumir sus compromisos como cristianos. Por su parte, el Padre Augusto Tomás, reconoce que se ha descuidado un poco la parte material y por eso en la actualidad trabaja en la remodelación, reparación y embellecimiento del templo, ya que las dos cosas van de la mano; comunidad eclesial como templo vivo del Espíritu Santo y el sitio de culto.
* Periodista – Historiador. julioetica@otmail.com
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