jueves, abril 23, 2009

El Rincón de Pablito

Nuestro Amigo Jesús y la Semana Santa

¿Sabías qué?



¿Sabías que Jesús sudó sangre?
Cuando estaba orando en el monte de los Olivos comenzó a sudar sangre. Esto es una condición médica llamada “hematidrosis”. No es muy común pero puede darse cuando sentimos muchísimo dolor. Lo que pasa es que la ansiedad provoca que se rompan unos vasitos en las glándulas sudoríparas, las cuales son las encargadas de producir el sudor en nuestro cuerpo. Como resultado, hay una pequeña cantidad de sangrado y el sudor brota mezclado con sangre. No es mucha sangre sino una cantidad muy pequeña. Esto provocó que su piel quedará muy frágil.


¿Sabías qué le regaló Jesús a Verónica?

Santa Verónica se compadeció de Jesús en el camino al Calvario y le secó el rostro con su velo. Fue muy valiente porque los romanos pudieron golpearla por ayudar a Jesús. Jesús se lo agradeció grabando su rostro en el velo. La tradición nos relata este momento que recordamos en la sexta estación del vía crucis. El velo todavía se conserva en la capilla real de la Catedral de San Juan Bautista, en Turín (Italia).
Además, en 1935 el artista Ariel Agremian pintó esta imagen. Logró reconstruir el rostro de Jesús tomando en cuenta el negativo de la Sábana Santa.

¿Sabías que la cruz donde murió Cristo estuvo enterrada hasta que la encontró Santa Elena y al tocar esta cruz el niño Simón sanó?

Elena, con un grupo de trabajadores y un niño llamado Simón excavaban en las colinas del Monte Calvario para encontrar la cruz de Cristo.

Simón era un niño de 8 años aproximadamente, tenía una mano enferma y no la podía mover ni enderezar sus deditos.

Después de mucho tiempo y trabajo, al empezar a excavar en una colina, descubrieron tres cruces de madera, tres clavos y un papel escrito en tres idiomas – hebreo, griego y latín, decía: “Jesús Nazareno, Rey de los Judíos”. Era el mismo papel que Pilatos había mandado clavar en la cruz de Jesús.

En esos momentos, Santa Elena, Simón y los trabajadores que la acompañaban, se arrodillaron y hubo un gran silencio. Elena se acercó a una de ellas y sintió una gran emoción. La abrazó y le pidió a Simón que se acercara y la tocara. En ese momento y ante la vista de todos, la mano enferma de Simón empezó a curarse. él mismo hizo la señal de la cruz. Nadie dudó que esa fuera la cruz de Jesús.

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