Unidad Pastoral de la Santa Cruz
Feligresía viva en la fe
Feligresía viva en la fe
Por Julio Giraldo*
Hace 30 años la ciudadela 20 de julio empezaba a ser habitada por familias de escasos recursos económicos, las cuales salieron favorecidas con el programa de vivienda que ofrecía el Gobierno de Belisario Betancourt a través del Crédito territorial. Monseñor Germán Villa Gaviria preocupado por la labor pastoral, especialmente porque anhelaba que todos los barrios que iban naciendo tuvieran asistencia espiritual de la Iglesia, invitó al Padre Claudio Martín Blanco para ir a ese sector de la ciudadela y empezara a construir comunidades.
En ese entonces no había capilla, ni casa para el sacerdote; el padre Claudio llegó al sector un domingo del año 1982, se estacionó en una cancha de fútbol que quedaba en una esquina, conversó con la gente, fue casa por casa y se encontró con una sorpresa muy agradable, resulta que Monseñor Carlos Arturo Rocha Blanco, quien para la época era párroco de San Juan Bautista del Barrio el Silencio, todos los domingos visitaba el sector en compañía de varios catequistas, celebraba la Eucaristía, rezaban el rosario, visitaban familias, animaban a la gente y esto dio como resultado que se conformara una primera comunidad, la cual resultó ser la base sobre la cual el padre Claudio construiría la unidad pastoral del sector que le habían encomendado.
El padre Claudio ya con un grupo tan selecto y evangelizado, estudió bien el sitio para la construcción de la parroquia, eligió el nombre que llevaría, mandó a elaborar los planos y logró construir algunas columnas. Como el terreno no estaba legalizado, esas columnas fueron derribadas, por lo tanto, se perdió lo construido, como si fuera poco, el padre Claudio se enfermó y debió renunciar a la obra que con tanto amor quería terminar.
A pesar de la difícil situación, Monseñor Germán Villa Gaviria promulga el decreto No 997 del 7 de febrero de 1985 con el cual se crea la unidad pastoral de la Santa Cruz. Es así como el día que inauguraron el Estadio Metropolitano, al finalizar la ceremonia, Monseñor Villa le dice al padre Tamayo: “ mi querido padre, ayude usted a conseguir un sacerdote que quiera venir a este sector a continuar el trabajo del Padre Claudio”, Tamayito pensó y se dijo muy dentro de sí: “yo quiero dejar la Catedral y venirme a estos barrios para hacer lo que a mi me gusta”, le manifestó al Arzobispo su deseo y fue así como un 31 de diciembre de 1986 después de celebra la misa en la Catedral, tamayito empaco maletas y llegó al barrio. De inmediato viajó a Bogotá, se entrevista con la doctora María Eugenia Rojas quien era la directora nacional del Crédito Territorial, consigue con ella la donación y legalización del terreno. La doctora por su parte imparte ordenes precisas para que los arquitectos e ingenieros que trabajan con el crédito Territorial en Barranquilla, se encarguen de los planos y todo lo relacionado con la construcción de la unidad pastoral y el complejo parroquial de la Ciudadela 20 de julio.
La construcción se inicia con la participación de todos los miembros del sector, ellos aportan materiales, dinero y su trabajo. Además gracias al buen corazón de fabricas, industrias, almacenes, ingenieros, ejecutivos y las donaciones de personas de la ciudad, se construyó la Iglesia, su complejo parroquial y se construyó la parroquia de San Pancracio, parte de la unidad pastoral del Divino Niño, entre otras.
En ceremonia solemne y con la presencia del Señor Nuncio Apostólico, el 16 de julio de 1988, fue bendecida la moderna y amplia la unidad pastoral bajo la protección de la Santa Cruz en la Ciudadela 20 de julio.
La Parroquia Hoy:
Hoy sigue siendo una parroquia modelo y con mucha feligresía, el trabajo pastoral de los sacerdotes que han hecho presencia ha sido muy valioso; a su anterior párroco el padre Humberto Brum le correspondió organizar y dar a conocer e instruir en el nuevo plan de evangelización a los grupos de oración y apostolado que hacen parte de la comunidad parroquial; actualmente hay aproximadamente 40 asambleas familiares a la semana y organizados los grupos de oración que se reúnen diariamente y a distintas horas en el templo parroquial.
La vida sacramental es abundante y la asistencia a las Eucaristías es numerosa y sobre todo muy participativa; el templo como sus instalaciones parroquiales se encuentran en magnificas condiciones.
En el aspecto social, se realizan varias obras como lo es el mercado campesino, en el cual los días sábados las personas pueden comprar sus productos directamente a los cultivadores y productores abaratando así la canasta familiar.
El 26 de abril del presente año, se posesionó el nuevo párroco, el padre Mario Escorcia García, quien llegó con muchos deseos de seguir con la obra de sus antecesores, fue recibido con gran alegría y lo primero que hizo fue conectarse con su nueva comunidad, escuchar y valorar con ellos el trabajo. Hoy el sacerdote y la feligresía dan continuidad al buen trabajo de su antecesor, se han reforzado algunos programas y se abrieron nuevos frentes de evangelización; se fortaleció la pastoral juvenil y se tienen ya listos algunos proyectos, entre ellos el que la parroquia se pueda dar a conocer en Colombia, por eso ya el pasado que permitirán fortalecer la comunidad pastoral de la Santa Cruz.
En ese entonces no había capilla, ni casa para el sacerdote; el padre Claudio llegó al sector un domingo del año 1982, se estacionó en una cancha de fútbol que quedaba en una esquina, conversó con la gente, fue casa por casa y se encontró con una sorpresa muy agradable, resulta que Monseñor Carlos Arturo Rocha Blanco, quien para la época era párroco de San Juan Bautista del Barrio el Silencio, todos los domingos visitaba el sector en compañía de varios catequistas, celebraba la Eucaristía, rezaban el rosario, visitaban familias, animaban a la gente y esto dio como resultado que se conformara una primera comunidad, la cual resultó ser la base sobre la cual el padre Claudio construiría la unidad pastoral del sector que le habían encomendado.
El padre Claudio ya con un grupo tan selecto y evangelizado, estudió bien el sitio para la construcción de la parroquia, eligió el nombre que llevaría, mandó a elaborar los planos y logró construir algunas columnas. Como el terreno no estaba legalizado, esas columnas fueron derribadas, por lo tanto, se perdió lo construido, como si fuera poco, el padre Claudio se enfermó y debió renunciar a la obra que con tanto amor quería terminar.
A pesar de la difícil situación, Monseñor Germán Villa Gaviria promulga el decreto No 997 del 7 de febrero de 1985 con el cual se crea la unidad pastoral de la Santa Cruz. Es así como el día que inauguraron el Estadio Metropolitano, al finalizar la ceremonia, Monseñor Villa le dice al padre Tamayo: “ mi querido padre, ayude usted a conseguir un sacerdote que quiera venir a este sector a continuar el trabajo del Padre Claudio”, Tamayito pensó y se dijo muy dentro de sí: “yo quiero dejar la Catedral y venirme a estos barrios para hacer lo que a mi me gusta”, le manifestó al Arzobispo su deseo y fue así como un 31 de diciembre de 1986 después de celebra la misa en la Catedral, tamayito empaco maletas y llegó al barrio. De inmediato viajó a Bogotá, se entrevista con la doctora María Eugenia Rojas quien era la directora nacional del Crédito Territorial, consigue con ella la donación y legalización del terreno. La doctora por su parte imparte ordenes precisas para que los arquitectos e ingenieros que trabajan con el crédito Territorial en Barranquilla, se encarguen de los planos y todo lo relacionado con la construcción de la unidad pastoral y el complejo parroquial de la Ciudadela 20 de julio.
La construcción se inicia con la participación de todos los miembros del sector, ellos aportan materiales, dinero y su trabajo. Además gracias al buen corazón de fabricas, industrias, almacenes, ingenieros, ejecutivos y las donaciones de personas de la ciudad, se construyó la Iglesia, su complejo parroquial y se construyó la parroquia de San Pancracio, parte de la unidad pastoral del Divino Niño, entre otras.
En ceremonia solemne y con la presencia del Señor Nuncio Apostólico, el 16 de julio de 1988, fue bendecida la moderna y amplia la unidad pastoral bajo la protección de la Santa Cruz en la Ciudadela 20 de julio.
La Parroquia Hoy:
Hoy sigue siendo una parroquia modelo y con mucha feligresía, el trabajo pastoral de los sacerdotes que han hecho presencia ha sido muy valioso; a su anterior párroco el padre Humberto Brum le correspondió organizar y dar a conocer e instruir en el nuevo plan de evangelización a los grupos de oración y apostolado que hacen parte de la comunidad parroquial; actualmente hay aproximadamente 40 asambleas familiares a la semana y organizados los grupos de oración que se reúnen diariamente y a distintas horas en el templo parroquial.
La vida sacramental es abundante y la asistencia a las Eucaristías es numerosa y sobre todo muy participativa; el templo como sus instalaciones parroquiales se encuentran en magnificas condiciones.
En el aspecto social, se realizan varias obras como lo es el mercado campesino, en el cual los días sábados las personas pueden comprar sus productos directamente a los cultivadores y productores abaratando así la canasta familiar.
El 26 de abril del presente año, se posesionó el nuevo párroco, el padre Mario Escorcia García, quien llegó con muchos deseos de seguir con la obra de sus antecesores, fue recibido con gran alegría y lo primero que hizo fue conectarse con su nueva comunidad, escuchar y valorar con ellos el trabajo. Hoy el sacerdote y la feligresía dan continuidad al buen trabajo de su antecesor, se han reforzado algunos programas y se abrieron nuevos frentes de evangelización; se fortaleció la pastoral juvenil y se tienen ya listos algunos proyectos, entre ellos el que la parroquia se pueda dar a conocer en Colombia, por eso ya el pasado que permitirán fortalecer la comunidad pastoral de la Santa Cruz.
* Periodista - Hisoriador. julioetica@yahoo.com
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