Unidad Pastoral Jesús Señor de la Vida
Jesús se hace presente en la adversidad
Por Julio Giraldo*
Transcurría el mes de abril de 1982, en ese entonces se iniciaba la guerra de Las Malvinas o guerra del Atlántico Sur (en inglés Falklands War), era el conflicto armado entre la República Argentina y el Reino Unido por la soberanía de los Archipiélagos Australes, tomados por la fuerza en 1833 y dominados desde entonces por el Reino Unido.
El 14 de junio de 1982, los argentinos se rinden después de haber muerto 649 militares de sus tropas y 255 del Reino Unido. Paralelamente al conflicto y por las mismas fechas, en Barranquilla se inicia también una lucha por invasión. Más de 300 familias se tomaban por la fuerza unos terrenos pantanosos, situados en el sur occcidente, y debido a la difícil situación económicas de estas familias, fabricaron casas con pedazos de madera y techo de papel plástico recubierto con brea, esta nueva comunidad recibió el nombre de “Las Malvinas”.
Este es el comienzo entonces, de un nuevo asentamiento humano que sin agua potable, luz eléctrica, alcantarillado, vías de acceso, iniciaron una lucha tenaz para superar las dificultades; lograron con la ayuda de personas generosas, la construcción de una pequeña escuela, hicieron un salón para la tercera edad y las rústicas viviendas fueron mejorando poco a poco.
En medio de la formación de sectas y grupos religiosos que celebran sus cultos en la calle y en improvisados ranchos, un pequeño grupo de católicos acudía a Misa en el barrio El Bosque, con el tiempo lograron construir una capilla de tablas en la cual se celebraban Eucaristías.
Pasado un tiempo, el padre José de Armas se comprometió en celebrar con la comunidad la Eucaristía dominical, así como la administración de los santos sacramentos. Es el Padre José de Armas, quien lideró la construcción de una verdadera unidad pastoral, la cual fue declarada oficialmente parroquia según decreto 003 de febrero 2 del año 2000, los pocos católicos, pero muy generosos y entusiastas, apoyaron el proyecto y comenzaron a trabajar para recolectar fondos en medio de su pobreza y así tratar de iniciar la obra, pero a pesar de la buena voluntad, la condición económica era muy difícil, pero Monseñor Rubén Salazas Gómez, viendo el gran esmero de la comunidad, se hace presente para llenar de alegría los corazones de los habitantes de Las Malvinas y con una ayuda generosa de una de las catedratones unida a los recaudos de la comunidad, se comienza la construcción de un hermoso templo.
La Parroquia Hoy:
Hace un año llegó como párroco a Las Malvinas, el sacerdote africano, Livinus Uzodinma Nwaokeke, lo primero que encontró es que no tenía una vivienda donde habitar, no había despacho parroquial, el templo que recibió era una estructura de cemento ciertamente muy bien concebida, pero no tenía techo ni piso, pero con una fachada bien diseñada, con características de un templo moderno. El Padre Livinus con la paciencia y sencillez de un buen misionero, vive momentos de angustia y desesperación en medio de tantas necesidades y dificultades, pero firme en la misericordia divina, habla con todo el barrio, se da a conocer, hace contactos con sus hermanos sacerdotes y logra gracias al bueno corazón de personas que se preocupan por la evangelización del Atlántico, que le sea colocado el techo y el piso para el templo, un pequeño equipo de sonido y poco a poco va organizando la feligresía.
Aún faltan algunos detalles que requieren obviamente de una inversión económica. En pocas palabras hace falta la obra blanca, es decir, lo referente a pintura, puertas, ventanales, dotación de bancas, luces, sagrario, ornamentos y demás. La casa en donde vive el Sacerdote, es en arriendo.
Esta historia nos lleva a pensar en el gran trabajo evangelizador y comprometido de la Iglesia católica, aún en situaciones adversas y dramáticas como las descritas en está crónica.
* Periodista – Historiador. julioetica@yahoo.com
Jesús se hace presente en la adversidad
Por Julio Giraldo*
Transcurría el mes de abril de 1982, en ese entonces se iniciaba la guerra de Las Malvinas o guerra del Atlántico Sur (en inglés Falklands War), era el conflicto armado entre la República Argentina y el Reino Unido por la soberanía de los Archipiélagos Australes, tomados por la fuerza en 1833 y dominados desde entonces por el Reino Unido.
El 14 de junio de 1982, los argentinos se rinden después de haber muerto 649 militares de sus tropas y 255 del Reino Unido. Paralelamente al conflicto y por las mismas fechas, en Barranquilla se inicia también una lucha por invasión. Más de 300 familias se tomaban por la fuerza unos terrenos pantanosos, situados en el sur occcidente, y debido a la difícil situación económicas de estas familias, fabricaron casas con pedazos de madera y techo de papel plástico recubierto con brea, esta nueva comunidad recibió el nombre de “Las Malvinas”.
Este es el comienzo entonces, de un nuevo asentamiento humano que sin agua potable, luz eléctrica, alcantarillado, vías de acceso, iniciaron una lucha tenaz para superar las dificultades; lograron con la ayuda de personas generosas, la construcción de una pequeña escuela, hicieron un salón para la tercera edad y las rústicas viviendas fueron mejorando poco a poco.
En medio de la formación de sectas y grupos religiosos que celebran sus cultos en la calle y en improvisados ranchos, un pequeño grupo de católicos acudía a Misa en el barrio El Bosque, con el tiempo lograron construir una capilla de tablas en la cual se celebraban Eucaristías.
Pasado un tiempo, el padre José de Armas se comprometió en celebrar con la comunidad la Eucaristía dominical, así como la administración de los santos sacramentos. Es el Padre José de Armas, quien lideró la construcción de una verdadera unidad pastoral, la cual fue declarada oficialmente parroquia según decreto 003 de febrero 2 del año 2000, los pocos católicos, pero muy generosos y entusiastas, apoyaron el proyecto y comenzaron a trabajar para recolectar fondos en medio de su pobreza y así tratar de iniciar la obra, pero a pesar de la buena voluntad, la condición económica era muy difícil, pero Monseñor Rubén Salazas Gómez, viendo el gran esmero de la comunidad, se hace presente para llenar de alegría los corazones de los habitantes de Las Malvinas y con una ayuda generosa de una de las catedratones unida a los recaudos de la comunidad, se comienza la construcción de un hermoso templo.
La Parroquia Hoy:
Hace un año llegó como párroco a Las Malvinas, el sacerdote africano, Livinus Uzodinma Nwaokeke, lo primero que encontró es que no tenía una vivienda donde habitar, no había despacho parroquial, el templo que recibió era una estructura de cemento ciertamente muy bien concebida, pero no tenía techo ni piso, pero con una fachada bien diseñada, con características de un templo moderno. El Padre Livinus con la paciencia y sencillez de un buen misionero, vive momentos de angustia y desesperación en medio de tantas necesidades y dificultades, pero firme en la misericordia divina, habla con todo el barrio, se da a conocer, hace contactos con sus hermanos sacerdotes y logra gracias al bueno corazón de personas que se preocupan por la evangelización del Atlántico, que le sea colocado el techo y el piso para el templo, un pequeño equipo de sonido y poco a poco va organizando la feligresía.
Aún faltan algunos detalles que requieren obviamente de una inversión económica. En pocas palabras hace falta la obra blanca, es decir, lo referente a pintura, puertas, ventanales, dotación de bancas, luces, sagrario, ornamentos y demás. La casa en donde vive el Sacerdote, es en arriendo.
Esta historia nos lleva a pensar en el gran trabajo evangelizador y comprometido de la Iglesia católica, aún en situaciones adversas y dramáticas como las descritas en está crónica.
* Periodista – Historiador. julioetica@yahoo.com
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