miércoles, febrero 24, 2010

Conoce la carta de amor que Dios ha escrito para ti
Comunidad Hermanas Paulinas de Barranquilla*


Cuando recibimos una carta de alguien que apreciamos, nuestro ser se inunda de alegría, ¿verdad? Cada una de las palabras escritas está llena de valor, tanto que la leemos una y otra vez, como si quisiéramos visualizar al que nos escribe. Lo mismo sucede con la Sagrada Biblia, cuando nos acercamos a Ella y nos permitimos que nos ilumine, que nos cuestione, descubrimos que Dios Padre se nos revela en misericordia y gracia.

Si hiciéramos un recorrido por esta carta, encontraríamos a un Dios Padre, creador de la más grande obra de amor; es por ello que todos tenemos la capacidad de amar, somos continuadores de ésta obra con nuestra donación y servicio a los hermanos.

En el Antiguo Testamento, encontramos un pueblo que camina en descubrir la confianza total en Dios; hacen su aparición los profetas, que pastorean el rebaño de Dios hacia la salvación, misión que seguramente no les resultó tan fácil, por la falta de fe de hombres que buscaban su seguridad lejos del proyecto del Señor. Durante todo este periodo de luchas, de exilio y esclavitud, se consignan sentimientos tan hermosos que muchas veces nos hemos valido de ellos para dirigirnos en oración al Padre, está el libro de Amos, de Jeremías o los salmos como el 149 que nos ayuda a confirmar que el “Espíritu se une al nuestro para juntos proclamar alabanzas a Dios”, como vemos es el Espíritu Santo quien nos empuja hacia el encuentro de nuestra verdadera Patria, el “Reino”.

A grandes rasgos encontramos esto en el Antiguo Testamento, y en el Segundo Testamento, los Evangelios, las cartas de san Pablo a sus comunidades y demás libros, nos hablan de una nueva alianza que Dios selló con la entrega oblativa de Jesús, Su Hijo, todo por nuestra salvación. Este proyecto de amor contó con la participación de su misma creación, pues la Virgen María al decir sí, nos enseñó el camino de la donación, de la sencillez y la confianza en la voluntad del Padre. Por ello cuando nos disponemos a la escucha de la Palabra de Dios, nos colocamos en una actitud de docilidad y de silencio interior.

En la Virgen María la Palabra se hizo carne, como en nosotros, pues Ella nos revela los rasgos de Aquél que se nos muestra como Camino, Verdad y Vida. Jesús con Su ejemplo de verdadero Hijo, dignificó y levantó a aquellos que el pecado, la confusión, la falta de amor los tenía sumidos en la oscuridad. Curó a todo aquel que creía en una vida libre de esclavitudes. Perdonó a aquellos que lo bofetearon y maltrataron, nos amó hasta el extremo, haciéndose camino y luz de toda la humanidad.

El apóstol San Pablo derrumbado por este amor que Jesús le tenía, entendió que había sido llamado a extender la luz que lo había seducido y liberado, asumió tan bien esta su misión, que se hizo padre, madre, hermano, como lo expresa en varias de sus cartas. Esta experiencia de Pablo la podemos comparar a aquello que sentimos cuando encontramos algo que deseamos que otros lo conozcan. El apóstol fue alcanzado por la gracia de Cristo muerto y resucitado, que lo hizo libre en Él, y así mismo Pablo corrió con afán, para que todos se enteraran que ya habían sido salvados y que Jesús estaba a la espera que le abrieran las puertas de sus vidas para hacerse camino en ellos.

Como vez esta carta de amor de Dios Padre, tiene mucho para ti. Preocúpate por el conocimiento e interiorización de la Santa Biblia, ya sabes, es nuestro alimento, ora con ella, regálate un encuentro con tu Creador. Acércate a tu parroquia y pregunta por los diferentes estudios bíblicos que se adelantan.

*paulibar@metrotel.net.co

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