Por Redacción Kairós
Monseñor Rubén Salazar Gómez en su trabajo pastoral, apostólico, social y espiritual de 11 años y 4 meses en la Arquidiócesis de Barranquilla, indudablemente, sembró, desarrolló, fortaleció y cultivó frutos que lograron suplir las necesidades de esta Iglesia Particular, como Pueblo de Dios que tenía sed de cambio, que quería el fomento de una pastoral agresiva y planificada, acorde con los retos que plantea el mundo globalizado al que nos enfrentamos.
Hoy, su partida, indudablemente puede evocar en nosotros sentimientos de nostalgia y tristeza que surgen desde la perspectiva humana en señal de amor hacia el pastor que ha dirigido nuestra Iglesia.
Sin embrago, alternadamente resulta inevitable reconocer el trabajo de Monseñor Rubén en la Arquidiócesis, como el del verdadero pastor que da la vida por sus ovejas, dejando huellas y frutos que hoy se reconocen.
Una llamada de amor por amor
“La vocación al ministerio sacerdotal es una llamada al Señor, un envío del Señor, una disposición de Su voluntad al servicio de la Iglesia en la fe y en el amor, por lo que implica el sacrificio del desprendimiento y de la entrega para ponernos a disposición de lo que Dios quiere de nosotros”, señala el padre Claudio Blanco Malabet, párroco de las Tres Avemarías.
Como Arzobispo, nuestro pastor y vicario de Cristo es un elemento de fraternidad que ha unido a la Iglesia que peregrina en el departamento del Atlántico y una fuente de comunión y espiritualidad para el presbiterio que tiene a su cargo.
Cuando un pastor da la vida por sus ovejas, crea estructuras eficaces de organización para la evangelización de su territorio y el servicio que presta a la Iglesia cumple con las metas pastorales de esa porción de tierra, ese pastor hace de su rebaño un pueblo que se construye desde la comunión, la convivencia y la fraternidad; un pueblo que agradece su presencia en medio de él para la salvación y la conversión de vidas, almas y corazones.
Un trabajo ampliamente humano, visionario, organizado, planeado, seguro y evangelizador es un trabajo estimable, perdurable e irreversible; que merece le sean destacados aquellos méritos alcanzados frente a un trabajo profundo de liderazgo eclesial.
Monseñor Rubén Salazar enmarcó perspectivas que cambiaron radicalmente los diversos frentes en los cuales la Iglesia local está llamada a hacerse presente:
· Desde su llegada se reunió en cada unidad pastoral con su párroco, tomando nota de las posibles ‘luces y sombras’ que permitieron formular la hipótesis fundamental del trabajo pastoral.
· Desarrolló una pastoral planificada y bien estructurada, actualmente sintetizada en los cinco criterios del Proceso Diocesano de Renovación y Evangelización PDR/E.
· Supo entender e identificarse con la manera de ser propia de nuestra gente e impulsó una pastoral adecuada a estas circunstancias. La Acción Significativa es una prueba de ello en el rescate de muchas fechas comunes a nuestra cultura. Se declaró ‘costeño’ desde que pisó nuestra tierra.
· Tuvo mano segura, amigable, abierta, pero firme, con una visión de futuro que le permitió suficiente claridad y discernimiento para entender el camino correcto a seguir, de acuerdo al diagnóstico de la realidad y a las metas que se hayan establecido.
· Creó vínculos con los medios de comunicación, la tecnología y las nuevas herramientas del mundo globalizado, instaurando entre sus Comisiones a la Delegación de Comunicaciones y Relaciones Públicas, un organismo clave en la gestión comunicacional que pretende ser masiva y evangelizar a todos los rincones del departamento. A la Delegación de Comunicaciones, la Conferencia Episcopal Colombiana le otorgó el premio Gabriel como mejor Delegación de todo el país en el 2008.
· Comprendió, dentro de la acción pastoral, la importancia de un medio escrito, y surgió Kairós, informativo impreso quincenal, que ya ha cumplido 11 años de existencia. Así mismo, no dudó en vincular a la Arquidiócesis a la red de internet y se dio origen a la página web de la Arquidiócesis de Barranquilla.
· Implementó la metodología prospectiva en el Plan Pastoral de Nueva Evangelización, que todos conocemos como el PDR/E, con metas destinadas a 30 años, y en los que como comunidad nos trazáramos objetivos que diéramos por hecho de su realización.
· Preocupado por la acción pastoral en la misericordia y la atención a los más necesitados, creó el Banco de Alimentos, que como en otras Diócesis, se encarga de administrar recursos en bienes materiales para los más necesitados.
· Ha liderado la restauración de la Catedral Metropolitana María Reina e instaurado la Catedratón como gestión permanente de la Arquidiócesis, para recaudar fondos y ayudar en la construcción de nuevos templos, el sostenimiento de la Catedral María Reina, como la madre de todas las parroquias, apoyar al sostenimiento del Seminario Mayor Juan XXIII y de la Casa Sacerdotal.
En su partida, nos deja un Iglesia transformada, nueva, renovada, que en gratitud a su benemérita labor, continuará desarrollando y fortaleciendo cada vez más la acción pastoral que él emprendió. El Atlántico agradece profundamente a Dios el don de Monseñor Rubén Salazar Gómez en su servicio pastoral en la Arquidiócesis de Barranquilla y lo que ha proyectado en el conjunto de la sociedad atlanticense.
¿Cómo continuar la labor evangelizadora?
“El éxito de una siembra está en la cosecha, no simplemente en sembrar”, por lo que, lo importante es que lo que hemos sembrado se continúe cultivando. Tenemos que ver frutos de experiencias nuevas de participación, de encuentros de comunión y misión permanente”, nos sugiere la asesora del PDR/E, María Libia González, una persona que conoció de cerca el Proceso de evangelización al que Monseñor Rubén Salazar nos vinculó como Iglesia que lucha cada día por una sociedad más justa, solidaria y en paz.
*Artículo basado en información suministrada por el sacerdote Claudio Blanco, presbítero de la Arquidiócesis de Barranquilla.
Un trabajo pastoral visto desde diversas realidades
Geovanny Mercado Sarmiento
Párroco de María Reina de de todos los Santos, Nuestra Señora de la Cordialidad y Miembro de la Comisión Arquidiocesana de Liturgia
“La experiencia que hemos tenido con la presencia de nuestro Arzobispo, Monseñor Rubén Salazar Gómez, en la Arquidiócesis de Barranquilla, ha sido fundamental, él desde el principio brindó su confianza y cercanía, y ese es uno de los frutos que considero ha hecho posible que la Misión Arquidiocesana haya sido tan fructífera.
Destaco la fraternidad, con la que se preocupaba por el hermano sacerdote, preocupándose por las realidades particulares de cada parroquia y la entrega a resolver esas situaciones. Uno de los frutos fundamentales son las estructuras que acompañan la pedagogía de la misión pero que han sido motivadas por el ánimo y el impulso de los mismos equipos, preparados para ello. La misión a nivel de estructuras hace que como comunidad, nos preocupemos por tener verdaderamente una vida espiritual”.
María Libia González
Asesora del PDR/E
“Monseñor Rubén Salazar a través del Plan Global de Nueva Evangelización, le impregnó posicionamiento a la Arquidiócesis de Barranquilla proyectándola como una Iglesia que vive y construye ese querer de Dios en la experiencia del ideal (una Iglesia de comunión, participación y misión).
Resalto su capacidad y dinamismo organizativo, la capacidad y preocupación por llegar a todos, consolidando una pastoral que responda y le de espacio a todas las diversidades que existen en la Iglesia, cobijando a todos los miembros de la sociedad, preocupándose constantemente por llegar a todos”.
Hermana Bertha Salazar
Religiosa de la Congregación de Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora. Presidenta de la Conferencia de Religiosos de Colombia seccional Barranquilla
“En su gestión pastoral, se ha palpado la integración de las comunidades religiosas del Atlántico, las cuales hemos sentido el apoyo espiritual, la cercanía, el respeto y la acogida que nuestro Pastor nos ha brindado. Una vez más, gracias Monseñor Rubén Salazar”.
Isaac Sarmiento
Animador pastoral de la parroquia San Agustín de Hipona de Sabanalarga y miembro de la Pastoral de Multitudes
“Considero que el trabajo desarrollado por Monseñor Rubén Salazar ha dejado un legado, hizo posible sembrar esa semilla que busca una Iglesia de comunión, misión y participación, y que sin duda alguna, representa no solamente un avance para las diferentes acciones que realiza la Iglesia Católica en el mundo, sino que hace posible insertarse en todas las realidades sociales que existen en nuestro departamento.
Yo puedo considerarme un fruto de la misión y he podido comprender a través del trabajo con la pastoral, la importancia que tiene la construcción de espacios de fraternidad en medio de la comunidad. Aunque representa una partida dolorosa, es un legado que debemos continuar”.
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