Ayúdate que yo te ayudaré

Dios nos regaló nuestra salud, es nuestro deber cuidarla y darle bienestar al cuerpo.
Por doctor Luis Roberto Montano*

Es hora de hacer un alto en el camino para autoevaluarnos en cuanto a nuestros hábitos. Es hora de preguntarnos: ¿estamos alimentándonos adecuadamente? ¿canalizamos y gastamos nuestra energía de forma efectiva? ¿nos hidratamos de una manera responsable? Sabemos, ¿qué hay con el impacto del sol en nuestra piel, luego de tanta contaminación ambiental y todos los eventos de acomodación terrestre como terremotos, tsunamis y demás...?

Las últimas estadísticas muestran que la tendencia autodestructiva del hombre va a pasos agigantados. No es extraño ver a reventar los sitios de comida rápida, las largas filas para comprar los mal llamados ‘almuerzos ejecutivos’, ni hablar de las largas exposiciones al sol sin protección en diferentes lugares como playas o piscinas o aún más, común es, conducir bajo el sol o trabajar bajo iluminaciones de luz artificial sin ningún cuidado precaución.

También es común, que algunas personas realicen ejercicios en las primeras horas de la mañana, sin duda, algo muy saludable, pero que requiere de utilizar una protección solar adecuada (UVA, UVV 50+). Así mismo, es vital hidratarnos antes, durante y luego de finalizar este tipo de actividades.

Lo más importante, antes de realizar esta práctica en las mañanas, debemos revisar como nos portamos la noche anterior en cuanto a los hábitos de fumar o ingerir licor.

No todo el que peca y reza empata, debemos tener en cuenta que si hay una ingesta alta de alcohol y cigarrillo previo a nuestros ejercicios, la cantidad de radicales libres que hay en el cuerpo podría ser tan alto que la realización de una actividad física de moderada a fuerte podría hacernos más daño que beneficio. Es preferible una buena hidratación en casa, una dieta a base de frutas y vegetales, y actividades más pasivas y de relajación. Los ejercicios los dejamos para cuando realmente tengamos la disposición y los podamos disfrutar.

Existen diferentes trucos a la hora de escoger lo que nos llevamos a la boca sin la estricta necesidad de una dieta. Por ejemplo: un balance entre los tres macro nutrientes: carbohidratos, grasas y proteínas es imprescindible a la hora de comer. Esto quiere decir que, con sólo tener en cuenta que en nuestro plato de comida esté presente una proteína completa (pescado, pollo, res o huevo, por ejemplo), un carbohidrato complejo (arroz, pan integral, etc.) y unos vegetales frescos, acompañados de una fruta, podríamos salvarnos de nuestros pecados alimenticios.

Dios nos entregó un cuerpo último modelo y cero kilómetros al nacer, pero eso no nos garantiza que siempre vamos a estar en buena forma. Debemos cuidarnos con simplemente no hacer lo que nos hace daño y poniendo algo de nuestra parte para movernos algo más del sólo movimiento de los dedos al pasar los canales en la televisión…Cuidate que yo te cuidaré…

*Activa Biomédica Wellness Center. infoactivabiomedica@gmail.com