A partir de esta edición de Kairós, encontrarás esta sección, en la cual conocerás la vida, testimonio y labor pastoral de los presbíteros de la Arquidiócesis de Barranquilla. Nuestro Papa Benedicto XVI, lo expresó, los sacerdotes deben ser testimonio vocacional para las nuevas generaciones.
Monseñor Luis Antonio Nova Rocha
Pastor prudente que guía los pasos de la Comunidad
Monseñor Luis Antonio es un obispo discreto, aparentemente tímido, pero de gran sabiduría, sensibilidad humana, fino sentido del humor y elegancia en el trato con los demás. Su misión evangelizadora la cumple calladamente y sin muchos alardes.
Nació el 30 de julio de 1943, en Subachoque, uno de los pueblos más bellos de la sabana de Bogotá, en el hogar conformado por don Marco Antonio Nova y la señora María Sagrario Rocha. Su padre, un hombre muy cristiano, dedicado a la construcción de barrios y casas con el antiguo crédito territorial.
Don Marco siempre educó a sus hijos con ternura, pero también con templanza y autoridad, siendo un testimonio de vida para sus hijos. En cuanto a la señora María Sagrario, fue una mujer digna de admirar, pues con total amor cuidó y formó a sus 12, sin duda, fue una santa mujer.
Monseñor Luis Antonio, es el tercero de los doce hijos de la familia Nova Rocha. Su niñez transcurrió en un ambiente sano y agradable, disfrutando de los paisajes naturales de su natal Subachoque y el amor de su familia. A diferencia de sus hermanos, fue el único que no pudo ser acólito en su pueblo, ya que no lo admitieron por inquieto. En cuanto a su querido y amado pueblo, Monseñor Nova, siempre carga en su billetera algunas fotografías que muestra con orgullo a sus amigos.
Ingresa al Seminario Menor
En aquella época, era costumbre que una vez los niños del pueblo terminaban su primaria, sus padres los enviaban a estudiar bachillerato a Bogotá y preferiblemente a internados, pero, con Monseñor Luis Antonio ocurrió diferente, por alguna razón, el párroco del pueblo, el padre Ricardo González le dio una recomendación para el Seminario Menor de Tunja y fue allí donde con la ayuda de sus formadores, lentamente fue afianzando su vocación sacerdotal.
Inicialmente pensó en ser militar, pero un día, cuando disfrutaba de sus vacaciones, asistió al sepelio de un pariente, un joven del pueblo que siendo militar fue asesinado en combate. Los protocolos, las banderas, los clarines, los honores y discursos no convencieron mucho a Luis Antonio, quien pensó: “de que sirven tantos honores, tanta solemnidad, para morir tan joven”. Esto lo llevó a olvidarse de lo militar y solamente a pensar en ser sacerdote.
Cuando terminó su bachillerato, ya estaba decidido, y, en la misma ciudad de Tunja hizo sus primeros dos años de filosofía, terminó en Medellín y luego ingresó a la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá donde estudió Teología.
Ordenación sacerdotal y ministerios que ha ejercido
Fue ordenado sacerdote, el 22 de agosto de 1968. Su primer ministerio como sacerdote lo ejerció en Nocaima como Vicario Cooperador, allí trabajó en la pastoral rural con jóvenes y maestros. Luego, por voluntad de su superior, fue trasladado al municipio de la Vega, primero de Vicario y luego como párroco, fueron 5 años de experiencia inolvidable, quedando en su mente gratos recuerdos de la gente de este municipio.
Al terminar su trabajo pastoral en La Vega, pasó a otra parroquia más urbana en el municipio de Madrid, allí estuvo desde 1975 hasta 1983.
Estando en Madrid, su Obispo, lo llamó para que le colaborara como tesorero de la Diócesis, trabajo que combinaba con el de párroco y en actividades académicas. En 1983, después de haber aplazado varias veces su viaje a Roma para estudiar, debido a la enfermedad de su señor padre, viajó a cursar estudios hasta 1985 cuando regresó para seguir sirviendo en su Diócesis. En 1993 se fundó el Seminario de Facatativá y fue nombrado como primer rector.
Lo nombran Obispo
El trabajo en el Seminario, fue fructífero y agradable, lo combinaba con otros ministerios, era profesor y dictaba clases en el Seminario Mayor de Bogotá.
En 2002 recibió la noticia de parte del señor Nuncio, quien le comunicaba que S.S. Juan Pablo II, le confería el honor de ser Obispo. Para el padre Luis Antonio Nova Rocha esto fue toda una sorpresa, ya que por su mente nunca había pasado la idea de que un día Dios lo premiaría con tan alta dignidad.
Llegó a Barranquilla en vísperas de Semana Santa, acompañado de algunos familiares. Se posesionó como Obispo Auxiliar el 9 de marzo de 2002 y recibió el aplauso y la aceptación de toda una feligresía.
Una vez, posesionado como Obispo Auxiliar de Monseñor Rubén Salazar Gómez, asumió su ministerio con amor y fidelidad. Su mayor gozo, es tener el privilegio de visitar la mayoría de las parroquias de la Arquidiócesis de Barranquilla, para él, es la experiencia más agradable en su vida de Obispo, pues le ha permitido tener contacto directo con las personas de las diferentes comunidades, escucharlos y entender sus problemas, esto sin duda, ha despertado en nuestro Obispo Auxiliar un alto grado de sensibilidad ante las angustias de los atlanticenses.
Monseñor Luis Antonio Nova Rocha
Pastor prudente que guía los pasos de la Comunidad
Monseñor Luis Antonio es un obispo discreto, aparentemente tímido, pero de gran sabiduría, sensibilidad humana, fino sentido del humor y elegancia en el trato con los demás. Su misión evangelizadora la cumple calladamente y sin muchos alardes.
Nació el 30 de julio de 1943, en Subachoque, uno de los pueblos más bellos de la sabana de Bogotá, en el hogar conformado por don Marco Antonio Nova y la señora María Sagrario Rocha. Su padre, un hombre muy cristiano, dedicado a la construcción de barrios y casas con el antiguo crédito territorial.
Don Marco siempre educó a sus hijos con ternura, pero también con templanza y autoridad, siendo un testimonio de vida para sus hijos. En cuanto a la señora María Sagrario, fue una mujer digna de admirar, pues con total amor cuidó y formó a sus 12, sin duda, fue una santa mujer.
Monseñor Luis Antonio, es el tercero de los doce hijos de la familia Nova Rocha. Su niñez transcurrió en un ambiente sano y agradable, disfrutando de los paisajes naturales de su natal Subachoque y el amor de su familia. A diferencia de sus hermanos, fue el único que no pudo ser acólito en su pueblo, ya que no lo admitieron por inquieto. En cuanto a su querido y amado pueblo, Monseñor Nova, siempre carga en su billetera algunas fotografías que muestra con orgullo a sus amigos.
Ingresa al Seminario Menor
En aquella época, era costumbre que una vez los niños del pueblo terminaban su primaria, sus padres los enviaban a estudiar bachillerato a Bogotá y preferiblemente a internados, pero, con Monseñor Luis Antonio ocurrió diferente, por alguna razón, el párroco del pueblo, el padre Ricardo González le dio una recomendación para el Seminario Menor de Tunja y fue allí donde con la ayuda de sus formadores, lentamente fue afianzando su vocación sacerdotal.
Inicialmente pensó en ser militar, pero un día, cuando disfrutaba de sus vacaciones, asistió al sepelio de un pariente, un joven del pueblo que siendo militar fue asesinado en combate. Los protocolos, las banderas, los clarines, los honores y discursos no convencieron mucho a Luis Antonio, quien pensó: “de que sirven tantos honores, tanta solemnidad, para morir tan joven”. Esto lo llevó a olvidarse de lo militar y solamente a pensar en ser sacerdote.
Cuando terminó su bachillerato, ya estaba decidido, y, en la misma ciudad de Tunja hizo sus primeros dos años de filosofía, terminó en Medellín y luego ingresó a la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá donde estudió Teología.
Ordenación sacerdotal y ministerios que ha ejercido
Fue ordenado sacerdote, el 22 de agosto de 1968. Su primer ministerio como sacerdote lo ejerció en Nocaima como Vicario Cooperador, allí trabajó en la pastoral rural con jóvenes y maestros. Luego, por voluntad de su superior, fue trasladado al municipio de la Vega, primero de Vicario y luego como párroco, fueron 5 años de experiencia inolvidable, quedando en su mente gratos recuerdos de la gente de este municipio.
Al terminar su trabajo pastoral en La Vega, pasó a otra parroquia más urbana en el municipio de Madrid, allí estuvo desde 1975 hasta 1983.
Estando en Madrid, su Obispo, lo llamó para que le colaborara como tesorero de la Diócesis, trabajo que combinaba con el de párroco y en actividades académicas. En 1983, después de haber aplazado varias veces su viaje a Roma para estudiar, debido a la enfermedad de su señor padre, viajó a cursar estudios hasta 1985 cuando regresó para seguir sirviendo en su Diócesis. En 1993 se fundó el Seminario de Facatativá y fue nombrado como primer rector.
Lo nombran Obispo
El trabajo en el Seminario, fue fructífero y agradable, lo combinaba con otros ministerios, era profesor y dictaba clases en el Seminario Mayor de Bogotá.
En 2002 recibió la noticia de parte del señor Nuncio, quien le comunicaba que S.S. Juan Pablo II, le confería el honor de ser Obispo. Para el padre Luis Antonio Nova Rocha esto fue toda una sorpresa, ya que por su mente nunca había pasado la idea de que un día Dios lo premiaría con tan alta dignidad.
Llegó a Barranquilla en vísperas de Semana Santa, acompañado de algunos familiares. Se posesionó como Obispo Auxiliar el 9 de marzo de 2002 y recibió el aplauso y la aceptación de toda una feligresía.
Una vez, posesionado como Obispo Auxiliar de Monseñor Rubén Salazar Gómez, asumió su ministerio con amor y fidelidad. Su mayor gozo, es tener el privilegio de visitar la mayoría de las parroquias de la Arquidiócesis de Barranquilla, para él, es la experiencia más agradable en su vida de Obispo, pues le ha permitido tener contacto directo con las personas de las diferentes comunidades, escucharlos y entender sus problemas, esto sin duda, ha despertado en nuestro Obispo Auxiliar un alto grado de sensibilidad ante las angustias de los atlanticenses.
Por JULIO GIRALDO.
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