«Mi carne es verdadera comida, y mi Sangre verdadera bebida; el que come mi Carne, y bebe mi Sangre, en Mí mora, y Yo en él.» (Jn 6, 56-57). Este sábado 17 de mayo la Arquidiócesis de Barranquilla celebrará la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Nuevamente la liturgia nos ofrece la oportunidad de celebrar, con el gozo propio de los hombres y mujeres de fe, la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo, este 18 de junio.
Siguiendo un orden lógico lo primero que deberíamos abordar en este artículo es el origen de la Solemnidad del Corpus Christi; pues bien, sobre el cómo nació esta celebración, no es necesario extendernos demasiado. Corpus Christi tuvo su origen en Lieja, Bélgica, en 0000, en plena edad media. Su aparición, y luego su extensión al resto de Europa, estuvieron rodeadas de muchas polémicas y detractores; al final, y pese a las resistencias de varios sectores de la Iglesia de la época, el Papa N.N, la aprueba en 0000 y extiende su celebración a la Iglesia Universal.
En líneas generales esta es la historia de la Solemnidad de Corpus Christi; una historia en la que no profundizaremos demasiado porque, más allá de la información cronológica, lo que en realidad necesitamos para descubrir la riqueza y la importancia de esta celebración, es ahondar en ese misterio que la celebración del Cuerpo y la Sangre de Cristo pone ante nuestros ojos: la presencia real de Cristo en las especies del Pan y del Vino consagrados.
_________________________Sigue leyendo más sobre esta solemnidad en la edición 139 de Kairós.
Aprendi mucho
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