domingo, septiembre 10, 2006

PARROQUIAS: AYER Y HOY DE LA FE

UNIDAD PASTORAL SANTO DOMINGO DE GUZMÁN
USIACURÍ: BELLEZA Y SIMPLICIDAD


Por: JULIO GIRALDO

Cada pueblo tiene su encanto, Usíacuri tiene mil encantos. Difícilmente existe otro pueblo más bello y encantador que Usíacuri en el Departamento del Atlántico. Quien llega a este bello lugar, siente llegar a un pedacito del paraíso terrenal. Verdes colinas, cristalinas y medicinales aguas, árboles frondosos, olor a tierra y a fragante naturaleza, y un ambiente de pueblito viejo. En lo alto de una pequeña montaña, majestuosamente se levanta su imponente Iglesia vestida de blanco y azul como símbolo de la religiosidad de un pueblo que siglos atrás era un asentamiento indígena.

En este pueblo, sus gentes conservan sus tradiciones y ancestros, no hay indigentes ni miseria, se vive de la agricultura, la ganadería y las artesanías, Dios privilegio a sus habitantes al dotarlos de habilidades especiales en sus manos para tejer la palma de iraca y transformarla en lindas piezas artesanales que hoy adornan lujosas mansiones en todo el mundo. En cada hogar de Usíacuri hay un artesano, cada niño que nace, ya en el vientre de su madre tejió un canasto, un relicario o cualquier artesanía, indudablemente es un pueblo artesanal, trabajador y emprendedor. Caminar por sus lindas calles es tener un encuentro con la historia, casas llenas de color y buen gusto arquitectónico; casas coloniales con añejos olores y un ambiente no citadino que invita al descanso y a la meditación. De pronto esto fue lo que cautivo al poeta Julio Florez quien llego a Usiacurí buscando las aguas medicinales para su salud, pero fue tal el encanto de este pueblo, que el poeta se quedó, echó raíces, no siendo católico se convirtió, hizo historia y murió en la paz del Señor en el pueblo que lo acogió con cariño y amor.

Contar la historia religiosa de este pueblo, no es fácil. Debemos retroceder por lo menos cuatro siglos. Para encontrarme con tan maravilloso pasado, visite varios lugares acompañado del Maestro Tomás Urueta, un artista reconocido, que más que artista es un historiador, en medio de chistes, anécdotas y carcajadas, lentamente me fue contando la historia que dice él, le contaron sus abuelos, historia que a continuación muy resumidamente quiero narrar.

Usiacurí fue descubierto por don Francisco Cesar el 4 de agosto de 1533 , por esta época llegaban los misioneros españoles a construir el pueblo de Dios en estas regiones habitadas en su mayoría por indígenas, llegaron los Dominicos, los Franciscanos, los Agustinos recoletos y más tarde los Jesuitas. Son los dominicos los que comienzan su trabajo evangelizador en esta región y por eso le encomiendan a Santo Domingo de Guzmán la pequeña capilla que comienzan a construir en la parte más alta de Usiacurí, sin desconocer que ya también en Tubará se encontraba los dominicos con San Luís Beltrán a la cabeza, no es raro que San Luís Beltrán haya celebrado algunas misas y administrado algunos sacramentos en Usiacurí. De todos modos fue tan bendecido el trabajo de estos primeros misioneros, que fueron cientos de indígenas que pudieron convertir al cristianismo y en muy poco tiempo ya comienza el fervor religioso expresado en lo que para la época era la manera de alabar a Dios, las fiestas populares, la religiosidad del pueblo. En los diciembres dramatizaban el pesebre y las encantadoras damas del pueblo salían vestidas de pastoras con un niño que representaba al niño Jesús lo llevaban en una silla por todas las calles pidiendo la colaboración para la celebración navideña. Igualmente para el 15 de agosto, cada año la gente preparaba la fiesta de la Virgen, ese día todo el mundo estrenaba vestido, era día de solemnidad y por consiguiente nadie podía trabajar, porque según las costumbres, si alguien trabajaba y no asistía a la fiesta, pecaba gravemente contra Dios. La Virgen la sacaban en su procesión acostada, "la dormición de la Virgen".

Como fruto abundante de esta religiosidad popular que hoy ya pasó a la historia, en Usiacurí hasta la fecha se han dado diez sacerdotes y hay cuatro actualmente en el seminario, El primero de ellos se ordeno en el año 1895 y su nombre era: Antonio Tertuliano Sarmiento Blanco. Las imágenes de origen español fueron traídas por los Dominicos en el año 1570, entre estas imágenes se destaca la de nuestra Señora del Transito, esta imagen se encuentra aún en buen estado, habiendo sido restaurada algunas veces. Junto a dicha imagen, vemos hoy otras más que datan de esa época entre ellas la de Santo Domingo de Guzmán, que le dan al bello templo ese sabor de la colonia. Lástima que un altar construido en 1630, tallado en madera con todas las imágenes de las órdenes conquistadoras, se hubiera perdido con la imprudencia de alguien que lo destrozó a punta de hacha

Pero sigamos con la historia y situémonos en 1915 cuando ya esta primera capillita de bareque y palma, por las inclemencias del clima comienza a derrumbarse, y hay la necesidad de construir una nueva Iglesia. Como siempre no había dinero, y hubo que esperar hasta el año 1923, cuando el gobierno norteamericano indemniza a Colombia por lo del canal de Panamá, y asignan cinco mil pesos para que se pueda construir la nueva Iglesia de Usiacurí que se construye en el mismo sitio de la anterior. Era administrada desde Baranoa, desde donde venían los sacerdotes a celebrar las misas dominicales, la construcción de este nuevo templo fue lenta, se presentaron algunos percances, pero al final se pudo terminar y siguió perteneciendo eclesialmente a la Parroquia de Santa Ana de Baranoa hasta el mes de mayo de 1950, cuando Monseñor Castro Becerra creó la Parroquia con el titulo de Santo Domingo de Guzmán, siendo su primer párroco el padre Francisco Soto Montoya, seguido por Roberto Vélez, Hermes Nieto, Emmanuel de Alba, Víctor Manuel Pabon, Luís Vargas Ripoll, Pedro Hernández, José Fuentes, Claudio Blanco, Enrique Roncallo, Leopoldo Gamboa, Roberto Ariel Ávila, Manuel Marchena, Álvaro Romero, Evelio Quinchia. En la actualidad rige los destinos de esta comunidad eclesial, el padre Samuel Granados.

Para el padre Granados, Usiacurí es un pueblo ferviente, con mucha participación en la vida parroquial y sobre todo con mucha madurez en su fe, existen numerosos grupos de apostolado, se celebra misa diariamente y sus habitantes acuden con mucha frecuencia a los sacramentos.

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