Durante la presentación el pasado 13 de marzo de la Exhortación Apostólica Post Sinodal de Benedicto XVI "Sacramentum Caritatis", sobre la Eucaristía fuente y cumbre de la vida y la misión de la Iglesia, el Patriarca de Venecia y relator general de la 11º Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, Cardenal Angelo Scola, explicó la estructura general, contenidos fundamentales y novedades doctrinales del nuevo documento pontificio.
El Purpurado señaló que la Exhortación se basa "en el nexo inseparable de tres aspectos: misterio eucarístico, acción litúrgica y nuevo culto espiritual" y "está estructurada en tres partes, cada una de las cuales profundiza una de las tres dimensiones de la Eucaristía", es decir: "Eucaristía, misterio que se ha de creer; Eucaristía, misterio que se ha de celebrar y Eucaristía, misterio que se ha de vivir".
"La enseñanza del Santo Padre –añadió el Cardenal Scola– ilustra con claridad cómo la acción litúrgica (misterio que se ha de celebrar) es aquella acción específica que hace posible la conformación de la vida cristiana (misterio que se ha de vivir, nuevo culto) por parte de la fe (misterio que se ha de creer)". El Papa, "con una segunda novedad doctrinal de gran importancia", resalta además "la relevancia del 'arte de celebrar' para una participación activa, plena y fructuosa".
"EUCARISTÍA, MISTERIO QUE SE HA DE CREER"
En la primera parte, "Eucaristía, misterio que se ha de creer", se habla del "don de la Trinidad", y "se ilustra el misterio de la Eucaristía a partir de su origen trinitario, que asegura su carácter permanente de don". Sobre los lazos entre "Institución cristológica y obra del Espíritu", el Santo Padre aborda "la institución de la Eucaristía en relación con la cena pascual judía" en un "pasaje decisivo para iluminar el 'novum' radical que Jesús aporta a la antigua cena ritual".
"Eucaristía e Iglesia", el segundo apartado, subraya que "la Eucaristía es el principio causal de la Iglesia: "en cada celebración confesamos la primacía del don de Cristo. El influjo causal de la Eucaristía en el origen de la Iglesia revela la precedencia no sólo cronológica sino también ontológica del habernos 'amado primero'. Benedicto XVI, mientras afirma la relación circular entre la Eucaristía que edifica la Iglesia y la Iglesia misma que celebra la Eucaristía, cumple una significativa opción magisterial por el primado de la causalidad eucarística sobre la eclesial".
El Papa aborda la relación entre la Eucaristía y los demás sacramentos, afirmando que ésta "lleva la iniciación cristiana a la plenitud y es como el centro y fin de toda la vida sacramental". Respecto al sacramento de la reconciliación, el Papa insiste en la exigencia de "una recuperación de la pedagogía de la conversión que nace de la Eucaristía".
Al tratar la relación entre Eucaristía y Orden, el Santo Padre reafirma el carácter "insustituible del sacerdocio ministerial para la celebración de la Santa Misa" y, además, "subraya y profundiza la relación entre orden sacerdotal y celibato: "Respetando la praxis y las diferentes tradiciones orientales –escribe– es necesario reafirmar el sentido profundo del celibato sacerdotal, considerado con justicia una riqueza inestimable".
En "Eucaristía y Matrimonio", el Santo Padre sostiene que, sacramento esponsal por excelencia, "corrobora de forma inagotable la unidad y el amor indisolubles de todo matrimonio cristiano". Según el Arzobispo Scola, el texto contiene "importantes sugerencias pastorales" respecto a los católicos divorciados que se han vuelto a casar. La Exhortación, tras reafirmar que "a pesar de su situación siguen perteneciendo a la Iglesia, que les sigue con especial atención", enumera nueve modalidades de participación en la vida de la comunidad de estos fieles que, aunque no reciban la Comunión, pueden adoptar un estilo de vida cristiano". "Se habla también de los que habiendo celebrado válidamente el matrimonio, por condiciones objetivas no pueden disolver los nuevos lazos contraídos, proponiéndoles, con una adecuada ayuda pastoral, que se comprometan "a vivir su relación según las exigencias de la ley de Dios, como amigos, como hermano y hermana", es decir, transformando su relación en amistad fraternal".
"EUCARISTÍA, MISTERIO QUE SE HA DE CELEBRAR"
El Purpurado se refirió a la segunda parte de la Exhortación, "Eucaristía, misterio que se ha de celebrar", en la que se ilustra "el desarrollo de la acción litúrgica en la celebración, indicando los elementos que merecen una mayor reflexión y ofreciendo algunas sugerencias pastorales de gran importancia".
El Papa ofrece unas indicaciones sobre la riqueza de los signos litúrgicos (silencio, paramentos, gestos: estar de pie, de rodillas, etc.) y el arte al servicio de la celebración. En este contexto se recuerda que el sagrario debe colocarse en un lugar visible en la Iglesia con una lamparilla encendida.
Para favorecer una participación activa más adecuada en el rito sagrado, el Santo Padre propone algunos recursos pastorales y, asimismo, propone "un recurso más habitual a la lengua latina, sobre todo en las grandes celebraciones internacionales, sin descuidar el peso del canto gregoriano". "El Papa –continuó el Cardenal Scola– recuerda la unidad intrínseca del rito de la Santa Misa", que se debe expresar también en el modo con que se cuida la liturgia de la Palabra". Benedicto XVI hace hincapié en el "notable valor educativo" de la presentación de los dones, el intercambio de la paz y el "Ite missa est". "El Santo Padre ha confiado el estudio de posibles cambios sobre estos dos últimos puntos a los dicasterios competentes".
"EUCARISTÍA, MISTERIO QUE SE HA DE VIVIR"
En la tercera y última parte, el Purpurado indicó que "se muestra la capacidad del misterio creído y celebrado de constituir el horizonte último y definitivo de la existencia cristiana".
En la Exhortación se subraya con fuerza que “el don de la Eucaristía es para el hombre, responde a las esperanzas del hombre. Los cristianos encuentran en la celebración eucarística al Dios vivo y verdadero capaz de salvar su vida. Y esta salvación tiene como interlocutora a la libertad humana". "La relevancia antropológica de la Eucaristía emerge con toda su fuerza en el culto nuevo característico del cristiano. Sobre la base de la acción eucarística, cada circunstancia de la existencia se convierte, por decir así, en 'sacramental'", añadió.
Tras recordar que "cada fiel está llamado a una profunda transformación de la propia vida", el Patriarca de Venecia subrayó la importancia de la "responsabilidad de los cristianos que desempeñan cargos públicos y políticos". Concretamente, los políticos y legisladores católicos deben "presentar y apoyar –escribe el Santo Padre– leyes inspiradas en los valores fundados en la naturaleza humana. Esto tiene además una relación objetiva con la Eucaristía". Asimismo, el documento "recomienda vivamente a todos, pero en particular a los fieles laicos, "cultivar el deseo de que la Eucaristía influya cada vez más profundamente en su vida cotidiana, convirtiéndolos en testigos visibles en su propio ambiente de trabajo y en toda la sociedad". El Cardenal afirmó que el texto no duda en afirmar que "la Eucaristía impulsa a todo el que cree a hacerse 'pan partido' para los demás, y por tanto, a trabajar por un mundo más justo y fraterno".
Asimismo, el Purpurado manifestó la convicción de que "en la autenticidad de la fe y del culto eucarístico se halla el secreto de un renacimiento de la vida cristiana capaz de regenerar al Pueblo de Dios. En el misterio de la Eucaristía se accede a la realidad de Dios que es amor".
Por último, el Cardenal Scola destacó que al inicio y al final del documento, Benedicto XVI subraya la relación entre la Eucaristía y la Virgen: "En María Santísima vemos perfectamente realizado el modo sacramental con que Dios, en su iniciativa salvadora, se acerca e implica a la criatura humana. De Ella hemos de aprender a convertirnos en personas eucarísticas y eclesiales".
El texto completo de la Exhortación Apostólica puede encontrarse en: http://www.aciprensa.com/Docum/benedictoxvi/documento.php?id=99
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