viernes, noviembre 02, 2007

"DÍA DE LOS ANGELITOS"

POR EL RESCATE DE NUESTRAS TRADICIONES CULTURALES Y RELIGIOSAS.

Trabajo de campo: MARISOL BURGOS DE FLÓREZ*
Redacción final: ONIX CORREA GARCÍA**

Durante todos los tiempos, debido al talante cultural de nuestros pueblos, los comportamientos culturales se transmiten de una generación a otra. Por consiguiente, ha nacido en la sociedad un sentimiento de mucha pertenencia hacia todas estas costumbres sintiéndolas y viviéndolas como algo propio, como algo que les pertenece.

Todas estas celebraciones y fiestas religiosas comunican, además de lo maravilloso del amor de Dios, un mensaje económico, social, lúdico, étnico y, también, la identidad cultural de un pueblo. Claro está, si partimos de la idea de que los comportamientos religiosos, por tratarse de hechos sociales, también incluyen otros aspectos diferentes a la devoción espiritual. Es así como vemos que estas celebraciones sirven, además, para conectar a las personas que hacen parte de un grupo social, convirtiéndose en elemento importante para construir una participación comunitaria y una socialización entre los que en ella participan.

En la actualidad crece el interés por recuperar los valores culturales que, por la entrada de nuevas y diferentes culturas, se han ido perdiendo de nuestro diario vivir. Los bailes, las danzas, la música, etc., corren el riesgo de perderse debido a la comercialización de nuevos ritmos y costumbres de los países predominantes en el mundo. Son pocas las personas e instituciones que se preocupan por rescatar la sabiduría y las costumbres intrínsecas de los pueblos.

En un caso más concreto está la celebración del “Día de los Angelitos”, que se destaca por ser una tradición local remplazada por una extranjera sin tener en cuenta que la nueva fiesta promueve los anti-valores y que, en muchas ocasiones, incentiva al consumo mercantilista. En este aspecto, se pone en manos de la moda y de otras culturas las propias de una comunidad, olvidándose los valores y principios que pertenecen a la historia de una comunidad y el pasado mismo de esta.

La celebración del “Día de los Angelitos” está relacionada con la vocación cristiana de los pueblos del Caribe que, como está entendido, recibieron esta costumbre de varias regiones de España y, por consiguiente, fue transmitida por emigrantes que llegaron a nuestros pueblos; aunque para muchos esta tradición caribeña nace de la celebración católica del “Día de todos los Santos”. En esta fiesta religiosa, que se celebra en muchos países de tradición católica el primero de noviembre, se veneran a todos los santos que no tienen una fiesta propia en el calendario litúrgico.

¿Qué es más inocente y santo que el corazón de un niño?
En estos tiempos, la Iglesia Católica promueve para que en las tradiciones de los pueblos se destaque la religiosidad popular, incentivando a las personas para que manifiesten sanamente su amor a Dios uno y trino.

En el documento conclusivo de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe realizada en Aparecida, Brasil, en mayo del presente año, se nos dice en el numeral 7 que: “La fe en Dios amor y la tradición católica en la vida y cultura de nuestros pueblos son sus mayores riquezas.” Pero continúa el documento con la preocupación de los obispos al ver cómo la globalización en la que nuestros pueblos están sumergidos conlleva a que la preciosa tradición comience a erosionarse, con la ayuda de los medios masivos de comunicación que nos presentan nuevas imágenes e ideas atractivas y llenas de fantasía.

Todas estas situaciones atentan contra el núcleo más profundo de las distintas culturas, que la mayoría de las veces está conformado por las experiencias religiosas que envuelven a cada cultura y que da como resultado una compleja transmisión, a través de la educación, de las características propias y expresiones de una cultura como vehículo fundamental en la transmisión de la fe. En el numeral 46 del mismo documento de Aparecida, se continúa con la iluminación de cómo se impone una nueva forma de colonización de culturas artificiales, despreciando las culturas locales y tendiendo a imponer una cultura homogeneizada. Esta cultura se caracteriza por el auto referencia del individuo, que conduce a la indiferencia por el otro, al que no necesita ni del que tampoco se siente responsable. Además, esta nueva cultura, se contrapone a los vínculos que nos regala las tradiciones populares como hecho Social donde el mayor valor es formar la cohesión entre toda una comunidad y donde lastimosamente se pierde la dimensión festiva que tiene el hombre como ser social por naturaleza.

Juan Pablo II, en su discurso inaugural de la IV Conferencia Episcopal efectuada en Santo Domingo, afirmaba: “La América Latina es un pueblo que a través de la historia ha permanecido unido por la misma geografía, la fe cristiana, la lengua y la cultura.” Es este sentido es válido, entonces, apuntarle con fuerza al rescate del “Día de los Angelitos” como espacio propicio de encuentro fraterno de la familia cristiana en torno a nuestros niños y niñas atlanticenses.

*Miembro de la comisión de pastoral infantil.
** Asistente de Redacción Kairós.

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