sábado, febrero 09, 2008

SOLIDARIDAD ¡SOMOS HERMANOS!

Después de celebrar el Jubileo de los 75 años de la Arquidiócesis de Barranquilla, acontecimiento que ha reforzado nuestro proceso de evangelización, continuamos ahora con mayor ardor el camino trazado por nuestro plan pastoral y nos animamos a fortalecer todas las estructuras arquidiocesanas y parroquiales, fomentando así la espiritualidad de comunión.

Este año de la ‘solidaridad’ es propicio para que nos escuchemos y, en equipo, podamos dar respuesta a una serie de inquietudes pastorales que surgen para la Iglesia en Latinoamérica desde Aparecida. Es, entonces, una necesidad urgente reforzar todo el trabajo pastoral que se ha venido realizando en nuestra Arquidiócesis de Barranquilla, con amor y con el deseo profundo de llevar el Evangelio a todos los hombres y mujeres que con ansia anhelan la Buena Noticia de salvación que se nos ha dado en Cristo Jesús.

La invitación está extendida a todos los agentes de pastoral, a todos los que con generosidad colaboran en la realización pastoral de la Arquidiócesis desde su parroquia, instituto o movimiento. Y es que todos –obispos, presbíteros, diáconos, religiosos y religiosas, seminaristas, integrantes de comisiones y comités-, todos, sin excepción, estamos llamados a participar con creatividad y responsabilidad en la construcción, día a día, de nuestro proyecto de evangelización que nos une a la gran ‘Misión Continental de América Latina’ propuesta por la ‘V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe’ que se realizó recientemente en Aparecida, Brasil.

Teniendo presente que estamos en el último año de la segunda fase de la primera etapa de sensibilización del Proceso Diocesano de Renovación y Evangelización PDR/E, estaremos evaluando todo el camino recorrido al finalizar este año. Por tanto, necesitamos prepararnos a la gran asamblea que se realizará en el mes de septiembre y, así, lanzarnos a la planificación de la tercera fase de esta primera etapa, lo cual indica también que al finalizar este año debemos tener bien claro el ideal de Iglesia que Dios quiere y el Atlántico necesita: una Iglesia en comunión, misión y participación.

SOLIDARIOS CON EL PAÍS

No podemos cerrar esta nota editorial sin manifestar la solidaridad de la Iglesia Católica que peregrina en el Atlántico con todos los hermanos colombianos secuestrados y sus familias.

Que la oración comunitaria, en familia y personal, sea nuestra arma para combatir tantos atentados a la dignidad humana. Oremos para que las acciones del Gobierno Nacional y de los países que han ofrecido su ayuda para lograr un acuerdo humanitario con los grupos insurgentes, se fundamente en principios de justicia, solidaridad y reconciliación. Y oremos para que ellos –los alzados en armas-, sepan responder al anhelo de paz de Colombia y el mundo.

El Presidente Álvaro Uribe ha insistido en depositar su confianza en la Iglesia Católica como mediadora para el intercambio humanitario. Pero, el padre Darío Echeverri, secretario general de la Comisión Nacional de Conciliación y miembro de la Comisión de Paz de la Iglesia, en declaraciones a Kairós, ha dicho que la meta de la Iglesia va más allá del intercambio humanitario. “El verdadero interés de la Iglesia es propiciar espacios que permitan diálogos de paz y reconciliación nacional”.

En este camino de esperanza, seguirá la Iglesia Católica marcando la historia con el sello de la fe y dispuesta a colaborar responsablemente en la evangelización de Colombia.

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