Durante el Sínodo de Obispos convocados por el Papa Benedicto XVI recientemente, los padres sinodales trataron, entre otros temas, el tema de la familia como espacio crítico en el que las personas deben conocer, aprender y nutrirse de las Sagradas Escrituras.
"Recomendar y promover con ayudas apropiadas la escucha comunitaria de la Palabra de Dios en las familias y la puesta en común de las experiencias vividas. Para poder relacionar más fácilmente las palabras escritas con Jesucristo, la Palabra viva, hay que seguir el año litúrgico a través del Evangelio del día o, por lo menos, el del domingo, subrayando una frase para recordarla y vivirla durante la jornada o durante la semana", explicó el Cardenal Ennio Antonelli, Presidente del Pontificio Consejo para la Familia, en su intervención. Además alegó que “pocos minutos bastan para rezar y escuchar juntos, para proponerse un compromiso común y aplicarlo en las actividades y en las relaciones cotidianas y recordarlo en el momento oportuno en el diálogo familiar espontáneo (...) Si en cambio se hace un solo encuentro semanal de escucha de la Palabra, este puede ser más largo y puede servir de preparación o de continuación y aplicación de la Misa dominical en la parroquia", precisó.
Por su parte y durante la octava Congregación General, el Cardenal Vinko Pujlic, Arzobispo de Vrhbosna, (Sarajevo, en Bosnia Herzegovina), señaló que "el servicio de los laicos exige capacidades diversificadas que suponen una formación bíblica específica" y recordó que "un medio privilegiado para el encuentro con Dios que nos habla es la catequesis dentro de las familias, con la profundización de algunas páginas bíblicas y la preparación de la liturgia dominical". De la misma manera manifestó que "en los países que salieron recientemente del régimen socialista, la Iglesia tiene necesidad de fieles laicos que vivan intensamente el Evangelio de Cristo en la familia y la sociedad y que vuelvan a participar en la misión de la comunidad eclesiástica. La preparación familiar al Día del Señor podría ser un verdadero kairós (momento de gracia) para ellos".
El estudio de la Palabra en el Atlántico
Esta realidad tratada por los Obispos reunidos en el Sínodo cabe destacarla en el Plan Diocesano de Renovación y Evangelización –PDR/E- que actualmente se desarrolla en nuestra Arquidiócesis de Barranquilla; desde que comenzó la ‘misión arquidiocesana’ hace 9 años, se están realizando las Asambleas Familiares en todo el Atlántico.
Estas asambleas son espacios de encuentro fraterno en los que varias familias, pertenecientes a una comunidad pastoral, estudian la Palabra de Dios, según el texto para la misa dominical. En las asambleas familiares, los vecinos de un sector parroquial determinado, comparten sus experiencias de vida y fe, para que estas sirvan como base en la construcción de una mejor sociedad y del ideal de Iglesia que se quiere alcanzar.
Gracias a estos encuentros semanales de la familias en el Atlántico, se ha podido integrar con mayor afectividad y efectividad a los habitantes de un sector, se han unido los esfuerzos de la comunidad para trabajar y gestionar soluciones a problemas que frecuentemente se presentan y que afectan a todos, y, sobre todo, se nota el crecimiento espiritual de aquellos sectores parroquiales que realizan este estudio de la Palabra.
Las Asambleas Familiares fue una iniciativa propuesta por el Arzobispo Rubén Salazar Gómez cuando llegó a nuestra departamento y luego de presentar el PDR/E. A medida que se desarrolla este plan de evangelización, las comunidades han tomado conciencia de la importancia que hay en el estudio semanal y en familia de los textos bíblicos.
"Recomendar y promover con ayudas apropiadas la escucha comunitaria de la Palabra de Dios en las familias y la puesta en común de las experiencias vividas. Para poder relacionar más fácilmente las palabras escritas con Jesucristo, la Palabra viva, hay que seguir el año litúrgico a través del Evangelio del día o, por lo menos, el del domingo, subrayando una frase para recordarla y vivirla durante la jornada o durante la semana", explicó el Cardenal Ennio Antonelli, Presidente del Pontificio Consejo para la Familia, en su intervención. Además alegó que “pocos minutos bastan para rezar y escuchar juntos, para proponerse un compromiso común y aplicarlo en las actividades y en las relaciones cotidianas y recordarlo en el momento oportuno en el diálogo familiar espontáneo (...) Si en cambio se hace un solo encuentro semanal de escucha de la Palabra, este puede ser más largo y puede servir de preparación o de continuación y aplicación de la Misa dominical en la parroquia", precisó.
Por su parte y durante la octava Congregación General, el Cardenal Vinko Pujlic, Arzobispo de Vrhbosna, (Sarajevo, en Bosnia Herzegovina), señaló que "el servicio de los laicos exige capacidades diversificadas que suponen una formación bíblica específica" y recordó que "un medio privilegiado para el encuentro con Dios que nos habla es la catequesis dentro de las familias, con la profundización de algunas páginas bíblicas y la preparación de la liturgia dominical". De la misma manera manifestó que "en los países que salieron recientemente del régimen socialista, la Iglesia tiene necesidad de fieles laicos que vivan intensamente el Evangelio de Cristo en la familia y la sociedad y que vuelvan a participar en la misión de la comunidad eclesiástica. La preparación familiar al Día del Señor podría ser un verdadero kairós (momento de gracia) para ellos".
El estudio de la Palabra en el Atlántico
Esta realidad tratada por los Obispos reunidos en el Sínodo cabe destacarla en el Plan Diocesano de Renovación y Evangelización –PDR/E- que actualmente se desarrolla en nuestra Arquidiócesis de Barranquilla; desde que comenzó la ‘misión arquidiocesana’ hace 9 años, se están realizando las Asambleas Familiares en todo el Atlántico.
Estas asambleas son espacios de encuentro fraterno en los que varias familias, pertenecientes a una comunidad pastoral, estudian la Palabra de Dios, según el texto para la misa dominical. En las asambleas familiares, los vecinos de un sector parroquial determinado, comparten sus experiencias de vida y fe, para que estas sirvan como base en la construcción de una mejor sociedad y del ideal de Iglesia que se quiere alcanzar.
Gracias a estos encuentros semanales de la familias en el Atlántico, se ha podido integrar con mayor afectividad y efectividad a los habitantes de un sector, se han unido los esfuerzos de la comunidad para trabajar y gestionar soluciones a problemas que frecuentemente se presentan y que afectan a todos, y, sobre todo, se nota el crecimiento espiritual de aquellos sectores parroquiales que realizan este estudio de la Palabra.
Las Asambleas Familiares fue una iniciativa propuesta por el Arzobispo Rubén Salazar Gómez cuando llegó a nuestra departamento y luego de presentar el PDR/E. A medida que se desarrolla este plan de evangelización, las comunidades han tomado conciencia de la importancia que hay en el estudio semanal y en familia de los textos bíblicos.
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