Bajo la Luz de la Esperanza
Por Julio Giraldo*
Palmar de Varela, municipio ubicado al oriente del Atlántico, fue fundado en 1806, pero sólo recibió la categoría de municipio en 1857, gracias a las gestiones adelantadas por Pedro Antonio Caballero, quien se motivó por el desarrollo de la navegación por el río Magdalena, y esto le sumó gran importancia a dicha población.
Este bello municipio se ubica sobre la delta del río Magdalena al oriente del departamento del Atlántico; casi el 17% del área está cubierta por ciénagas. La agricultura y la ganadería, constituyen el pilar de su economía. El nombre de Palmar de Varela se origina por el hecho de que el sector estaba lleno de palmeras llamadas por sus habitantes: “palmiche”; un señor llamado Catalino Varela era el que construía las casas con techo de la citada palma, y por está razón para honrar y recordar a don Catalino, surge el nombre de: “Palmar de Varela”.
Antiguos moradores como Eduardo Fontalvo de los Reyes, Camilo Polo y el profesor Ascanio Fontalvo, dicen de este municipio, que era un lugar agradable para vivir por su tranquilidad y la calidad humana de sus habitantes; sus casitas eran de bareque y techo de palma, sus calles llenas de polvo, pero por estas se podía caminar de noche y de día sin ningún temor; compartían y celebraban con alegría sus fiestas tradicionales, y cuando remotamente uno de sus habitantes fallecía, las campanas de su iglesia tañaban con lúgubres repiques anunciando la muerte para que todos fueran al velorio.
Sobre su historia religiosa, encontramos que desde 1850, existía una pequeña iglesia de tapias, bareque y tejas de barro, situada frente a la alcaldía donde hoy queda el parque; hasta aquí llegaban sacerdotes a lomo de mula desde Soledad para celebrar la Santa Misa dominical.
Al parece el pueblo se organizó muy rápido como comunidad eclesial, en 1859 aparece el primer libro parroquial con la firma de su párroco en aquel entonces, el padre Diego De los Santos León, en este libro se indica que era parroquia de la Diócesis de Cartagena; siguen en orden cronológico 41 sacerdotes más que figuran como párrocos, algunos de ellos repitiendo en distintos períodos: Mateo Insignares, Manuel José Pradoz, Domingo Olivares, José María Romero, Nicolás Torres, José María Rivera, Manuel De la Victoria Coronel, Mauricio Alfonso Varela, Néstor Coronel, Roberto Antonio Charris, Moisés Gómez, Mariano Rodríguez, Baldomero Arrauz, Fray Lucio Diez, Fray Agustín Diez, Francisco Álvarez, Fray Fidel Del Val, Emilio Canseca, Fray Filomeno Bernal, Carlos Julio Becerra, Tomás Palacio, Francisco Buitrago, Eusebio Fernández, Diógenes Bornacelli, Humberto Brum, Paulino Piedrahita, Claudio Martín Blanco, Julio Luis Gallo, Marcos Lopera, Gerardo Cardona, Luís Pulgarín, Roberto Castro, Samuel Granados y Tomás Nicanor Coronado Victorino.
En 1953, se da paso a la construcción de un nuevo templo bajo el liderazgo del padre Tomás Palacio, quien además era ingeniero, contando con el arquitecto Rafael Hernández oriundo del mismo pueblo, como director de la obra, la cual se estableció en terrenos donados por don Marcial Polo Caballero.
Toda la feligresía se unió a esta misión y en forma generosa contribuyeron, para así poder hacer realidad la construcción de su nueva unidad pastora; fue un esfuerzo de todos, pero al final construyeron su templo con todas las características de la época: Baptisterio, amplio altar mayor, púlpito, naves amplias, con sus respectivos altares, el famoso lugar para el coro, ubicado en un segundo nivel a la entrada del templo, y por su puesto la dotación completa de ornamentos, vasos sagrados e imágenes en su mayoría traídas de España y donadas por don Benigno Caballero.
Para ese entonces, no toda la obra se terminó, ya que la casa cural era apenas una pequeña bodega, pero en 1975 llegó el padre Marcos Lopera e inició una campaña para construir una adecuada casa. Actualmente tanto la parroquia como la casa cural, se encuentran en buenas condiciones.
La Parroquia Hoy:
Hoy, después de 150 años de historia religiosa en Palmar de Varela, su feligresía ya no es la misma, su cultura y sus costumbres han sido influenciadas por los miles de emigrantes que han llegado de todas partes del país, especialmente desplazados, lo que ha ocasionado la perdida de identidad de los “palmarinos” hasta el punto que hoy más del 40% de la población no es nativa del pueblo.
Esta situación, ha originado muchos cambios en las costumbres religiosas del pueblo; es una población de aproximadamente 32.000 habitantes y sólo 400 personas asisten los domingos a misa.
Su actual párroco, padre Nelson Medina Rueda, nació en Bogotá, sus ancestros son de Bucaramanga, El socorro y San Gil, muy rápidamente se adaptó a la cultura costeña y hoy la feligresía de Palmar de Varela lo aprecia, lo respeta y lo quiere, pues no solamente ven en él, al guía espiritual, sino al sacerdote comprometido.
Pastoralmente existe un buen ambiente y la comunidad está muy motivada con el PDR/E, lo que se constituye en una luz de mucha esperanza que aparece en el camino para el padre Nelson, quien en medio de tantas dificultades, trata de reconstruir una feligresía en donde existe escasez de agentes de evangelización y falta de compromiso de la mayoría de su feligresía.
Se atienden tres células pastorales, una de ellas es la de María Auxiliadora, la cual esta a punto de iniciar la construcción de su templo; diariamente se celebra la Eucaristía con mucha asistencia; la feligresía sigue siendo tradicionalista y celebran con fervor religioso las fiestas patronales de María Auxiliadora, así como la Navidad y la Semana Santa; al igual que reciben los sacramentos del bautismo y el matrimonio en su unidad pastoral San Juan Bautista (El Precursor).
* Periodista – Historiador. julioetica@yahoo.com
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