En las Malvinas ya existe un templo
Por Hammer Arévalo Poveda*
El surgimiento de la unidad pastoral Jesús Señor de la Vida del barrio Las Malvinas, empieza de la mano del padre Marco Lopera, quien con la comunidad poco a poco fue consiguiendo materiales de construcción y los utensilios sagrados para la consolidación del templo; todos como familia celebraban la Eucaristía en diversos lugares de acuerdo a la época, en verano lo hacían en chozas y en tiempo de lluvia se trasladaban al salón del grupo de los adultos mayores del barrio.
Al pasar algún tiempo, luego de celebrar en lugares improvisados, no sólo Misas, sino también bautizos y matrimonios, los habitantes con mucha oración y gran esmero lucharon por conseguir el terreno que actualmente ocupa la parroquia.
Actualmente, este templo cumple dos años y tres meses de estarse construyendo; durante este periodo se han levantado las columnas, paredes, la sacristía y el techo, pero hacen falta las puertas, ventanas y el piso.
Con la construcción de la unidad pastoral Jesús Señor de la Vida, la comunidad ha experimentado un gran interés, están siempre dispuestos a colaborar y por tal motivo, se unen para organizar bingos y diversas actividades que permitan colocar ´granitos de arena´ para la edificación del templo.
Catedratón llega a Las Malvinas
Con la llegada de Catedratón la comunidad se llenó de gozo, pues a partir de ese momento contarían con un templo y un sacerdote que los guiaría espiritualmente. Hoy, ya tienen un lugar donde reunirse para orar y estrechar lazos de fraternidad.
Los habitantes del barrio Las Malvinas nunca dejarán de estar agradecidos con Catedratón, pues gracias al aporte de $145.887.523 pudieron lograr la obra gris de la parroquia. “Para mí el templo significa mucho, es el sueño hecho realidad de que existiera en el barrio una parroquia”, comenta Letty Espítia.
La edificación del templo no ha sido sólo material, pues ha permitido el crecimiento espiritual de los habitantes del sector desde la llegada del padre Marco Lopera y actualmente con la ayuda del padre Livinus Nwaokeke, sacerdote misionero proveniente de Nigeria (África).
Los feligreses junto con el padre Livinus, esperan conseguir con la ayuda de una mano amiga de buen corazón, los recursos necesarios para terminar la construcción del templo y así acoger a todos los habitantes del sector de las Malvinas para un encuentro profundo y amoroso con Dios.
* Estudiante en práctica Delegación de Comunicaciones y Relaciones Públicas Arquidiócesis de Barranquilla.
Por Hammer Arévalo Poveda*
El surgimiento de la unidad pastoral Jesús Señor de la Vida del barrio Las Malvinas, empieza de la mano del padre Marco Lopera, quien con la comunidad poco a poco fue consiguiendo materiales de construcción y los utensilios sagrados para la consolidación del templo; todos como familia celebraban la Eucaristía en diversos lugares de acuerdo a la época, en verano lo hacían en chozas y en tiempo de lluvia se trasladaban al salón del grupo de los adultos mayores del barrio.
Al pasar algún tiempo, luego de celebrar en lugares improvisados, no sólo Misas, sino también bautizos y matrimonios, los habitantes con mucha oración y gran esmero lucharon por conseguir el terreno que actualmente ocupa la parroquia.
Actualmente, este templo cumple dos años y tres meses de estarse construyendo; durante este periodo se han levantado las columnas, paredes, la sacristía y el techo, pero hacen falta las puertas, ventanas y el piso.
Con la construcción de la unidad pastoral Jesús Señor de la Vida, la comunidad ha experimentado un gran interés, están siempre dispuestos a colaborar y por tal motivo, se unen para organizar bingos y diversas actividades que permitan colocar ´granitos de arena´ para la edificación del templo.
Catedratón llega a Las Malvinas
Con la llegada de Catedratón la comunidad se llenó de gozo, pues a partir de ese momento contarían con un templo y un sacerdote que los guiaría espiritualmente. Hoy, ya tienen un lugar donde reunirse para orar y estrechar lazos de fraternidad.
Los habitantes del barrio Las Malvinas nunca dejarán de estar agradecidos con Catedratón, pues gracias al aporte de $145.887.523 pudieron lograr la obra gris de la parroquia. “Para mí el templo significa mucho, es el sueño hecho realidad de que existiera en el barrio una parroquia”, comenta Letty Espítia.
La edificación del templo no ha sido sólo material, pues ha permitido el crecimiento espiritual de los habitantes del sector desde la llegada del padre Marco Lopera y actualmente con la ayuda del padre Livinus Nwaokeke, sacerdote misionero proveniente de Nigeria (África).
Los feligreses junto con el padre Livinus, esperan conseguir con la ayuda de una mano amiga de buen corazón, los recursos necesarios para terminar la construcción del templo y así acoger a todos los habitantes del sector de las Malvinas para un encuentro profundo y amoroso con Dios.
* Estudiante en práctica Delegación de Comunicaciones y Relaciones Públicas Arquidiócesis de Barranquilla.
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