Periódico editado por la Arquidiócesis de Barranquilla (Colombia) con temas de formación y actualidad de nuestra ciudad, el país y el mundo.
jueves, octubre 22, 2009
Un llamado a la Vida Consagrada
Por hermana Bertha Salazar*
En la actualidad, muchos se preguntan: ¿qué es la Vida Consagrada? En pocas palabras podemos decir, que es el signo y manifestación del Reino de Dios, pues las religiosas estamos llamadas a vivir el espíritu de las Bienaventuranzas concretado en los valores del Reino de Dios.
La Vida Consagrada nace de una vocación, es decir, un llamado de Dios a un estilo de vida entre el pueblo de Dios. Es un servicio a Jesús y desde Jesús un servicio a la Iglesia. Consagradas a Él derramamos nuestra vida a sus pies, entregando lo más precioso de nosotras, la libertad, el amor, toda nuestra persona a Él y Su causa; y desde el amor a todos los pobres, como el mismo Dios los ama.La finalidad de la Vida Consagrada es seguir a Jesús, respondiendo a Su llamado. Nuestra entrega es signo, profecía, servicio; es derroche de amor al Dios vivo a quien amamos, de esta manera, damos todo, especialmente a los hermanos más necesitados.
¿Dónde encontramos la Vida Consagrada?
La Vida Consagrada tiene un campo muy abierto a la pastoral comunitaria en sus diversos carismas, como lo son: la salud, misión, parroquia, centros de salud y educación, formación en valores, medios de comunicación social, atención al adulto mayor, juventud, éticos, culturales y étnicos. Es así, como llevando el mensaje de Jesús, incondicionalmente servimos a la Iglesia, aportando lo mejor en un mundo necesitado de Dios y donde el materialismo ha causado muchos daños, allí podemos contribuir con nuestro granito de arena.
Consagración de la Mujer a la Iglesia
En la historia de la humanidad la mujer siempre ha estado presente en la Iglesia a través de la Vida Consagrada; sin nuestro aporte, la Iglesia y el mundo tendrían aún más necesidades, más tristezas y menos sentido humano para construir una sociedad en fraternidad.
En el mundo somos muchas las que hemos optado por este estilo de vida y viviendo en muchos lugares del mundo, servimos siempre con gozo y alegría.
En la Vida Consagrada, tenemos comunidades religiosas femeninas que entregan sus dones, talentos y conocimientos al servicio de la salud, la educación, entre otros ámbitos, ejemplo de esto, son las hermanas franciscanas de la Clínica la Asunción, quienes nos dedicamos al cuidado de los enfermos. Por su parte, las religiosas de Santa Maria de la Providencia, responsables de la educación de niñas y jóvenes que se forman en el colegio Buen Consejo, las hermanas de las Dominicas dirigen varios colegios de la Región Caribe, entre los que se destacan el colegio Lourdes y San Miguel del Rosario.
Existen en nuestra Arquidiócesis, un grupo de religiosas llegadas del África y son las encargadas de apoyar la Misión Infantil.
Hay un grupo de mujeres que entregaron sus vidas a la oración permanente por los demás, ellas viven en clausura y en nuestro departamento son las hermanas pobres de Santa Clara - Clarisas.
Todas las mujeres que un día decidimos arriesgamos a tomar la decisión, estamos llenas de gozo y alegría, pues Ganamos al descubrir nuestra vocación. Optamos por seguir a Jesús de manera diferente, sembrando esperanza y amor en cada rincón del mundo.
Si tú joven, has sentido el llamado de Dios y te sientes motivada por saber más o ya tomaste tu decisión, anímate a formar parte de la maravillosa misión que Jesús te tiene preparada al acogerlo completamente en tu corazón, anímate a acercarte a alguna de las congregaciones religiosas que existen en la Arquidiócesis de Barranquilla, en lugares como hospitales, centros de atención del adulto mayor y educación. Puedes comunicarte con la hermana Bertha Salazar, representante de la vida religiosa en Barranquilla, al celular: 3145850430 o escribir al correo: berthac16@hotmail.com, también puedes dirigirte a la Pastoral Vocacional en la Curia Arquidiocesana (Calle 75B No. 42F – 83), llamar a los teléfonos 3600047 – 3690767 ext. 135 o escribir a intensodecorazon@hotmail.com.
* Congregación de Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora. Representante de la Vida Religiosa en Barranquilla.
miércoles, octubre 21, 2009
Encuentros con el Arzobispo
Unidad Pastoral de la Santa Cruz
Feligresía viva en la fe
Feligresía viva en la fe
Por Julio Giraldo*
Hace 30 años la ciudadela 20 de julio empezaba a ser habitada por familias de escasos recursos económicos, las cuales salieron favorecidas con el programa de vivienda que ofrecía el Gobierno de Belisario Betancourt a través del Crédito territorial. Monseñor Germán Villa Gaviria preocupado por la labor pastoral, especialmente porque anhelaba que todos los barrios que iban naciendo tuvieran asistencia espiritual de la Iglesia, invitó al Padre Claudio Martín Blanco para ir a ese sector de la ciudadela y empezara a construir comunidades.
En ese entonces no había capilla, ni casa para el sacerdote; el padre Claudio llegó al sector un domingo del año 1982, se estacionó en una cancha de fútbol que quedaba en una esquina, conversó con la gente, fue casa por casa y se encontró con una sorpresa muy agradable, resulta que Monseñor Carlos Arturo Rocha Blanco, quien para la época era párroco de San Juan Bautista del Barrio el Silencio, todos los domingos visitaba el sector en compañía de varios catequistas, celebraba la Eucaristía, rezaban el rosario, visitaban familias, animaban a la gente y esto dio como resultado que se conformara una primera comunidad, la cual resultó ser la base sobre la cual el padre Claudio construiría la unidad pastoral del sector que le habían encomendado.
El padre Claudio ya con un grupo tan selecto y evangelizado, estudió bien el sitio para la construcción de la parroquia, eligió el nombre que llevaría, mandó a elaborar los planos y logró construir algunas columnas. Como el terreno no estaba legalizado, esas columnas fueron derribadas, por lo tanto, se perdió lo construido, como si fuera poco, el padre Claudio se enfermó y debió renunciar a la obra que con tanto amor quería terminar.
A pesar de la difícil situación, Monseñor Germán Villa Gaviria promulga el decreto No 997 del 7 de febrero de 1985 con el cual se crea la unidad pastoral de la Santa Cruz. Es así como el día que inauguraron el Estadio Metropolitano, al finalizar la ceremonia, Monseñor Villa le dice al padre Tamayo: “ mi querido padre, ayude usted a conseguir un sacerdote que quiera venir a este sector a continuar el trabajo del Padre Claudio”, Tamayito pensó y se dijo muy dentro de sí: “yo quiero dejar la Catedral y venirme a estos barrios para hacer lo que a mi me gusta”, le manifestó al Arzobispo su deseo y fue así como un 31 de diciembre de 1986 después de celebra la misa en la Catedral, tamayito empaco maletas y llegó al barrio. De inmediato viajó a Bogotá, se entrevista con la doctora María Eugenia Rojas quien era la directora nacional del Crédito Territorial, consigue con ella la donación y legalización del terreno. La doctora por su parte imparte ordenes precisas para que los arquitectos e ingenieros que trabajan con el crédito Territorial en Barranquilla, se encarguen de los planos y todo lo relacionado con la construcción de la unidad pastoral y el complejo parroquial de la Ciudadela 20 de julio.
La construcción se inicia con la participación de todos los miembros del sector, ellos aportan materiales, dinero y su trabajo. Además gracias al buen corazón de fabricas, industrias, almacenes, ingenieros, ejecutivos y las donaciones de personas de la ciudad, se construyó la Iglesia, su complejo parroquial y se construyó la parroquia de San Pancracio, parte de la unidad pastoral del Divino Niño, entre otras.
En ceremonia solemne y con la presencia del Señor Nuncio Apostólico, el 16 de julio de 1988, fue bendecida la moderna y amplia la unidad pastoral bajo la protección de la Santa Cruz en la Ciudadela 20 de julio.
La Parroquia Hoy:
Hoy sigue siendo una parroquia modelo y con mucha feligresía, el trabajo pastoral de los sacerdotes que han hecho presencia ha sido muy valioso; a su anterior párroco el padre Humberto Brum le correspondió organizar y dar a conocer e instruir en el nuevo plan de evangelización a los grupos de oración y apostolado que hacen parte de la comunidad parroquial; actualmente hay aproximadamente 40 asambleas familiares a la semana y organizados los grupos de oración que se reúnen diariamente y a distintas horas en el templo parroquial.
La vida sacramental es abundante y la asistencia a las Eucaristías es numerosa y sobre todo muy participativa; el templo como sus instalaciones parroquiales se encuentran en magnificas condiciones.
En el aspecto social, se realizan varias obras como lo es el mercado campesino, en el cual los días sábados las personas pueden comprar sus productos directamente a los cultivadores y productores abaratando así la canasta familiar.
El 26 de abril del presente año, se posesionó el nuevo párroco, el padre Mario Escorcia García, quien llegó con muchos deseos de seguir con la obra de sus antecesores, fue recibido con gran alegría y lo primero que hizo fue conectarse con su nueva comunidad, escuchar y valorar con ellos el trabajo. Hoy el sacerdote y la feligresía dan continuidad al buen trabajo de su antecesor, se han reforzado algunos programas y se abrieron nuevos frentes de evangelización; se fortaleció la pastoral juvenil y se tienen ya listos algunos proyectos, entre ellos el que la parroquia se pueda dar a conocer en Colombia, por eso ya el pasado que permitirán fortalecer la comunidad pastoral de la Santa Cruz.
En ese entonces no había capilla, ni casa para el sacerdote; el padre Claudio llegó al sector un domingo del año 1982, se estacionó en una cancha de fútbol que quedaba en una esquina, conversó con la gente, fue casa por casa y se encontró con una sorpresa muy agradable, resulta que Monseñor Carlos Arturo Rocha Blanco, quien para la época era párroco de San Juan Bautista del Barrio el Silencio, todos los domingos visitaba el sector en compañía de varios catequistas, celebraba la Eucaristía, rezaban el rosario, visitaban familias, animaban a la gente y esto dio como resultado que se conformara una primera comunidad, la cual resultó ser la base sobre la cual el padre Claudio construiría la unidad pastoral del sector que le habían encomendado.
El padre Claudio ya con un grupo tan selecto y evangelizado, estudió bien el sitio para la construcción de la parroquia, eligió el nombre que llevaría, mandó a elaborar los planos y logró construir algunas columnas. Como el terreno no estaba legalizado, esas columnas fueron derribadas, por lo tanto, se perdió lo construido, como si fuera poco, el padre Claudio se enfermó y debió renunciar a la obra que con tanto amor quería terminar.
A pesar de la difícil situación, Monseñor Germán Villa Gaviria promulga el decreto No 997 del 7 de febrero de 1985 con el cual se crea la unidad pastoral de la Santa Cruz. Es así como el día que inauguraron el Estadio Metropolitano, al finalizar la ceremonia, Monseñor Villa le dice al padre Tamayo: “ mi querido padre, ayude usted a conseguir un sacerdote que quiera venir a este sector a continuar el trabajo del Padre Claudio”, Tamayito pensó y se dijo muy dentro de sí: “yo quiero dejar la Catedral y venirme a estos barrios para hacer lo que a mi me gusta”, le manifestó al Arzobispo su deseo y fue así como un 31 de diciembre de 1986 después de celebra la misa en la Catedral, tamayito empaco maletas y llegó al barrio. De inmediato viajó a Bogotá, se entrevista con la doctora María Eugenia Rojas quien era la directora nacional del Crédito Territorial, consigue con ella la donación y legalización del terreno. La doctora por su parte imparte ordenes precisas para que los arquitectos e ingenieros que trabajan con el crédito Territorial en Barranquilla, se encarguen de los planos y todo lo relacionado con la construcción de la unidad pastoral y el complejo parroquial de la Ciudadela 20 de julio.
La construcción se inicia con la participación de todos los miembros del sector, ellos aportan materiales, dinero y su trabajo. Además gracias al buen corazón de fabricas, industrias, almacenes, ingenieros, ejecutivos y las donaciones de personas de la ciudad, se construyó la Iglesia, su complejo parroquial y se construyó la parroquia de San Pancracio, parte de la unidad pastoral del Divino Niño, entre otras.
En ceremonia solemne y con la presencia del Señor Nuncio Apostólico, el 16 de julio de 1988, fue bendecida la moderna y amplia la unidad pastoral bajo la protección de la Santa Cruz en la Ciudadela 20 de julio.
La Parroquia Hoy:
Hoy sigue siendo una parroquia modelo y con mucha feligresía, el trabajo pastoral de los sacerdotes que han hecho presencia ha sido muy valioso; a su anterior párroco el padre Humberto Brum le correspondió organizar y dar a conocer e instruir en el nuevo plan de evangelización a los grupos de oración y apostolado que hacen parte de la comunidad parroquial; actualmente hay aproximadamente 40 asambleas familiares a la semana y organizados los grupos de oración que se reúnen diariamente y a distintas horas en el templo parroquial.
La vida sacramental es abundante y la asistencia a las Eucaristías es numerosa y sobre todo muy participativa; el templo como sus instalaciones parroquiales se encuentran en magnificas condiciones.
En el aspecto social, se realizan varias obras como lo es el mercado campesino, en el cual los días sábados las personas pueden comprar sus productos directamente a los cultivadores y productores abaratando así la canasta familiar.
El 26 de abril del presente año, se posesionó el nuevo párroco, el padre Mario Escorcia García, quien llegó con muchos deseos de seguir con la obra de sus antecesores, fue recibido con gran alegría y lo primero que hizo fue conectarse con su nueva comunidad, escuchar y valorar con ellos el trabajo. Hoy el sacerdote y la feligresía dan continuidad al buen trabajo de su antecesor, se han reforzado algunos programas y se abrieron nuevos frentes de evangelización; se fortaleció la pastoral juvenil y se tienen ya listos algunos proyectos, entre ellos el que la parroquia se pueda dar a conocer en Colombia, por eso ya el pasado que permitirán fortalecer la comunidad pastoral de la Santa Cruz.
* Periodista - Hisoriador. julioetica@yahoo.com
8 NUEVOS PRESBITEROS, INSTRUMENTOS DE SALVACIÓN PARA EL MUNDO
Una gran bendición ha recibido la Arquidiócesis de Barranquilla, en el marco del Año Sacerdotal y para la apertura de la Segunda Semana Vocacional del presente año. El 5 de septiembre fueron ordenados ocho nuevos sacerdotes por imposición de manos del Arzobispo de Barranquilla, Monseñor Rubén Salazar Gómez, en celebración solemne concelebrada por sus Obispos auxiliares, Monseñor Luis Antonio Nova y Monseñor Víctor Tamayo, y el presbiterio arquidiocesano.
Por primera vez en la historia de la Iglesia que peregrina en el Atlántico, un número similar de jóvenes entregaron su vida al servicio de la Iglesia. Los nuevos sacerdotes son: Geovanny Mercado, Jair Panza, Roberto Tarra, Daniel Cantillo, Luis De la Rosa, Juan Carlos Sermeño, Miguel Gómez y Azael Gutiérrez.
Como Iglesia comprometida con la evangelización, es momento de dar gracias desde lo más profundo de nuestro ser, porque Jesús ha mostrado que sigue vivo en medio de nosotros, de esa manera continúa salvando al mundo, mostrando el amor misericordioso de Dios, haciendo presente y efectivo ese amor, precisamente con la ordenación de ocho nuevos presbíteros para la Arquidiócesis de Barranquilla.
En esta ocasión la ordenación sacerdotal, no solamente coin-cidió con la Semana Vocacional, sino con la Semana por la Paz, el Señor Arzobispo, expresó que esta realidad nos permite tomar conciencia que el orden sacerdotal está dirigido a transformar el mundo, a crear la paz y es fruto de la unión profunda con Dios por medio de Jesucristo y por la acción del Espíritu Santo.
La necesidad de más vocaciones, de seres llamados a configurarse con Cristo en el orden del sacerdocio, se hace cada vez más latente ante la realidad de la Arquidiócesis de Barranquilla, pues se hace necesario, como mínimo 350 sacerdotes para atender a una población cercana a los 3 millones de habitantes del territorio atlanticense, además es urgente la presencia de pastores que lleven el mensaje de salvación a un mundo que ha centrado su vida en seguir sus propios instintos, pasiones y caprichos, en construir la vida sin ninguna moral, sin ninguna ética; todos los bautizados estamos llamados a una vida santa, a brindar nuestra existencia a la voluntad de Dios y así, siendo testigos, podamos llevar al mundo la alegre noticia de que hay una forma diversa de vivir, la vida del amor.
NUEVOS PRESBÍTEROS DE LA MANO DEL PDRE
La Arquidiócesis de Barranquilla está de fiesta, se ha enriquecido con el ministerio de ocho nuevos presbíteros, desde 2005 cuando seis jóvenes recibieron el orden del sacerdocio, la comunidad que peregrina en el Atlántico no había sido testigo de la buena noticia de recibir a un número similar de ordenados.
Los nuevos presbíteros fueron llamados para salir de si mismos y entregar su servicio a los demás, ellos han sido elegidos para contribuir a la misión de la Iglesia en el mundo. Desde hoy, son heraldos del Evangelio, instrumentos de salvación, y para nuestra Arquidiócesis, son los pastores que guiarán el Proceso Diocesano de Renovación y Evangelización PDR/E en cada una de las comunidades.
A diferencia de los antiguos sacerdotes, quienes han trabajado arduamente en las comunidades para llevar el plan de evangelización de nuestra Iglesia particular, los ocho nuevos presbíteros han vivido desde su proceso de formación en el seminario, la nueva metodología del PDR/E, esto quiere decir que su visión es mucho más clara en comparación con los demás sacerdotes quienes vivieron el proceso de adoptar la nueva visión del proceso pastoral y para llevarlo a la realidad de cada una de las unidades pastorales.
Todos como cristianos comprometidos con la labor evangelizadora, debemos orar no sólo para que Dios siga llamando a jóvenes para configurarse en el orden del sacerdocio, sino para que nuestros presbíteros, se mantengan fieles a su misión en la Iglesia católica, especialmente en la Arquidiócesis de Barranquilla; no hay duda que hemos sido bendecidos, especialmente en este Año Sacerdotal, ocho jóvenes han sido ordenados al sacerdocio y en octubre, cuatro recibirán el ministerio del diaconado.
Cada día entendemos el significado de ser presbítero, del llamado que Dios hace a quienes Él mismo elige para seguir Su misión salvadora en el mundo.
Democracia y Miseria
Por William Romero Bernal*
Mientras las cifras de pobreza absoluta en Colombia son tan escalofriantes, nuestros más grandes dirigentes se preocupan fundamentalmente por el tema de la reelección y todo el proceso del referendo; naturalmente esto demuestra las intenciones de las personas en nuestra sociedad, la preocupación tan desenfrenada por el dinero, el dominio y monopolio de las cosas, debe ser que las persona hemos caído en el indiferentismo total, donde lo único importante es mi propia realidad; será que cada vez más se hace realidad el pensamiento de alguno de nuestros ilustres pensadores: “Yo soy yo y mis circunstancias”, en la cual cada persona le preocupa lo propio, la individualidad. Sin dudarlo, esa es la triste realidad de nuestras sociedad, precisamente la guerra fratricida que nos ha rodeado por varias décadas ha imposibilitado el trabajo conjunto y el establecimiento de verdaderos sentimientos de hermandad y cooperación entre las personas.
Es muy triste que la gran preocupación sea de vigilancia, de un despliegue armamentista, de cuidado de las fronteras territoriales, de soberanía nacional, de simple preocupación por los intereses de unos pocos, se nota claramente que los verdaderos sentimientos que deben orientar a las personas que dirigen a los pueblos hace mucho tiempo han sido cambiados por los deseos de poder, que van unidos naturalmente a la corrupción, al clientelismo y por lo tanto al oportunismo y aprovechamiento de la ocasión para lucrarse y beneficiar a quienes han sido cómplices en las diferentes actividades.
Las páginas del Evangelio han desaparecido no sólo de las letras constitucionales, sino del corazón de tantas personas y de la realidad social de nuestro país, estamos obrando como Caín y Abel en pleno siglo XXI; el respeto por la vida y la dignidad de las personas han sido erradicadas casi de manera obligatoria, no sólo se atenta contra los derechos fundamentales, sino que se ha vuelto una costumbre permisiva legislar en contra de la persona. Las normas no favorecen la sociedad, sino que son puestas al servicio de quienes las promulgan, se ha caído en el sinsentido en todos los aspectos, en el caos y la anarquía total, bajo el pretexto y la demagogia de una democracia participativa, que promueve la seguridad nacional.
Tanta inversión en la guerra y en la compra de armamentos, tantos falsos positivos, tantas equivocaciones en las políticas de seguridad, mientras se caen progresivamente las escuelas, las vías de comunicación son lugares de verdadero peligro para quienes se arriesgan a transitar, de la sensación que nuestras tierras se han convertido en campos donde se puede practicar cualquier deporte extremo, porque tiene todos los peligros: desde las condiciones más deplorables hasta las minas antipersonas o la inseguridad que ronda en todos los lugares, porque ante la miseria extrema de más de la mitad de la población, sobrevivir se convirtió poco a poco en lo cotidiano y normal.
Como se aprovechan los poderosos de la necesidad de los demás, claro es que en verdad mientras más pobreza haya, es más fácil gobernar, mientras más miseria haya es mucho más fácil dominar las personas y los pueblos, empobrecer los pueblos se convierte cada vez más en una estrategia política, es una condición postmoderna de esclavitud.
Estamos en un estado donde tenemos derecho a todo: educación, vivienda, alimentación, bienes, vida digna, entre otros, lo grave está en como conseguir esos derechos, cuando lo más importante no es la persona, sino los bienes materiales. Nuestra democracia, ha perdido la credibilidad, ha perdido la verdadera esencia, ya no es el pueblo quien gobierna, pues las elecciones siempre estarán controladas por quienes tienen en sus manos el poder.
Este debe ser un momento propicio para la reflexión, para revisar las actitudes, mirar los parámetros de juicio que se tienen a la hora de acudir a las urnas, urge cada vez más formar verdaderos líderes que se preocupen por el crecimiento y el progreso de los ciudadanos, por ayudar a que las personas tenga los bienes necesarios para vivir, es la hora de compartir, dejar las guerras fratricidas y unirnos de tal manera que compartiendo los bienes y servicios tengamos una sociedad solidaria, donde todas las personas puedan satisfacer las necesidad básicas, en la cual sus gobernantes tengan la preocupación de servir y no de servirse, una sociedad donde quitemos las guerras y las cambiemos por empresas, empleos y medios para que todos los productos puedan tener una comercialización adecuada, no pretendamos quitar la delincuencia, si antes no se les suministra a las personas los medios necesarios para vivir. Que los gobernantes se preocupen por los problemas sociales y no por su bienestar y su conveniencia, que los recursos económicos sean distribuidos e invertidos en las comunidades de acuerdo a sus necesidades, que no sean un medio para comprar o vender poderes de acuerdo a los intereses particulares. Que diferente sería una sociedad donde se velara por la dignidad de todas las personas y no tanto por los intereses de unos pocos o de grupos minoritarios que controlan el estado. Diferente sería nuestra sociedad si pensáramos en la realidad trascendente, en la seguridad absoluta de la vida que es la muerte, en la imposibilidad de perpetuar la vida terrena, en la continuidad de nuestra vida después de la muerte, sólo así todas las cosas pasarían a un segundo lugar y las preocupaciones desaparecerían para dar inicio a una vida solidaria y caritativa donde Dios sería el director de la historia y la sociedad.
*Párroco unidad pastoral Cristo Sacerdote
Mientras las cifras de pobreza absoluta en Colombia son tan escalofriantes, nuestros más grandes dirigentes se preocupan fundamentalmente por el tema de la reelección y todo el proceso del referendo; naturalmente esto demuestra las intenciones de las personas en nuestra sociedad, la preocupación tan desenfrenada por el dinero, el dominio y monopolio de las cosas, debe ser que las persona hemos caído en el indiferentismo total, donde lo único importante es mi propia realidad; será que cada vez más se hace realidad el pensamiento de alguno de nuestros ilustres pensadores: “Yo soy yo y mis circunstancias”, en la cual cada persona le preocupa lo propio, la individualidad. Sin dudarlo, esa es la triste realidad de nuestras sociedad, precisamente la guerra fratricida que nos ha rodeado por varias décadas ha imposibilitado el trabajo conjunto y el establecimiento de verdaderos sentimientos de hermandad y cooperación entre las personas.
Es muy triste que la gran preocupación sea de vigilancia, de un despliegue armamentista, de cuidado de las fronteras territoriales, de soberanía nacional, de simple preocupación por los intereses de unos pocos, se nota claramente que los verdaderos sentimientos que deben orientar a las personas que dirigen a los pueblos hace mucho tiempo han sido cambiados por los deseos de poder, que van unidos naturalmente a la corrupción, al clientelismo y por lo tanto al oportunismo y aprovechamiento de la ocasión para lucrarse y beneficiar a quienes han sido cómplices en las diferentes actividades.
Las páginas del Evangelio han desaparecido no sólo de las letras constitucionales, sino del corazón de tantas personas y de la realidad social de nuestro país, estamos obrando como Caín y Abel en pleno siglo XXI; el respeto por la vida y la dignidad de las personas han sido erradicadas casi de manera obligatoria, no sólo se atenta contra los derechos fundamentales, sino que se ha vuelto una costumbre permisiva legislar en contra de la persona. Las normas no favorecen la sociedad, sino que son puestas al servicio de quienes las promulgan, se ha caído en el sinsentido en todos los aspectos, en el caos y la anarquía total, bajo el pretexto y la demagogia de una democracia participativa, que promueve la seguridad nacional.
Tanta inversión en la guerra y en la compra de armamentos, tantos falsos positivos, tantas equivocaciones en las políticas de seguridad, mientras se caen progresivamente las escuelas, las vías de comunicación son lugares de verdadero peligro para quienes se arriesgan a transitar, de la sensación que nuestras tierras se han convertido en campos donde se puede practicar cualquier deporte extremo, porque tiene todos los peligros: desde las condiciones más deplorables hasta las minas antipersonas o la inseguridad que ronda en todos los lugares, porque ante la miseria extrema de más de la mitad de la población, sobrevivir se convirtió poco a poco en lo cotidiano y normal.
Como se aprovechan los poderosos de la necesidad de los demás, claro es que en verdad mientras más pobreza haya, es más fácil gobernar, mientras más miseria haya es mucho más fácil dominar las personas y los pueblos, empobrecer los pueblos se convierte cada vez más en una estrategia política, es una condición postmoderna de esclavitud.
Estamos en un estado donde tenemos derecho a todo: educación, vivienda, alimentación, bienes, vida digna, entre otros, lo grave está en como conseguir esos derechos, cuando lo más importante no es la persona, sino los bienes materiales. Nuestra democracia, ha perdido la credibilidad, ha perdido la verdadera esencia, ya no es el pueblo quien gobierna, pues las elecciones siempre estarán controladas por quienes tienen en sus manos el poder.
Este debe ser un momento propicio para la reflexión, para revisar las actitudes, mirar los parámetros de juicio que se tienen a la hora de acudir a las urnas, urge cada vez más formar verdaderos líderes que se preocupen por el crecimiento y el progreso de los ciudadanos, por ayudar a que las personas tenga los bienes necesarios para vivir, es la hora de compartir, dejar las guerras fratricidas y unirnos de tal manera que compartiendo los bienes y servicios tengamos una sociedad solidaria, donde todas las personas puedan satisfacer las necesidad básicas, en la cual sus gobernantes tengan la preocupación de servir y no de servirse, una sociedad donde quitemos las guerras y las cambiemos por empresas, empleos y medios para que todos los productos puedan tener una comercialización adecuada, no pretendamos quitar la delincuencia, si antes no se les suministra a las personas los medios necesarios para vivir. Que los gobernantes se preocupen por los problemas sociales y no por su bienestar y su conveniencia, que los recursos económicos sean distribuidos e invertidos en las comunidades de acuerdo a sus necesidades, que no sean un medio para comprar o vender poderes de acuerdo a los intereses particulares. Que diferente sería una sociedad donde se velara por la dignidad de todas las personas y no tanto por los intereses de unos pocos o de grupos minoritarios que controlan el estado. Diferente sería nuestra sociedad si pensáramos en la realidad trascendente, en la seguridad absoluta de la vida que es la muerte, en la imposibilidad de perpetuar la vida terrena, en la continuidad de nuestra vida después de la muerte, sólo así todas las cosas pasarían a un segundo lugar y las preocupaciones desaparecerían para dar inicio a una vida solidaria y caritativa donde Dios sería el director de la historia y la sociedad.
*Párroco unidad pastoral Cristo Sacerdote
El Rincón de Pablito
Amiguitos: ¡Hablemos de vocación!
En cada lugar que visitó por estos días, sólo escucho hablar de una cosa, es la palabra vocación; en mi parroquia, en el colegio, mis vecinos, mi familia, todos hablan de lo mismo, pero al principio no entendía que quería decir: “vocación”, así que le pregunté al sacerdote de mi parroquia y por supuesto, la respuesta la voy a compartir con ustedes, porque seguramente estarán haciéndose la misma pregunta.
Les cuento que la vocación es el llamado que Dios nos hace para servir a los demás. Viene de Dios y se convierte en un servicio a la comunidad. Ejemplo de esto, es ser sacerdote, religiosa o como nuestros papitos, padres de familia, también están los solteros con compromiso cristiano.
Si quisiéramos saber mucho más de las vocaciones para ser sacerdotes y religiosas, les digo que las podemos encontrar en muchos lugares, no sólo en las parroquias están los sacerdotes y en los colegios de niñas las monjas, sino que en hospitales, casas para abuelitos y niños sin papás, o trabajando por los más necesitados se encuentran todas las mujeres y hombres que con un gran corazón entregaron su vida a Dios y al servicio de la comunidad.
Como niños comprometidos con la Iglesia, oremos no sólo cuando vayamos a Misa, sino con nuestras familias, amigos y compañeros de colegio para que Diosito llame a más jóvenes a seguirlos y si es su voluntad que nosotros en un futuro seamos sacerdotes o religiosas nos atrevamos a seguirlo con amor. En tu parroquia también pueden ayudarte a responder tus preguntas acerca de vocación.
En cada lugar que visitó por estos días, sólo escucho hablar de una cosa, es la palabra vocación; en mi parroquia, en el colegio, mis vecinos, mi familia, todos hablan de lo mismo, pero al principio no entendía que quería decir: “vocación”, así que le pregunté al sacerdote de mi parroquia y por supuesto, la respuesta la voy a compartir con ustedes, porque seguramente estarán haciéndose la misma pregunta.
Les cuento que la vocación es el llamado que Dios nos hace para servir a los demás. Viene de Dios y se convierte en un servicio a la comunidad. Ejemplo de esto, es ser sacerdote, religiosa o como nuestros papitos, padres de familia, también están los solteros con compromiso cristiano.
Si quisiéramos saber mucho más de las vocaciones para ser sacerdotes y religiosas, les digo que las podemos encontrar en muchos lugares, no sólo en las parroquias están los sacerdotes y en los colegios de niñas las monjas, sino que en hospitales, casas para abuelitos y niños sin papás, o trabajando por los más necesitados se encuentran todas las mujeres y hombres que con un gran corazón entregaron su vida a Dios y al servicio de la comunidad.
Como niños comprometidos con la Iglesia, oremos no sólo cuando vayamos a Misa, sino con nuestras familias, amigos y compañeros de colegio para que Diosito llame a más jóvenes a seguirlos y si es su voluntad que nosotros en un futuro seamos sacerdotes o religiosas nos atrevamos a seguirlo con amor. En tu parroquia también pueden ayudarte a responder tus preguntas acerca de vocación.
¿Tú hablas de vocación?
Por Alexi Mattos, Pbro*
En la Arquidiócesis de Barranquilla se habla de vocación y durante mucho tiempo han trabajado en ello sacerdotes, laicos, religiosos y religiosas; se han aprovechado las semanas vocacionales, la publicidad, realizado alianzas estratégicas, encuentros promocionales, visitas a instituciones educativas y a parroquias, entre muchas otras actividades. Por su parte, Dios ha sembrado vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa en nuestro departamento del Atlántico y se han despertado muchas de ellas a lo largo de historia, pero: ¿Tú hablas de vocación?
Sin dudarlo, estamos en un ambiente vocacional, creando cultura vocacional, realidades necesarias para que los llamados a la vida sacerdotal y religiosa se despierten, se atrevan y logren germinar en la Iglesia universal, sirviendo especialmente en la Arquidiócesis de Barranquilla.
Año Sacerdotal despertar Vocacional
En este año sacerdotal Dios está bendiciendo a nuestra Arquidiócesis con jóvenes que al igual que otros, tienen sentimientos, talentos y a su vez debilidades, seres que forman parte de hogares con diversas características; con estudios de primaria, secundaria y universitarios, quienes han sido llamados personalmente a través de la Iglesia para ser sacerdotes por siempre.
El próximo 5 de septiembre, ocurrirá en el Atlántico un gran acontecimiento eclesial, pues a las diez de la mañana, en la Catedral Metropolitana María Reina, ocho jóvenes atlanticenses recibirán por medio de la imposición de manos y la oración consecratoria de Monseñor Rubén Salazar el orden sacerdotal. Este acontecimiento puede que esté pasando cada año con la ordenación de uno, de dos y hasta de seis sacerdotes; pero decir ocho sacerdotes: Daniel Cantillo, Giovanni Mercado, Jair Panza, Roberto Tarra, Juan Carlos Sermeño, Luis De La Rosa, Ázael Gutiérrez y Miguel Gómez es levar hoy más que nunca nuestra oración de acción de gracias a Dios, pues en la historia de nuestra Arquidiócesis es el mayor número de diáconos que recibirán el orden del sacerdocio y a partir de ese momento han de entregar su vida entera para Configurar sus vidas con Cristo, amar sin límites y servir con total entrega a la Iglesia, buscando la evangelización de un pueblo que necesita hoy más que nunca de la presencia viva de Cristo. Por eso, es el momento que oremos y elevemos plegarias para pedirle Dios que siga bendiciendo a este departamento de Colombia con muchos sacerdotes santos.
¿Qué haces por las vocaciones?
Cuanta ignorancia se constata en las familias, en la escuela, en las parroquias sobre lo que es a ciencia cierta VOCACIÓN. Han sido muchos los momentos en que se le pregunta a docentes, profesionales, trabajadores, padres de familia, empresarios, locutores de radio, famosos que tienen que hablarle a mucha gente: ¿qué es vocación? y nos vemos ante respuestas en las que se confunde profesión y vocación; o no se sabe sobre el tema; o simplemente se reduce el término enmarcándolo de manera exclusiva sólo en la vocación sacerdotal y religiosa. ¿Pero quién tiene vocación, quién la da, cómo descubro mi verdadera vocación?. El interrogante continúa planteándose. No se puede hablar de lo que no se sabe.
¿Qué es vocación?
En primer lugar tenemos que afirmar que vocación se refiere al llamado que hace nuestro Padre Dios por medio de Jesucristo a realizarnos integralmente como personas en medio de la sociedad y de la Iglesia. La vocación viene de Dios y se convierte en un servicio a la comunidad; de esta manera toda vocación se caracteriza por ser un servicio. Es importante afirmar que la vocación es un estilo de vida permanente, en cambio la profesión es un oficio que sirve de igual manera a la comunidad pero que no necesariamente es para siempre. No faltará el que vea la vocación y la profesión como escenarios incompatibles, pero no sucede así; toda profesión depende, y es necesario que así sea, de una vocación: vocación a ser padres de familias, vocación a la vida consagrada, vocación a la vida sacerdotal, o vocación a la soltería pero con compromiso cristiano. Conozco padres de familias con diferentes profesiones que antes que ser un obstáculo a la vocación la enriquece; de igual manera en nuestra arquidiócesis hay sacerdotes y religiosas o de vida consagrada con profesiones tales como el derecho, la psicología, ingenieras, licenciados en filosofía, etc.
La realidad de nuestra arquidiócesis nos exige HABLAR DE VOCACIÓN en cualquier ambiente ya que Dios puede estar llamando en el ambiente universitario, estudiantil, empresarial, obrero, etc. Por eso, es fundamental que aprovechemos para hablar siempre que Dios sigue llamando. Otro aspecto en este tema importante es que la vocación Dios la da desde nuestro nacimiento, pero se despierta en la niñez, o en la adolescencia, o en la juventud o en la adultez. Es importante saber que toda vocación necesita enriquecerse o alimentarse desde una experiencia personal con Cristo y desde ahí, fortaleciéndose en la oración, la vida sacramental participando especialmente de la eucaristía y del sacramento de la penitencia.
Aprovechemos esta segunda semana vocacional para HABLAR DE VOCACIÓN. Invito a los padres para que le hablen de vocación a sus hijos; los docentes a sus estudiantes; los sacerdotes y religiosas a toda la comunidad; los profesionales a sus pacientes o clientes; los catedráticos a los universitarios. Como iglesia hablemos de vocación.
* Delegado Arquidiocesano para la Pastoral Vocacional
Por Alexi Mattos, Pbro*
En la Arquidiócesis de Barranquilla se habla de vocación y durante mucho tiempo han trabajado en ello sacerdotes, laicos, religiosos y religiosas; se han aprovechado las semanas vocacionales, la publicidad, realizado alianzas estratégicas, encuentros promocionales, visitas a instituciones educativas y a parroquias, entre muchas otras actividades. Por su parte, Dios ha sembrado vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa en nuestro departamento del Atlántico y se han despertado muchas de ellas a lo largo de historia, pero: ¿Tú hablas de vocación?
Sin dudarlo, estamos en un ambiente vocacional, creando cultura vocacional, realidades necesarias para que los llamados a la vida sacerdotal y religiosa se despierten, se atrevan y logren germinar en la Iglesia universal, sirviendo especialmente en la Arquidiócesis de Barranquilla.
Año Sacerdotal despertar Vocacional
En este año sacerdotal Dios está bendiciendo a nuestra Arquidiócesis con jóvenes que al igual que otros, tienen sentimientos, talentos y a su vez debilidades, seres que forman parte de hogares con diversas características; con estudios de primaria, secundaria y universitarios, quienes han sido llamados personalmente a través de la Iglesia para ser sacerdotes por siempre.
El próximo 5 de septiembre, ocurrirá en el Atlántico un gran acontecimiento eclesial, pues a las diez de la mañana, en la Catedral Metropolitana María Reina, ocho jóvenes atlanticenses recibirán por medio de la imposición de manos y la oración consecratoria de Monseñor Rubén Salazar el orden sacerdotal. Este acontecimiento puede que esté pasando cada año con la ordenación de uno, de dos y hasta de seis sacerdotes; pero decir ocho sacerdotes: Daniel Cantillo, Giovanni Mercado, Jair Panza, Roberto Tarra, Juan Carlos Sermeño, Luis De La Rosa, Ázael Gutiérrez y Miguel Gómez es levar hoy más que nunca nuestra oración de acción de gracias a Dios, pues en la historia de nuestra Arquidiócesis es el mayor número de diáconos que recibirán el orden del sacerdocio y a partir de ese momento han de entregar su vida entera para Configurar sus vidas con Cristo, amar sin límites y servir con total entrega a la Iglesia, buscando la evangelización de un pueblo que necesita hoy más que nunca de la presencia viva de Cristo. Por eso, es el momento que oremos y elevemos plegarias para pedirle Dios que siga bendiciendo a este departamento de Colombia con muchos sacerdotes santos.
¿Qué haces por las vocaciones?
Cuanta ignorancia se constata en las familias, en la escuela, en las parroquias sobre lo que es a ciencia cierta VOCACIÓN. Han sido muchos los momentos en que se le pregunta a docentes, profesionales, trabajadores, padres de familia, empresarios, locutores de radio, famosos que tienen que hablarle a mucha gente: ¿qué es vocación? y nos vemos ante respuestas en las que se confunde profesión y vocación; o no se sabe sobre el tema; o simplemente se reduce el término enmarcándolo de manera exclusiva sólo en la vocación sacerdotal y religiosa. ¿Pero quién tiene vocación, quién la da, cómo descubro mi verdadera vocación?. El interrogante continúa planteándose. No se puede hablar de lo que no se sabe.
¿Qué es vocación?
En primer lugar tenemos que afirmar que vocación se refiere al llamado que hace nuestro Padre Dios por medio de Jesucristo a realizarnos integralmente como personas en medio de la sociedad y de la Iglesia. La vocación viene de Dios y se convierte en un servicio a la comunidad; de esta manera toda vocación se caracteriza por ser un servicio. Es importante afirmar que la vocación es un estilo de vida permanente, en cambio la profesión es un oficio que sirve de igual manera a la comunidad pero que no necesariamente es para siempre. No faltará el que vea la vocación y la profesión como escenarios incompatibles, pero no sucede así; toda profesión depende, y es necesario que así sea, de una vocación: vocación a ser padres de familias, vocación a la vida consagrada, vocación a la vida sacerdotal, o vocación a la soltería pero con compromiso cristiano. Conozco padres de familias con diferentes profesiones que antes que ser un obstáculo a la vocación la enriquece; de igual manera en nuestra arquidiócesis hay sacerdotes y religiosas o de vida consagrada con profesiones tales como el derecho, la psicología, ingenieras, licenciados en filosofía, etc.
La realidad de nuestra arquidiócesis nos exige HABLAR DE VOCACIÓN en cualquier ambiente ya que Dios puede estar llamando en el ambiente universitario, estudiantil, empresarial, obrero, etc. Por eso, es fundamental que aprovechemos para hablar siempre que Dios sigue llamando. Otro aspecto en este tema importante es que la vocación Dios la da desde nuestro nacimiento, pero se despierta en la niñez, o en la adolescencia, o en la juventud o en la adultez. Es importante saber que toda vocación necesita enriquecerse o alimentarse desde una experiencia personal con Cristo y desde ahí, fortaleciéndose en la oración, la vida sacramental participando especialmente de la eucaristía y del sacramento de la penitencia.
Aprovechemos esta segunda semana vocacional para HABLAR DE VOCACIÓN. Invito a los padres para que le hablen de vocación a sus hijos; los docentes a sus estudiantes; los sacerdotes y religiosas a toda la comunidad; los profesionales a sus pacientes o clientes; los catedráticos a los universitarios. Como iglesia hablemos de vocación.
* Delegado Arquidiocesano para la Pastoral Vocacional
De Mujer a Mujer
La honra y dignidad de la mujer
Por Jaynes de Jesús Hernández Natera*
La honra es como un vaso de agua limpia y pura que se puede mantener, vivificar su sabor y olor con virtudes, como también agotarse, evaporarse, contaminarse, pero si ocurre, no es el fin, ya que se puede restaurar si se bebe en la fuente de agua viva que es Cristo, y se tiene plena confianza en María, Vaso Honorable, quien nos surte con su pureza y nos alimenta el espíritu, ella es Vaso espiritual y Vaso insigne de devoción, fuente de amor.
“Si conocieras el don de Dios”(Juan 4,10), dice Jesús a la samaritana. Sus palabras llenas de vida, vida nueva y digna, llaman a tomar parte de Su misión a la samaritana, quien alegre, libre y sana corrió a las calles a comunicar que ya no tendría más sed; a partir de ese momento, en aquella aldea muchos creyeron en Él por lo que había contado la mujer (Juan 4,39). Jesús le dio agua del manantial de Su misericordia a aquella samaritana que había tenido varios maridos; una mujer sedienta de amor, ignorada, desvalorizada en el pueblo; ella desconocía que podría recuperar el sentido de la estima y respeto de sí misma. Al encontrarse con Jesús, Él la llevó a encontrarse consigo misma para que así reconociera que estaba en el camino equivocado y se animara a darse cuenta que aún podría hacer algo bueno. Este es un fiel ejemplo de que nunca es tarde para restaurarnos. En agradecimiento a Dios, la samaritana dio su testimonio al pueblo.
Amiga es hora de que te preguntes: ¿Has dado testimonio de la resurrección de Cristo y de cuánto te ama? Comunicar a Cristo hace parte de nuestra dignidad, las mujeres somos las primeras en anunciar a Cristo (Mateo 28.1-1 - Lucas 24,8-11).
Las mujeres somos destacadas por el magisterio de la Iglesia, es por eso que en este se habla acerca de nuestra dignidad. El Papa Juan XXIII declaraba en la encíclica “Pacem in Terris” un alegato a favor de la mujer: “La mujer, cada vez más consciente de su dignidad humana, no tolera ser considerada como un instrumento, sino que exige que se le trate como persona, tanto en el hogar como en la vida pública”.
Por su parte, Juan Pablo II en su carta apostólica en 1988 “Mulieris Diginitatem”, honraba en la mujer la dignidad que tiene desde siempre en el proyecto y en el amor de Dios y divulgaba que en la historia familiar, personal y social, la mujer ha ocupado un lugar valioso e insustituible, lo cual, las mujeres debemos reconocerlo, defenderlo, y cultivarlo. Benedicto XVI nos dice: “Desafortunadamente la dignidad y misión dada por Dios a la mujer no ha sido siempre comprendida y estimada”, y afirmó: " Las mujeres son constructoras de paz y comunicadoras de humanidad en un mundo que demasiadas veces juzga su valor con fríos criterios de explotación y aprovechamiento”.
Amiga, es importante que conozcas en el Documento de Aparecida los numerales: 451- 458, en el cual hay aportes como: “- La sabiduría del plan de Dios nos exige favorecer el desarrollo de la identidad femenina en reciprocidad y complementariedad con la identidad del varón- Por eso, la Iglesia está llamada a compartir, orientar y acompañar proyectos de promoción de la mujer con organismos sociales ya existentes, reconociendo el ministerio esencial y espiritual que la mujer lleva en sus entrañas: recibir la vida, acogerla, alimentarla, darla a luz, sostenerla, acompañarla y desplegar su ser de mujer, creando espacios habitables de comunidad y de comunión”.
En el numeral 455 se dice: “las mujeres constituyen, en general, la mayoría de nuestras comunidades, son las primeras transmisoras de la fe y colaboradoras de los pastores, quienes deben atenderlas, valorarlas y respetarlas”.
Dignidad y honra
Hay que amarse a sí misma por el gran hecho de ser hijas de Dios Padre y por lo tanto, debemos auto-valorarnos como mujeres dignas y defender la honra por el amor a Dios. Preguntémonos: ¿Cuántas veces por el temor de perder un puesto de trabajo, el aumento de sueldo, una calificación académica, temor a la soledad o por sentimientos como la envidia y avaricia, le somos infieles a Dios y de paso denigramos nuestra honra?
La persona es un ser social, convive con las demás personas en sociedad y actúa en el complejo mundo de la vida social y política; por tanto, cualquier acto que afecta la honra de la propia mujer, afecta la honra de su familia y la de sus seres cercanos.
María exalta la dignidad y honra de la mujer
“En una época de marcado machismo, la práctica de Jesús fue decisiva para significar la dignidad de la mujer y su valor indiscutible. La figura de María, discípula por excelencia entre discípulos, es fundamental en la recuperación de la identidad de la mujer y de su valor en la Iglesia. (Aparecida, 451). Hay esperanza para toda mujer cuando el vaso de su honra tiene alguna impureza y esa esperanza es Jesús y María.
*Miembro de la Comisión de Pastoral Vocacional. jaynesher@hotmail.com
La honra es como un vaso de agua limpia y pura que se puede mantener, vivificar su sabor y olor con virtudes, como también agotarse, evaporarse, contaminarse, pero si ocurre, no es el fin, ya que se puede restaurar si se bebe en la fuente de agua viva que es Cristo, y se tiene plena confianza en María, Vaso Honorable, quien nos surte con su pureza y nos alimenta el espíritu, ella es Vaso espiritual y Vaso insigne de devoción, fuente de amor.
“Si conocieras el don de Dios”(Juan 4,10), dice Jesús a la samaritana. Sus palabras llenas de vida, vida nueva y digna, llaman a tomar parte de Su misión a la samaritana, quien alegre, libre y sana corrió a las calles a comunicar que ya no tendría más sed; a partir de ese momento, en aquella aldea muchos creyeron en Él por lo que había contado la mujer (Juan 4,39). Jesús le dio agua del manantial de Su misericordia a aquella samaritana que había tenido varios maridos; una mujer sedienta de amor, ignorada, desvalorizada en el pueblo; ella desconocía que podría recuperar el sentido de la estima y respeto de sí misma. Al encontrarse con Jesús, Él la llevó a encontrarse consigo misma para que así reconociera que estaba en el camino equivocado y se animara a darse cuenta que aún podría hacer algo bueno. Este es un fiel ejemplo de que nunca es tarde para restaurarnos. En agradecimiento a Dios, la samaritana dio su testimonio al pueblo.
Amiga es hora de que te preguntes: ¿Has dado testimonio de la resurrección de Cristo y de cuánto te ama? Comunicar a Cristo hace parte de nuestra dignidad, las mujeres somos las primeras en anunciar a Cristo (Mateo 28.1-1 - Lucas 24,8-11).
Las mujeres somos destacadas por el magisterio de la Iglesia, es por eso que en este se habla acerca de nuestra dignidad. El Papa Juan XXIII declaraba en la encíclica “Pacem in Terris” un alegato a favor de la mujer: “La mujer, cada vez más consciente de su dignidad humana, no tolera ser considerada como un instrumento, sino que exige que se le trate como persona, tanto en el hogar como en la vida pública”.
Por su parte, Juan Pablo II en su carta apostólica en 1988 “Mulieris Diginitatem”, honraba en la mujer la dignidad que tiene desde siempre en el proyecto y en el amor de Dios y divulgaba que en la historia familiar, personal y social, la mujer ha ocupado un lugar valioso e insustituible, lo cual, las mujeres debemos reconocerlo, defenderlo, y cultivarlo. Benedicto XVI nos dice: “Desafortunadamente la dignidad y misión dada por Dios a la mujer no ha sido siempre comprendida y estimada”, y afirmó: " Las mujeres son constructoras de paz y comunicadoras de humanidad en un mundo que demasiadas veces juzga su valor con fríos criterios de explotación y aprovechamiento”.
Amiga, es importante que conozcas en el Documento de Aparecida los numerales: 451- 458, en el cual hay aportes como: “- La sabiduría del plan de Dios nos exige favorecer el desarrollo de la identidad femenina en reciprocidad y complementariedad con la identidad del varón- Por eso, la Iglesia está llamada a compartir, orientar y acompañar proyectos de promoción de la mujer con organismos sociales ya existentes, reconociendo el ministerio esencial y espiritual que la mujer lleva en sus entrañas: recibir la vida, acogerla, alimentarla, darla a luz, sostenerla, acompañarla y desplegar su ser de mujer, creando espacios habitables de comunidad y de comunión”.
En el numeral 455 se dice: “las mujeres constituyen, en general, la mayoría de nuestras comunidades, son las primeras transmisoras de la fe y colaboradoras de los pastores, quienes deben atenderlas, valorarlas y respetarlas”.
Dignidad y honra
Hay que amarse a sí misma por el gran hecho de ser hijas de Dios Padre y por lo tanto, debemos auto-valorarnos como mujeres dignas y defender la honra por el amor a Dios. Preguntémonos: ¿Cuántas veces por el temor de perder un puesto de trabajo, el aumento de sueldo, una calificación académica, temor a la soledad o por sentimientos como la envidia y avaricia, le somos infieles a Dios y de paso denigramos nuestra honra?
La persona es un ser social, convive con las demás personas en sociedad y actúa en el complejo mundo de la vida social y política; por tanto, cualquier acto que afecta la honra de la propia mujer, afecta la honra de su familia y la de sus seres cercanos.
María exalta la dignidad y honra de la mujer
“En una época de marcado machismo, la práctica de Jesús fue decisiva para significar la dignidad de la mujer y su valor indiscutible. La figura de María, discípula por excelencia entre discípulos, es fundamental en la recuperación de la identidad de la mujer y de su valor en la Iglesia. (Aparecida, 451). Hay esperanza para toda mujer cuando el vaso de su honra tiene alguna impureza y esa esperanza es Jesús y María.
*Miembro de la Comisión de Pastoral Vocacional. jaynesher@hotmail.com
¿Quién mejor que tú para hablar de vocación?
¡Sí, tú! Acepta el reto de convertir ‘la vocación’ en tema de conversación de estos días.
Por Jaime Alberto Marenco Martínez*
Tú que dices ser “católico, apostólico y romano”; tú que a pesar de los ataques y las críticas a la Iglesia (ocasionados muchas veces por nuestra propia actitud errada de cristianos), te mantienes firme en la fe que ella te transmite; tú que eres consciente de la necesidad de sacerdotes, religiosos y religiosas, especialmente en el territorio atlanticense, eres la ‘persona indicada’ para hablar de vocación.
No se requieren grandes conocimientos para comunicar lo que amamos y en lo que creemos. ¿O el niño que apenas balbucea necesita una orientación especial para emitir sonidos repetitivos que alegran a su progenitora pues ella entiende, desde la amplitud de su corazón, que el pequeño dijo ‘mamá’?
Resulta interesante, y hasta emocionante, aceptar el reto que nos propone la Comisión Arquidiocesana de Pastoral Vocacional a propósito de la ‘II Semana Vocacional 2009’ que se realiza del 5 al 13 de septiembre: ¡Hablar de vocación!
Hablemos, pues, de vocación a la vida sacerdotal y consagrada en todos los ambientes que frecuentamos; convirtámoslo en un tema de actualidad, de interés, de conversación, de reflexión, de oración, que no sólo sea tratado en la parroquia o en las reuniones propias de la Iglesia. Seamos más lanzados y atrevámonos a proponer el tema en la fila del banco, en la tienda de la esquina, al finalizar el partido de fútbol, en colegio, en el grupo de estudio de la universidad, en las reuniones de cumpleaños, en el taxi, en la peluquería, en el almacén…
Quizás sea de gran valía para un joven escuchar a sus padres, profesores, vecinos, entrenadores deportivos, entre otras personas de su entorno, hablar sobre la vocación y la necesidad de personas consagradas a Dios en estos tiempos. Así que esparzamos con entusiasmo la semilla convencidos de que la obra es de Dios y que nosotros, humildemente, estamos ofreciéndonos como ‘promotores vocacionales’.
No por casualidad estás leyendo estas líneas. Convéncete que nadie puede ponerle más amor al tema vocacional que tú y yo, porque en ti y en mí hay amor por la Iglesia, el ministerio sacerdotal y la vida consagrada. ¿O me equivoco? Espero tus comentarios en marencomar@yahoo.es.
* Comunicador Social – Periodista y estudiante del ciclo filosófico en el Seminario Regional Juan XXIII.
¡Sí, tú! Acepta el reto de convertir ‘la vocación’ en tema de conversación de estos días.
Por Jaime Alberto Marenco Martínez*
Tú que dices ser “católico, apostólico y romano”; tú que a pesar de los ataques y las críticas a la Iglesia (ocasionados muchas veces por nuestra propia actitud errada de cristianos), te mantienes firme en la fe que ella te transmite; tú que eres consciente de la necesidad de sacerdotes, religiosos y religiosas, especialmente en el territorio atlanticense, eres la ‘persona indicada’ para hablar de vocación.
No se requieren grandes conocimientos para comunicar lo que amamos y en lo que creemos. ¿O el niño que apenas balbucea necesita una orientación especial para emitir sonidos repetitivos que alegran a su progenitora pues ella entiende, desde la amplitud de su corazón, que el pequeño dijo ‘mamá’?
Resulta interesante, y hasta emocionante, aceptar el reto que nos propone la Comisión Arquidiocesana de Pastoral Vocacional a propósito de la ‘II Semana Vocacional 2009’ que se realiza del 5 al 13 de septiembre: ¡Hablar de vocación!
Hablemos, pues, de vocación a la vida sacerdotal y consagrada en todos los ambientes que frecuentamos; convirtámoslo en un tema de actualidad, de interés, de conversación, de reflexión, de oración, que no sólo sea tratado en la parroquia o en las reuniones propias de la Iglesia. Seamos más lanzados y atrevámonos a proponer el tema en la fila del banco, en la tienda de la esquina, al finalizar el partido de fútbol, en colegio, en el grupo de estudio de la universidad, en las reuniones de cumpleaños, en el taxi, en la peluquería, en el almacén…
Quizás sea de gran valía para un joven escuchar a sus padres, profesores, vecinos, entrenadores deportivos, entre otras personas de su entorno, hablar sobre la vocación y la necesidad de personas consagradas a Dios en estos tiempos. Así que esparzamos con entusiasmo la semilla convencidos de que la obra es de Dios y que nosotros, humildemente, estamos ofreciéndonos como ‘promotores vocacionales’.
No por casualidad estás leyendo estas líneas. Convéncete que nadie puede ponerle más amor al tema vocacional que tú y yo, porque en ti y en mí hay amor por la Iglesia, el ministerio sacerdotal y la vida consagrada. ¿O me equivoco? Espero tus comentarios en marencomar@yahoo.es.
* Comunicador Social – Periodista y estudiante del ciclo filosófico en el Seminario Regional Juan XXIII.
Dios También te llama desde tu profesión
Por Jorge Eliécer Londoño Romero*
Aprovechando que en la Arquidiócesis se vive un ambiente de vocación, quiero compartirles mi experiencia.
Siendo un joven que apenas entraba a la mayoría de edad, ingresé a la universidad para estudiar ingeniería mecánica, que era mi gran anhelo. Viví lo que todo joven universitario vive: clases, parciales, fiestas y todo lo referente al ambiente universitario.
Viví en un mundo sumergido por los números, planos y máquinas. El estudio lo era todo para mí, hasta que un día, en una Eucaristía, el sacerdote pronunció una frase del papa Benedicto XVI, la cual me llegó a lo más profundo de mi corazón: “Joven a ti te digo, no tengas miedo, Dios no quita nada, Dios lo da todo”, y eso basto para que yo decidiera entrar al circulo vocacional y comenzar mi camino de discernimiento. En ese entonces, me encontraba en noveno semestre y a las puertas de terminar la carrera profesional. Cuando le comenté a mis amigos mi decisión de ingresar al Seminario, sus reacciones no fueron las mejores, algunos no me creían, otros se burlaron y otros no me prestaron atención; más tarde lo entendieron y lo aceptaron.
Al ingresar al Seminario, me encontré con una bella comunidad, que me aceptó sin reparo alguno. Sin embargo, muchos me preguntaban que tenía que ver la ingeniería con el sacerdocio y yo no sabía que responder. Estando ya en el Seminario recibe mi grado de ingeniero, lo cual me llenó de alegría por haber alcanzado una meta; pero la alegría de estar en el Seminario era todavía mayor. Poco a poco fui descubriendo que Dios nos va mostrando el camino cuando sabemos escuchar su voz. Así mismo, nos da los medios necesarios para realizar y cumplir nuestros sueños, sólo que alcanzarlos implica empeño, sacrificios, renuncias. Entendí entonces con mayor claridad lo que el Señor nos dice en Mateo 19, 29: “y todo el que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o campos por mi nombre, recibirá el ciento por uno y heredará vida eterna”.
Hoy, puedo decir con toda firmeza que, aunque digamos tener nuestra vida definida, Dios por medio de su plan salvífico, puede virar el sendero de nuestra vida, y puede mostrarnos un mejor camino que nos llene felicidad.
*Estudiante del Seminario Regional Juan XXIII. Ingeniero Mecánico universidad Autónoma del Caribe
Aprovechando que en la Arquidiócesis se vive un ambiente de vocación, quiero compartirles mi experiencia.
Siendo un joven que apenas entraba a la mayoría de edad, ingresé a la universidad para estudiar ingeniería mecánica, que era mi gran anhelo. Viví lo que todo joven universitario vive: clases, parciales, fiestas y todo lo referente al ambiente universitario.
Viví en un mundo sumergido por los números, planos y máquinas. El estudio lo era todo para mí, hasta que un día, en una Eucaristía, el sacerdote pronunció una frase del papa Benedicto XVI, la cual me llegó a lo más profundo de mi corazón: “Joven a ti te digo, no tengas miedo, Dios no quita nada, Dios lo da todo”, y eso basto para que yo decidiera entrar al circulo vocacional y comenzar mi camino de discernimiento. En ese entonces, me encontraba en noveno semestre y a las puertas de terminar la carrera profesional. Cuando le comenté a mis amigos mi decisión de ingresar al Seminario, sus reacciones no fueron las mejores, algunos no me creían, otros se burlaron y otros no me prestaron atención; más tarde lo entendieron y lo aceptaron.
Al ingresar al Seminario, me encontré con una bella comunidad, que me aceptó sin reparo alguno. Sin embargo, muchos me preguntaban que tenía que ver la ingeniería con el sacerdocio y yo no sabía que responder. Estando ya en el Seminario recibe mi grado de ingeniero, lo cual me llenó de alegría por haber alcanzado una meta; pero la alegría de estar en el Seminario era todavía mayor. Poco a poco fui descubriendo que Dios nos va mostrando el camino cuando sabemos escuchar su voz. Así mismo, nos da los medios necesarios para realizar y cumplir nuestros sueños, sólo que alcanzarlos implica empeño, sacrificios, renuncias. Entendí entonces con mayor claridad lo que el Señor nos dice en Mateo 19, 29: “y todo el que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o campos por mi nombre, recibirá el ciento por uno y heredará vida eterna”.
Hoy, puedo decir con toda firmeza que, aunque digamos tener nuestra vida definida, Dios por medio de su plan salvífico, puede virar el sendero de nuestra vida, y puede mostrarnos un mejor camino que nos llene felicidad.
*Estudiante del Seminario Regional Juan XXIII. Ingeniero Mecánico universidad Autónoma del Caribe
El Rincón de Pablito
¿Alguna vez has alimentado un pajarito de dos metros? ó ¿visto un animal con lengua casi tan grande como su cuerpo? Ahora en la nueva atracción del Zoológico de Barranquilla, el Museo Vivo, no sólo podrás ver animales fantásticos, vivirás experiencias sorprendentes. Conoce en esta sección los principales protagonistas de este show.
Carricarri: lo vivo sobre lo muerto
Esta ave enseña a los participantes la importancia de la vida silvestre, el por qué este nuevo espacio se llama así y cuáles podrían ser las consecuencias de dar las espaldas al mundo natural.
Guacamaya bandera: compartiendo de verdad
Carricarri: lo vivo sobre lo muerto
Esta ave enseña a los participantes la importancia de la vida silvestre, el por qué este nuevo espacio se llama así y cuáles podrían ser las consecuencias de dar las espaldas al mundo natural.
Guacamaya bandera: compartiendo de verdad
Algunos piensan que la sesión con la guacamaya bandera es el plato fuerte del Museo Vivo y, probablemente, así sea. Las fascinantes adaptaciones de la guacamaya son algunas de las oportunidades de aprendizaje que tendrán los visitantes al interactuar con una de las aves más inteligentes y hermosas de la Tierra.
Tucán: un pico fuera de serie
La sesión con el tucán, en el Museo Vivo, consta de dos partes: en una de ellas, los participantes pueden observar y aprender sobre la sorprendente obra de ingeniería que constituye su pico y, en la otra, el tucán vuela hasta el brazo de algunos participantes.
Emú: contacto en grande
Tucán: un pico fuera de serie
La sesión con el tucán, en el Museo Vivo, consta de dos partes: en una de ellas, los participantes pueden observar y aprender sobre la sorprendente obra de ingeniería que constituye su pico y, en la otra, el tucán vuela hasta el brazo de algunos participantes.
Emú: contacto en grande
El Museo Vivo estará siempre lleno de sorpresas; una realmente especial es el contacto con los emúes. Sí, la segunda ave más grande del planeta estará interactuando con los participantes, quienes podrán alimentarla y aprender de sus extrañas adaptaciones como sus plumas bífidas y sus huevos verdes.
Guacamaya verde: vuelos extremos
Guacamaya verde: vuelos extremos
La sesión con la guacamaya verde permite apreciar todo el poder de su vuelo, el cual puede alcanzar 2 km de altura y 80 km/hora de velocidad. Como regalo especial, algunos participantes se seleccionan para tomar impresionantes fotos, en primer plano, del vuelo de las guacamayas.