lunes, abril 05, 2010

Unidad pastoral Santa Isabel De Hungría
La casa de Dios en el segundo piso de una edificación




Por Julio Giraldo*

La unidad pastoral Santa Isabel de Hungría, en el barrio Lucero, es la única de la ciudad que está construida en el segundo piso de una antigua edificación que perteneció desde al año 1952 a las Damas de Santa Isabel.

La historia del barrio se remonta al año 1930 cuando en el sector sólo existían fincas llenas de potreros con mucho ganado, pero también para la época existía una cantera de donde se extraía tierra y piedra caliche, por lo cual este lugar lo llamaban: “El Hoyo”. El nombre de “Lucero”, que se adopta para el barrio, se origina de una historia que cuenta, que los viejitos del sector y otros no tan viejitos se sentaban en las noches en un barranco, bajo frondosos y frescos árboles, hacían sus tertulias, tomaban café en totuma, fumaban tabaco habano y en medio de las tinieblas, pues no había luz eléctrica, miraban hacia el firmamento y veían un lindo lucero.

El tiempo fue transcurriendo, Barranquilla se extendía y los potreros del barrio Lucero los fueron dividiendo para venderlos a diferentes familias; pero, no todos fueron vendidos, pues existían invasores, que no desaprovecharon la oportunidad y procedieron a invadir muchos lotes; por su parte, los terratenientes para contrarrestar esta acción donaron los lotes que aún quedaban y con las familias beneficiadas conformaron “La Sociedad de Pequeños Agricultores”.

Comienza la actividad de Iglesia
El 28 de noviembre de 1952, la asociación de Damas de Santa Isabel, adquiere una enorme casa en la calle 53 entre carreras 33 y 32, tenía un área de 1529 metros cuadrados, con 400 metros construidos, cuyo costo fue $ 15.500.00. El ingeniero Octavio Giraldo construye y acondiciona la casa para las actividades que se proponían. En abril de 1954 el ingeniero entregó la obra con un costo de $ 23.330.30. Las actividades de tipo social y religioso comenzaron a cargo de las Hermanas Vicentinas, quienes de inmediato fundaron una escuela y la casa se convirtió en un centro religioso para la formación de niños y jóvenes, igualmente se dictaban cursos de capacitación para adultos, talleres de modistería, habían consultorios médicos y otras obras sociales.

Entregan la obra a la Arquidiócesis
Después de 29 años de fecunda labor apostólica, en 1981 las Damas de Santa Isabel acuerdan entregar este centro a la Arquidiócesis de Barranquilla y de inmediato el padre Roberto Ariel Ávila (q.e.p.d.) inicio allí un trabajo apostólico para que el centro cumpliera sus objetivos; dentro de este trabajo, abrió la capilla que ya existía en el segundo piso de la edificación, y que sólo se usaba para las misas de la comunidad vicentina y su colegio. Se empezaron a celebrar las misas dominicales y con la presencia permanente de diáconos y seminaristas se comenzó a sembrar la semilla por todo el sector hasta lograr que se conformara una feligresía con características de comunidad eclesial, lista y bien cimentada para asumir el compromiso y responsabilidad de ser parroquia.

Se erige como parroquia
Fueron muchos los seminaristas, diáconos y sacerdotes que sembraron para el Reino de Dios en el barrio Lucero, entre ellos, el padre Alexis Rodríguez, quien estuvo sirviendo a la comunidad por un año, luego vendría el sacerdote Silvestre García, (q.e.p.d.), durante su permanencia en el año 2000, según decreto No 003 del 2 de febrero, Monseñor Rubén Salazar Gómez crea la parroquia “Santa Isabel de Hungría”. En el año 2001 se designa como párroco al padre Gerardo Niebles, quien construyó un moderno apartamento para vivienda del sacerdote, instaló el techo de la parroquia con estructura de hierro y el acabado interior de la misma, altar y ambón de mármol, pila bautismal, dos salones parroquiales y sacristía entre otras obras. Al padre Niebles lo sucede el presbítero Edgar Osorio.

La Parroquia Hoy:
Hace apenas un mes y unos días, el padre Evelio Quinchía fue nombrado como párroco de Santa Isabel de Hungría, encontró una capilla y una vivienda para el sacerdote en muy buenas condiciones, pero sobre todo, una feligresía sedienta de Dios, organizada pastoralmente y con muchos deseos de seguir trabajando y colaborando en todas las iniciativas de su nuevo párroco.

En este poco tiempo, el padre Evelio, apenas ha tenido tiempo para reunirse con sus grupos de apostolado, conocerlos, compartir y elaborar el programa para la Semana Santa, pero tiene como reto principal liderar las reformas que se tienen ya proyectadas, especialmente respecto al templo para hacerlo más funcional y otras modificaciones que requiere el complejo parroquial.

Por lo que pudimos observar en la visita que el Kairós realizó a la parroquia para elaborar la presente crónica, es que existe todo un ambiente favorable y de mucho entusiasmo de parte de la feligresía para colaborar en todo lo que este a su alcance en las reformas proyectadas y seguir creciendo como pueblo de Dios.


*Periodista - Historiador. julioetica@yahoo.com

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