miércoles, diciembre 08, 2010


¿Europa está de espaldas a Cristo?

Por Johan Llanos*

La visita del Papa Benedicto XVI a España es una hermosa oportunidad para recordar que estamos viviendo tiempos de crisis económica, a lo que el Sumo Pontífice es muy sensible. Sin duda, esta será una visita marcada por la austeridad y que puede hacernos reflexionar sobre lo que a partir de nuestra realidad latinoamericana, pueden ser pistas de cómo iniciar caminos de liberación para el desarrollo de nuestros pueblos y comunidades.

En este sentido, el Concilio Vaticano II, con sus pronunciamientos sobre libertad religiosa, ecumenismo, versión religiosa de la libertad, igualdad y fraternidad, ha conmovido a la Iglesia de tal forma que en estos tiempos ella misma se siente interpelada por Dios a la reorientación adecuada de estas ideas tan sublimes.

El hombre tiene una naturaleza social en todas las dimensiones de su ser, de manera que, incluso la fe en la mayoría de los hombres, sobrevive y florece más abundantemente cuando se desarrolla en el seno de una comunidad que se reúne en torno al Jesús de los Evangelios. Ahora bien, con respecto al país destino de la visita papal, en efecto, no es necesario detenerse a demostrar que la organización social y política de España está completamente descristianizada; lo está incluso mucho más que en otros países occidentales. Recordemos solamente las leyes del divorcio, el aborto, la manipulación genética, la ley del matrimonio entre homosexuales y la eutanasia, que algunos partidos han ampliado, promulgado o tienen intención de hacerlo.

Esta sociedad, escandalosa incluso para países de tradición liberal y protestante, como los Estados Unidos, ha surgido en pocos decenios y debe ser una invitación a nuestras comunidades cristianas de America Latina y Europa, para que en un mismo Espíritu, el Espíritu de Jesús, luchemos contra la contradicción superior-inferior porque es una invención para la dominación. Si dicha contradicción sirve apenas para clasificar la humanidad y justificar la dominación de pocos sobre muchos, para la explotación inescrupulosa de mercados cautivos, materia prima abundante, mano de obra barata, mentes dóciles y cuerpos disciplinados, ha llegado la hora de prescindir de cualquier concepto asociado a las divisiones civilizado-primitivas, desarrollado-subdesarrolladas y Primer-Tercer Mundo.

Pero, ante este aparente retroceso decadente de lo que debería ser un autentico humanismo y personalismo, la descristianización de Europa es un proceso acelerado y dramático, pero no irreversible, señalaba el Cardenal Jean-Louis Tauran. Sin embargo, "a la Iglesia la han sepultado muchas veces", dijo el Purpurado, al recordar el ejemplo de Frederick Nietzsche, que declaraba "el fin del tiempo de las religiones", hasta "los totalitarismos del siglo pasado que afirmaron lo mismo". "Sin embargo -agregó- el fenómeno religioso está lejos de desaparecer. Y los cristianos no han renunciado a su tarea", porque "este cristianismo aparentemente moribundo muestra una sorprendente vitalidad y reserva aún muchas sorpresas", agregó. Los valores cristianos sustentan a muchas de las convicciones laicas: desde la dignidad de la persona humana, hasta la libertad, la solidaridad, el respeto por la naturaleza; todos estos son valores que tienen su raíz en la base cristiana. A nosotros sólo se nos pide ser cristianos coherentes, persuadidos de que nuestro tiempo es el mejor, porque Dios nos ha plantado en este momento de la historia para que demos fruto. La modernidad no debe asustarnos, nosotros pertenecemos a este mundo, en cuanto cristianos, y queremos iluminarlo con toda la potencia de la solidaridad.

*Ingeniero en Telecomunicaciones. Licenciado en Ciencias Religiosas. Diplomado en Teología. jojellabe11@hotmail.com

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