¿Europa está de espaldas a Cristo?
La visita del Papa Benedicto XVI a España es una hermosa oportunidad para recordar que estamos viviendo tiempos de crisis económica, a lo que el Sumo Pontífice es muy sensible. Sin duda, esta será una visita marcada por la austeridad y que puede hacernos reflexionar sobre lo que a partir de nuestra realidad latinoamericana, pueden ser pistas de cómo iniciar caminos de liberación para el desarrollo de nuestros pueblos y comunidades.
En este sentido, el Concilio Vaticano II, con sus pronunciamientos sobre libertad religiosa, ecumenismo, versión religiosa de la libertad, igualdad y fraternidad, ha conmovido a
El hombre tiene una naturaleza social en todas las dimensiones de su ser, de manera que, incluso la fe en la mayoría de los hombres, sobrevive y florece más abundantemente cuando se desarrolla en el seno de una comunidad que se reúne en torno al Jesús de los Evangelios. Ahora bien, con respecto al país destino de la visita papal, en efecto, no es necesario detenerse a demostrar que la organización social y política de España está completamente descristianizada; lo está incluso mucho más que en otros países occidentales. Recordemos solamente las leyes del divorcio, el aborto, la manipulación genética, la ley del matrimonio entre homosexuales y la eutanasia, que algunos partidos han ampliado, promulgado o tienen intención de hacerlo.
Esta sociedad, escandalosa incluso para países de tradición liberal y protestante, como los Estados Unidos, ha surgido en pocos decenios y debe ser una invitación a nuestras comunidades cristianas de America Latina y Europa, para que en un mismo Espíritu, el Espíritu de Jesús, luchemos contra la contradicción superior-inferior porque es una invención para la dominación. Si dicha contradicción sirve apenas para clasificar la humanidad y justificar la dominación de pocos sobre muchos, para la explotación inescrupulosa de mercados cautivos, materia prima abundante, mano de obra barata, mentes dóciles y cuerpos disciplinados, ha llegado la hora de prescindir de cualquier concepto asociado a las divisiones civilizado-primitivas, desarrollado-subdesarrolladas y Primer-Tercer Mundo.
Pero, ante este aparente retroceso decadente de lo que debería ser un autentico humanismo y personalismo, la descristianización de Europa es un proceso acelerado y dramático, pero no irreversible, señalaba el Cardenal Jean-Louis Tauran. Sin embargo, "a
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