miércoles, diciembre 08, 2010


Noviembre 15: Día de la Escucha

La escucha, un ‘bien escaso’

Por SONIA ROCÍO CAÑÓN ROLDÁN*

¡Escúchame!... ¡Es que Tú no me prestas atención!, Feliz día del Árbol…. Son solo algunas de las miles de expresiones utilizadas hoy en día por quienes se sienten que no son escuchados; niños, jóvenes, adultos, ancianos, todos sin discriminación, en algún momento hemos sido víctimas del mal que aqueja a nuestra sociedad: La falta de Escucha.

La experiencia cotidiana de cada uno nos dice que la escucha de calidad en las relaciones personales no suele ser frecuente. Un decir utilizado en las regiones con áridas del mundo, para concienciar sobre el uso correcto del agua dice que “el agua es un bien escaso”, desgraciadamente se podría acuñar un eslogan similar, todavía más verdadero para este tema: “La escucha, un bien más escaso”.

Según el Teléfono de la Esperanza a nivel internacional, los datos estadísticos así lo confirman. Por ejemplo: en el contexto familiar, que debe ser el ámbito más propicio para la escucha, el 75% de los padres se queja que los hijos, especialmente a partir de los 15 años, no los escuchan. El 83% de los adolescentes, a su vez, confiesa que no vale la pena hablar con los padres porque ‘no se enteran’ de sus problemas. Sin embargo, los adolescentes consideran que las madres suelen escuchar más que los padres.

La falta de escucha auténtica ocasiona consecuencias muy negativas, tanto en la persona a nivel individual como en el mundo de las relaciones personales. La escucha profunda y respetuosa es una condición indispensable para establecer o mantener relaciones positivas y su ausencia empobrece el mundo de la persona.

Los estudiosos de la salud mental, especialmente los procedentes de la psicoterapia interpersonal, consideran que la falta de escucha profunda y respetuosa, especialmente en los primeros años, es la causa más frecuente de los trastornos psicológicos y psiquiátricos.

La influencia de la incomunicación se manifiesta con una gran relevancia en el suicidio y en las tentativas de suicidio. Frecuentemente el suicidio es el último eslabón de la falta de comunicación y de no sentirse escuchados y significativos para nadie.

Todo lo anterior podría resumirse afirmando que vivimos en una cultura de la ‘no escucha’. Sí, a las personas nos gusta ser escuchadas pero no nos gusta escuchar a los demás, y en nuestra formación hemos introyectado hábitos de escucha negativos como ignorar a quien nos habla, fingir que escuchamos sin atender verdaderamente, escuchar selectivamente (sólo escuchamos a quien nos interesa escuchar) y escuchar juzgando.

Pero, ¿Cómo combatir este mal que nos aqueja y limita nuestra capacidad de construir relaciones sólidas, sanas y felices?

La filosofía de escucha del Teléfono de la Esperanza, propone experimentar al otro desde su punto de vista y no buscar imponer el nuestro. Ello es posible aplicando nuevos hábitos de escucha como: reconocer que el otro tiene algo importante para mí, no juzgar a mi interlocutor, practicar el silencio interior, no sacar conclusiones apresuradas y finalmente, pero no menos importante, no interrumpir durante la intervención de mi interlocutor.

Esta es la propuesta que el Teléfono de la Esperanza promueve a nivel internacional en el marco de la celebración del Día de la Escucha, en el que se pretende hacer un llamado de atención a los ciudadanos para que sean conscientes de que muchas personas de nuestro entorno se sienten solas y aisladas, y tienen una gran necesidad de ser escuchadas.

Charlas, visitas con estudiantes a los abuelos para escuchar sus historias, promoción del tema a través de los medios de comunicación, serán algunos de las acciones que el Teléfono desarrollará en Barranquilla, con la firme creencia, de que TODOS, MERECEMOS SER ESCUCHADOS.

*Comunicadora Social Periodista, Docente Uniautónoma. Ex Secretaria de Educación de Barranquilla. Voluntaria Teléfono de la Esperanza.

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