lunes, abril 21, 2008

¡ALELUYA! EL SEÑOR RESUCITÓ


Por ÁNGELA MARÍN NIEBLES *

Jesús resucitó en la madrugada,
el primer día de la semana,
y se apareció primero a María Magdalena,
de la que había echado siete demonios;
ella fue a comunicar la noticia a los que habían
vivido con él, que estaban tristes y llorosos.
Marcos 16, 9­10

El Tiempo de Pascua, es un tiempo de fiesta, un periodo de enorme gozo por la obra salvífica de nuestro Redentor. La Pascua es la época de mayor alegría musical, con cada nota, con cada acorde, con cada ritmo debemos anunciar que el Señor resucitó, que está vivo y que ha vencido la muerte de una vez y para siempre.

Es hora de cantar: ¡Aleluya! El Señor resucitó; es hora de propagar alrededor del mundo: ¡Cristo vive!; es hora de resonar las trompetas, de hacer vibrar los tambores, de glorificar y alabar a Dios por su gran misericordia con la humanidad.

Hace algunas noches, durante el Pregón Pascual, alabábamos a Dios por habernos rescatado, por haber liberado al esclavo pagando con la Sangre del Hijo. Durante los cincuenta días siguientes (Cincuentena Pascual), ese gran regocijo continúa; por lo tanto debe ser expresado adecuadamente en la Eucaristía diaria y dominical. La música debe ser muy festiva, debe manifestar claramente que la Iglesia celebra al Resucitado. Las tonalidades mayores se deben preferir, los ritmos rápidos utilizar; todos los instrumentos musicales están invitados a aclamar al Salvador.

Dos cantos a resaltar de manera especial son:

* La Aclamación del “Aleluya” y
* El Himno del Gloria

El Aleluya es una aclamación de triunfo, es un canto que posee un lugar privilegiado durante la Pascua. San Agustín llamaba al tiempo pascual como “Alleluiatica gaudia”, es decir, el tiempo de los gozos del Aleluya. Este santo mencionaba: “He aquí, hermanos, que ha llegado la alegría, alegría en vuestra reunión, alegría en los cánticos y en los himnos… En estos días, al escuchar el Aleluya, queda como arrobado nuestro espíritu. No cesamos de decir, Aleluya… Con qué gozo vuelve el Aleluya al llegar este tiempo, con qué añoranza se aleja en otro tiempo”.

Teniendo en cuenta lo anterior, los cantos procesionales (entrada, presentación de dones y comunión) y suplementarios (acción de gracias y despedida) que seleccionemos para animar la celebración litúrgica deben rebosar con esta palabra. Algunos cantos sugeridos son:

* ¡Aleluya! (6), el Señor resucitó. Este canto posee dos hermosas estrofas para entonar en este tiempo, y una tercera apropiada para la Solemnidad de la Ascensión.
* Cantad, gozad, aleluya.
* Aleluya al Señor, aleluya. Sus estrofas motivan a los pueblos a celebrar la victoria de nuestro Dios.
* Cantemos aleluya al Señor, Dios todopoderoso.
* Porque Cristo nuestro hermano… Este canto recrea las palabras del ángel que anima a María Magdalena a estar alegre porque su Señor, el Cristo, ha resucitado. Muchas personas, equivocadamente, piensan que la María a la que se refiere el canto es la madre de Jesús, cuando en realidad no es así.
* Aleluya, abre tu corazón al Espíritu Santo. Canto apropiado para la Solemnidad de Pentecostés.

Con respecto al Himno del Gloria, resonaba vibrante en la noche de la victoria, en la santa noche pascual. Como sabemos, este himno posee un texto definido, que no se debe alterar, ni recortar. Por lo tanto les animamos, en la medida de lo posible, a musicalizarlo bellamente, sin cambiar su texto y/o por lo menos cantar el estribillo angélico “Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor” de manera conjunta con la asamblea mientras el presidente de la celebración o un cantor entona las diferentes secciones del himno. Para que todo esto se desarrolle de manera digna y solemne como lo requiere la Eucaristía, se hace necesario ensayar con la asamblea para que ésta lo entone de manera unánime.

Otro canto a resaltar de manera especial es la Aclamación del Santo, que es aquella que permite mayor expresión a los cantores e instrumentistas que animan la Santa Misa. Uno de los más alegres y festivos que tenemos en nuestro repertorio es el compuesto por el compositor Daniel Poli, al cual se le pueden hacer unas pequeñas variantes en la extensión de algunas palabras si la asamblea se confunde al entonarlo. La música compuesta por el músico argentino es perfecta para este tiempo pascual.

Cantos sugeridos para las Solemnidades de la Ascensión y de Pentecostés:

* Ascensión: Sois la semilla, Nos envías, Jesús y Testigos.
* Pentecostés: Iglesia peregrina, Jesús está entre nosotros; Siempre es Pentecostés; Pentecostés, día de fiesta; Espíritu Santo, ven, ven; Espíritu Santo, llénanos de Ti; ¡Oh! deja que el Señor te envuelva.

Como siempre, les invitamos a escribirnos si no conocen la música y letra de los cantos: comisionarquidiocesanadeliturgia@yahoo.com

* Miembro de la Comisión Arquidiocesana de Liturgia – Directora del Coro Arquidiocesano - anjemani@yahoo.com

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