Periódico editado por la Arquidiócesis de Barranquilla (Colombia) con temas de formación y actualidad de nuestra ciudad, el país y el mundo.
jueves, diciembre 04, 2008
¿CÓMO HACERNOS FUERTES EN LAS DIFICULTADES?
Se considera que una persona es fuerte, que vive la virtud de la fortaleza, cuando en situaciones que puedan atentar contra su propia persona resiste las influencias perjudiciales, soporta todas las molestias que encuentra y se entrega con valentía para vencer las dificultades y para acometer empresas grandes.
¿Cómo resistir las dificultades?
La virtud de la Fortaleza en su aspecto de resistir no se da gratuitamente. Hay que irla formando día a día desde pequeños. Empieza hoy mismo contigo, dominándote en pequeñas cosas que exijan un esfuerzo: levantarte inmediatamente, arreglar bien tus cosas, privarte de algún capricho, ser paciente con tus hijos, dar gusto a tu cónyuge, no dejar las cosas fuera de lugar.
En fin, un sinnúmero de pequeñeces te servirán para que poco a poco vayas construyendo en ti la virtud de la Fortaleza, como aquel albañil que, ladrillo a ladrillo, construye una hermosa casa.
Fatigas, esfuerzos y constancia darán como fruto la vivencia de la virtud. Recordemos que, humanamente, la persona que quiere ser madura y cumplir con su fin natural de crecer como tal, necesariamente ha de ser dueña de sí misma, dueña de sus decisiones, señora de sus inclinaciones e instintos. El niño busca siempre cumplir sus caprichos porque todavía no forma la virtud de la Fortaleza.
Si quieres que tus hijos triunfen en la vida, que permanezcan siempre fieles a Dios, que resistan las molestias de sus propias vidas, ayúdales a que se ejerciten diariamente en la formación de la virtud de la Fortaleza, en su primera forma: RESISTIR.
El estudio de la Palabra en familias, preocupación de los Obispos del mundo
"Recomendar y promover con ayudas apropiadas la escucha comunitaria de la Palabra de Dios en las familias y la puesta en común de las experiencias vividas. Para poder relacionar más fácilmente las palabras escritas con Jesucristo, la Palabra viva, hay que seguir el año litúrgico a través del Evangelio del día o, por lo menos, el del domingo, subrayando una frase para recordarla y vivirla durante la jornada o durante la semana", explicó el Cardenal Ennio Antonelli, Presidente del Pontificio Consejo para la Familia, en su intervención. Además alegó que “pocos minutos bastan para rezar y escuchar juntos, para proponerse un compromiso común y aplicarlo en las actividades y en las relaciones cotidianas y recordarlo en el momento oportuno en el diálogo familiar espontáneo (...) Si en cambio se hace un solo encuentro semanal de escucha de la Palabra, este puede ser más largo y puede servir de preparación o de continuación y aplicación de la Misa dominical en la parroquia", precisó.
Por su parte y durante la octava Congregación General, el Cardenal Vinko Pujlic, Arzobispo de Vrhbosna, (Sarajevo, en Bosnia Herzegovina), señaló que "el servicio de los laicos exige capacidades diversificadas que suponen una formación bíblica específica" y recordó que "un medio privilegiado para el encuentro con Dios que nos habla es la catequesis dentro de las familias, con la profundización de algunas páginas bíblicas y la preparación de la liturgia dominical". De la misma manera manifestó que "en los países que salieron recientemente del régimen socialista, la Iglesia tiene necesidad de fieles laicos que vivan intensamente el Evangelio de Cristo en la familia y la sociedad y que vuelvan a participar en la misión de la comunidad eclesiástica. La preparación familiar al Día del Señor podría ser un verdadero kairós (momento de gracia) para ellos".
El estudio de la Palabra en el Atlántico
Esta realidad tratada por los Obispos reunidos en el Sínodo cabe destacarla en el Plan Diocesano de Renovación y Evangelización –PDR/E- que actualmente se desarrolla en nuestra Arquidiócesis de Barranquilla; desde que comenzó la ‘misión arquidiocesana’ hace 9 años, se están realizando las Asambleas Familiares en todo el Atlántico.
Estas asambleas son espacios de encuentro fraterno en los que varias familias, pertenecientes a una comunidad pastoral, estudian la Palabra de Dios, según el texto para la misa dominical. En las asambleas familiares, los vecinos de un sector parroquial determinado, comparten sus experiencias de vida y fe, para que estas sirvan como base en la construcción de una mejor sociedad y del ideal de Iglesia que se quiere alcanzar.
Gracias a estos encuentros semanales de la familias en el Atlántico, se ha podido integrar con mayor afectividad y efectividad a los habitantes de un sector, se han unido los esfuerzos de la comunidad para trabajar y gestionar soluciones a problemas que frecuentemente se presentan y que afectan a todos, y, sobre todo, se nota el crecimiento espiritual de aquellos sectores parroquiales que realizan este estudio de la Palabra.
Las Asambleas Familiares fue una iniciativa propuesta por el Arzobispo Rubén Salazar Gómez cuando llegó a nuestra departamento y luego de presentar el PDR/E. A medida que se desarrolla este plan de evangelización, las comunidades han tomado conciencia de la importancia que hay en el estudio semanal y en familia de los textos bíblicos.
¡Nos visita el Nuncio!
En esta grata y esperada visita, monseñor Cavalli no sólo presidirá el acto de inauguración de la nueva sede de la Curia Arquidiocesana, sino que tendrá la oportunidad de conocer más de cerca el proceso de evangelización que la Iglesia católica adelanta en el Atlántico, así como la riqueza cultural propia de esta región del caribe colombiano.
Hace un año el arzobispo Aldo Cavalli fue nombrado nuncio apostólico en Colombia por el Papa Benedicto XVI y, desde entonces, este diplomático de origen italiano se ha dado a la tarea, entre sus múltiples ocupaciones, de recorrer el país para conocer personalmente la misión que adelanta la Iglesia y entregar un mensaje de paz y esperanza a todos los colombianos. Es así como ya ha visitado las diócesis de Pasto, Medellín, Armenia, Popayán, Ocaña y Cali.
Pero, ¿quién es un nuncio apostólico?
Un 'nuncio apostólico' o 'nuncio papal' es un representante diplomático de la Santa Sede -no del Estado de la Ciudad del Vaticano- con rango de embajador. Representa a la Santa Sede ante un Estado y ante algunas organizaciones internacionales. Así, existen nuncios ante las Comunidades Europeas, diferentes agencias de Naciones Unidas, el Consejo de Europa, etc. Por este motivo, suele tener el rango eclesiástico de arzobispo.
Normalmente reside en la ‘nunciatura apostólica’, que goza de los mismos privilegios e inmunidad diplomática que una embajada.
En los casos en que las relaciones diplomáticas no existan a nivel de embajada, un ‘delegado apostólico' es el jefe de la delegación papal; en ese caso, sólo representa a la Santa Sede ante la iglesia local. En muchos países el nuncio papal tiene, por estar así establecido en el Concordato, precedencia protocolar sobre el resto de los embajadores, lo que quiere decir que es, por derecho propio, el decano del cuerpo diplomático.
Precisiones conceptuales e históricas
El rango diplomático de embajador para un nuncio quedó fijado en el Congreso de Viena (1815). Al igual que los demás diplomáticos, el nuncio tiene que ser acreditado por el Estado de acogida.
En cuanto al hecho de que el nuncio sea decano del cuerpo diplomático en el país donde cumple sus funciones, se resolvió en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas del 18 de abril de 1961. El decano toma la palabra en nombre del cuerpo diplomático en ocasiones solemnes, pero también ayuda a resolver conflictos que puedan surgir entre alguna representación diplomática y el Estado de acogida.
La nunciatura tiene una estructura similar a la de una embajada, con consejero de nunciatura, secretario de nunciatura, etc., cargos ocupados por diplomáticos de la Santa Sede, todos ellos clérigos, formados en la Pontificia Academia Eclesiástica, establecida en 1701. La mayoría de los nuncios proceden del servicio diplomático; algunos de ellos pasan a ser luego obispos residentes de alguna diócesis o retornan al Vaticano para trabajar en algunos dicasterios; algunos llegan a ser cardenales. Recordemos que Juan XXIII, antes de ser Papa, fue nuncio en Bulgaria y Turquía.
Excelentísimo Monseñor ALDO CAVALLI
Nació el 16 de octubre 1946, en Maggianico di Lecco - Italia; arzobispo titular de Vibo.
Formación
Realizó los estudios en el Seminario menor de Bérgamo, y los de Teología en el Pontificio Seminario Romano Mayor. Fue ordenado sacerdote en Bérgamo el 18 de marzo de 1971. Desde entonces y hasta 1975, desarrolló su actividad pastoral como Profesor de Letras en el Seminario menor de Bérgamo, frecuentando al mismo tiempo la facultad de ciencias políticas y sociales de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán. En 1975 fue enviado por el Obispo a la Academia Pontificia Eclesiástica, donde permaneció durante cuatro años hasta 1979. Es Licenciado en Teología y Derecho Canónico, y graduado en ciencias políticas y sociales.
Actividad Diplomática
En 1979 fue enviado a la nunciatura apostólica en Burundi, como secretario de esa misma nunciatura. Permaneció en Burundi durante cuatro años y en 1983 fue llamado a colaborar en la Secretaría de Estado de la Santa Sede.
Desempeñó su labor en la Ciudad del Vaticano hasta 1996, cuando el Papa Juan Pablo II lo nombró nuncio apostólico en Angola y Sao Tomé e Príncipe.
Recibió la ordenación episcopal en la catedral de Bérgamo el 26 de agosto de 1996 de manos del Cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado.
Permaneció en el cargo de Representante del Papa en Angola y Sao Tomé hasta el 26 de junio 2001, cuando el extinto Santo Padre lo nombró nuncio apostólico en Chile. Desde el 29 de octubre de 2007 es nuncio apostólico en Colombia.
Sus momentos en el Atlántico
Serán dos días y medio los que tendrá el arzobispo Cavalli para estar en tierra atlanticense.
El viernes 31 de octubre, en horas de la noche, presidirá la inauguración de la nueva sede de la Curia Arquidiocesana, acto privado que contará con la presencia de nuestros obispos, el presbiterio y las superioras de las casas de religiosas que hay en la arquidiócesis; también estarán las autoridades civiles, militares y de policía, el cuerpo consular, congresistas de la región, jueces y magistrados, los alcaldes municipales, el gabinete y los diputados del Atlántico, el gabinete y los concejales de Barranquilla.
El sábado 1º de noviembre, a las 7:00 a.m., el señor nuncio presidirá la eucaristía en el Santuario de El Morro, luego de la acostumbrada peregrinación por ser primer sábado de mes. Seguidamente se reunirá con los sacerdotes y los seminaristas en el Seminario Regional Juan XXIII, concluyendo el día con la celebración eucarística, a las 5:00 p.m., en la parroquia de Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma, comunidad que lo recibe en el marco de sus cincuenta años de vida parroquial.
El domingo 2 a las 8:30 a.m., en el salón parroquial de la Catedral, se reunirá con las religiosas. A las 10:00 a.m., presidirá la eucaristía en la Catedral. En esta misa se harán presentes delegaciones de todas las parroquias y movimientos de la arquidiócesis. Finalizada la celebración litúrgica, a las 12:00 del medio día, monseñor Cavalli tendrá un espacio de diálogo con los comunicadores y periodistas.
Concluirá el día con la celebración eucarística en la parroquia Santa Rita de Cascia de Sabanagrande, a las 5:00 de la tarde.
Una Iglesia organizada para una mejor evangelización
Muchas personas hemos escuchado términos como vicarías, decanatos, célula pastoral, entre otros; a estas palabras las relacionamos con el lenguaje que la Iglesia usa para distintas situaciones pero, muchas veces, no sabemos a ciencia cierta a que hacen alusión.
Precisamente, conociendo esta realidad, indagamos en la organización que actualmente tiene la Arquidiócesis de Barranquilla para explicar de manera detallada qué significan estas nombres en nuestro departamento del Atlántico.
En el caso concreto de las vicarías, decanatos y parroquias, más que división, es una organización de la Iglesia que está consignada en el Derecho Canónico. Estas estructuras eclesiales, entre otras más, son las que permiten su expansión y sostenimiento en todo el mundo. Éstas tiene mucha importancia y se hacen necesarias ya que ayudan a facilitar y coordinar todos los trabajos pastorales que se desarrollen una porción del Pueblo de Dios.
La Iglesia en su esencia es una sola, una Iglesia universal, y ésta se ve reflejada en las Iglesias particulares que, a su vez, tienen una organización interna; es decir, unas estructuras que le permiten al Obispo afianzarse como pastor del Pueblo de Dios y, además, dan canales para desarrollar mejor la misión propia de la Iglesia católica: evangelizar.
Datos que usted debe saber:
¿Qué es una Diócesis?
Es una porción del pueblo de Dios cuyo cuidado se encomienda al Obispo con la colaboración del presbiterio, de manera que, unida a su pastor y congregada por él, constituya una iglesia particular. En el caso de la Arquidiócesis de Barranquilla, ésta es, en su esencia, una diócesis, pero elevada a una categoría especial o ‘metropolitana’ que la convierte en acompañante de varias diócesis vecinas, conformando entre todas una ‘Provincia Eclesiástica’. La máxima autoridad de una Arquidiócesis es un ‘obispo metropolita’ llamado Arzobispo, y de esta condición se desprende que las realidades arquidiocesanas sean también metropolitas. La Provincia Eclesiástica de Barranquilla la componen las diócesis de El Banco, Riohacha, Santa Marta, Valledupar y la Arquidiócesis de Barranquilla.
¿Qué es una Vicaría?
Como lo hemos explicado, la Iglesia necesita crear estructuras para tener una mayor efectividad en su misión. Es por eso que las ‘Vicarías’ son un grupo de ‘Decanatos’ que, según su cercanía territorial, se agrupan para trabajar en conjunto cada actividad. Actualmente, en el Atlántico hay 6 ‘Vicarías’ las cuales son: Vicaría Padre Misericordioso que cuenta con 23 parroquias (Sur-occidente y parte del centro de Barranquilla), Vicaría Cristo Redentor con 12 parroquias (Vía La Cordialidad), Vicaría Espíritu Santo en la que encontramos 28 parroquias: (parte del centro y norte de Barranquilla), Vicaría Santísima Trinidad con 13 parroquias (Carretera Oriental), Vicaría María Reina que la componen 23 parroquias (Vía al Mar) y la Vicaría San José con 31 parroquias (Soledad y sur de Barranquilla).
¿Qué es un Decanato?
Los ‘Decanatos’ son aquellas ‘unidades pastorales’ o ‘parroquias’ que se encuentran muy cercanas en algún territorio específico. En la Arquidiócesis de Barranquilla existen 20 ‘Decanatos’ agrupados en las 6 ‘Vicarías’.
¿Qué es un parroquia?
En la Arquidiócesis de Barranquilla se denomina ‘unidad pastoral’ a un territorio bastante extenso, equivalente jurídicamente a una parroquia conformada por tantas ‘células pastorales’ (parroquias, cuasiparroquias o centros de evangelización) sean necesarias. El párroco de la unidad pastoral acompaña el proceso de organización pastoral y de acción evangelizadora en cada una de las células, de tal manera que se conformen como una verdadera parroquia.
¿Qué es una Célula Pastoral?
La célula debe ser una comunidad. Esta palabra expresa una interacción dinámica entre muchas personas, bajo la unidad y guía de un mismo pastor. Esto significa que el número de habitantes no puede ser excesivo. El ideal es un número cercano a los 8 mil. Cada célula pastoral debe tener establecidos, adecuadamente, los límites y determinado su grado en el proceso (o parroquia, o cuasiparroqia, o centro de evangelización.
Con el Proceso Diocesano de Renovación y Evangelización –PDR/E- la organización de la Iglesia toma fuerza y sus estructuras se convierten en herramientas eficaces de su misión en la tierra. “El PDR/E se vale de todas estas estructuras que da la Iglesia para que podamos, verdaderamente, constituirnos de una mejor manera y podamos llevar la Palabra de Dios a todos los lugares”, afirmó el padre José Tobías De la Cruz, Vicario de Pastoral.
“Como lo afirmó el Papa Juan Pablo II, la Iglesia tiene que ser nueva en sus métodos y en su expresión y nueva en su ardor. Es decir, la Iglesia tiene que recurrir a métodos y proyectos; ya no puede evangelizar de cualquier modo, hoy en día la evangelización requiere una metodología, un proceso y un modo sistemático, y en esos nos ayudan las estructuras pastorales”, concluyó el padre José Tobías.
PARROQUIAS: AYER Y HOY
Por Julio Giraldo
Transcurría el año 1970, la Ciudad de Barranquilla comenzaba a extenderse hacía el norte, y distinguidas y adineradas familias que habían vivido y crecido tranquilas en el Prado y otros sitios exclusivos proyectaron sus viviendas en lujosos y cómodos conjuntos residenciales que se construían en los barrios Riomar y Altos de Riomar; apareciendo más adelante El Limoncito, Altamira, Riviera, Villa Tívoli, Villa Santos, el Poblado y Villa Campestre. Una de las primeras familias que llegó a Riomar fue la de la Señora Leonor Piñeres de Daza, quien dice que todo a su alrededor en ese momento, año 1978, era monte, pero en pocos meses el sector se fue urbanizando y se pobló totalmente; a diferencia de los barrios marginados, en estas nuevas urbanizaciones nada faltaba: calles pavimentadas, agua, electricidad, teléfonos, gas y todas las comodidades de los exclusivos sectores. Pero algo muy importante si hacía falta para un crecido numero de familias creyentes en Dios que han educado a su hijos bajo estrictas normas morales y con la orientación de la Iglesia católica: no había parroquia; fue entonces cuando un grupo de estos habitantes comenzaron a gestar la idea de tener un templo.
Se comenzó con la celebración de la eucaristía dominical que se realizaba en Villa Tívoli; sus gentes se fueron entusiasmando de tal manera, que muy pronto, un grupo de influyentes vecinos habló con monseñor Germán Villa Gaviria, quien escuchó muy atentamente los argumentos expuestos y, luego de valorarlos, decidió expedir el decreto 900 del 1 de diciembre de 1982 por el cual crea la parroquia Espíritu Santo. En el mismo decreto, nombra como primer párroco al padre Juan de Jesús Serna, quien de inmediato inicia sus actividades y gracias a eso se conforma una junta de habitantes de los sectores para que se encarguen de sacar adelante el proyecto, motivando a sus vecinos y gestionen los terrenos y los recursos para comenzar la construcción de la parroquia. Esta primera junta la integran Lucas Tinoco, Rafael Borge y su esposa Cecilia de Borge, entre otros; poco tiempo ejerce como párroco Juan de Jesús Serna, quien es sustituido por el Padre Gabriel Héctor Muñoz Bolívar, este ilustre Sacerdote de grata recordación reúne la comunidad de Riomar y sus barrios adyacentes para decirles que, por el momento, lo más importante no es un templo material sino, más bien, el templo espiritual, es decir la Iglesia viviente, una comunidad bien preparada y cimentada en su fe, capaz por si sola de dar testimonio de vida con sus familias y con sus vecinos; para así, por medio de sus experiencias de fe, poder estar preparados para la construcción del templo material tan necesario en cualquier comunidad.
Este proyecto pastoral se cumplió; las familias comenzaron a experimentar la presencia de Dios en sus vidas y comprendieron lo que significa ser miembro de una comunidad parroquial. En la Iglesia de Dios, unos siembran y otros recogen: el padre Muñoz, tan amado por la comunidad, es trasladado en el año 1985 por orden de su Arzobispo. La parroquia inicia una nueva etapa ya que es entregada a la Comunidad Eudista, que para la época era también la encargada de la formación de los sacerdotes en el Seminario Regional Juan XXIII. Es otro reto para está especializada comunidad, y nombran al padre Gonzalo Naranjo para que asuma e inicie de inmediato la delicada misión; en muy poco tiempo el padre Naranjo se gana el corazón de toda la feligresía y ya se palpa un ambiente eclesial extraordinario: asambleas familiares, grupos de oración, reuniones en cada sector, todos se mueven y colaboran para un mismo fin. Por su parte, la junta parroquial no se duerme y se mueve con buen ritmo costeño para conseguir el terreno; son muchas y muy duras batallas que hay que librar en el Concejo municipal para lograr que al fin se firme el acuerdo por el cual se cede un amplio terreno a la Arquidiócesis de Barranquilla para que se construya una iglesia; el anhelado acuerdo se firmó en el mes de noviembre de 1987.
Los Eudistas siembran la semilla donde Dios les indica y se van a nuevos campos; así ocurrió con el padre Naranjo, pero vino el inolvidable padre Carlos Lozano y, por la gracia de Dios, le corresponde hacer el diseño del templo y comenzar su construcción. Cada Eudista como Gonzalo Naranjo, Carlos Lozano, Oscar González, Gildardo Pérez, y tanto sacerdote que sin ser párrocos estuvieron en la obra, realizaron lo que Dios quería que cada uno de ellos hiciera, a cada uno de ellos la comunidad los recuerda con cariño y agradecimiento porque fueron estos religiosos los motores impulsores para que los habitantes, muy motivados y movidos por el Espíritu Santo que tanto inculcaba el Padre Lozano, se dedicaran a la misión de transformar sus vidas y de construir su templo; la feligresía los amó tanto que en alguna ocasión, cuando el Padre Oscar González entró a unos retiros espirituales, los esposos Rafael Borge y Cecilia Jaime, en nombre de la comunidad, le escribieron una bella carta que en algunos de sus apartes dice: “hay unas destacadas cualidades que constituyen parte esencial de su perfil espiritual y humano. Su bondad de corazón es algo que se percibe nítida y rápidamente desde los primeros instantes de su trato. Su humildad y sencillez, reveladoras de un alto grado de sabiduría y santidad. Su mentalidad abierta y pluralista, que respeta y valora las opiniones ajenas y que le imprime siempre a sus acciones un aire de frescura y novedad, propias de un estado psicológico y espiritual de peremne juventud.” Así, entonces, una comunidad tan bien formada, y con tanto amor por sus pastores, fue capaz de hacer toda la obra con recursos propios: bazares, festivales, templotones y hasta conciertos con la presencia de Shakira cuando esta no era tan famosa como lo es ahora.
El esfuerzo de los Eudistas y de la comunidad bien valió la pena porque al final construyeron la iglesia y el complejo parroquial más amplio y bello de la Arquidiócesis de Barranquilla; es un templo que cuenta con tres capillas adicionales así: capilla para matrimonios o misas con pequeños grupos, capilla como bautisterio y capilla del Santísimo; esta última, sencillamente acogedora con un ambiente que invita al diálogo con Dios.
La Parroquia Hoy:
Al frente de la unidad pastoral Espíritu Santo se encuentra, desde el mes de febrero de 2004, el padre Iván Díaz, un joven y sabio sacerdote experto en Derecho Canónico que ha venido preocupándose por el mantenimiento y embellecimiento del templo y todo el complejo parroquial Él sigue dando continuidad al trabajo pastoral iniciado por sus hermanos de comunidad, incentivando con su presencia y apoyo a los grupos de oración ya que la parroquia es eminentemente carismática. A su llegada encontró un grupo de fieles bien formados doctrinal y eclesialmente, con los que le correspondió iniciar el Proceso Diocesano De Renovación y Evangelización PDR/E.
DE MUJER A MUJER
Por Jaynes Hernández Natera*
Al iniciar escribir este artículo mi casa parecía una clínica: todos estábamos enfermos; días como los vividos por cualquier familia, días que pasan con paciencia y confiados en Dios. En esos trasnochos maternales, trasnochos por amor, encontré, en el escritorio que está junto a mi cama, la respuesta de Dios. Él guió mis ojos a releer una vez más, la oración escrita por Santa Teresa de Jesús:
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda,
la paciencia todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta.
Todo pasa, gracias a Dios; los malos momentos, las enfermedades y los problemas se solucionan; lo que permanece eternamente es el Amor de Dios, siendo Dios el mismo Amor y “quien a Dios tiene nada le falta”.
“Algo o todo falta” es lo que expresan en la incertidumbre, muchos y en diferentes proporciones, los corazones sin distinción de sexo, etnia, estrato socioeconómico, estado civil. Les falta algo o todo les falta, porque no han tenido un encuentro personal con Dios, sólo le conocen cultural e históricamente; quizás asistan a la eucaristía y no lo conocen como Padre bueno y amoroso, como hermano en Cristo Redentor, ni como unión amorosa entre el Padre y el Hijo en Dios Espíritu Santo.
Razón del corazón para apoyar el trabajo misionero de la Iglesia.
La Iglesia está en estado de Misión; respondamos a su llamado “siendo discípulas-misioneras” y tomadas de la mano maternal de la Virgen de Guadalupe quien nos guiará a ser hijas en su Hijo y amar al Padre con un filial afecto. Conocerlo y darlo a conocer, amarlo y enamorar corazones para que lo amen, es misión de todo discípulo-misionero para que vivan una acción continua de búsqueda incesante del todopoderoso, abriendo las puertas del corazón y los sentidos del alma; cuando ese amor crece escapa por los poros dando testimonio que impulsará a otros que le amen cada vez que se encuentren en la vivencia cotidiana de la palabra de vida eterna.
La Lectío Divina, o ejercicio de lectura orante de la Sagrada Escritura, con sus cuatro momentos (lectura, meditación, oración, contemplación), nos conduce a un encuentro con Jesús Maestro sumergiéndonos en Él; su Palabra es Río de Agua Viva en el cual ya no tendremos sed y llevaremos de beber a otros ya que somos portadoras de la Buena Nueva aunque pienses que tus conocimientos bíblicos son incipientes. Dios quiere que le encontremos y le contemplemos como discípulas misioneras en el rostro de los enfermos, los pobres, en nuestra amiga que está pasando por un momento de dolor, etc. Él espera que abracemos en estas personas ya que son ellas quienes piensan que Dios es sordo y ciego a su tristeza. El Señor está esperando que con nuestro testimonio de espiritualidad le digamos a esa persona: “vamos a la Eucaristía; hay una cena, está servida y faltas tú”.
En Juan 12, 8 Jesús nos dice “A los pobres los tienen siempre entre ustedes, a mí no me tienen”. Él está ahí, y muchas veces pasamos soñando si tuviéramos los medios para viajar y conocer Tierra Santa o Ciudad del Vaticano, visitar muchos santuarios para los cuales necesitaríamos pasaporte, pólizas de viaje y créditos, pero no gastamos lo que vale un bus urbano para visitar a un conocido o a un amigo que tiene hambre material y espiritual o, en otro caso, una llamada para decirle ¡hola cuenta conmigo!.
Los oprimidos por la miseria son objeto de un amor de preferencia por parte de la Iglesia. Innumerables comunidades religiosas sirven a Cristo en el desposeído de bienes materiales y espirituales. Nosotras, que también somos Iglesia, tenemos compromisos de amor con los pobres, a los que no sólo le falta el pan material sino el espiritual, Cristo mismo. Necesitan saber que son hijos amados de Dios, al que no sólo le des vestido para el lunes, miércoles o cualquier día, sino el del domingo para cubrir la desnudez de su espíritu que clama el calor de un padre-madre espiritual.
Nos da miedo hablarle a ese (a) que cuando lo (a) veo creo que me hará daño. Y es que no somos la Madre Teresa de Calcuta, ni San Vicente de Paúl, ni cualquiera de los santos a quienes Dios les inflamó su corazón con el don de la Caridad, pero podemos con los más cercanos. A veces el jardinero, el mensajero, la persona que nos ayuda en la casa, el portero del edificio, en el lugar de trabajo, incluyendo aún aquel que económicamente puede tener un mejor salario pero está desposeído de la más grande riqueza: Dios en su corazón; y aunque tiene todo, todo le falta porque no conoce, ni ama, ni se siente amado por Dios, que aún no conoce porque falta que tú le digas que con Dios solo le basta, que podría perderlo todo pero si lo tiene a Él podrá recuperarse y que aunque la bolsa de valores se estremezca, pierda sus activos, podrá ser feliz, tendrá fe y esperanza.
Sí el Amor de Dios te basta y tienes un alma misionera como laica (o) puedes dar de lo mucho que Él te ha dado, amando y sirviendo y hacer que otros le amen; y si el Buen Pastor ha seducido tu corazón y estás dispuesta a decir SÍ, en la Arquidiócesis de Barranquilla hay un espacio en el cual te acompañamos a discernir ese llamado de Dios en ti, desde el Círculo Vocacional Femenino (cel.: 3138922607 - 3013807079) y el Círculo Vocacional Masculino (padre Alexis Mattos cel.: 3107290118) Te invitamos a la eucaristía de apertura del Círculo Vocacional el 29 de noviembre a las 10 a.m. en la Catedral María Reina.
*Integrante de la Comisión de Pastoral Vocacional
jaynesher@hotmail.com
Amar al mundo apasionadamente
Por: Reinaldo Gómez Pérez*
La respuesta común, cuando le preguntan a los grandes líderes empresariales del mundo acerca de qué cualidad específica valoran en sus empleados, es: QUE TENGAN PASION!!!.
De hecho, si usted no posee conocimiento y pasión para un determinado negocio, mejor no lo inicie porque el fracaso estará garantizado.
AMAR AL MUNDO APASIONADAMENTE, este es el título de una magnífica homilía que pronunció San Josemaría Escrivá de Balaguer, en fundador del Opus Dei, el 08 de octubre de 1967, es decir; hace 41 años y su contenido tiene tanta vigencia como el evangelio. A continuación extraigo algunas ideas para que las analicemos:
“Es la vida ordinaria el verdadero lugar de vuestra existencia cristiana. Hijos míos, allí donde están vuestras aspiraciones, vuestro trabajo, vuestros amores, allí está el sitio de vuestro encuentro cotidiano con Cristo. Es, en medio de las cosas más materiales de la tierra, donde debemos santificarnos, sirviendo a Dios y a todos los hombres”
¿Ustedes se podrán imaginar cómo sería la calidad de nuestro trabajo si en cada segundo, en cada minuto, en cada hora de nuestra existencia, tengamos presente lo enunciado en el anterior párrafo?. Para nosotros los cristianos trabajar con PASIÓN debe ser un hábito, pues en cada persona con las que nos relacionemos debemos ver al mismo Cristo; sólo sirviendo con esta visión superamos las adversidades que puedan existir en el entorno y poder tolerar cualquier conducta en los demás que vaya en contravía a nuestros intereses o apreciaciones.
“Lo he enseñado constantemente con palabras de la Santa Escritura: El mundo no es malo, porque ha salido de las manos de DIOS, porque es criatura suya, porque YAVEH lo miró y vio que era bueno. … debéis comprender ahora que DIOS os llama a servirle EN y DESDE las tareas civiles, materiales, seculares de la vida humana: en un laboratorio, en el quirófano de un hospital, en el cuartel, en la cátedra universitaria, en la fábrica, en el taller, en el campo, en el hogar de familia y en todo el inmenso panorama del trabajo. Dios nos espera cada día. SABEDLO bien: Hay un algo SANTO, divino, escondido en las situaciones más comunes que toca a cada uno de vosotros descubrir”.
Apreciados lectores, no podemos llevar una doble vida; no podemos tener una relación con Dios sólo al levantarnos y al acostarnos; no hay otro camino, decía San Josemaría Escrivá de Balaguer. “O sabemos encontrar en nuestra vida ordinaria al señor, o no lo encontraremos nunca”.
Y termino citando estas palabras del santo de lo ordinario: “Os aseguro, hijos míos, que cuando un cristiano desempeña con amor lo más intrascendente de las acciones diarias, aquello rebosa de la trascendencia de Dios”.
Hay que preguntarle a los grandes líderes empresariales: ¿Eso que ustedes llaman PASIÓN, estará basada en el amor a Dios? ¿En encontrarlo a Él en cada tarea? Si la respuesta de ellos es SI, entonces nosotros los Cristianos no tenemos motivos para estar desempleados.
*Especialista en administración de recursos humanos
visiondeltrabajo@hotmail.com
GUILLO EL MONAGUILLO
Este evento se realizó en la Conferencia Episcopal de nuestro país y en él se desarrollaron temas como la ley de infancia y adolescencia, el plan nacional de la pastoral de la niñez, entre otros. También fue la oportunidad de compartir las experiencias pastorales de las diócesis que asistieron. La comisión que representó estuvo integrada por el padre Julio Balza, Delgado Arquidiocesano de Pastoral Infantil; Marisol Burgos, Elsa de Sourdis y Katia Gómez, agentes de esta pastoral; de la misma manera, Edwin Bolívar y Yasmeris Manotas de las Obras Misionales Pontificias.
jueves, octubre 23, 2008
NUESTRA PORTADA
EL DERECHO EN LA IGLESIA
el Derecho en la Iglesia es un misterio (servicio) de comunión que sólo se puede comprender dentro del misterio de la vida de la Iglesia, que es vida de comunión en la fe, en la esperanza y en el amor.
Hace unas semanas, el Arzobispo Rubén Salazar Gómez ordenó como diácono de nuestra Arquidiócesis al joven Johan Acendra. Él nos habló de la alegría de servirle a Dios en estos primeros días.
EDITORIAL
La Arquidiócesis de Barranquilla se prepara con gusto y agrado para recibir al Legado Pontificio de la Santa Sede en Colombia, el cual ha sido invitado para que celebre, junto con todo el Atlántico, la inauguración de la nueva Curia Arquidiocesana. El Nuncio Apostólico nos estará acompañando desde el 31 de octubre hasta el 2 de noviembre.
Monseñor Aldo Cavalli, como representante de la Santa Sede, es a la vez el decano del cuerpo diplomático en Colombia; es decir, el embajador del Papá y el primero en el estado colombiano. Es el Legado Pontificio que generalmente goza del Orden Episcopal, a quién el Romano Pontífice encomienda de modo estable su representación personal en las diversas naciones o regiones del mundo.
El nuncio, quien bendecirá las nuevas instalaciones de la remodelación de la nueva Curia el 31 de octubre, se reunirá, el 1 de noviembre, con todos los seminaristas y presbíteros de la Arquidiócesis de Barranquilla en el Seminario Mayor “Juan XXIII”; además tendrá un encuentro con todas las religiosas el domingo en la Catedral Metropolitana María Reina, visitará las parroquias Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma y Santa Rita de Casia en Sabanagrande, en ellas compartirá y se intercambiará diálogos y experiencias pastorales. Cabe recalcar que además compartirá con las autoridades civiles y militares de nuestro departamento.
La Visita del Nuncio será para la Arquidiócesis de Barranquilla motivo de mucha alegría y, porque no, de mucho orgullo para nuestra Iglesia particular. La función principal del Nuncio Apostólico consiste en “procurar que sean cada vez más firmes y eficaces los vínculos entre la Sede Apostólica y las Iglesias particulares” (Cfr. C. 364). La función se articula en una serie de cometidos en relación con la Santa Sede, con los Obispos y con las Conferencias Episcopales y Religiosos, de la misma manera con los gobiernos.
Es deber del Nuncio Apostólico comunicar e informar a la Sede Apostólica las condiciones de las Iglesias particulares y, a la vez, cumplir con los mandatos que esta le confíe; ahora, en relación con los Obispos, los cometidos de prestarles ayuda y consejo, mantener frecuentes relaciones con la Conferencia Episcopal y participar en el nombramiento de Obispos, proponiendo nombres e instruyendo el proceso informativo (Cfr. C 364, 2o , 3o ,4o ); con relación a los religiosos, dará consejo y asistencia a los superiores mayores residentes en su territorio y también debe promover y consolidar las Conferencias de Religiosos; por último, en relación con las iglesias no católicas, colaborará con los Obispos a las iglesias separadas e incluso con las religiones no cristianas ( Cfr C. 364, 6o).
También es competencia del Nuncio prestar un servicio a la comunidad civil, contribuir a la paz y con la cooperación de los pueblos en conjunto con los Obispos para defender, ante las autoridades estatales, todo lo perteneciente a la misión de la Iglesia y de la Santa Sede. También, dará un seguimiento a todos los programas preparados por organizaciones internacionales cuando, ante ellas, no hay un delegado o un observador permanente (Sollicitudo, XI). En fin, el Nuncio Apostólico goza de una hermosa potestad que le confiere la Sede Apostólica para todas aquellas relaciones diplomáticas que permiten la armonía y la paz entre las autoridades civiles de un Estado y la Sede Apostólica. Que esta venida sea fructífera para nuestra Arquidiócesis de Barranquilla. Bienvenido señor Nuncio: Aldo Cavalli
Ciudadanos ejemplares, cristianos verdaderos
Nadie puede desconocer que si bien nacemos dentro de una familia formada en valores cristianos, también hacemos parte desde nuestra concepción y nacimiento, de un Estado que nos convierte en ciudadanos sujetos de derechos y de igual manera de los deberes que ello nos conlleva.
Yerra quien cree que se oponen los deberes naturales para con el Estado con aquellos que debemos como creyentes en Cristo.
Para los primeros cristianos siempre fue importante no dar de qué hablar ante las autoridades civiles que los veían como una amenaza contra el orden instituido y contra las leyes establecidas para regular la convivencia. Por eso los apóstoles son enfáticos en recordar la importancia de cumplir los deberes civiles y de orar por las autoridades para que Dios les ilumine siempre en las determinaciones que han de tomar.
Tal vez, en un afán mal interpretado por separar el poder espiritual y el poder temporal, (Iglesia y Estado) se ha querido hacer creer que la Iglesia o el Evangelio no tienen nada que decir ante los problemas del mundo actual o no tienen que opinar en política o legislación humana. Nada más erróneo que esto puesto que la Palabra de Dios ilumina y forma de manera integral al individuo en todos los aspectos de su vida.
El evangelio daría mucho que desear si nos limitara a establecer relaciones con Dios y nos hiciera olvidar de los deberes que nos competen como ciudadanos. Esto es algo que hemos de recordar permanentemente ya que todos los días somos vistos y evaluados como quienes debemos dar ejemplo a todos, incluso a quienes no creen.
Durante los últimos meses, Barranquilla se ha visto en la imperiosa necesidad de establecer unos correctivos en los comportamientos de sus habitantes con el fin de disminuir vicios y formas de vida aceptadas como correctas por el hecho de ser parte de sus costumbres. A todo este empeño se le ha llamado formación en la Cultura Ciudadana.
Si bien es propio del caribeño ser descomplicado, alegre y bonachón, esto no puede llevarnos a considerar que todo aquello que busca poner correctivos a costumbres malsanas es una manera de obstaculizar una alegría que es propia del hombre caribe.
Existen demasiados defectos que han convertido a nuestra ciudad no el paraíso que quisiéramos, ni el “mejor vividero del mundo” como lo pregonan muchos. Poseemos grandes valores y una forma de ser tan acogedora que nos convierten en una buena opción para criar los hijos, pero eso no puede llevarnos a tapar realidades que dañan enormemente nuestra ciudad. Manejar embriagados, irrespetar las señales de tránsito, tolerar el maltrato a la mujer, arrojar basuras a la calle especialmente en los días de invierno tiene que avergonzarnos pero no únicamente para terminar dándonos golpes de pecho cada domingo en la Eucaristía sino para tomar correctivos con los que cada uno aporte su grano de arena para transformar la ciudad.
Un solo papel al suelo que no se lance, un solo motociclista que maneje adecuadamente, un solo ebrio que ponga a otro que le conduzca el vehículo marca la diferencia. Muchas veces nos domina el pesimismo y pensamos que solos no podemos hacer nada, pero lo cierto es que lo que cada uno aporte siempre será crucial para el avance y el progreso.
Necesitamos comprender que es necesario, pero no suficiente, orar por la solución de todos nuestros defectos y pecados. La oración debe ir acompañada de la acción personal, pues lo que cada uno haga o deje de hacer, marca un referente positivo o negativo para la ciudad.
Las ciudades, como los corazones, no se construyen mediante las buenas intenciones pues ellas se quedan en los meros deseos, hay que ponerse en pie para hacer realidad el milagro que esperamos de Dios.
Quienes nos vean deben descubrir en nosotros los cristianos una forma de ser, de pensar, de hablar y de actuar tan especial que se sientan llamados a asumir el evangelio como una forma de vida; pero si nuestro comportamiento es exactamente igual al de todos entonces, ¿de qué sirve la Biblia? Ella no está para enseñarnos cómo se vive en el cielo sino cómo hemos de vivir en la tierra, nuestro primer lugar para conquistar.
*Párroco de San Carlos Borromeo y Padre Nuestro
La alegría de servirle a Dios
Para algunas personas esta palabra es muy rara o, en muchas ocasiones, no saben a ciencia cierta cuál es la diferencia de la ordenación diaconal con la sacerdotal. Precisamente, en este artículo trataremos ese tema para dejarlo un poco más claro.
El diácono en la Iglesia
El diácono es un hombre que ha recibido el primer grado del sacramento del Orden Sacerdotal por la imposición de las manos del obispo de alguna diócesis. Conforme al Catecismo de la Iglesia Católica, los diáconos no son sacerdotes, a pesar de pertenecer al orden sagrado. La función de éste es asistir y ayudar a los obispos y pueden servir a sacerdotes por ordenes de aquel en la predicación. Igualmente, pueden administrar los sacramentos del bautismo y el matrimonio, así como dirigir la administración de las parroquias y otros servicios.
En la ordenación al diaconado, sólo el obispo impone las manos, significando así que el diácono está especialmente vinculado al obispo en las tareas de su 'diaconía'.
Johan Acendra: su nueva vida en el amor de Dios
KAIRÓS tuvo la oportunidad de hablar con Johan Acendra, el nuevo diácono de la Arquidiócesis de Barranquilla, y le hizo varias preguntas de sobre esta etapa que comienza en su ministerio en la Iglesia:
KAIRÓS: ¿Cómo te sientes luego de tu ordenación como diácono?
Johan Acendra: Contento, muy feliz. Igualmente ha sido una experiencia muy hermosa; ya la gente me ve de una manera distinta, entonces uno se dirige a la gente de otra forma. Pero el gozo que uno siente por el don recibido es estupendo, muy genial, por eso me siento muy feliz.
K.: ¿Qué sientes ahora después de ser ordenado? ¿Has reconfirmado algo?
J.A.: Más que reconfirmar es comprometerme mucho más con la respuesta al llamado que Dios me ha hecho. Él me ha llamado por amor y por amor le respondo, y es por eso que tengo más compromiso con el don recibido.
K.: Con referente al tiempo que te hace falta para terminar el diaconado y, precisamente, para ser sacerdote, ¿Qué expectativas tienes para el futuro?
J.A.: Siempre uno piensa en lo que va a pasar mañana, pero igual a mi me gusta mucho más vivir el presente y trabajar en él. Para el futuro es trabajar en una parroquia, en una comisión, en un trabajo distinto; pero vivo el presente y me esfuerzo alma, vida y corazón en la responsabilidad que en este momento tengo.
K.: ¿Cuál es el trabajo pastoral que cumples en la Sagrada Familia?
J.A.: Desde que llegué estoy a cargo de la Pastoral Juvenil. Igual hago parte de la Comisión de la Pastoral Juvenil Arquidiocesana. Trabajo en la parte de la Pastoral Familiar y apoyo el trabajo de todos los comités y de todos los grupos a nivel de la comunidad parroquial; principalmente toda la parte de los colegios y los encuentros con los jóvenes.
K.: Actualmente son muchos los jóvenes que pertenecen a los Círculos Vocacionales Arquidiocesanos. Varios de ellos ya recibieron la respuesta como ‘preseleccionados’ para entrar al Seminario Mayor Juan XXIII, ¿qué consejos le das a esos futuros seminaristas?
J.A.: Que hay que tener apertura al proceso y a la acción del Espíritu, estar totalmente abierto al proceso sabiendo que uno no entra ‘acabado’ al Seminario, por eso es un proceso de formación. Además, hay que tener docilidad y, especialmente, docilidad al Espíritu; porque la entrada al Seminario no garantiza que ya seamos sacerdotes, es para discernir la voluntad de Dios; pero uno tiene que estar en ese proceso de estar cada día convencido de que Dios lo ha llamado y que la respuesta a ese llamado tiene que ser con amor. Ésta puede ser siendo sacerdote o dejando a un lado el ser sacerdote para esforzarse por responder a Dios desde la vida laical o comprometida como un casado.
K.: ¿Qué es lo que más te gusta de ser diácono?
J.A.: El considerarme instrumento del amor de Dios, que Él actúa a través de mi. Todo lo que Dios hace a través de uno es genial. Que los jóvenes confíen en uno, que después de la predicación la gente quede movida y tocada, que Dios a través de uno se acerque a los niños, a las parejas y a las familias. Es la alegría de ser sembrador de esperanza y de ser un constructor de paz.
Círculo vocacional femenino
"Caminando por la orilla del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés echando las redes en el mar, pues eran pescadores. Y les dijo: veníos conmigo y os haré pescadores de hombres. Ellos, al instante, dejando las redes, lo siguieron". (Mt. 4, 18-22).
Jesús llama y quien es llamado responde con el seguimiento. La vocación de los apóstoles es modelo para todos los que quieren seguir a Jesús. Esta no nace del idealismo o la generosidad juvenil, nace de la fe; es respuesta a una llamada previa que Jesús nos dirige. Es Él quien toma siempre la iniciativa y no nosotros. Él se hace siempre el encontradizo: pasa, mira, llama... el discípulo escucha, obedece y se propone a seguirle.
No te decides a ser religioso/a simplemente porque quieres entregarte a pacificar la sociedad, infundirle esperanza o trabajar por la justicia. Te haces religioso, ante todo, por Jesucristo. Descubres por la fe que el Señor es el primer valor de tu vida, y quieres que, poco a poco, este descubrimiento te vaya conquistando por dentro hasta que de verdad Jesucristo sea lo más importante en tu escala de valores. Has decidido seguirlo, y esta decisión significa quererlo con toda el alma y prestarle nuestro corazón y nuestro cuerpo, nuestras cualidades, gustos, salud, estudios, interés y nuestro tiempo pleno, a fin de que a través de nosotros este Jesucristo que vive hoy pueda seguir su tarea de liberar y de salvar a la gente. Entre nosotros hay muchas personas que han descubierto a Jesucristo y que han sido atraído fuertemente por su Persona, haciendo un llamado a la vida religiosa. Quien haya hecho este descubrimiento puede seguir preguntándose por la vocación.
La consagración religiosa
La consagración religiosa es un misterio entrañable del Amor de Dios. El Todopoderoso se da en Jesús, plenamente, al que llama. Y el consagrado le responde amándole con todo el corazón, es decir, con toda su vida; le da su ser en profundidad. Pero una persona sólo se entrega realmente cuando se entrega por amor y cuando entrega, precisamente, el amor. Éste es el primer don, la raíz y principio de todos los demás dones; y el amor total sólo se expresa con el don total de sí mismo. Por eso la consagración religiosa es consagración de amor. Con las características propias de este sentimiento verdadero: la totalidad en la entrega, la exclusividad en la persona amada y el desinterés absoluto en servirle. En busca de un proyecto de vida
Convivencia con el Círculo Vocacional Femenino
El Círculo Vocacional Femenino tuvo la oportunidad de realizar una convivencia en el Santuario del Morro el XX de septiembre. En esta actividad estuvo el padre Alexi Mattos, Delegado Arquidiocesano de la Pastoral Vocacional, en compañía de varias hermanas de las distintas comunidades y que hacen parte de esta comisión.
Esta fue una oportunidad para reflexionar sobre la vida de San Pablo y, además, compartieron con cada una de las jóvenes que asistieron. “Esta es una experiencia maravillosa donde descubrimos en realidad lo que Dios quiere para nosotras y lo que nosotras podemos hacer por Éll desde nuestra juventud; invito a todas las chicas a descubrir el llamado de Dios y que no tengan miedo a arriesgarse porque vale la pena seguir a Jesús, además va a conocer una inmensa riqueza de carismas con que sirven a la Iglesia”, afirmó María Quintero, integrante del Círculo Vocacional.
De la misma manera, la Pastoral Vocacional ha realizado visitas a los colegios invitando a las jóvenes inquietas para que conozcan más sobre el Circulo Vocacional Femenino de nuestra Arquidiócesis de Barranquilla. Las reuniones se desarrollan cada 15 días los sábados en la casa de las Hermanas Reparadoras de 3 a 5 p.m. El próximo encuentro es el 11 de octubre, ¡te invitamos!.
*Hermana de la Comunidad Siervas de Jesús, miembro de la Comisión de Pastoral Vocacional.
Tribunal Eclesiástico Interdiocesano de Barranquilla
EL DERECHO EN LA IGLESIA
En alguna ocasión, una persona muy creyente y piadosa se me acercó y me interpeló, muy categóricamente, dejando ver claramente su desacuerdo con el tema del que deseaba preguntarme, “¿Por qué la Iglesia habla de Derecho eclesiástico o Canónico? ¿Por qué la Iglesia, que es un espacio de misericordia y salvación, habla de Tribunales que se relacionan con juicios, penas y castigos? ¿Acaso la ley suprema que nos dejó el Señor Jesús no es la ley del amor?”.
Esta serie de preguntas no son descabelladas. Indudablemente que la ley y el derecho en muchas oportunidades se suele relacionar únicamente con prohibiciones, delitos y hasta con corrupción; también es sencillo comprobar que Jesús, en muchas oportunidades, cuestionó y relativizó la ley judía y, por extensión, a todo tipo de ley que esclavice al ser humano y que le limite esa experiencia de libertad en el Espíritu Santo.
Es posible que aún en la actualidad muchos lectores de KAIRÓS tengan estas mismas dudas y esa misma imagen de lo que es el Derecho, en este caso particular el Derecho Canónico; por eso estas líneas intentarán ayudar a que se comprenda el sentido del derecho en la Iglesia de Cristo.
Lo primero que debemos plantear es que el Derecho en la Iglesia es un misterio (servicio) de comunión que sólo se puede comprender dentro del misterio de la vida de la Iglesia, que es vida de comunión en la fe, en la esperanza y en el amor. El derecho en la Iglesia, es decir, el Derecho Canónico, es diferente al derecho que regula la convivencia civil, ya que el fundamento del Derecho Canónico es la Sagrada Escritura, el Magisterio de la Iglesia, en otras palabras las enseñanzas de los diferentes Papas a lo largo de la historia y las necesidades Pastorales de la Comunidad Católica universal, especialmente el deseo de Cristo de que todas sus criaturas se salven.
Hay que afirmar, sin embargo, que la naturaleza del Derecho Canónico es jurídica y no únicamente espiritual, puesto que la naturaleza de la Iglesia así lo exige. Como vemos, la Iglesia no sólo es comunidad espiritual, sino que también posee una naturaleza social que está compuesta de personas de carne y hueso y no de criaturas exclusivamente espirituales; por ello corresponde al Código de Derecho Canónico dar normas para que los fieles, en su vida como Cristianos, participen de los bienes que la Iglesia les procura para llevarlos a la salvación eterna.
La Comunidad Eclesial necesita de puntos de referencia que le indiquen el camino correcto por el que caminar y principios de vida que vivir y defender. Hoy por hoy, por ejemplo, se percibe mucha confusión e incoherencia al respecto: por estos días hemos sido testigos de cómo el país entero se ha conmovido ante la crueldad abominable de la muerte de una criatura inocente e indefensa por manos de su propio Papá. La prensa, radio y televisión no han perdido la oportunidad de correr, incluso detrás de la madre del niño asesinado para preguntarle, en el colmo de la insensatez y la falta de escrúpulos y de sentido común, o talvez, guiados sólo por el sentido del negocio: ¿cómo se siente y qué opina de este hecho? Qué triste que en el afán de la noticia o del dinero no se haya respetado el dolor que atraviesa esta mujer.
Todo el País tiembla de dolor ante la muerte infame de este bebé indefenso e inocente; lo incoherente y triste es que la mayoría de esos hermanos apoyan el que sea la madre, el padre, el médico o los tres juntos quienes, diariamente, asesinan tantos bebés también inocentes e indefensos cuando apoyan el aborto.
La razón judicial de la Iglesia católica
El Código de Derecho Canónico define y defiende los derechos y deberes de cada uno de los fieles respecto a los demás, y, al aplicar la ley, no sÓlo tiene en cuenta la virtud de la justicia sino también la virtud de la caridad, la templanza, la humanidad y moderación. El Derecho Canónico es el elemento organizador de la comunión eclesial que expresa la paternidad y el amor de Dios, que afirma y defiende los derechos y los deberes de cada uno de los integrantes de la Comunidad Creyente, que aporta seguridad a lo que hace y dice la Iglesia hacia dentro de ella misma y hacia fuera, tanto a la pequeña comunidad o a la comunidad universal. Desde esta perspectiva, también en la Iglesia se habla de códigos, tribunales, procesos, demandas, delitos, penas, etc.; es decir, la Iglesia en su estructura judicial se asemeja a la de toda sociedad política, pero sin perder de vista el mandamiento del amor.
Los Tribunales eclesiásticos son creados con el objetivo de ejercer la potestad judicial, a través de la cual se busca hacer justicia aplicando siempre el principio de la ley suprema de la Iglesia que es la salvación de las almas. Los tribunales eclesiásticos los hay de diversos tipos:
- Diocesanos: cuando ejercen la potestad judicial concedida por un único obispo, es decir, el Obispo diocesano.
- Interdiocesano o regional: cuando ese Tribunal ejerce la potestad judicial concedida por un grupo de obispos diocesanos, como es el caso del Tribunal de Barranquilla, donde todos los Obispos de la Costa Atlántica, reunidos en asamblea y con la aprobación de la Sede Apostólica, han constituido de común acuerdo un sólo Tribunal de Primera Instancia para todas sus diócesis.
También hay grados entre ellos: los de primera instancia, segunda instancia o apelación; luego entonces, en la ciudad de Barranquilla tiene sede un tribunal eclesiástico. Este Tribunal es de tipo Regional o Interdiocesano, es decir que ejerce la potestad concedida en asamblea por todos los Obispos de la Costa Caribe; en ese orden de ideas, los Obispos de Barranquilla, Cartagena, Santa Marta, Valledupar, Montería, Sincelejo, Riohacha, Montelíbano, Magangué y San Andrés y Providencia, el grado de este tribunal es el de primera instancia.
Para Colombia existe, en la segunda instancia, el Tribunal Único de Apelación que se encuentra en la ciudad de Bogotá; allí deben ir la gran mayoría de procesos que se realizan en el Tribunal de Barranquilla y que necesitan no una sino dos sentencias, como es el caso de los Procesos para declarar la nulidad del Matrimonio.
La Organización del Tribunal Eclesiástico de Barranquilla es la siguiente:
- Moderador: Mons. Rubén Salazar Gómez, Arzobispo de Barranquilla.
- Presidente: Carlos Julio Macías, Pbro., Dr. En Derecho Canónico
- Jueces: Óscar Eduardo Arango, Pbro. Lic. en Derecho Canónico
Gabriel Ramírez, Pbro. Lic. en Derecho Canónico.
Iván Díaz Gómez, cjm., Lic. en Derecho Canónico.
- Def. del vínculo: Sra. Rosario Carvajal. Lic. en Derecho Canónico
Sr. Marco Quintero. Lic. en Derecho Canónico
- Notaria: Sra. Virginia Mieles
- Tesorera: Sra. Dina Gómez.
-
En el Tribunal Eclesiástico de Barranquilla se adelantan procesos que competen al fuero exclusivo de la Iglesia, en materia de sacramentos, bienes eclesiásticos, disciplinas eclesiásticas, etc. Pero se conoce mayormente por los procesos de nulidad matrimonial que allí se realizan.
¿Qué son los procesos de nulidad matrimonial?
Lo primero que se debe afirmar es que aquí no se está hablando de divorcios, como se entiende en el derecho civil este término. En el Tribunal Eclesiástico lo que se busca es la verdad jurídica de lo que ocurrió cuando se celebró el matrimonio, es decir, si en el momento de la celebración del matrimonio falló o no se cumplió uno de las exigencias que Cristo, el Señor, o la Iglesia de Cristo requieren para que ese matrimonio celebrado sea realmente válido, en otras palabras, si le faltó habilidad o capacidad jurídica o psíquica a los contrayentes, o si no se cumplió la forma en que se debe celebrar este Sacramento; si algo de esto ocurrió, entonces, se afirma que ese “matrimonio” no se configuró realmente, no cristalizó como Sacramento y por eso no es válido o, también, es nulo o, en una sola frase, nunca existió como Sacramento de Dios. En este caso, se declara que la persona es libre porque no existió nunca el supuesto matrimonio como Sacramento, y entonces ambos cónyuges podrán acceder a nuevas nupcias.
Sea esta la oportunidad para invitar a los lectores que hayan fracasado en su matrimonio para que se acerquen al Tribunal eclesiástico ubicado en la carrera 45 No. 53-122, teléfonos: 3494470 - 3490173, 3107062582 - 3164539191, y expongan su caso con el fin de estudiar la posibilidad de iniciar un proceso de nulidad matrimonial y, si es el caso, declarar la nulidad del matrimonio que supuestamente han contraído; de esta manera, se dejará de vivir de modo irregular la vida conyugal, viviendo la vida actual de pareja bajo la bendición del sacramento del matrimonio en caso que así lo deseen.
*Sacerdote - Vicario Judicial, Presidente del Tribunal Eclesiástico de Barranquilla
PARROQUIAS AYER Y HOY
Cuenta la Señora Candelaria Orozco de Lora que hace 50 años, cuando llegó al barrio Carrizalito, tan sólo existían unos cuantos tugurios construidos con cartón, plásticos, latas y, los más modernos, con una madera que llamaban ‘cachete’; allí, en medio de la pobreza, cargaban el agua en burros desde largas distancias y se alumbraban de noche con artesanales mechones. Día a día llegaban más familias que, llevadas por la pobreza, se veían obligadas a construir en esas lomas llenas de vegetación y lodo sus improvisados ranchos; lo importante era que podían apoderarse de cualquier cantidad de terreno, sin que nadie les impidiera ya que aparentemente estos lodazales, no tenían dueño, lo cierto es que hasta el momento nadie se ha acercado a reclamarlos. La vida en Carrizalito transcurría en completa calma, los niños jugaban en la vegetación y los pantanos y la gente adulta salía todos los días al rebusque: lavaban ropa, planchaban, reciclaban, vendían frutas y verduras; se ganaban el pan de cada día como Dios manda. Pero también, sin importarles mucho su pobreza, se iban organizando como barrio a pesar de no contar con ningún servicio y estar olvidados completamente de la sociedad. Se fue creando la acción comunal que empezó a servir como puente entre la comunidad y los gobernantes, al menos para que supieran que ellos existían.
Fue precisamente un líder comunal a quien no le gustó que su sector se llamará carrizalito y se invento el elegante nombre de barrio Las Américas; la lucha y la desesperación seguían vigentes y algunos grupos de la Iglesia católica, encabezados por el padre Humberto Lizcano, ya hacían presencia en el lugar, celebraban la misa en improvisados lugares al sol y al agua, y hasta se administraban sacramentos como bautizos y matrimonios. El Padre Lizcano, deseoso de que estos habitantes se acercarán a Dios y pudieran tener una parroquia, consiguió un enorme terreno en donde comenzó a construir una pequeña capilla, la misma de la actualidad pero ahora ampliada y mejorada. El trabajo de los catequistas pronto dio sus frutos debido a que el 3 de marzo de 1965, por decreto 318 firmado por monseñor Germán Villa Gaviria, se erige como vicaría parroquial Santa María de Mazzarello, con territorio segregado de la parroquia de Santo Domingo de Guzmán. Al lado de la capilla se construyó la casa cural, la Casa de las Hermanas y una escuela que empezó a ser atendida por las damas Hebreas y a la que le dieron el nombre de Golde Meir.
Comienza para esta comunidad una vida plena de Iglesia, ya que se nombra a su primer vicario ecónomo, padre Arístides Barrera. Él debió trabajar en condiciones de mucha pobreza y compartió con su comunidad las tristezas, luchas y las pocas alegrías, pero se dio a querer de todos los habitantes hasta el punto de que hoy aún lo recuerdan con especial afecto. El 26 de febrero de 1968, ya con una comunidad en camino de formación y un barrio completamente poblado, se erige como parroquia por decreto 414 de monseñor Villa Gaviria y se nombra como su primer párroco al padre Reinaldo Iriarte Ríos, quien se entregó por completo a su ministerio formando y educando doctrinalmente a su feligresía, dejando hondas huellas de espiritualidad durante los 3 años como pastor del barrio las Américas; luego llegó el padre Ismael Arévalo hasta el año 1974 cuando de nuevo repite el padre Iriarte por un año más y, el 9 de julio de 1975, le entrega al padre Víctor Tamayo ya no la parroquia de Santa María Mazzarello sino la parroquia de Santa María Goretti, pues el nombre fue cambiado según decreto arzobispal. Para el mes de octubre del mismo año llegan desde México las Hermanas Dominicas de la Doctrina Cristiana y son recibidas generosamente por el padre Tamayo, quien les brinda toda su colaboración para que las hermanas inicien su trabajo de evangelización y promoción humana. En varios periodos trabaja como párroco el padre Tamayo y, como siempre, realiza grandes obras de mejoramiento en el complejo parroquial y en todo el sector. Luego vienen a la historia de esta parroquia otros sacerdotes como Faustino Gonzales, Álvaro Romero, Luis Alberto Martínez, Armando Larios, Teodoro García, Mario Lujan, quien con su carisma misionero y el amor por los pobres dejó también huellas imborrables dentro de la comunidad; igualmente Álvaro García, quien siendo diácono realizó un trabajo muy especial con los jóvenes, y, desde el año 1999 hasta el 2004, el padre Giovanni San Juan.
La Parroquia Hoy
El barrio las Américas en la actualidad ya no es un tugurio. Sus viviendas lucen mejoradas aunque sus habitantes continúan, en su mayoría, sumidos en la pobreza total; sus calles siguen intransitables por el olvido y la negligencia del estado. Como párroco se encuentra el sacerdote antioqueño Edgar Darío Osorio Giraldo, un paisano del beato Marianito Eusse y misionero por vocación; llegó a la Arquidiócesis alrededor de 4 años invitado por monseñor Víctor Tamayo. Al tomar posesión de la unidad pastoral Santa María Goretti, encontró una comunidad con muchos problemas de convivencia, bastante inseguridad, un especie de ‘mercado religioso’ por la cantidad de grupos no católicos que proliferan en el sector y una apatía hacía el compromiso cristiano de la mayoría de sus habitantes. Ante semejante problemática, el padre Osorio, quien ya como misionero en el amazonas había trabajado venciendo la inclemencia del clima y la hostilidad de la zona, en lugar de salir corriendo, comenzó entregándose a su nueva parroquia las 24 horas del día y optó por darle continuidad al trabajo pastoral de los anteriores párrocos; también buscó caminos que le permitieran, con los pocos feligreses comprometidos, cambiar la apatía por el compromiso cristiano, la violencia por la fraternidad, y la pereza y el oció por deseos de trabajar y salir adelante.
Gracias a Dios, que protege a este sacerdote como todos los demás, y a su carisma misionero ha podido realizar un trabajo que se puede considerar como un milagro del altísimo, porque, además de las anteriores situaciones, también le toca enfrentar el problema económico muy serio debido a la pobreza de la comunidad; sin duda alguna le toca vivir en una austeridad total, casi en la misma pobreza como viven sus feligreses; pero ahora los resultados de esa titánica labor se pueden mostrar a propios y extraños, sus frutos están a la vista: sacó adelante el nuevo ‘plan pastoral de evangelización’, cuyas estructuras, teniendo en cuenta las circunstancias especiales del sector, ya están construidas y, con un pequeño pero muy selecto grupo de fieles entregados a su apostolado, siguen adelante en el proceso de Iglesia. Se construyó la parroquia de Jesús de la Buena Esperanza en el barrio La Sierrita y también la construcción de la parroquia de Santa María de la Cordialidad; nadie puede negar que estas dos parroquias son el resultado de un trabajo pastoral y de motivación muy intenso realizado por el padre Edgar Darío, muy de la mano con las Hermanas Oblatas Catequistas Pequeñas Siervas de los Pobres, una comunidad africana que comparte con el párroco las angustias, dificultades, las luchas, y las tristezas, pero también la eucaristía y la oración diaria como pan bajado del cielo, para poder, en medio de la tormenta, seguir adelante presentando y ofreciendo el Reino de Dios a los habitantes del barrio las Américas.
APUNTES EMPRESARIALES: El ejemplo, base del liderazgo
El capítulo 6 del evangelio de San Lucas contiene el admirable sermón en que nuestro señor Jesús declara los fundamentos de la nueva ley. Desde el versículo 27 hasta el 42, contiene todo un tratado de lo que debe ser y hacer un cristiano. Llevado esto al contexto laboral, diríamos que son la esencia del LIDERAZGO.
Muy someramente voy a mencionar varios fundamentos de la nueva ley, pero, al finalizar, sólo me concentraré en uno de ellos: El ejemplo.
Estos fundamentos son:
· Haced el bien a los que os aborrecen.
· Bendecid a los que os maldicen.
· Orad por los que os calumnian.
· A quien te hiere en una mejilla preséntale asimismo la otra.
· A todo el que te pida, dale.
· Tratad a los hombres de la misma manera que quisierais que ellos os tratasen a vosotros.
· Haced bien y prestad sin esperanza de recibir nada por ello.
· Sed pues misericordioso así como también vuestro padre es misericordioso.
· No juzguéis y no seréis juzgado.
· Perdonad y seréis perdonados.
· Dad abundantemente y se os echará en el seno una buena medida, apretada bien colmada hasta que se derrame.
Y por último, para cerrar con broche de oro, cita: “… Más tú ¿por qué miras la mota en el ojo de tu hermano no reparando la viga que tienes en el tuyo? O ¿con qué cara dices a tu hermano: Hermano deja que te quite esta mota del ojo: cuando tú mismo no echas de ver la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y después podrás ver cómo has de sacar la mota del ojo de tu hermano”.
No podemos pedir a las personas que están al interior de nuestra organización que sean más colaboradores si nosotros no lo somos; no podemos decirles que presten un mejor servicio al cliente si nosotros no nos esmeramos por brindarlo; no podemos pedir orden, austeridad, planeación, puntualidad, respeto, comprensión, etc. Si nosotros, como LÍDERES de una empresa, no educamos con el EJEMPLO. ¡Hipócrita! ¿Cómo puedes exigir resultados al interior de la organización si tú, que eres el LÍDER, no das el ejemplo?.
Dice Daniel Goleman, el padre de la inteligencia emocional, que liderar eficazmente tiene que ver más con desarrollar un interés genuino en las personas y el talento para fomentar emociones positivas en aquellas cuya cooperación y apoyo usted requiere; pues bien, de ser así debemos preocuparnos por ser más y mejores personas; debemos crecer en virtudes; debemos luchar para superar nuestras debilidades y tentaciones. Desarrollar un interés genuino en las personas y fomentar emociones positivas en ellas, no lo vamos a lograr si no lideramos con el ejemplo.
Y tú…¿ya tienes identificado cuál es la viga que hay en tus ojos?
*Especialista en administración de recursos humanos
visiondeltrabajo@hotmail.com
El Estilo de hablar de la Iglesia
El hablar es un acto común para comunicarse entre dos personas, podemos expresar con él sentimientos, emociones, opinión frente a un hecho y muchas ideas más que se encuentran inmersas en el pensamiento de los seres humanos. Por medio del lenguaje se define lo que somos; moldea cómo piensa un pueblo, cómo ven el mundo, cómo responden a las personas y a los acontecimientos, incluso, cómo sienten. Y, adentrándome a investigar temas eminentemente eclesiásticos, me encontré el autor Robert Louis Wilken, distinguido miembro del Centro de Teología Bíblica de San Pablo y profesor de historia del cristianismo en la Universidad de Virginia, quien escribió, en una oportunidad, un texto referente al MODO DE HABLAR DE LA IGLESIA como una manera de tener una identidad propia ante el mundo y sus diferentes instituciones sociales, políticas y económicas.
A partir de mi lectura de este eminente autor, cuando escribió para la revista First Things en la temporada de los meses de agosto y septiembre de 2005, -a pesar de los años transcurridos- creí necesario retomar la idea del autor para que reflexionemos un poco acerca de este tema, la cual nos da luces para comprender mejor nuestra realidad como cristianos perteneciente a nuestra Santa Madre la Iglesia Católica.
Este mismo léxico utilizado por la Iglesia se inspira en las Sagradas Escrituras, fuente principal para una verdadera experiencia de los cristianos, tanto humana como espiritual; pero es también una herramienta que sirve para definir la terminología eclesiástica con el fin de distinguirse al propio mundo que, en ultimas, también ha querido influir en sus propias expresiones lingüísticas. Por eso es importante que conozcamos un poco los términos en que la Iglesia se sirve para distinguirse de otras instituciones en el mundo, piénsese, por ejemplo, cuántos términos cristianos se usan de un modo distintivo: Padre, Hijo, Espíritu, fe, esperanza, amor, gracia, pecado, piedad, arrepentimiento, perdón, imagen de Dios, carne, Reino, cordero de Dios, siervo sufriente, honradez, visión (como en “bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios”), conocimiento (como en “conocen la verdad ”), creer, verdad (como en “yo soy la verdad ”), creación (“varón y mujer los hizo”), la pasión (como en la Pasión de Cristo), el rostro de Dios (el kyrie eleison).
Pero, a pesar que nosotros hablemos en otros idiomas (sea el Inglés, Árabe, Francés y el mismo Español), la lengua reconocible internacionalmente es el cristianismo; sin embargo, las lenguas de otras confesiones religiosas, puedan que estén inmersas en el hablar de algunos practicantes de su fe, aunque, sin lugar a dudas, el cristianismo acapara todos los campos lingüísticos en el mundo y aún en el contemporáneo.
Los términos de cómo la fe se inserta en el lenguaje, no como conjunto de creencias abstractas o ideas, sino un mundo de asociaciones compartidas y alusiones con su propia belleza y sonoridad, cohesión interna y lógica, poder emocional y retórico. Ese mismo modo de hablar de la Iglesia se concibe como un conjunto de palabras e imágenes que han formado el pensamiento y las acciones que conocían a Cristo, razón por la cual el pensamiento cristiano es histórico, y, sin este lenguaje particular de la Iglesia, no puede haber vida plena cristiana.
Aprendamos a conocer el estilo de hablar de nuestra Iglesia católica, para enriquecer nuestra propia experiencia cristiana, cultivándola con la lectura diaria de la Palabra de Dios, la participación en los Sacramentos en especial la Eucaristía y no dejándonos llevar por las propuestas de nuestro mundo contemporáneo que sólo las hace para alejarnos cada vez más de nuestro Dios Eterno.
* Estudiante de Sociología, Catequista de la unidad pastoral Divino Niño Jesús y miembro de la Comisión Arquidiocesana de Catequesis. JVC Nº28
GUILLO MONAGUILLO
Gestos y posturas en la Eucaristía
Hola Amiguitos!
A partir de esta edición empezaremos a conocer cada uno de los gestos y posturas en la Misa.
Imagínense que yo siempre me preguntaba porque en unos momentos estábamos de pie y en otros sentados; pensé que eran como una especie de ejercicio, así como cuando estamos en la clase de educación física: arriba, abajo, sentados, alza las manos, de rodillas... Así que decidí preguntarle al coordinador del equipo de monaguillos de mi parroquia y esto fue lo que me contestó:
"En la Santa Misa es frecuente emplear posturas y gestos que expresan lo que sentimos, nuestro cuerpo se convierte en un espejo de nuestra vivencia: escucha, alabanza, súplica, adoración, arrepentimiento, etc. En la Eucaristía nos expresamos con todo el cuerpo, con los gestos y movimientos, son como unos carritos que nos permiten comunicarnos con Dios, sin decir, en muchas ocasiones, alguna palabra. Además los gestos y posturas fomentan el sentido de comunidad y unidad de todos los que participan de la Misa" .
¿Se dan cuenta de la gran importancia de cada uno de los gestos y posturas en la Eucaristía? En la próxima edición empezaremos a conocer el sentido de cada uno de ellos.
¡Hasta la vista!
viernes, octubre 10, 2008
NUESTRA PORTADA
Certificado para seguir construyendo sociedad
En Villa Olímpica nace una esperanza
EDITORIAL
En el mes de octubre son muchas las ocasiones que se nos brinda para hacer comunidad. Celebraremos el ‘Mes del Santo Rosario’, hermosa oportunidad que la Iglesia nos regala para rezar en la intimidad de nuestra habitación, en familia, con los vecinos, en la parroquia o en la oficina, esta plegaria mariana que nos convoca en torno a la santísima Virgen María para vivir en comunidad teniendo como centro a Nuestro Señor Jesucristo.
Además, octubre es el mes de la ‘Jornada Mundial por las Misiones’, oportunidad para unirnos a todos aquellos misioneros que en lejanas tierras de este planeta están donando su vida por el anuncio del Reino de Dios, llevando a todos los hombres el mensaje de salvación para que se conviertan y crean en Jesucristo el Señor. Desde cada parroquia nos podemos unir con oración y con donaciones económicas para el sostenimiento de esta labor pastoral y evangelizadora de la Iglesia en el mundo. Todo esto hace comunidad.
Asimismo, octubre avanza en medio de un ambiente de pureza e inocencia pues es el mes de los niños, durante el cual juega toda la imaginación no sólo de los párvulos sino también de los adultos, ya que se nos viene a la mente nuestra propia infancia; es hacer presente un pasado feliz. Todo esto nos recrea y nos une en un solo corazón y en una sola comunidad.
En el ámbito arquidiocesano, octubre es un mes en el que todas las comisiones ya han entregado su planificación y su programación, trabajo desarrollado muy detenidamente en comunidad y como equipo para proyectar desde el hoy la Iglesia que queremos y el mundo necesita, es decir, una Iglesia comunión, participación y misión.
Y como si todo esto no bastara, cerraremos el mes con la inauguración de la nueva sede de nuestra Curia Arquidiocesana, es decir, ese espacio donde el Arzobispo con sus colaboradores directos en lo pastoral, lo administrativo y lo judicial, dirigen y coordinan toda la labor de la Arquidiócesis de Barranquilla. Para este importante momento nos estará acompañando el Nuncio Apostólico Aldo Cavalli, es decir, el representante de la Santa Sede en Colombia, quien viene a vivir con nosotros el gozo de todos los esfuerzos de la comunidad en la remodelación de este edificio.
Hay, pues, más de una razón para vivir en comunidad. Y la tuya, ¿cuál es?
Colegio Seminario Conciliar San Luis Beltrán, certificado para seguir construyendo sociedad
El modelo EFQM comenzó para las grandes empresas de Europa, luego siguió para las pymes y, posteriormente, se adoptó a las instituciones educativas. El grupo Santillana, en Latinoamérica, adquirió los derechos para la asesoría del modelo en las instituciones educativas; son varios certificados que se obtienen y que los centros educativos van alcanzando poco a poco luego de un exhaustivo proceso: el primero es el nivel de acceso –que fue le que recibió el colegio San Luis Beltrán-, luego el certificado de ‘comprometidos con la excelencia’, sigue el de comprometidos con la excelencia “3 estrellas”, después “4 estrellas” hasta alcanzar las 5 estrella, es decir, la calidad total y que permite entrar en los llamado estándares internacionales de educación.
El certificado que recibió esta institución arquidiocesana tiene validez por dos años; se obtuvo gracias al trabajo comprometido de todo el equipo de educadores del Seminario Conciliar San Luis Beltrán, encabezado por Rossiel Navarro, María Hoyer, Katia Conrado y el filósofo Luis Fernando López.
Como lo afirmó el profesor Fernando López, son muchas las expectativas que nacen luego de haber alcanzado este importante logro. Sin duda alguna, la más importante es seguir ascendiendo en los escalones que propone el modelo de educación para así alcanzar el nivel comprometidos para la excelencia, “algo clave es que esto es un modelo, un camino, una ruta que nos llevará a la satisfacción de las expectativas de los estudiantes, padres de familias, los mismos educadores y directivas. El certificado indica que conocemos el modelo y cómo implementarlo al interior de nuestra institución. la tarea es bastante exigente”, expuso.
Es importante tener en cuenta que el modelo se fundamenta en una autoevaluación institucional, la cual es realizada por el mismo personal del centro, “lo interesante de este modelo de calidad (hay varios) es que las mismas personas que hacen parte de las instituciones educativas son las que evalúan bajo unos parámetros objetivos acerca del estado en que está la institución, de tal manera que se puedan precisar los puntos fuertes y aquellas áreas que demandan mejora, y para esto se hace una búsqueda de las evidencias de los aspectos que hacen parte de los criterios demandandados”, precisó el profesor Luis Fernando López.
Las áreas en las que se trabajó prioritariamente son las siguientes: plan estratégico, satisfacción a los clientes, satisfacción al personal, comunicaciones, impacto social y procesos. Debido a la necesidad de contrarrestar estas debilidades, hubo una formación en herramientas de calidad para elaborar los planes que ayudarán a este fin. “Confiamos en que, al implementar un sistema de gestión de calidad en los procesos al interior de nuestras instituciones educativas, podamos formar en valores a los hombres y las mujeres que Dios quiere y nuestra sociedad necesita y que fácilmente, por nuestros frutos, nos conozcan”, afirmó el filósofo López.
Para monseñor Rubén Salazar, Arzobispo de Barranquilla, este certificado deja muy claro el compromiso de la Iglesia y su trabajo constante para seguir construyendo una mejor sociedad. “En este proceso de FUNADE comenzamos a dar los primeros pasos, pero a darlos muy bien dados. En el certificado que acabamos de recibir dice ‘comprometidos con la excelencia’, yo pienso que ahí está el núcleo y la verdad de lo que significa este momento que estamos viviendo. Queremos expresar claramente ese compromiso nuestro con la excelencia. La Iglesia católica existe solamente para ser esa familia de Dios, ese cuerpo de Cristo en la tierra; como lo dice el Concilio Vaticano II, ser signo e instrumento del amor de Dios para el mundo. Un signo hace tomar conciencia, ilumina, irradia luz; por eso, si nosotros queremos ser un signo de ese amor de Dios, tenemos que reflejarlo en toda la vida de la Iglesia y, en el caso concreto de colegios arquidiocesano, debe reflejarse de una manera especial”, expresó el Arzobispo. De la misma manera, también resaltó la importancia de que la Iglesia, y en el caso concreto de la Arquidiócesis de Barranquilla, tenga colegios para que sean signos muy claros de la excelencia, “es decir, signos muy claros de cómo Dios actúa sobre el ser humano, cómo lo transforma, cómo Dios lo hace, de verdad, no solamente su hijo sino hermano de los demás y le entrega un mundo para construir, para transformar, para hacerlo un mundo de justicia y de paz. Entonces, al hacerse signo, se hacen también instrumento influyendo e incidiendo en la sociedad”, concluyó.