El amor y la amistad.
En Colombia, se festeja el día de amor y amistad el tercer sábado del mes de septiembre, como resultado de una tradición Norteamericana que cada 14 de febrero conmemora a San Valentín, quien encarnaba el día de los enamorados. San Valentín elevado a la santidad en 1969 fue erigido como patrono de los enamorados.
La costumbre de esta celebración se remonta al siglo XVIII y abarca una serie de leyendas y tradiciones que intentan explicar las razones para dicho festejo: ¿Hasta dónde llega el amor y la amistad? ¿Cuál podría ser la diferencia entre una y otra? Es esta, la pregunta obligada para esta fecha.
Sin embargo, no se trata de establecer una definición acerca del AMOR, un concepto universal que guarda relación con la afinidad de los seres humanos y habitualmente se interpreta de diferentes maneras. Esta palabra suele asociarse con el amor romántico, como en el acto de “encontrar en la felicidad del otro tu propia felicidad”, como lo define Leibniz. Por otra parte, algunos consideran la amistad, como algo cercano al amor fraternal, definiéndolo como un sentimiento que nace de la necesidad de los seres humanos de socializar. Es así como podemos encontrar el toque del amor, en la amistad, al referirnos al amor al prójimo, que nos permite tener empatía y tolerancia con los demás.
Pero si nos remitimos a la Biblia, encontraremos al AMOR como base de las enseñanzas de Jesús y como el nuevo mandamiento contenido en el Nuevo Testamento.
Por eso en Corintios 13, 4-7, encontramos una enseñanza que nos muestra cómo debe ser el amor verdadero:
“Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta; es no enojarse, ni guardar rencor, es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo”.
Es amplia la gama del amor y tanta su afinidad con la amistad que llegamos a creer que para que haya amistad, de acuerdo con los conceptos expresados, se requiere amor.
Para las familias del Atlántico es esta una celebración que debe ser aprovechada para expresar ese amor y esa amistad no sólo a nuestro cónyuge, a nuestros hijos, padres y familiares, sino que, además, debe ser una fecha que sirva para afianzar los lazos de amistad entre vecinos y familias del sector donde vivimos. Pidamos al Espíritu Santo que nos llene el corazón del amor de Cristo para poder hacerlo.
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