Proyecto contempla una plaza de convocación y zonas verdes laterales.
Por Margarita Molina De La Cruz*
Desde hace 25 años, con la llegada del Papa beato Juan Pablo II a Barranquilla, la Plaza de la Paz se construyó pensando en que sería un lugar ideal para congregar a muchas personas alrededor del arte, eventos culturales y religiosos, entre otras actividades de interés colectivo. Pero, el principal motivo de su construcción fue para recibir al Sucesor de Pedro en la tierra.
La Plaza, tendría una connotación especial, sería una continuidad de la Catedral Metropolitana María Reina y no dos lugares totalmente aislados. Hoy, vemos como en los últimos meses este ícono de la ciudad, ha generado una serie de conflictos de ideas y controversias por el proyecto que se dio a conocer sobre la remodelación y su nuevo nombre: “Plaza de la Paz Juan Pablo II”.
La mayor preocupación de los barranquilleros está en el futuro de las zonas verdes, otros por su parte, cuestionan que el proyecto debió socializarse antes de empezar sus obras para evitar la sensación de imposición de ideas particulares.
Ante esta situación, Kairós se dio a la tarea de investigar en qué consiste el proyecto, qué opina la gente, porqué el nuevo nombre y algunos aspectos que son importantes destacar con claridad.
¿Cómo empezó todo?
Según Monseñor Víctor Tamayo, Obispo Auxiliar de Barranquilla, los inicios de la Plaza de la Paz se remontan a la época previa a la visita del beato polaco a la ciudad. En ese entonces, con el apoyo de autoridades civiles, se inició la construcción de una plaza que permitiera que los barranquilleros contaran con un espacio en el cual, el Sumo Pontífice, pudiera dirigirse a la gran comunidad.
Fue así como desde febrero de 1986, se preparó todo para construir la Plaza de la Paz y terminar la adecuación de la Catedral Metropolitana para la visita del 7 de julio del mismo año.
Luego de la visita de Juan Pablo II, la Plaza de la Paz ha sido lugar de encuentro para miles de presentaciones que congregan a niños, jóvenes y adultos, pero, no es secreto que el descuido es latente y que más que un parque como muchos pensarían podría ser la parte que se encuentra detrás de la plaza, es un lugar que nadie, en horas de la noche, se atreve a adentrar por la inseguridad.
Un proyecto para crear
cultura ciudadana incluyente
En entrevista con el diseñador del proyecto, el arquitecto Adolfo Schlegel, se proyecta finalizarlo el 8 de diciembre, busca que la Catedral Metropolitana sea el elemento dominante que se une con la Plaza de la Paz Juan Pablo II; se hará una intervención en manejo de árboles, pisos y espacios que dividen el templo madre de Barranquilla y su plaza, donde el atrio de la Catedral se convertiría en un balcón que mira hacia la inmensidad de la Plaza como reflejo de su belleza.
El arquitecto Schlegel, expresa que este proyecto da respuesta a la necesidad de crear espacios de respeto para convocar a la gente. Desde los inicios de la Plaza de la Paz, se pensó en que este lugar tendría una vocación de plaza: lugar de convocación, por lo tanto, se hace necesario contar con espacios libres en su mayoría, sin obstáculos de visión para la comunidad.
Así mismo afirma que las personas deben saber que no es un parque, en la memoria colectiva de la ciudad y por el abandono en el que estuvo la Plaza durante tantos años, al tumbar las casas para la construcción de la Plaza de la Paz, quedaron los árboles frutales de los patios y con el paso de los años, tal vez, por la inquietud de algunas personas de realizar siembras en este lugar, crecieron en forma desordenada los árboles que ahora existen, claro está, sin responder a un orden y los cuidados necesarios.
Por eso ahora lo importante es conciliar dos ideas: La primera, tener una plaza de convocación y la segunda, mantener unas zonas verdes. Por eso en el proyecto actual, lo que se busca es tener un lugar central y unas zonas verdes laterales. Así mismo, la idea es construir una plaza menor, que mantendrá zonas verdes y que busca brindar un espacio al actor espontáneo, así mismo, se contará con zonas de mesas, 3 kioscos para vender refrigerios, una batería de baños para uso cotidiano, una galería y un parqueadero subterráneo. La idea es que el proyecto llegue hasta el Banco de la República, la casa de la esquina de la 44 se restaurará y será una casa de convivencia (CAI, atención inmediata, salones para biblioteca, reuniones).
Pero entonces, la pregunta es: ¿cuál ha sido el mayor conflicto? A esta inquietud el arquitecto menciona que los árboles no responden a un orden y hay que intervenirlos con mucha precaución y respeto. Son en total 32 árboles que deben ser ordenados, de éstos, los críticos son 14. Lo importante es tener claro que se sembrarán 120 árboles, los cuales estarán debidamente ordenados.
Católicos comprometidos
Desde la fe, todos estamos invitados a participar de manera constructiva y crear cultura ciudadana a partir de este proyecto. Podríamos ver nuestra plaza como un lugar propicio para demostrar el desarrollo de Barranquilla y reunirnos alrededor de éste para crear cultura, diálogo y espacios de tertulia que tanta falta nos hace.
Es un espacio ideal para vivir la misión, comunión y participación que tanto anhelamos y que reconocemos es necesaria para construir una sociedad más justa y fraterna. Se hace necesario saber que el nombre de Plaza de la Paz Juan Pablo II, como lo expresa Monseñor Tamayo, surge en honor al beato cuya visita hace 25 años fue la motivación para construir este lugar. Además, el cambio de nombre fue un proyecto que en 2005, Eugenio Díaz, en ese entonces, concejal de Barranquilla, presentó y fue aprobado por el Concejo Municipal.
La gente opina en Facebook
Ricardo Ángel: Me parece muy oportuna esa remodelación, lo que me sorprende es la doble moral de mucha gente sin oficio que nunca se había preocupado por el basurero en el que se ha convertido y de repente les asalta un falso espíritu ecologista. Barranquilla se merece un escenario natural y arquitectónico a la altura y lo que tenemos no es digno. Yo apoyo todo aquello que se haga para embellecer la ciudad buscando en todo armonizar y equilibrar naturaleza y urbanismo.
Marisol Burgos de Flórez: Tengo la esperanza de que no solo sea la Plaza de la Paz sino que su remodelación se haga en paz, traiga paz y sea un lugar para encontrar la paz que Dios uno y trino, el Dueño de todo, nos ha regalado a todos sus hijos.
JoSe L SnJn: La Plaza de la Paz debe ser remodelada pero teniendo en cuenta el ambiente, sin talar árboles y pensando en mejorar el aspecto visual de ese sector tan representativo de nuestra ciudad. Lastimosamente, algunos están pensando en sacarle ventaja al proyecto y por eso quieren invertirle una platica que después les dé ganancias y eso es lo que no apoyo.
Laura Catalina Borjas: Me gustaría ver a Barranquilla con nuevos espacios, pero, ¿por qué no diseñan algo donde no acaben con los pulmones del mundo? Sí se puede y así se haría un hermoso parque muy grato para que podamos disfrutar en familia.
*Asistente de Comunicaciones y Relaciones Públicas. mmolina@arquidiocesisbaq.org
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