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Por: Enrique Miranda
Comunicador Social y Periodista
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En muchas ocasiones las cosas no salen como uno quiere, a pesar del esfuerzo que hacemos. Nos decepcionamos porque no logramos nuestros objetivos en el tiempo estipulado. Queremos hacer las cosas bien, pero nos salen contrarias. Estamos esperando algo (trabajo, contrato, viaje, salud, etc.), pero ese algo o alguien no nos llega como queremos o anhelamos. Debemos comprender, entonces, que muchos de nuestros fracasos son pruebas de Dios, quien desea saber hasta dónde llega nuestro amor por Él a pesar de las adversidades.
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Para mayor información consulta la edición 132 de Kairós.
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