Por ÁNGELA MARÍN NIEBLES
Integrante Comisión de Liturgia
Directora del Coro Arquidiocesano
anjemani@yahoo.com
> SÍ
:) Dedíquese a estudiar Liturgia y música litúrgica.
:) Lea y cumpla con lo que la Iglesia enseña en sus documentos litúrgicos. Lo último que ha salido sobre canto litúrgico lo orienta el Santo Padre en la Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis, de la cual salió un artículo en este periódico.
:) Saque tiempo para preparar la música de la Eucaristía, especialmente teniendo en cuenta el tiempo litúrgico. La música debe vestirse de los diferentes colores litúrgicos. Que las melodías, ritmos, armonías e instrumentos participantes hablen de Pascua, Adviento, Cuaresma, etc.
:) Comience su preparación y/o ensayo grupal orando con los textos que propone la Eucaristía del día.
:) Considérese un “proclamador musical”, invoque al Espíritu Santo para poder escoger cantos que expresen con eficacia la Palabra de Dios.
:) Escoja música que produzca un ambiente litúrgico de oración y anime a que toda la asamblea participe de lleno.
:) Evalúe los cantos (procesionales*, del Ordinario**, suplementarios***, aclamaciones**** y las melodías del salmo responsorial) que conoce, estableciendo si cumplen con su función en la Eucaristía (Mas información al respecto en la edición número 156 del Kairós)
:) Mire el servicio en su totalidad, realizando un equilibrio entre las canciones y el silencio. El silencio es un elemento importante, sepa cómo y cuándo debe ser usado.
:) Repita los cantos nuevos hasta que la asamblea los cante con comodidad y los entone unánimemente.
:) Busque modos de enseñar nuevas canciones, conozca la capacidad de la asamblea que usted anima y proponga cantos que reflejen su habilidad musical. Identifique sus límites, lo que puede y lo que no puede hacer.
:) Proporciónele a la asamblea recursos adecuados de música y comuníqueles claramente las canciones elegidas para el servicio.
:) Escuche la opinión de la asamblea, sepa si se siente cómoda con el canto, si se le permite participar activamente con la música.
:) Entienda la acústica del templo y/o lugar de celebración. Utilice adecuadamente la amplificación, no ensordezca a la asamblea con el volumen.
:) Conozca las diversos géneros litúrgico-musicales (himnos, recitativos, aclamaciones y letanías). Entone los cantos y propicie la participación de la asamblea respetando la forma de la música.
:) Aprenda bien la música y el texto, entónelos con naturalidad, que la expresión sea producto de la oración y la comprensión del mensaje.
:) Entienda su función como animador musical, vístase apropiadamente, no llame la atención de manera innecesaria, recuerde que la asamblea está pendiente de su dirección.
:) Comprenda como debe ser orada la música.
:) Esté preparado para el servicio: tenga la música, instrumentos, equipo de sonido, etc., listos antes de comenzar.
:) No se distraiga durante el servicio, esté atento de todo lo que sucede en el presbiterio. Participe consciente y de lleno durante toda la Eucaristía.
:) Practique, practique, practique. Siempre existe algo más que aprender.
:) Prepárese para lo inesperado.
> NO
:( No deje que sus preferencias personales impidan la práctica litúrgica adecuada. No cante lo que le gusta, entone melodías que respeten los principios litúrgicos que hemos estado estudiando.
:( No escoja los cantos porque usted se los sabe, entone canciones que la asamblea conozca y que sean litúrgicas.
:( No enmudezca a la asamblea seleccionando canciones que sólo usted se sabe.
:( No sea simplemente un seleccionador “relámpago” de cantos (cinco minutos antes de la misa o durante la misma)
:( No preste un servicio para el cual no se ha preparado debidamente con: Lectura de la Palabra de Dios propuesta para el día, oración para ser un puente por el que transite el Espíritu Santo, confesión sacramental, etc.
:( No escoja cantos nuevos todos los domingos. Repita las canciones y enséñelas adecuadamente.
:( No llene todo el silencio con música o palabras. No sobrecargue la Eucaristía con la música.
:( No cambie la estructura de los cantos del Ordinario. Estudie su forma, su función y seleccione la música que sea apropiada para el momento.
:( No considere el tiempo después de la comunión como la oportunidad para demostrar sus habilidades como solista, o para orar públicamente. Este momento es para que la asamblea ore privadamente.
:( No sienta que es suficiente lo que usted sabe. Estudie siempre música y liturgia. Sea un artista. Sea un instrumento ferviente de oración. No “salga” cuando no es su “turno.”
:( No apague las voces de la asamblea con su canto.
:( No atraiga atención para usted mismo ya sea por su vestuario o postura (tomar tragos de agua, buscando música, actuar distraído, afinando instrumentos, etc.). Sus gestos indican el respeto que usted le tiene a la liturgia.
:( No pretenda que la asamblea es una audiencia. Ellos participan alabando a Dios en la liturgia.
:( No rejuvenezca los cantos tradicionales cambiándoles el ritmo, esto confundirá profundamente a la asamblea.
:( No haga esperar al sacerdote innecesariamente. Esté atento de lo que sucede en el presbiterio para finalizar adecuadamente los cantos.
:( No entone plagios. No coloque textos religiosos a músicas populares o del folclor.
:( No cante piezas musicales que no han sido compuestas para la liturgia, esto incluye el repertorio religioso y las canciones mundanas (Nadie es eterno en el mundo, Amor eterno, etc.).
* Cantos procesionales: Entrada, presentación de dones y comunión.
** Cantos del Ordinario: Señor ten piedad, Gloria, Santo, Padre Nuestro y Cordero de Dios.
*** Cantos suplementarios: Acción de gracias después de la comunión y canto de salida
**** Aclamaciones: Aleluya, aclamaciones del memorial, amén, entre otros.