Con una eucaristía a la que asistieron sus familiares y amigos, Gloria Peña celebró en días pasados sus 35 años de vida artística.
Su cercanía a la Iglesia y su especial testimonio de fe, hacen de ella una mujer digna de imitar. Por eso publicamos ahora una entrevista que recientemente ella concedió a Kairós. Su vida es reflejo de dos cosas fundamentales para toda persona fe y coherencia de vida.
Reportero Kairós: Inicia hace 35 años su vida artística, ¿cuál fue ese inicio, ese momento concreto en su vida con el que empieza correr este cronómetro que le trae hasta aquí, exactamente 35 años después?
Gloria Peña: Todo comienza para mí con un viaje. Mi hermana Graciela viaja a los Estados Unidos y me deja encargada de esta academia que ella había fundado en 1951. Mi hermano y yo fuimos pioneras de este arte, de este amor por la danza aquí en Barranquilla, primero con la danza clásica española y luego con la folclórica. Así que al viajar mi hermana, siento que este trabajo no debe perderse. Empiezo entonces con la docencia, con la enseñanza de esta maravilloso arte. A partir de esto, comienza a correr ese cronómetro del que usted habla.
R. K: Estamos hablando de la década de los 50s, Barranquilla presenta un singular auge de extranjeros, en cierto modo las familias de la época son extremadamente conservadoras. Éste complejo contexto, ¿No fue un impedimento para ustedes?
G. P: Nuestro caso fue único porque tuvimos un padre que le encantaba la música. Desde niñas siempre escuchábamos operas, zarzuelas, vallenatos, papá era amigo de Escalona. Él vio que mi hermana Graciela tenía aptitudes para la danza, pero también tenía claro que en la ciudad no existía un sitio para que ella aprendiera este arte, así que decide irse a Bogotá. Deja todo por un sueño: tener una hija bailarina, pero bailarina con ética, como él continuamente lo afirmaba.
R. K: Estamos hablando de la década de los 50s, Barranquilla presenta un singular auge de extranjeros, en cierto modo las familias de la época son extremadamente conservadoras. Éste complejo contexto, ¿No fue un impedimento para ustedes?
G. P: Nuestro caso fue único porque tuvimos un padre que le encantaba la música. Desde niñas siempre escuchábamos operas, zarzuelas, vallenatos, papá era amigo de Escalona. Él vio que mi hermana Graciela tenía aptitudes para la danza, pero también tenía claro que en la ciudad no existía un sitio para que ella aprendiera este arte, así que decide irse a Bogotá. Deja todo por un sueño: tener una hija bailarina, pero bailarina con ética, como él continuamente lo afirmaba.
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Finalice la lectura de esta entrevista en la edición 135 de Kairós.
1 comentario:
Que Dios los bendiga.felicidades por los 35.es maravilloso tener personas como usted aun,personas q cuentan con Dios.Exorto a todo aquel que ame a Dios que conoscan mas de Dios por medio de Gloria Pena.Dios es maravilloso y la fe mucho mejor.Felicidades por sus 35 Gloria Pena.
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