"La enfermedad conlleva inevitablemente un momento de crisis y de seria confrontación con la situación personal. Los avances de las ciencias médicas proporcionan a menudo los medios necesarios para afrontar este desafío, por lo menos con respecto a los aspectos físicos. Sin embargo, la vida humana tiene sus límites intrínsecos, y tarde o temprano termina con la muerte. Esta es una experiencia a lo que todo ser humano está llamado y para la cual debe estar preparado".
Estas son algunas de las palabras que el Santo Padre, Benedicto XVI, dijo en su mensaje del 11 de febrero con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo. Con ellas, el Papa recalcó el compromiso que debe tener la sociedad para el cuidado y atención de la población enferma.
Una de las labores de la Iglesia en el mundo, como lo ha manifestado el Sumo Pontífice, es apoyar a los enfermos incurables y en fase terminal, reclamando políticas sociales justas que ayuden a eliminar las causas de muchas enfermedades; como también instando a prestar una mejor asistencia a los moribundos y a los que no pueden recibir atención médica. La Arquidiócesis de Barranquilla apoya y coordina con todas las personas y entidades encargadas de la salud, para que cada vez presten un mejor servicio, teniendo como resultado la ayuda efectiva a muchas personas. Este trabajo pastoral es en conjunto gracias a la labor realizada por la Comisión Arquidiocesana para los Agentes, Profesionales e Instituciones de Salud.
Vea la programación del Jubileo de la Salud en la edición 167 de Kairós.
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