Una de las características que acompaña a los cristianos católicos, es el gran amor y devoción por la santísima Virgen María, bajo sus diferentes advocaciones. Los presos, cautivos o internos tienen dentro del penal, como su patrona, a Nuestra Señora de la Merced, cuya fiesta está próxima a celebrarse. Por esta razón dedicamos esta crónica a la unidad pastoral que tiene la protección de la Virgen María, bajo esta advocación.
Transcurría el año 1958 y la advocación de las Mercedes se extendía por toda Colombia. En Barranquilla muchos católicos comenzaron a dar publicidad a la Virgen de la Merced, patrona de la comunidad de los Mercedarios y patrona de los cautivos. Monseñor Pedro María Revollo, (el Tamayito de aquella época), consiguió un lote ubicado entre las carreras 30 y 31 y las calles 58 y 60; este terreno fue donado por la familia Santodomingo, con el fin de que en el mismo se construyera un templo. En efecto, la feligresía del sector, numerosa por cierto, y animada por monseñor Revollo y el padre José Feliciano Hernández, oriundo de Sabanagrande y uno de los primeros sacerdotes ordenados para la Diócesis de Barranquilla, comenzaron a construir una pequeña capilla en el sitio que hoy ocupa la casa cural, y desde sus inicios dedicada a Nuestra Señora de la Merced, donde con mucha frecuencia celebraba la eucaristía monseñor Pedro María Revollo, quien oraba fervientemente y le rogaba a Dios se produjera el milagro de tener su nueva parroquia.
Lo cierto es que la feligresía le puso alma, vida y corazón al proyecto y, como siempre, lo primero que se construyó fue la iglesia viva, la de los fieles creyentes que conforman una comunidad verdaderamente eclesial para que se den las condiciones propias, para que su sector sea declarado como parroquia. Dadas entonces las condiciones, el Obispo Germán Villa Gaviria firma el decreto 105 del 28 de enero de 1961, creando la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced y nombrando como su primer párroco al padre Emmanuel De Alba, quien tomará posesión de su ministerio el 19 de febrero de 1961. Por esos designios de Dios, no se nombra como su primer párroco al padre José Feliciano Hernández, quien fue uno de los impulsores principales de la obra, pero aquí se cumple aquella linda frase del Evangelio: “unos siembran y otros recogen”.
El Padre Emmanuel de Alba asume con mucha alegría el reto de convertir la pequeña capilla en un templo digno para Dios, cómodo y confortable, acorde a una comunidad que así lo quiere. Se ideó el padre De Alba una extraña estrategia publicitaria para aquella época; un día, a las 8 de la noche, las viejas campanas repicaron, los vecinos se alarmaron ya que a esa hora no era usual escuchar tañido de campanas. Pues, la gente acudió presurosa y alarmada al pequeño templo y el padre De Alba, ni corto ni perezoso, les notificó que a partir de ese momento toda la feligresía, desde los niños hasta la tercera edad, deberían asumir el reto de construir un moderno templo y una parroquia modelo de la ciudad. Todos se comprometieron y la obra siguió adelante. Luego, vendrían como párrocos: monseñor Luis Vargas Ripoll, José Carvajal, Carlos Rocha, Javier Noreña, Juan de Jesús Serna, Alcides Robles y Oscar Eduardo Arango.
LA PARROQUIA HOY
Dirigiendo los destinos espirituales de esta unidad pastoral, se encuentra desde enero de 2005 el padre Luís Enrique Cuervo Rodríguez, quien dice haber encontrado una parroquia muy bien organizada pastoralmente, lo que indica que sus anteriores párrocos cumplieron una labor extraordinaria.
En cuanto a la planta física que comprende templo, casa cural y entorno, el padre Cuervo elogia el trabajo realizado por el Padre Oscar Eduardo Arango Franco, quien mejoró mucho el aspecto físico de la iglesia y la casa cural, y realizó el trabajo de instalación de tuberías para el alcantarillado y el desmonte del entorno.
Cuenta en la actualidad la Merced con todas las estructuras propias de la nueva evangelización. Existen dos células, cada una con su ecap al frente trabajando; se realizan sin ningún tropiezo las asambleas familiares y se trabaja siempre de acuerdo a la metodología de la misión arquidiocesana. Es también una gracia de Dios el poder contar con varios grupos y asociaciones que son pilares fundamentales en el trabajo de la iglesia, grupos como: Dios está vivo, el Sagrado Corazón de Jesús, y la Legión de María, por nombrar sólo algunos. Son todos los grupos los que se reúnen, planean y realizan actividades, oran y comparten con los demás para que la parroquia sea un centro de vida y amor cristiano.
Entre las realizaciones del actual párroco, se destacan los nichos donde están ahora la imagen de la santa patrona y san José; igualmente construyó una bella capilla para el Santísimo y la casa cural, en gran parte, fue remodelada para que brindara un mejor servicio a la comunidad. Como proyecto que debe realizarse muy pronto está la reparación de la torre. Con todo este trabajo evangelizador y de obras materiales, el padre Luís Enrique Cuervo es estimado por su comunidad que se prepara para la gran celebración patronal el próximo 24 de septiembre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario