La organización caritativa de la Iglesia Católica en Colombia "Cáritas Colombiana", conocida también como el "Secretariado Nacional de Pastoral Social" cumple 50 años al servicio de los más necesitados.
A mediados de la década de los 50s, en la fase inicial de la violencia en Colombia, la Iglesia dio inicio a una de las más importantes experiencias de atención pastoral a los necesitados: el Secretariado Nacional de Pastoral Social o Cáritas de Colombia.
Creada en 1956, esta entidad coordina y gestiona procesos de atención y promoción social integral desde los Secretariados de Pastoral Social en cada una de las jurisdicciones eclesiásticas del país.
TRIGO Y CIZAÑA
Es significativo que, a modo de "trigo en medio de la cizaña", Cáritas de Colombia pudiera acompañar cada uno de los momentos -en su mayoría dolorosos- que en las décadas siguientes acontecieron en nuestro país. A la par del crecimiento y acentuación de la violencia en el país, el Secretariado Nacional de Pastoral Social-Caritas Colombia, fue extendiendo su acción con igual fuerza.
Hasta la fecha, haciendo un paralelo entre la realidad de nuestro país y el trabajo del Secretariado Nacional de Pastoral Social-Cáritas Colombia, han sido 50 años de violencia, desastres naturales, pobreza y desplazamiento; iluminados por un amor efectivo, por una fe, que traducida en obras concretas, ha permitido la promoción humana integral de millones de colombianos. Hombres y mujeres que han visto en esta labor de Cáritas, un signo de la presencia de Cristo en medio de sus realidades de sufrimiento.
Esta presencia liberadora de Cristo, a través de su Cuerpo que es la Iglesia, les ha conducido a la superación de los estados de miseria y marginación a los que el desequilibrio en la repartición de las riquezas y la violencia, los habían condenado.
La atención humanitaria a las víctimas de la violencia, en especial a los desplazados; el apoyo en la promoción de las comunidades vulnerables y en alto riesgo por la pobreza o la violencia, la prevención y atención a poblaciones damnificadas por desastres naturales, la incidencia política para lograr una paz negociada y justa; la formación y promoción de una cultura de paz y derechos humanos y la construcción solidaria de la paz, son entre muchas otras, las líneas de acción en las que el Secretariado Nacional de Pastoral ha trabajado desde sus inicios. El trabajo realizado hasta hoy puede definirse, en su totalidad, como un conjunto de "hechos de paz" en medio de un país lacerado por la violencia y la corrupción.
PROMOCIÓN INTEGRAL
El trabajo realizado por Cáritas abarca todas las dimensiones de la promoción humana. No se trata únicamente de asistir en lo material a quienes padecen situaciones de extrema necesidad sin brindarles las herramientas necesarias para su desarrollo integral. Mucho menos se busca eximir al Estado de su responsabilidad en el mejoramiento de las condiciones de vida los colombianos menos favorecidos.
El objetivo real del trabajo de las "Cáritas Diocesanas" o de los Secretariados de Pastoral Social, como también se les conoce, no es de tipo asistencialista, es decir, no se agota en la mera ayuda material; más allá de ésta ayuda inicial, Cáritas busca devolver -a los más pobres- su dignidad de personas, de Hijos de Dios. Todo esto sin distingo alguno de credo, raza o género. Y aunque la evangelización está ligada de un modo profundo a la promoción social, esta promoción no busca ser un instrumento de proselitismo religioso. Si así fuera, se le estaría despojando de una de sus principales características: la gratuidad absoluta.
Así lo expresa el Papa Benedicto XVI, en la Encíclica "Deus Cáritas Est": "Quien ejerce la caridad en nombre de la Iglesia nunca tratará de imponer a los demás la fe de la Iglesia. Es consciente de que el amor, en su pureza y gratuidad, es el mejor testimonio del Dios en el que creemos y que nos impulsa a amar" (Deus Caritas Est, No 31)
CARIDAD E IDENTIDAD CRISTIANA
El trabajo de Cáritas Colombia, y el en general el las 162 organizaciones católicas que hacen parte de la Confederación Internacional de Cáritas, se apoya en la premisa de que un cristianismo que no se involucre en la solución efectiva de los problemas que aquejan a los pobres del mundo, no puede considerarse auténtico.
Ciertamente, nadie que permanezca indiferente ante el dolor de su hermano, puede llamarse cristiano; puesto que la fe, como expresión de confianza y amor a Dios, nos conduce al encuentro del que sufre. Es una obligación de quien cree verdaderamente. "El amor al prójimo -diría el Papa Benedicto XVI en su Encíclica Dios es Amor- enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial, y esto en todas sus dimensiones: desde la comunidad local a la Iglesia particular, hasta abarcar a la Iglesia universal en su totalidad". (Benedicto XVI, Deus Caritas Est) La Iglesia lo sabe; por eso, siempre ha asumido la misión de ser instrumento de consolación y desarrollo para los más pobres entre los pobres.
En esta ardua tarea, la Iglesia ha visto también la mano providente de Aquel que, fiel a su promesa, no le abandona. Efectivamente, en todo tiempo no han sido los obreros que el Señor a suscitado. Cristianos que siendo consecuentes con su fe han respondido generosamente a la invitación de trabajar por un mundo más justo y fraterno.
DESDE NUESTRO CONTEXTO
En cada uno de los más de 200 países y territorios en los que Cáritas trabaja, su acción es configurada por la realidad de las zonas en las que esta se desarrolla. En el caso de nuestro país, la consecución de la paz, a través de la "construcción de una nueva sociedad basada en la solidaridad, la justicia y el respeto de los derechos humanos, a la luz de la Palabra de Dios y de la Doctrina Social de la Iglesia, es la línea de acción más importante.
Con este "norte", el Secretariado Nacional de Pastoral Social-Caritas Colombiana, desarrolla una gran cantidad de propuestas, de las cuales, quizá la más importante, es la "Semana por la Paz". Una iniciativa que busca hacer visible los esfuerzos y compromiso de miles de personas que trabajan por la construcción de una cultura de paz, y por la restauración de los derechos humanos y la reconciliación entre los colombianos.
Por otro lado, y a pesar de que la promoción de la paz es una de las actividades que más ocupan la atención de un sin numero de entidades y organizaciones publicas y no gubernamentales en nuestro país, tanto que desde que en Colombia se empezó a hablar de violencia, cada generación de colombianos ha visto como prioritario el tema de la paz; el que se realice cada año una actividad como la "Semana Nacional por la Paz" trae consigo un elemento adicional.
Para el Secretariado Nacional de Pastoral Social, la paz es un asunto que va más allá de un conflicto en el que gobierno y subversivos son los principales protagonistas. La ausencia de paz en Colombia ya no se tanto la presencia de una guerra de varias décadas, como el aumento de la violencia en cada uno de los sectores y realidades de la sociedad colombiana.
Hoy día existe violencia en la familia, en la pareja, en la economía, en la política, casi en toda realidad que involucre a cada individuo en relación con el otro; y esto es una situación aún más cruda que el mismo conflicto armado. Queramos aceptarlo o no, nos estamos convirtiendo en un país cada vez más violento e indiferente. Por lo que, suscitar un espacio que despierte conciencias y nos "ponga nuevamente en camino" hacia la búsqueda común es imperativo.
En la Semana Nacional por la Paz -que este año tuvo como elemento adicional la celebración de los 50 años de Cáritas, realizada en los días del 3 al 10 de septiembre, se nos ha invitado a reflexionar en la justicia social y la reconciliación como elementos indispensables para la consecución de la paz. Un nuevo reto se nos plantea: o todos nos decidimos a construir la paz, siendo más justos y solidarios con nuestros hermanos, o veremos dentro de poco el resultado de nuestra indiferencia. Como nunca antes, este es le tiempo de la elección.
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