JOVENES EN ACCION

El PRIME -Proceso de Renovación de Imagen Mediante Estrategias Creativas-, es una iniciativa diseñada por Edgar Andrés Beltrán Rubio, un joven estudiante de comunicación social en la Universidad del Norte.

Edgar es hijo de la licenciada Ruth Rubio, rectora del Colegio Arquidiocesano Enrique Niessen, y como una manera de colaborar con la misión de los colegios arquidiocesanos, educar desde la integralidad y la solidez de los valores humano-cristianos, este comunicador en formación se animó a proponer la implementación de esta iniciativa que hoy ya se adelanta en los cinco colegios de la Arquidiócesis de Barranquilla.

En palabras de su iniciador, el PRIME es “un proyecto que busca, a través de herramientas de comunicación, el mejoramiento de la imagen institucional de los colegios arquidiocesanos, motivando la participación de sus mismos estudiantes –con el apoyo del cuerpo directivo, docentes y padres de familia- en distintas iniciativas de tipo académico, cultural y social”.

“Este proyecto inició en marzo de este año como una simple propuesta de mercadeo, pero la interioricé y la transformé en una misión que consiguiera, además de imagen institucional, ser una herramienta de evangelización”, dijo a kairós Edgar Andrés, quien también nos compartió el lema de su propuesta comunicativa: “PRIME: más que imagen, una misión”.

Para Edgar lo más importante que este proyecto ofrece a los jóvenes, además de acrecentar en ellos el sentido de pertenencia a sus instituciones educativas, es el ejercicio de un liderazgo pro-activo y eficaz que les lleva a asumir compromisos sólidos en la consecución de objetivos comunes.

Recientemente los alumnos del Colegio Enrique Niessen realizaron una de las primeras actividades en el marco del PRIME. Se trató de una donación de 83 textos escolares de Editorial Norma al también colegio arquidiocesano San Pedro Apóstol.

CONVIVENCIA VOCACIONAL
Treinta y dos jóvenes pertenecientes a los seis círculos vocacionales de la Arquidiócesis de Barranquilla, participaron en días pasados de una convivencia vocacional en el Seminario Mayor Juan XXIII. Con esta experiencia los jóvenes pudieron fortalecer el proceso de conocimiento e integración, no sólo entre ellos, sino también con los promotores e integrantes de la pastoral vocacional arquidiocesana.