Transmetro, mototaxismo, ilegalidad de algunos y deseos de otros por ofrecer un servicio de excelente calidad, son las realidades del transporte en el Atlántico.
Por COMISIÓN ARQUIDIOCESANA DE TRANSPORTADORES Y EQUIPO DE REDACCIÓN KAIRÓS
Desde tiempos inmemorables el transporte urbano está ligado al desarrollo económico, social y cultural de la humanidad. Es por esto que la Arquidiócesis de Barranquilla, a través de su comisión de transportadores busca a diario espacios y estrategias –como el jubileo que se avecina- que conduzcan a la integración fraterna de todo este gremio y públicos afines en el territorio atlanticense, pues sólo de esta manera y estimulando la excelencia en el servicio, se logrará un aporte realmente efectivo a la construcción de una mejor sociedad.
En Barranquilla la organización del transporte urbano empezó de forma empírica desde hace más de 60 años. Hoy día se cuenta con los elementos suficientes y se le puede considerar como uno de los gremios mejor organizados en el país.
Sin embargo, a pesar de los avances científicos y técnicos que ofrece cada día este servicio, lamentablemente no se ha contado con la formación de una cultura ciudadana que permita valorar lo maravilloso y económico que es desplazarse en toda el área metropolitana de Barranquilla y demás municipios del Atlántico. Aunque el transporte urbano es catalogado como los pies del mundo, no hay un reconocimiento de la importancia y beneficio que este esencial servicio representa en la vida cotidiana de la comunidad. Los servicios públicos pertenecen a quienes los pagan; en este caso, los vehículos destinados al transporte colectivo pertenecen a los usuarios, ya que son precisamente ellos quienes los disfrutan, y como “propietarios” deberían ser los primeros en procurar defender las bondades que representa este servicio para el bien colectivo.
EL TRANSMETRO: ANTE LA EXPECTATIVA DE TODOS
La realidad actual del transporte en la capital del Atlántico es de expectativa. Se espera, en medio de tanta controversia, la culminación de la estructura necesaria para el funcionamiento del novedoso sistema llamado Transmetro que, según sus directivos y siguiendo el cronograma de la obra, estará en funcionamiento en agosto o septiembre de 2008. Como lo afirma el sub director técnico de transporte del área metropolitana y miembro de la Comisión Arquidiocesana de Transportadores, Orlando Parra: “es necesario, para masificar los beneficios de este proyecto, contar con la participación de los transportadores locales; esto, además, ayudará a evitar un impacto negativo en una industria que ha venido invirtiendo mucho tiempo, patrimonio y dinero para prestar un servicio a la comunidad”.
“Transmetro licitará la compra de 88 buses, inicialmente encargarán 64, cantidad que será suficiente para la operación temprana, que cubrirá desde el Portal de Soledad hasta la Estación de Retorno de la calle 74 con Olaya Herrera. La inversión de los buses le corresponderá a los transportadores y se estima en, aproximadamente, 25 millones de dólares. Los automotores serán de tecnología moderna, articulados y con aire acondicionado. Su capacidad debe ser para 160 pasajeros: 48 sentados y 112 de pie.” (Nira Figueroa, Directora Comunicaciones Transmetro – Periódico El Transportador del Caribe. Edición No. 9. Página 9)
Desde el año 2001, el medio transportador urbano de Barranquilla y su área metropolitana se está organizando para asumir de la mejor manera la responsabilidad que tiene como operador de este servicio. La organización es en todos los aspectos: económico, técnico y, desde luego, la adecuación de la infraestructura para ofrecer el mejor servicio a todos los usuarios.
Entre las ventajas que Parra resaltó del Transmetro está la eficiente, segura y cómoda movilidad de los barranquilleros y que, a su vez, contribuiría al desarrollo urbanístico de la ciudad. “Hay que maximizar estos beneficios llevándolos a todos los rincones de Barranquilla para evitar posibles impactos negativos; no se puede pensar en un sistema como este sin la participación de los transportadores locales”, puntualizó.
PRESENTE Y FUTURO ALENTADORES
Se puede notar, en otros planos de la realidad del transporte en el Atlántico, un número considerable de vehículos de los modelos más recientes movilizándose por distintas rutas de Barranquilla, con aire acondicionado y con operadores debidamente capacitados en el campo de las relaciones interpersonales, primeros auxilios y con la instrucción suficiente para que operen acatando todas las disposiciones legales vigentes.
Barranquilla cuenta con el parque automotor promedio más moderno del país, y está tejida por ciento trece rutas que cubren la totalidad del perímetro urbano en forma eficiente. No obstante, son varias las dificultades que ocasionan el transporte informal e ilegal, representadas en un enjambre incontenible de mototaxistas, taxis que violan las disposiciones legales y otras formas de transporte colectivo que, en forma desleal al gremio, producen serias lesiones económicas. Se espera, entonces, por parte de los transportadores organizados y agredidos de Barranquilla: la implantación del transporte masivo, la desaparición del mototaxismo, que se aplique la ley a todos los taxistas y a otros medios que se burlan a diario de la reglamentación existente. Gracias a esta gestión se logrará la excelencia en el servicio que presta el trasporte público organizado.
Ante toda esta situación, resulta pertinente el trabajo de evangelización que viene adelantando la Comisión Arquidiocesana de Transportadores en el territorio atlanticense. “Nuestra misión es lograr la aplicación del Evangelio de Jesús a la vida cotidiana de las personas que trabajan en el sector, humanizando el transporte, promoviendo el desarrollo de los valores humanos y cristianos que contribuirán grandemente a la formación de una nueva cultura ciudadana de la cual nos sintamos orgullosos, y ofrecerlo como ejemplo a todo el país”, afirma el padre Leonardo Rodríguez, delegado del Arzobispo ante los transportadores del Atlántico.
Por COMISIÓN ARQUIDIOCESANA DE TRANSPORTADORES Y EQUIPO DE REDACCIÓN KAIRÓS
Desde tiempos inmemorables el transporte urbano está ligado al desarrollo económico, social y cultural de la humanidad. Es por esto que la Arquidiócesis de Barranquilla, a través de su comisión de transportadores busca a diario espacios y estrategias –como el jubileo que se avecina- que conduzcan a la integración fraterna de todo este gremio y públicos afines en el territorio atlanticense, pues sólo de esta manera y estimulando la excelencia en el servicio, se logrará un aporte realmente efectivo a la construcción de una mejor sociedad.
En Barranquilla la organización del transporte urbano empezó de forma empírica desde hace más de 60 años. Hoy día se cuenta con los elementos suficientes y se le puede considerar como uno de los gremios mejor organizados en el país.
Sin embargo, a pesar de los avances científicos y técnicos que ofrece cada día este servicio, lamentablemente no se ha contado con la formación de una cultura ciudadana que permita valorar lo maravilloso y económico que es desplazarse en toda el área metropolitana de Barranquilla y demás municipios del Atlántico. Aunque el transporte urbano es catalogado como los pies del mundo, no hay un reconocimiento de la importancia y beneficio que este esencial servicio representa en la vida cotidiana de la comunidad. Los servicios públicos pertenecen a quienes los pagan; en este caso, los vehículos destinados al transporte colectivo pertenecen a los usuarios, ya que son precisamente ellos quienes los disfrutan, y como “propietarios” deberían ser los primeros en procurar defender las bondades que representa este servicio para el bien colectivo.
EL TRANSMETRO: ANTE LA EXPECTATIVA DE TODOS
La realidad actual del transporte en la capital del Atlántico es de expectativa. Se espera, en medio de tanta controversia, la culminación de la estructura necesaria para el funcionamiento del novedoso sistema llamado Transmetro que, según sus directivos y siguiendo el cronograma de la obra, estará en funcionamiento en agosto o septiembre de 2008. Como lo afirma el sub director técnico de transporte del área metropolitana y miembro de la Comisión Arquidiocesana de Transportadores, Orlando Parra: “es necesario, para masificar los beneficios de este proyecto, contar con la participación de los transportadores locales; esto, además, ayudará a evitar un impacto negativo en una industria que ha venido invirtiendo mucho tiempo, patrimonio y dinero para prestar un servicio a la comunidad”.
“Transmetro licitará la compra de 88 buses, inicialmente encargarán 64, cantidad que será suficiente para la operación temprana, que cubrirá desde el Portal de Soledad hasta la Estación de Retorno de la calle 74 con Olaya Herrera. La inversión de los buses le corresponderá a los transportadores y se estima en, aproximadamente, 25 millones de dólares. Los automotores serán de tecnología moderna, articulados y con aire acondicionado. Su capacidad debe ser para 160 pasajeros: 48 sentados y 112 de pie.” (Nira Figueroa, Directora Comunicaciones Transmetro – Periódico El Transportador del Caribe. Edición No. 9. Página 9)
Desde el año 2001, el medio transportador urbano de Barranquilla y su área metropolitana se está organizando para asumir de la mejor manera la responsabilidad que tiene como operador de este servicio. La organización es en todos los aspectos: económico, técnico y, desde luego, la adecuación de la infraestructura para ofrecer el mejor servicio a todos los usuarios.
Entre las ventajas que Parra resaltó del Transmetro está la eficiente, segura y cómoda movilidad de los barranquilleros y que, a su vez, contribuiría al desarrollo urbanístico de la ciudad. “Hay que maximizar estos beneficios llevándolos a todos los rincones de Barranquilla para evitar posibles impactos negativos; no se puede pensar en un sistema como este sin la participación de los transportadores locales”, puntualizó.
PRESENTE Y FUTURO ALENTADORES
Se puede notar, en otros planos de la realidad del transporte en el Atlántico, un número considerable de vehículos de los modelos más recientes movilizándose por distintas rutas de Barranquilla, con aire acondicionado y con operadores debidamente capacitados en el campo de las relaciones interpersonales, primeros auxilios y con la instrucción suficiente para que operen acatando todas las disposiciones legales vigentes.
Barranquilla cuenta con el parque automotor promedio más moderno del país, y está tejida por ciento trece rutas que cubren la totalidad del perímetro urbano en forma eficiente. No obstante, son varias las dificultades que ocasionan el transporte informal e ilegal, representadas en un enjambre incontenible de mototaxistas, taxis que violan las disposiciones legales y otras formas de transporte colectivo que, en forma desleal al gremio, producen serias lesiones económicas. Se espera, entonces, por parte de los transportadores organizados y agredidos de Barranquilla: la implantación del transporte masivo, la desaparición del mototaxismo, que se aplique la ley a todos los taxistas y a otros medios que se burlan a diario de la reglamentación existente. Gracias a esta gestión se logrará la excelencia en el servicio que presta el trasporte público organizado.
Ante toda esta situación, resulta pertinente el trabajo de evangelización que viene adelantando la Comisión Arquidiocesana de Transportadores en el territorio atlanticense. “Nuestra misión es lograr la aplicación del Evangelio de Jesús a la vida cotidiana de las personas que trabajan en el sector, humanizando el transporte, promoviendo el desarrollo de los valores humanos y cristianos que contribuirán grandemente a la formación de una nueva cultura ciudadana de la cual nos sintamos orgullosos, y ofrecerlo como ejemplo a todo el país”, afirma el padre Leonardo Rodríguez, delegado del Arzobispo ante los transportadores del Atlántico.
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