Por JAYNES HERNANDEZ NATERAMadre de familia
Miembro de la Comisión Arquidiocesana de Pastoral Vocacional
La comisión de Pastoral Vocacional de la Arquidiócesis de Barranquilla participó, por segundo año consecutivo, en la Feria de la Ciencia y la Tecnología 2007, con el proyecto titulado ¡Joven, descubre tu vocación".
Durante los días 19 al 21 de septiembre se compartió con instituciones educativas, clubes de ciencia, universidades, niños, jóvenes y familias, aplicando la ciencia y la tecnología de una manera innovadora para abordar el tema de acompañamiento vocacional. Así se cumplió el objetivo evangelizador con cada uno de los participantes. Los niños, jóvenes y adultos se acercaban en grupos a nuestro stand, llenos de expectativas, para conocer más a fondo qué significaba la palabra "vocación". Así mismo, solteros profesionales también aprendieron que, así como el sacerdocio, el matrimonio es igualmente un llamado de Dios.
Fueron muchas las anécdotas con personas que se declaraban no creyentes, de otras denominaciones religiosas o escépticos, pero que visitaron varias veces nuestro espacio vocacional. A los estudiantes, que el ingenioso tablero electrónico que llevamos les arrojó la respuesta del sacerdocio como vocación, se les incentivaba con la idea de que el Señor nos llama dentro de cada una de nuestras realidades, lo que requiere oración de corazón y permanecer con los oídos abiertos.
Una de las experiencia más curiosas fue la de un joven que era bien conocido por estar con muchas chicas de su colegio, y que después de hablar con nosotros afirmó haber cambiado de opinión ya que había conocido lo lindo que sería ser fiel. También fueron muchos los niños que son acólitos en sus parroquias y se les notó la felicidad al saber que su vocación era el ser sacerdote.
Muchas jovencitas, que se atrevían a responder el cuestionario, reconocieron que algunas veces les ha pasado por la cabeza ser religiosas, pero estaban llenas de dudas. A ellas se les daba una hojita con pildoritas vocacionales y, muy impactadas con la metodología, decían que iban a sacar copias para todo el curso; o profesores de diferentes colegios interesados en esta atractiva herramienta y, también, en la vida vocacional.
Con la gracia de Dios se aprovecharon los recursos tecnológicos para transmitir el mensaje vocacional, descubriendo la esencia de ser cristianos desde la ubicación vocacional en la Iglesia y la sociedad, al sensibilizar a los jóvenes en la necesidad de tener un acompañante vocacional idóneo para poder descubrirse.
Fueron muchas las anécdotas con personas que se declaraban no creyentes, de otras denominaciones religiosas o escépticos, pero que visitaron varias veces nuestro espacio vocacional. A los estudiantes, que el ingenioso tablero electrónico que llevamos les arrojó la respuesta del sacerdocio como vocación, se les incentivaba con la idea de que el Señor nos llama dentro de cada una de nuestras realidades, lo que requiere oración de corazón y permanecer con los oídos abiertos.
Una de las experiencia más curiosas fue la de un joven que era bien conocido por estar con muchas chicas de su colegio, y que después de hablar con nosotros afirmó haber cambiado de opinión ya que había conocido lo lindo que sería ser fiel. También fueron muchos los niños que son acólitos en sus parroquias y se les notó la felicidad al saber que su vocación era el ser sacerdote.
Muchas jovencitas, que se atrevían a responder el cuestionario, reconocieron que algunas veces les ha pasado por la cabeza ser religiosas, pero estaban llenas de dudas. A ellas se les daba una hojita con pildoritas vocacionales y, muy impactadas con la metodología, decían que iban a sacar copias para todo el curso; o profesores de diferentes colegios interesados en esta atractiva herramienta y, también, en la vida vocacional.
Con la gracia de Dios se aprovecharon los recursos tecnológicos para transmitir el mensaje vocacional, descubriendo la esencia de ser cristianos desde la ubicación vocacional en la Iglesia y la sociedad, al sensibilizar a los jóvenes en la necesidad de tener un acompañante vocacional idóneo para poder descubrirse.
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