jueves, octubre 23, 2008

EDITORIAL

El Nuncio Apostólico nos visita

La Arquidiócesis de Barranquilla se prepara con gusto y agrado para recibir al Legado Pontificio de la Santa Sede en Colombia, el cual ha sido invitado para que celebre, junto con todo el Atlántico, la inauguración de la nueva Curia Arquidiocesana. El Nuncio Apostólico nos estará acompañando desde el 31 de octubre hasta el 2 de noviembre.

Monseñor Aldo Cavalli, como representante de la Santa Sede, es a la vez el decano del cuerpo diplomático en Colombia; es decir, el embajador del Papá y el primero en el estado colombiano. Es el Legado Pontificio que generalmente goza del Orden Episcopal, a quién el Romano Pontífice encomienda de modo estable su representación personal en las diversas naciones o regiones del mundo.

El nuncio, quien bendecirá las nuevas instalaciones de la remodelación de la nueva Curia el 31 de octubre, se reunirá, el 1 de noviembre, con todos los seminaristas y presbíteros de la Arquidiócesis de Barranquilla en el Seminario Mayor “Juan XXIII”; además tendrá un encuentro con todas las religiosas el domingo en la Catedral Metropolitana María Reina, visitará las parroquias Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma y Santa Rita de Casia en Sabanagrande, en ellas compartirá y se intercambiará diálogos y experiencias pastorales. Cabe recalcar que además compartirá con las autoridades civiles y militares de nuestro departamento.

La Visita del Nuncio será para la Arquidiócesis de Barranquilla motivo de mucha alegría y, porque no, de mucho orgullo para nuestra Iglesia particular. La función principal del Nuncio Apostólico consiste en “procurar que sean cada vez más firmes y eficaces los vínculos entre la Sede Apostólica y las Iglesias particulares” (Cfr. C. 364). La función se articula en una serie de cometidos en relación con la Santa Sede, con los Obispos y con las Conferencias Episcopales y Religiosos, de la misma manera con los gobiernos.

Es deber del Nuncio Apostólico comunicar e informar a la Sede Apostólica las condiciones de las Iglesias particulares y, a la vez, cumplir con los mandatos que esta le confíe; ahora, en relación con los Obispos, los cometidos de prestarles ayuda y consejo, mantener frecuentes relaciones con la Conferencia Episcopal y participar en el nombramiento de Obispos, proponiendo nombres e instruyendo el proceso informativo (Cfr. C 364, 2o , 3o ,4o ); con relación a los religiosos, dará consejo y asistencia a los superiores mayores residentes en su territorio y también debe promover y consolidar las Conferencias de Religiosos; por último, en relación con las iglesias no católicas, colaborará con los Obispos a las iglesias separadas e incluso con las religiones no cristianas ( Cfr C. 364, 6o).

También es competencia del Nuncio prestar un servicio a la comunidad civil, contribuir a la paz y con la cooperación de los pueblos en conjunto con los Obispos para defender, ante las autoridades estatales, todo lo perteneciente a la misión de la Iglesia y de la Santa Sede. También, dará un seguimiento a todos los programas preparados por organizaciones internacionales cuando, ante ellas, no hay un delegado o un observador permanente (Sollicitudo, XI). En fin, el Nuncio Apostólico goza de una hermosa potestad que le confiere la Sede Apostólica para todas aquellas relaciones diplomáticas que permiten la armonía y la paz entre las autoridades civiles de un Estado y la Sede Apostólica. Que esta venida sea fructífera para nuestra Arquidiócesis de Barranquilla. Bienvenido señor Nuncio: Aldo Cavalli

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