martes, marzo 22, 2011

La enfermedad del siglo XXI: El estrés

Por Lois Pineda Molina*

La presión del trabajo, las responsabilidades, los problemas familiares y todo aquello que consume nuestro tiempo, son elementos que se suman a uno de los males más comunes en esta época, el estrés. Aunque no se tome la debida importancia a este problema, las consecuencias que generaría sino se tiene la suficiente cautela y rigor en el tratamiento que le damos a nuestro cuerpo y mente, podrían llegar a ser fatales. Debido a esto, y teniendo en cuenta la preocupación de la Iglesia por la humanidad, la Hermana Luz Marina Plata Morales, quien forma parte de la comunidad de las Hermanas Paulinas, viene realizando desde hace varios años una investigación enfocada en el mundo empresarial y el estrés.

“Yo empecé en Roma con un estudio que realicé sobre espiritualidad en el mundo empresarial. El trabajo lo vengo realizando hace unos 8 años en diferentes empresas y con diversas personas que uno siente que no dan más, que su sistema nervioso no aguanta y que muchas veces caen en depresiones, miedos y angustias. Por eso me he atrevido a trabajar profundamente en la humanización de la empresa a través de la espiritualidad” comentó la Hermana Luz Marina, quién además afirma que el estrés es fruto de la situación económica y del poco manejo que se le está dando a las personas a nivel institucional.

El problema real es el creer que no pasa nada cuando integramos el ser y el hacer, pero lo que en realidad sucede es que se corre el riesgo de perder el control de los procesos que se deben vivir a diario. Es cierto que el trabajo proporciona bienestar a nivel económico y social, pero si no se saben manejar, puede dañar la salud, la parte afectiva e incluso la vida íntima como lo manifiesta la hermana: “Precisamente estoy preparando unos talleres de cómo manejar el estrés, si nosotros logramos objetivizar que el trabajo es una cosa independiente del ser como persona, lograríamos un gran camino”.

Se ha demostrado en los estudios que mucha gente por andar en los afanes, se llevan trabajo a sus casas y continúan hasta las 11:00 p.m. De tal manera que, pierden tiempo valioso para alimentarse afectivamente, es decir, vivir momentos únicos e irrepetibles con su esposa (o), hijos, en general, con sus seres queridos.

Hoy, es necesario que las personas hagan ejercicios, recuperen las horas de sueño, recurran a una alimentación nutritiva para que la tensión, el estrés y el cansancio del día se vaya disipando y se pueda vivir con mayor tranquilidad.

PASOS PARA LA LOGRAR LA TRANQUILIDAD DESDE LO ESPIRITUAL

Dentro del trabajo que la Hermana Luz Marina viene realizando para el manejo del estrés, promueve la relajación espiritual, una técnica muy importante y que está al alcance de todos. Se basa en la meditación y los momentos de relajación o de introspección, pero: ¿Cómo se logra?

1. LUGAR: Escoja un lugar en su casa donde esté tranquilo, puede ser su cuarto, el jardín, la sala, una parroquia que le guste, una capilla. En fin, un lugar que crea adecuado para realizar la meditación. Puede colocar un fondo musical suave y agradable.

2. LA RESPIRACIÓN: Inicie respirando muy suavemente. Nosotros tenemos una riqueza muy grande cuando respiramos, porque es lo que nos permite vivir. Respire suave, tranquilamente, una, dos, tres veces y cuando llegue a la quinta vez, trate de tomar aire fuerte como si aspirara la vida, sienta que el creador, el Dios de la vida, le está dando la posibilidad de vivir a través de la respiración.

3. MEDITACIÓN: Mande el aire que respira por todos los rincones de su cuerpo. Si le duele la espalda, mande ese aire de vida a la espalda. Concéntrese y sienta que esa mano curativa del Dios creador está pasando por su cuerpo; por las piernas si está cansado de estar de pie en el trabajo. Sienta que el aire va entrando por sus venas y por todos los lugares donde quiere sentirse aliviado.

4. TEXTO BÍBLICO: Deje que un texto bíblico toque el corazón, siéntase como el pobre samaritano herido al borde del camino, pero arrúllese en esos brazos amorosos del Dios que lo cubre, del Dios que lo sana, que limpia sus llagas, que limpia su cansancio.

5. PUEDE CONTINUAR: Espere 10 minutos, luego un cuarto de hora y siga respirando suavemente y verá que todo pasó y que un nuevo día sin angustias y sin afanes está empezando.

*Estudiante en Prácticas. lpineda@arquidiocesisbaq.org

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