martes, marzo 25, 2008

NUESTRA PORTADA


OTRA OPORTUNIDAD...

El Domingo de Ramos nos anuncia otra Semana Santa... pero ésta dispongámonos a vivirla desde el valor de la solidaridad, y al reflexionar sobre la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, comprometámonos a seguir construyendo, con Cristo vivo, un mundo mejor.

¡DEMOS EL SALTO!


¡Aleluya! ¡Cristo Resucitó! Es el grito de júbilo de todos los cristianos en el mundo, es un grito que despierta en el hombre de hoy la esperanza que todo puede cambiar para bien de la humanidad; es la esperanza que nos abriga a quienes vivimos en el Espíritu de Cristo.

“Si vivimos en el Espíritu de Cristo, dice el apóstol san Pablo a los Romanos, entonces resucitaremos con Él”. Es una resurrección de la vida y para la vida. Así, resucitar en el contexto de esta Pascua, significa ‘dar el salto’ de lo viejo a lo nuevo, de la muerte a la vida; es dejar atrás toda situación de pecado, es decir, de injusticia, de rencor, de violencia, de pansexualismo, de avaricia, de falta de tolerancia, de odio sin sentido; todos estos son signos de una cultura de muerte que deben ser crucificados en el madero de la cruz para ser redimidos con Cristo Resucitado.

Se hace urgente cambiar nuestra sociedad, cada día más fragmentada y dividida, que lo único que causa son tristezas y penas en el corazón de la humanidad, por una sociedad donde se viva la libertad de los hijos de Dios.

La Pascua es precisamente ese salto del hombre pasivo al hombre que actúa desde la fe y la razón, un hombre que busca desde su pensamiento y su actuar una sociedad más justa y equitativa en dar a cada cual lo que le corresponde. Necesitamos personas que comiencen a ver la vida desde una óptica optimista, desde la luz del Resucitado, para que lleguemos a ser hombres libres que caminemos desde los principios de la verdad y el amor.

Hermano, hermana, comience usted a cambiar su metro cuadrado, es decir, su entorno; haga que en su metro cuadrado se piense y actúe desde el amor de Dios.

CANTOS PARA EL SAGRADO TRIDUO PASCUAL


Por ANGELA MARÍN NIEBLES *

El Sagrado Triduo Pascual es el momento litúrgico más intenso de todo el año. En éste celebramos la entrega de Jesús a la muerte, por amor a todos nosotros, y el poder glorioso de su resurrección con la cual vence el pecado. El Triduo Pascual es un gran día que comienza con la celebración de la Cena del Señor (Jueves Santo en la tarde), continúa con la conmemoración de la Pasión y Muerte (Viernes Santo) y finaliza con la Vigilia Pascual (Domingo de Resurrección). Las recomendaciones para el canto y la música son las siguientes:

Misa vespertina del Jueves Santo

En ésta se celebran tres acontecimientos: la Institución de la Eucaristía, la Institución del Sacerdocio y el Mandamiento del Amor? éste último se revela en el rito del ‘lavatorio de los pies’. Después de la comunión se realiza el traslado solemne del Santísimo Sacramento al lugar de la reserva, invitando a todos los fieles a dedicar un tiempo de adoración a Jesús Sacramentado. No hay bendición final porque el gran día no ha terminado, finaliza el domingo con la resurrección.

Recomendamos programar una música festiva y llena de alegría; música que exprese el amor al cual estamos llamados todos los cristianos. Las melodías deben motivar a la vivencia de la fe y a la gozosa celebración de la Cena del Señor. El texto de los cantos procesionales (entrada, presentación de dones, comunión) debe presentar las ideas claves de los tres acontecimientos celebrados este día. Se recomienda musicalizar el salmo y la respuesta de la oración de los fieles. Los cantos sugeridos son los siguientes:

* Entrada: Pueblo de reyes, Reunidos en el nombre del Señor, Juntos cantando la alegría, Hemos venido, Subamos (Alegres en hermandad).
* Canto a la Palabra: Tu palabra me da vida, Tu palabra Señor da la vida.
* Lavatorio de los pies: Ha llegado la hora, Amaos (Como el Padre me amó)
* Presentación de dones: Amémonos de corazón, Bendigamos al Señor, Como le pagaré al Señor, Un mandamiento nuevo, Este pan y vino.
* Comunión: Comiendo del mismo pan, Donde hay caridad y amor, Pan transformado, Doce hombres, Pescador de hombres, Gracias Dios.
* Traslado del Santísimo Sacramento: Cantemos al amor de los amores.
* Hora Santa: Pangue lingua (Al Divino Sacramento), Alabado sea el Santísimo.

Viernes Santo

La celebración de este día se centra en la pasión y en la señal de la muerte gloriosa: la Cruz. No es un día de luto, sino de amorosa contemplación de la muerte victoriosa del Señor. La estructura de la celebración es muy simple y expresiva: la Liturgia de la Palabra, la Adoración de la Cruz y la Comunión. No hay rito inicial porque seguimos en el mismo día celebrando el Triduo Pascual; por lo anterior, no hay canto de entrada. El silencio premia durante toda la celebración.

El tono que se propone para este día es sobrio y meditativo, con melodías sencillas, tranquilas y que inviten a profundizar en el amor salvador de nuestro Dios. La música debe expresar el dolor por la pasión y la muerte del Señor. El texto debe resaltar el sacrificio ofrecido por Jesucristo. Debe presentar, además, un mensaje de esperanza en Dios, desde el cual se comprenda este doloroso acontecimiento que ha traído la redención de la humanidad. Los cantos sugeridos son los siguientes:

* Canto a la Palabra: En Dios pongo mi esperanza.
* Adoración de la Santa Cruz: ¡Victoria!, Tú reinaras, Perdona a tu pueblo, Venid, ¡oh! Cristianos, Por Tu agonía en el huerto.
* Comunión: No podemos caminar, Donde hay caridad y amor, Comiendo del mismo pan, Tu Sangre inocente.

Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor

Vigilia Pascual
El tono de este día es supremamente festivo, pleno de dicha y alegría. La música debe expresar todo el gozo por la resurrección del Señor, quien ha vencido la muerte y ha otorgado la salvación a todos los hombres. El texto de los cantos debe resaltar el triunfo del Señor frente a la muerte.

Se sugiere la proclamación cantada del “Pregón Pascual” con los cirios encendidos. No se debe cambiar los Salmos que están cuidadosamente seleccionados; se invita, en lo posible, a cantar las respuestas y a proclamar las estrofas. El canto del Gloria y del Aleluya son muy importantes esta noche y todo el resto del tiempo Pascual. Los cantos sugeridos son los siguientes:

* Procesión del cirio pascual: No hay canto.
* Liturgia de la Palabra: Salmos y la antífona evangélica “Aleluya, aleluya, aleluya” que en esta ocasión es todo un salmo.
* Liturgia bautismal: Si hay bautizo o si se bendice la fuente bautismal se cantan las Letanías de los Santos? durante la aspersión del agua bendita se sugiere: Un solo Señor; Bautízame, Señor.
* Presentación de dones: Aleluya (6), el Señor resucitó; Cantad, gozad? Vive Jesús.
* Comunión: Resucitó, Cuando la aurora nacía, Que mañana de luz, El Señor resucitó, Cantad hermanos.
* Canto de suplementario de despedida: Hoy el Señor resucitó.

Misa del día:
* Entrada: Vamos cantando al Señor, Alegre la mañana, Iglesia peregrina.
* Presentación de dones: Por los niños que empiezan la vida, De manos extendidas.
* Comunión: ¿Qué has visto María muy temprano en la mañana?, Aleluya al Señor, La fiesta del Señor.
* Canto suplementario de despedida: Este es el día.

Nuevamente les invitamos a escribirnos para solicitar música y letra:
comisionarquidiocesanadeliturgia@yahoo.com

* Directora Coro Arquidiocesano y miembro de la Comisión Arquidiocesana de Liturgia - anjemani@yahoo.com

¿FUE JESÚS UN IMPOSTOR?


Autor: www.clerus.org
(Tomado de Catholic.net)

El juicio de la historia es plenamente positivo para Jesús. En primer lugar es la única figura histórica que ha hecho que ésta se centre en Él, ya que la historia se divide en A.C. o D.C. En segundo lugar, es su doctrina la que ha influenciado definitivamente en la conciencia humana a través de los siglos, por defenderla han sido infinidad de mártires, por su amor millones han dejado todo.

Dejando aparte la historia, podemos analizar la personalidad de Cristo como nos la describen los evangelios. Es impostor el que busca su propio interés, el que engaña al prójimo para alcanzar un fin. Jesús, por el contrario, jamás utilizó su prestigio para obtener ventajas de ninguna clase, su comportamiento siempre fue sincero y leal.

La santidad de Jesús es un hecho único en la historia; sólo Él pudo decir: "¿Quién de vosotros me acusará de pecado con razón?" (Jn. 8,46) . Tampoco Jesús es un iluso, lo prueban su perfecto equilibrio mental y su constitución física, de naturaleza atlética. Jamás sufrió enfermedad alguna, ni crisis nerviosa. Durante su vida pública y su Pasión demostró su fortaleza física, nunca perdió el equilibrio ni la serenidad y siempre fue dueño de sus sentidos.

Jesús siempre fue consciente de tener un fin en la vida, del deber de realizar la misión encomendada por el Padre: salvar al mundo mediante su pasión y muerte. Jesús no lo olvida ni un momento. Varias veces el Evangelio nos narra tentativos para hacerle desistir de su empresa, y cada vez Jesús supera el obstáculo con una afirmación férrea de su voluntad. El último asalto lo recibió Jesús de su misma naturaleza durante el episodio de Getsemaní: "...y comenzó a sentir terror y abatimiento" (Mc. 14,33). Pasado el momento de decaimiento recobra plenamente el dominio de sí. Si en la vida de Jesús no hubiese existido este episodio, quizá hubiésemos creído que era un insensible. Sus sentimientos ante la muerte revelan, por el contrario, la inmensa carga emotiva de su naturaleza humana.

Jesús une al heroísmo de la voluntad, una extraordinaria lucidez de ideas; siempre ve lo esencial, lo importante. Ante todo su inteligencia va unida a un perfecto equilibrio que demuestra tener especialmente en los momentos de prueba y de triunfo, y en su compasión ante las miserias ajenas.

A través de la Pasión, Jesús demuestra su dignidad y su entereza; desde el momento de su prendimiento hasta el último suspiro, ni una palabra, ni un gesto revela en Él debilidad ni decaimiento. Si se compara a Jesús con otras grandes figuras históricas podemos ver que sobrepasa a todas. A Buda le falta la fuerza de voluntad, a Laocoonte le falta finalidad a su sufrimiento, Sócrates carece por completo de confianza en Dios y de una actitud comprensiva hacia sus enemigos.

Tenemos que concluir diciendo que un impostor o un iluso no actúa como Jesús, y que debe ser lo que Él afirma. Sólo Dios nos puede dar pruebas más fuertes.

PARROQUIAS: AYER Y HOY DE LA FE


UNIDAD PASTORAL SAN RAFAEL ARCÁNGEL
URBANIZACIÓN NORMANDÍA (SOLEDAD)

LA EXPANSIÓN DEL PUEBLO DE DIOS

Por JULIO GIRALDO *

El crecimiento de Barranquilla y su área metropolitana se extiende por todos los puntos cardinales y, a la par de ese crecimiento, la Iglesia Católica sigue creando nuevas parroquias en barrios y urbanizaciones sin importar el lugar o estrato social a que pertenezcan.

Hoy presentamos a nuestros lectores la historia de una naciente parroquia creada por decreto de Monseñor Rubén Salazar Gómez el 24 de enero del presente año, pero con una historia que se remonta 20 años atrás cuando los primeros habitantes de Villa Soledad, llegados de distintas regiones del país y llevados por su necesidad, invadieron el lugar ya que, aparentemente, esos extensos terrenos enmontados, abandonados de la mano del hombre, llenos de arroyos, caños, y toda clase de animales, no tenían dueño; allí cada familia fue clavando estacones y con plásticos y cartón se cubrían del sol y de la lluvia. Fueron tiempos muy difíciles, la energía eléctrica la traían con cualquier alambre desde sitios muy distantes, igual ocurría con el agua que tomaban de un tubo madre que suministraba el servicio para Galapa. Estos habitantes, con la ayuda de un experto en perforación de tubos, conectaron un grifo y construyeron un poso en donde la gente hacia fila para recoger el precioso liquido; cada día, más y más invasores llegaban y las necesidades iban creciendo, pero también se notaba “un aparente progreso,” ya que muchas familias pudieron cambiar el cartón y plástico de sus tugurios, por ladrillo, madera y eternit, gracias a los ‘politiqueros’ de turno quienes entregaban estos materiales a cambio de votos; pero lo más admirable de todo es que, faltando un puesto de salud, puesto de policía, sin tener agua, ni luz ni teléfonos, mucho menos vías de penetración, a ellos esto parece no importarles, pues lo que más les preocupaba era la falta de una capilla y un sacerdote que en medio de su pobreza los acompañe. Ésta motivación se atribuye al trabajo pastoral realizado en el sector por un grupo de religiosas y laicos que con mucha frecuencia visitaban la urbanización y hasta natilla, hayacas y regalos les llevaban cada diciembre.

Transcurridos 10 años -estamos hablando del año 1994-, el padre Víctor Tamayo estaba como párroco de la iglesia del Divino Niño, y desde allí el que nació y se ordenó para servir a sus semejantes llega a Villa Soledad, escucha la voz de la comunidad y de inmediato entra en contacto con el que dice ser dueño de un pequeño terreno, lo compra y comienza a enviar los materiales que el lograba conseguir tocando puertas todos los días; la casita se construyó y llegan los misioneros redentoristas encabezados por el padre Pablo Patiño; estos misioneros se encargan de seguir abriendo el sendero, van casa por casa anunciando el evangelio y mostrando caminos para la redención espiritual y material de la nueva comunidad.

En el año 2000, la Arquidiócesis de Barranquilla tiene una transformación total y esta pequeña comunidad con su capillita pasó a ser célula pastoral de la parroquia de San Marcos Evangelista y llegó como párroco el padre Dimas Fernández, quien continuó con el trabajo pastoral que ya habían iniciado los redentoristas, encontró una comunidad muy bien formada y motivada, dispuesta y firme para sacar adelante el proyecto de construir una iglesia con la que se puedan sentir como una verdadera comunidad eclesial. No es fácil, no hay terreno, es un barrio económicamente muy pobre, allí nadie es adinerado, viven de sus empleos o del rebusque diario, pero el padre Dimas sigue animándolos y deja la comunidad ya más estructurada y hace las primeras gestiones de un terreno para la iglesia. El lote más apropiado y disponible que encontró era un botadero de basuras y con muchos problemas de propiedad, razón por la cual Monseñor Víctor Tamayo buscó por aire, mar y tierra al verdadero dueño hasta que lo encontró; era el señor Eliécer Srreyner, con quien conversó y, finalmente, el terreno fue donado para la iglesia. Luego llegó el padre Julio César Ruiz, quien también hace su aporte espiritual, dirige, anima y consolida los grupos apostólicos que hoy ya están formados y trabajando al ritmo de la misión arquidiocesana.

LA PARROQUIA HOY

Al llegar a la Urbanización Normandía se palpa un gran progreso, sus habitantes han venido lentamente mejorando sus viviendas, y ya es otro el ambiente que se vive; en el campo espiritual, estas gentes le dan a uno una gran lección, pues una parroquia no es solamente una iglesia material, sino una feligresía bien estructurada, motivada y sedienta de Dios. Esto fue lo que percibimos en la unidad pastoral San Rafael Arcángel; no existe templo material, púes es apenas una muy pequeña capillita, no hay despacho parroquial, tampoco casa para vivienda del sacerdote, pero si un grupo numeroso de hombres y mujeres que hacen parte de todas las estructuras de la misión arquidiocesana, existe también la Legión de María, grupos de oración y todas las congregaciones propias de una parroquia; con orgullo visten camisetas blancas con el logotipo de su parroquia.

Allí, en un amplio terreno en donde con la ayuda de la familia Abuchaibe construyen su templo, a pleno sol esperan al reportero del Kairós para contarle sus luchas, angustias y satisfacciones. Al frente de tan especial comunidad, se encuentra el joven seminarista Jesús Eduardo Pérez, quien ya realizó sus estudios de filosofía y comenzó teología en Ocaña, pero por su gran espíritu misionero decidió hace dos años hacer su experiencia pastoral en está comunidad a la cual pertenece. Su trabajo es calificado por la comunidad como extraordinario, él es el cerebro y guía de la construcción del templo que ya cuenta con todas sus columnas de concreto en pie y listas y para recibir la estructura de hierro que soportará el techo. En la parte espiritual, Jesús Eduardo organizó la primera fiesta patronal, hizo conocer las virtudes del santo patrono y continuamente se encuentra animando la fe de la comunidad; es tan grande la vocación sacerdotal y misionera de este joven, que acaba de aplazar su reingreso al seminario hasta no terminar la construcción de la iglesia para su barrio.

Hasta hace pocos días el padre Arturo Rey celebraba las eucaristías, administraba los sacramentos y ayudaba mucho a toda la comunidad; con fecha reciente, el señor Arzobispo nombró como párroco en propiedad al padre Dimas Fernández quien llega con mucho amor y entusiasmo a ponerse al frente de su nuevo rebaño, teniendo en cuenta que Dios le ha concedido el privilegio de poder continuar y concluir la obra que él empezara años atrás, cuando era párroco de San Marcos Evangelista. La feligresía de la naciente parroquia se encuentra feliz y le da gracias a Dios por tantas bendiciones para la comunidad; por fin tendrán la celebración de la Semana Santa completa con párroco en propiedad y, muy pronto, estarán inaugurando y bendiciendo su templo que es fruto de la generosidad de la familia Abuchaibe, y del trabajo y sacrificio de cada uno de sus habitantes que desde su pobreza dieron todo lo que tenían para Dios.

* julioetica@yahoo.com

NO BASTA SABER QUE JESÚS RESUCITÓ


Por JUAN AVILA ESTRADA, Pbro. *

¡¡HA RESUCITADO EL SEÑOR!! Cuánto necesita el mundo conocer esta gran verdad. No sólo porque ella ha sostenido la fe de la Iglesia durante 20 siglos, sino porque los oídos de los hombres requieren saber que la esperanza no ha muerto y que aquello que creíamos irremediable, la muerte, tiene solución en Jesús.

Desde que volvimos a cantar el Aleluya en la liturgia cristiana, el énfasis de nuestras celebraciones ha estado en este punto central de nuestra fe: si Cristo no hubiera resucitado vana sería nuestra esperanza. Pero, no es sólo eso… no es únicamente el poder entonar el Gloria ni cantar la aclamación del Aleluya; es mucho más que eso, es saber que la resurrección de Jesús es la posibilidad de hacer propia su vida en la mía.

Mirémoslo de esta manera: desde niños nos han enseñado que Jesús murió y resucitó por nosotros. Eso lo creemos. Pero no es suficiente creerlo porque corremos el riesgo que se convierta en una idea más aprendida de memoria que en nada afecta nuestra vida personal. Hoy no basta SABER que Jesús resucitó como acontecimiento de la historia pasada, hoy es importante permitir que esta vida suya se actualice de tal manera en la mía que haga siempre de nosotros (de cada uno) personas completamente renovadas. Eso que tanto deseamos y que a veces nos piden quienes nos aman: “cambiar, cambiar, cambiar”, es viable solamente cuando el Jesús de ayer se hace HOY para transformarme. Ese que colgó de la cruz también descendió de ella, pero no por la instigación de los fariseos para demostrarles que era realmente el Hijo de Dios, sino por el poder del Padre que permitió llevarlo hasta la experiencia de la muerte para demostrarnos que aquello que más tememos ha sido vencido de manera definitiva con la exaltación y la glorificación del Hijo del hombre.

Las vendas, signo de ataduras; el lienzo, símbolo del enmascaramiento caen para siempre. Todo queda enrollado en la tumba para dar paso al nuevo hombre, al nuevo hijo de Dios. Es imposible que a partir del conocimiento y de la experiencia de la resurrección de Jesús, permanezcamos impávidos como si no tuviera que ver con nosotros; ahora es realmente cuando empieza a hacer historia con el hombre, no para construírsela sino para permanecer a su lado como testigo de lo que cada uno es y hace y la manera como vamos escribiendo las líneas de la propia vida.

Si Jesús resucitó fue para que Dios no tuviera que hacer las cosas por nosotros, para no tener que manejar al hombre como un títere ni tomar determinaciones por él como si hubiera creado idiotas en vez de seres racionales y libres. Si Jesús resucitó fue para dimensionar el valor de lo que poseemos y captemos que vivir no es respirar ni morir dejar de hacerlo, sino que la vida como don está dada también para donarla y hacerla prosperar en la oblación. Es que no es posible vivir ni morir para sí mismo, sino hacerlo todo por Él con Él y en Él como decimos en la doxología eucarística. Cristo resucita para que quienes creemos en su Palabra sepamos auto determinarnos y seamos aurigas de nuestro carruaje.

Parodiando a Agustín de Hipona, podemos afirmar que “aquello que somos sin ayuda nuestra no podemos llevarlo a plenitud sin la libertad nuestra”. ¿De qué otra manera entonces podríamos entender la vida nueva en Jesús resucitado? ¿Acaso no más como la opción de poder hacer con nosotros lo que queramos sin tener que responder por ello o más bien como el resultado final de haber vivido tan plenamente (que no significa exitosamente) la vida, que la resurrección propia no sea el premio al mérito sino consecuencia lógica de haber llegado a ser lo que se tenía que ser?

Déjeme decírselo de esta manera: Dios siempre ha soñado con el hombre hecho a semejanza de su Hijo Jesucristo. Esto no quiere decir parecernos a Jesús (fracasa quien lo intenta pues Jesús es uno solo y nadie como él ni como tú o como yo), sino llegar a ser tan plena y perfectamente nosotros mismos que lleguemos a ser únicos e irrepetibles como él lo es. Llega a ser como Cristo el que aprende a ser original como Cristo. Eso es lo que produce la vida nueva. Resucitar no es levantarse nuevamente de la tumba como lo hizo Lázaro o el hijo de la viuda de Naím o la hija de Jairo; no es tampoco estar ante la presencia de Dios como espíritus alados como si fuéramos ángeles. No es volar en el aire sin identidad perdiéndonos a nosotros mismos.

Resurrección, vida nueva, es plenitud de vida según el modelo primigenio que Dios tenía en su mente y en su corazón desde el día que soñó despierto con nosotros y ya conocía hasta nuestro nombre por raro e inventado que fuera. Resurrección es más que volver a la vida, más bien lo llamaría un “volver a vivir” después de haber gustado y saboreado y desarrollado esta preciosa vida terrena que Dios nos ha dado para compartir y amar. Resucitar es ser lo que se debe ser desde el plan de Dios no por el resultado de nuestras obras, sino por toda la dedicación y la convicción de haber hecho lo que se tenía que hacer y haber agotado todos los medios e invertido los talentos para llegar al resultado final que sólo Dios puede esperar. Por esto y más, es difícil captar con el entendimiento qué fue exactamente lo que “vieron” los discípulos de Jesús cuando él se les apareció en repetidas ocasiones. Si lo “vieron” ¿por qué no lo vieron los demás? Cómo hubieran quedado boqui abierto los sumos sacerdotes o Poncio Pilato o los soldados que lo azotaron y se burlaron de él. Pero no. No era ni remotamente posible para estos hombres “ver” a Jesús resucitado. Es que para contemplar la resurrección se requiere que el vidente haya tenido una experiencia de transformación interior tan profunda que sea capaz de cerrar los ojos para captar con el corazón.

Lo que aquellos humildes hombres pudieron ver no fue un cadáver que había vuelto de entre los muertos (una experiencia de esta manera debe ser realmente aterradora); sino un ser tan humanamente perfecto que se hacía deseable poder vivir lo que él estaba viviendo. Jesús resucitado es el espejo donde podemos mirarnos para encontrar en él lo que anhela nuestro corazón. La búsqueda de la satisfacción de todos los deseos naturales y sobrenaturales se condensan en este maravilloso hombre que al “levantarse” de la tumba devolvió la esperanza al mundo y lo hace saltar de un gozo indecible cambiando su luto en danza y sus lágrimas de tristeza en llanto de alegría.

* Párroco de San Carlos Borromeo y Padre Nuestro

FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA


Por Fray GILBERTO HERNÁNDEZ GARCÍA, OFM *

El documento de Aparecida, al hablar sobre la dignidad y participación de las mujeres, señala que ellas son corresponsables “junto con el hombre, por el presente y el futuro de nuestra sociedad humana”. Sin embargo, los obispos latinoamericanos lamentan que innumerables mujeres de toda condición no sean valoradas en su dignidad: muchas “son sometidas a diversas formas de exclusión y de violencia en todas sus formas y en todas las etapas de sus vidas. Entre ellas, las mujeres pobres, indígenas y afroamericanas han sufrido una doble marginación”. Por eso, afirman, es necesario “superar una mentalidad machista que ignora la novedad del cristianismo, donde se reconoce y proclama la igual dignidad y responsabilidad de la mujer respecto al hombre”.

Salta a la vista, pues, que muchas mujeres se encuentran en una franca desventaja frente a su contraparte. Y esto se hace más evidente cuando traemos a colación números que nos hablan de esa doble marginación a la que aluden los obispos en Aparecida. Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) la mayoría de los 1.800 millones de personas que viven con 1 dólar o menos al día son mujeres: se habla que representan cerca del 70% de ese universo.

A este fenómeno se le ha dado por llamar "feminización de la pobreza" e implica, además de la connotación económica, el crecimiento de la proporción de mujeres entre la población pobre: así se habla de un proceso, “no simplemente un estado de cosas en una coyuntura histórica particular”, con una tendencia a que la representación desproporcionada de las mujeres entre los pobres aumente progresivamente. Otro hecho relevante es el sesgo de género de las causas de la pobreza: mujeres y hombres tienen roles y posiciones diferentes en la sociedad, y se constata una incidencia distinta de la pobreza en ambos, como un resultado inevitable de este hecho; aparejado a lo anterior se evidencia una mayor exposición de las mujeres a la pobreza, debido a los enormes niveles de inseguridad, precariedad y vulnerabilidad que sufren por su posición subordinada a los hombres en el sistema de relaciones de género.

Sabemos que el término “pobreza” tiene dificultades para precisarlo; generalmente suele ser vista en términos monetarios, es decir, atendiendo a los ingresos de la gente y sus posibilidades de consumo en el mercado. Sin embargo, la pobreza, es un tópico multidimensional que va más allá de esa visión simplista y reduccionista: tiene que ver con el acceso a bienes y servicios necesarios para la satisfacción de las necesidades humanas, que también incluye recursos culturales, autoestima, disponibilidad de tiempo, de espacio, de ocio, de libertad, de derechos políticos, entre un continuado etcétera.

El citado informe de la PNUD señala que muchas mujeres que viven en la pobreza en todo el mundo, “a menudo se ven privadas del acceso a recursos de importancia crítica, como los préstamos, la tierra y la herencia. No se recompensa ni se reconoce su trabajo y sus necesidades en materia de atención de la salud y nutrición no son prioritarias, carecen de acceso adecuado a la educación y a los servicios de apoyo, y su participación en la adopción de decisiones en el hogar y en la comunidad es mínima. Atrapada en el ciclo de la pobreza, la mujer carece de acceso a los recursos y los servicios para cambiar su situación”.

La feminización de la pobreza —contrario a lo que muchos piensan— no es sólo resultado del creciente número de hogares “monomarentales” o sea, los sostenidos por mujeres solas; tampoco es sólo cuestión de acceso al empleo: es un fenómeno con mayor profundidad que amerita ser atendido con sumo cuidado por todos los más diversos actores y sectores de la vida pública. De ahí que la superación de esta situación no pueda darse con la simple inserción de las mujeres en el mercado laboral, sino a partir de un cambio profundo de las estructuras básicas de funcionamiento del actual sistema socioeconómico y cultural basado en arraigadas relaciones de poder patriarcales.

* alvinxxi@yahoo.com.mx

YUSTI SÁNCHEZ: "DESPUÉS DEL CÁNCER, LA VIDA ES MEJOR"


Aunque son muchos los buenos resultados que ha logrado con su voz al cantar para dar ánimo a otras personas y decirles, desde su experiencia misma, que la vida no acaba en una enfermedad, para Yusti Tamasco de Sánchez las cosas no han sido tan fáciles.

Su esposo, sus tres hijos y una nieta son los que componen el hogar de esta mujer luchadora. Todos ellos han vivido con el mismo sentimiento el proceso de salud de Yusti, apoyándola y consiguiendo que ahora la vida tenga un nuevo significado tanto para ella como para cada integrante de la familia.

Cuando Yusti se enteró que padecía de cáncer de seno no llegó a imaginar que Dios la iba a poner, en estos momentos de su vida, en las circunstancias en las que se encuentra. Una experiencia que le sirvió para acercarse más al Todopoderoso y servir por medio de la música al llevar un mensaje de fe, amor y vida.

Yusti es una mujer llena de mucha espiritualidad y ganas al servicio evangelizador. Desde su parroquia, la Unidad Pastoral Tres Ave Marías, participa en el ECAP y constantemente está invitando a todos sus vecinos para que realicen juntos las ‘asambleas familiares’.

Su motivación para hacer todas estas actividades en pro de los demás nació cuando todavía estaba enferma. “En esos momentos me quedaba todos los remedios casi sin usarlos, porque un día me mandaban una inyección, otro día me mandaban una pastilla y al día siguiente no me servía. Cada una era para los síntomas que se me presentaban, pero a diario me iban quedando muchas medicinas y fue por eso que pensé en lo bueno que sería tener un lugar o una casa donde se pudieran guardar y compartir con aquellos que no tienen o que no pueden comprarlas porque son muy costosas. Creo, entonces, que por ese lado fue que el Señor me tocó al pensar en los demás”, dijo sonriente.

En la Fundación Verónica Restrepo Muvdi esta católica dedicada asiste a los pacientes enfermos de cáncer y, sobre todo, a aquellas mujeres que viven esta dura enfermedad; Yusti les canta en ritmos conocidos letras que alegran sus corazones y que hacen que se olviden de la timidez y la tristeza que trae consigo el cáncer.

“Cuando conocí a Janrrieth Muvdi, directora la Fundación, yo tenía varias pañoletas, pelucas y sombreros, yo no sabía a quién darle todo. Nos unimos las dos e hicimos liga para empezar toda esta labor de llegar a las personas de los barrios del sur de la ciudad que no tienen recursos para comprar las medicinas y nosotras se las hacemos llegar”, destacó Yusti.

El que con su voz Yusti llegue a tocar los sentimientos más íntimos de los enfermos hasta el punto de cambiarles el ánimo es una ayuda muy particular. Algunos de los pacientes se muestran cohibidos por la enfermedad que sufren, pero a medida que van escuchando las reconfortantes letras musicales –otras veces un poco chistosas- se dejan atrapar por la familiaridad y la felicidad que transpira la cantante. “Cuando a uno le diagnostican una enfermedad como el cáncer, uno piensa que todo terminó; entonces las canciones motivan mucho a las personas que sufren. El Señor nos usa como instrumento, a mi me alegra mucho cuando veo alguna persona que está triste pero luego de que me escucha se ríe a carcajadas conmigo”, señaló Yusti dejando ver que sí es posible estar feliz en medio de una enfermedad y con la gracia del amor de Dios.

Los logros de esta cantante católica no fueron obtenidos sin ninguna ayuda. Su esposo, sus hijos, sus vecinos y todos sus amigos han apoyado esta causa; en la Fundación Verónica Restrepo Muvdi tiene muchas amigas que también han pasado por momentos difíciles con su salud. Ellas visitan con Yusti a las personas que siguen luchando contra el cáncer. Sin embargo, hay momentos duros según Yusti: “Cuando un amigo se va. Pero Dios nos da fuerzas para estar con ellos hasta el final. El Señor nos da la oportunidad de estar ahí, para apretarles las manos y decirle que siempre ocuparán un lugar importante en nuestro corazón”.

En la actualidad, Yusti promociona su disco ‘Volver a Vivir’ en el que se destacan canciones como: Ama a tu hermano, Instrumento de fe, Seguir riéndonos, Todo es posible en Él y Cuando llegues al cielo. Todas estas experiencias le han servido para decir con toda tranquilidad, seguridad, apego y mucho amor que después del cáncer, y con la ayuda de Dios, la vida es mejor.

TERCIARIAS CAPUCHINAS: CUMPLIENDO SU MISIÓN DE RELIGIOSAS EDUCADORAS


Por Hna. LÍA INÉS LOPERA M. *

El mundo se está hundiendo en el caos de la deshonestidad y de la violencia, el crimen organizado nos envuelve a lo ancho y largo de la patria y tenemos que aprender cómo dar una respuesta a la luz del Evangelio, cómo propiciar un cambio en nuestra sociedad desde la labor educativa que desempeñamos con esta niñez y juventud que Dios puso en nuestras manos, del odio al amor y de la confusión y amargura, a la alegría y esperanza. Sí, como mujeres educadoras tenemos que aprender y enseñar a curar estas heridas en los corazones humanos.

La mujer en general ocupa un lugar de privilegio y desempeña un papel decisivo en la historia, en la vida, en el trabajo y en el futuro del país, con mayor razón la religiosa educadora por su consagración y mística en esta noble labor. La mujer tiene inteligencia y grandeza de corazón capaces no sólo para las tareas ordinarias de la vida humana, sino para curar el odio y sanar la amargura del mundo que se destruye y desangra por la inversión de valores.

Como educadoras tenemos en nuestras manos el futuro de la sociedad y de la Iglesia. La patria espera hombres y mujeres renovados en el escenario humano, tenemos que educar las generaciones del mañana para asumir con valor y responsabilidad la tarea de luchar por una noble y urgente causa: ‘la defensa de la vida, la educación en valores de nuestra niñez y juventud’; ellos serán los artífices de la paz en el mundo, del amor, de la fraternidad y de la amistad, así como también hoy pululan los artífices del desorden, de la guerra, de la violencia y de la revolución. Hay que construir un mundo nuevo donde haya justicia, libertad, respeto a la dignidad de persona humana, amor y paz.

La mujer consagrada puede y debe ser la bandera de esta revolución pacífica que se realiza en el corazón de nuestros educandos, ella lleva a las aulas esta bella y sublime pedagogía del amor, legado precioso de todos los Fundadores, en especial de Nuestro Venerable Padre Luis Amigó quien con visión futurista se adelantó a los signos de los tiempos y plasmó en todos sus escritos la profunda vivencia de su espíritu, la pedagogía del Evangelio, única capaz de transformar el mundo.

Nuestra responsabilidad como maestras es muy grande, no sólo ilustrar las mentes, sino educar y formar a las alumnas para la tarea que la patria espera de ellas y para que ellas sean agentes de cambio en la educación, con criterios cristianos, espirituales y a la luz de una doctrina que sea promotora de renovación y cambio personal, social y político.

Los profesores de nuestros colegios deben ser íntegros en toda la extensión de la palabra, que marchen al unísono con la filosofía propia de nuestros planteles educativos, capaces de influir en las aulas y en la mente y el corazón de los alumnos; el educador debe formar cristianos auténticos, ciudadanos honestos, hombres y mujeres que amen su patria y que trabajen por promover una sociedad justa y libre de odio, de la ambición, del dinero fácil, que generan violencia y desorden; que hagan próspera y feliz la tierra de sus mayores en la cual se rinde culto a Dios y florezca la solidaridad y consagración al trabajo, a la investigación científica, al estudio, caminos de prosperidad.

El Magisterio es un verdadero sacerdocio y no puede asumirse sin un gran espíritu de responsabilidad y abnegación; hay que tener mística para la noble tarea de educar, esto vale mucho más que todos los títulos académicos y que todos los escalafones, también necesarios, pero que sin una mística responsable y abnegada, se caería en una miserable actitud de mercenario. Para un buen maestro cada ocasión es propicia para sembrar la semilla de la paz, la justicia, la verdad y el amor; para educar, para formar, estimular la creatividad de los alumnos y encontrarnos con ellos en un ambiente de simpatía y de amistad, para crear en el colegio una sólida comunidad educativa en ambiente de alegría, de solidaridad y de servicio.

Somos o nó somos. Si lo primero, dediquémonos en la talidad de nuestro ser de educadoras a la tarea de guías, de orientadoras, de servidoras; si no, no profanemos el templo de la sabiduría, no engañemos a los padres y al alumnado, no comprometamos el futuro de la sociedad, de la Iglesia y de la juventud. Quien no ve en el alumno sediento de amistad y de verdad la imagen de Dios vivo, no tiene vocación ni le obliga la profesión de educador. Llenémonos de esa esperanza profética que anuncia activamente la posibilidad de una humanidad diferente poseída cada vez más por la necesidad de ser portadora y realizadora de valores, entre otros: el amor, la solidaridad, la tolerancia, la responsabilidad y el compromiso.

El testimonio de educadores que viven lo que dicen, que hacen lo que hablan, es indispensable para que los seres humanos, niños, jóvenes y adultos aprendan lo que viven. El futuro está en nuestras manos y es ahora; y de alguna manera ahora lo estamos construyendo.

* Terciaria Capuchina.

VOCACIÓN: UNA PALABRA QUE DEFINE TU VIDA


Elkin y Fanny, dos jóvenes creyentes en Dios entregaron sus vidas al Todopoderoso sin importar lo que pasara. La abuela de él lo llevaba desde los 4 años a misa, de allí su gran interés por la vida religiosa; ella, por su parte, casi se va para África con una comunidad religiosa. Dos vidas distintas, pero una misma vocación. Ellos se atrevieron ¿Y tú?

Por CARLOS MARIO CASELLES *

Dios desde siempre ha llamado al hombre y a la mujer para que cumplan una misión en la vida. La Biblia dice que nosotros desde antes de estar en el seno de nuestra madre, ya Él nos había consagrado y elegido para una misión clara.

En la vida sacerdotal, el Señor puede ir revelando esa misión en cualquier momento, como le pasó a Elkin Mario Cabrera, quien desde muy niño y a medida que iba creciendo el Señor mostraba signos en su vida. Ser acólito en su parroquia Nuestra Señora de Guadalupe desde los 8 años, determinó el gusto por la vida sacerdotal; un interés que comenzó gracias a su abuela. “La que me empezó a llevar a misa fue mi abuela, como mis papás no me llevaban a misa y tenía la Iglesia Guadalupe allí cerquita, me ponía en la puerta y los cantos se escuchaban desde mi terraza. Mi abuela me dice que cuando ella me llevó a la iglesia yo le señalaba el altar y decía que quería estar allá”.

Ese interés lo seguía teniendo a los 16 años y, al darse cuenta que era algo serio, le dijo sí a Dios. “Respondí a ese llamado, con alegría, con generosidad; porque descubrí en el Señor esa persona que llenaba todo mi ser, esa persona que llenaba toda mi vida. Porque la realización de mi vida, la verdadera felicidad la encontré en Jesucristo”, dice alegremente este joven seminarista.

Por su parte, Fanny Orozco descubrió su llamado mucho más tarde, gracias a su director de grupo; fue cuando cursaba los dos últimos años del bachillerato en su natal Candelaria. En la Eucaristía ella solía encargarse de toda la parte de la liturgia y, en mayo, del rezo del rosario por el mes de la Virgen.

Luego de una conversación en el salón en el que se definía el perfil de cada uno, el profe, como le llamaba de cariño, le dijo que la veía de religiosa. Fue así como empezó a dictar catequesis en la preparación de los niños para las primeras comuniones del colegio y también se unió al grupo juvenil de la Parroquia San Vicente Ferrer del Municipio de Candelaria. Al tener un roce con la vida parroquial, la hermana Micheline Towanou llegó a Candelaria y demoró un fin de semana. “Empezamos a trabajar con ella el grupo juvenil y la vida de religiosa desde allí me interesó más, porque ya al ver como trabaja una hermana, en este caso como misionera, me fue llamando la atención”.

Inició su proceso con esta comunidad africana, llamada las Oblatas Catequistas de los Pobres. Al empezar este proceso su mamá no quería, pues temía perderla, ya que ella creía que su hija se iría al continente africano. Sin embargo ella continuó. Posteriormente a su vida llega el padre Mauricio Rey, que al conocer la preocupación de su mamá, la presenta con la hermana Úrsula González, quien pertenece a la comunidad Hermanas de la Caridad Dominicas de La Presentación. Su proceso ha durado desde ese entonces, agosto de 2007, hasta hoy día en el Colegio Lourdes de Barranquilla, institución dirigida por dicha comunidad.

Por el trabajo de sus padres, Elkin terminó su bachillerato en el Colegio Corazonista de Bogotá. En el 2007 cuando se vino para Barranquilla, llegó con la decisión firme de entrar al seminario, un reto que venció con mucha oración y el apoyo del Padre Diógenes Marrero. “Yo le vine a decir a mis papás un poquito antes de graduarme, porque ellos estaban insistiendo en preguntarme: -¿Elkin que vas a estudiar?- Pero yo, por temor a lo que me iban a decir ellos, no lo quería expresar. Hasta un día que mi mamá se me acercó y me dijo: Elkin tú quieres ser sacerdote. Y yo le pregunté: -¿Tú en qué me ves en un futuro?-, y me dijo: -Bueno yo creo que tú puedes ser sacerdote, porque nosotros siempre te hemos visto en eso. Entonces yo le dije: -Ah bueno, eso es lo que quiero ser y gracias por decirlo, porque no lo tengo que decir yo”, refiere entre risas.

LA VIVENCIA DEL PROCESO

Ambos, como todos los que han escogido esa vida, han llevado un proceso de discernimiento vocacional. Fanny, quien se encuentra en la cumbre de su proceso, aprendió a conocerse así misma, distinguió las diferentes facetas que están en la vida: la vocación al matrimonio, la de soltera y la vocación religiosa; por supuesto, decidió ésta última esta estudiante de VII semestre de Comunicación Social y Periodismo, quien vio en dicha profesión una mejor forma de evangelizar y entregar la Palabra de Dios.

Elkin lo llevó a cabo en el círculo vocacional de la Vicaría Espíritu Santo, en el que todos los delegados vicariales entregaron herramientas para discernir de una mejor forma a ese llamado que el Señor les hizo. Retiros, visitas al seminario, convivencias y su paso por Jornada de Vida Cristiana, ayudaron a que tomara más convencido tal decisión.

A pesar de que los molesten sus amigos, a él diciéndole ‘padre’ o a ella ‘monja’ desde antes de tiempo, sus corazones están entregados a Dios cada vez más. “Mi invitación es que respondan al Señor sin miedo, sin prejuicios, generosamente y estar disponibles, abiertos a su opción para que Él haga de nosotros lo mejor”, expresa Elkin convencido de su vocación.

Gracias a las experiencias espirituales que han tenido, tampoco dudan un segundo en el compromiso que deben llevar en su vida sacerdotal y religiosa. ”Sigan lo que su corazón dice… díganle como Samuel: ‘Habla Señor que tu siervo escucha’, o como nuestra Virgen María: ‘Heme aquí según tu palabra’. Que seamos como María y le digamos ese sí eterno que nunca se acaba”, puntualiza Fanny.

* Jornadista – Estudiante de VIII semestre de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Autónoma del Caribe.

EL RINCÓN DE PABLITO


GUILLO EL MONAGUILLO

Liturgia de la Eucaristía: Consagración
Terminado el canto del Santo, inicia el momento central de la Eucaristía. Comúnmente es llamado consagración. El pan y vino, antes presentados, dejarán de ser simple pan y vino, para ser Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

No sé cómo explicarles lo que sigue en la misa. ¡Ah, tengo una idea! Cuando asistas a la Eucaristía está muy atento cuando el sacerdote diga: “Santo eres en verdad… por eso te pedimos que con la fuerza del Espíritu Santo…” Te darás cuenta que el sacerdote junta las manos haciendo como especie de una paloma. Esto es signo de que está pidiendo que por la fuerza del Espíritu Santo se conviertan el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre del Señor.

Asiste a la Eucaristía y presta mucha atención a cada uno de los signos que hay en ella. Nos vemos en la próxima.

REUNIÓN IMPORTANTE

Delegados y comités de pastoral infantil están invitados a una reunión para el día sábado 29 de marzo de 9:00 a 11:00 de la mañana, en el salón parroquial de la Catedral.

sábado, marzo 08, 2008

NUESTRA PORTADA


EL SERVICIO AL PUEBLO DE DIOS:...EL DESTINO DE UNA MUJER
Hace 7 años y medio, cuando la hermana Rosa María Arouna hizo su maleta para emprender el viaje de África...

SEPARATA SEMANA SANTA
Prepararnos para vivir adecuadamente la Semana Santa debe ser un compromiso del pueblo católico.

ASOCIÉMONOS PARA EL BIEN
"Próximos a la celebración de la Pascua, este propósito adquiere un sentido especial. Reclame su afiche.

OTRA VEZ LA TUMBA DE JESÚS
La autenticidad del sepulcro de Nuestro Señor está garantizada por una tradición cultual y monumental desde el primer siglo.

SEMANA SANTA DESDE LA SOLIDARIDAD


A todos los atlanticenses la Iglesia nos invita de manera insistente a una Semana Santa de interiorización para meditar, paso a paso, el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Es el “tiempo favorable” que nos brinda el calendario litúrgico de la Iglesia Católica para dejarnos interpelar, desde la Palabra de Dios, sobre la vida tanto personal como de la comunidad. Por eso, el Misterio Pascual que celebramos es el misterio de Cristo Resucitado.

Que bueno es tomar esta Semana Santa para hacer, desde la fe, un buen examen de conciencia que nos cuestione sobre nuestras relaciones con Dios Padre, con Dios Hijo y con Dios Espíritu Santo, sin olvidar que en nuestra integralidad humana también entablamos relaciones con nosotros mismos, con el otro y con la naturaleza. Sin lugar a dudas, este ejercicio nos ayudará a sanar y corregir tantas aptitudes, gestos y hábitos que contradicen nuestra vida de creyentes en Aquel que nos ha salvado.

En estos días santos, la Iglesia nos hace un llamado a la conciencia moral y a nuestro comportamiento ético desde los principios del Evangelio; son días para vivirlos en familia, en silencio interior y exterior que favorezcan al espíritu humano a entrar en sintonía con el ‘misterio’ que se celebra. La Semana Mayor, más que envolverse en tradicionalismos, espectáculos religiosos, vacaciones o ‘parranda santa’, es entrar en el aposento de nuestra vida y Dios, que ve todo lo secreto, nos escuchará; es el llamado que Jesús nos hace para resucitar con él. La primitiva comunidad cristiana comprendió desde sus orígenes el ‘nuevo’ sentido para la Pascua Judía: “Purifíquense de la vieja levadura para que sean una masa nueva, ya que ustedes son ácimos. Pues Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado. Celebremos la fiesta, no con levadura vieja, ni con un fermento de malicia y perversidad, sino con ácimos de pureza y de verdad” ( 1 Cor. 5, 7-8).

Aunque sabemos que no es la única oportunidad para hacer el bien, estos días santos nos invitan con insistencia a compartir con los más necesitados, con aquellos que sufren y lloran en una sociedad que pareciera cada día marginar más a los pobres. Por eso, la Iglesia nos exhorta a hacer obras de caridad, entendiéndose la caridad no sólo desde el aspecto material, sino desde la SOLIDARIDAD, es decir, el gesto de escuchar, de buscar aquel que se nos ha perdido, del abrazo fraternal y reconciliador, en otras palabras es “colocarse en los zapatos del otro”. Precisamente en esto consiste lo que el Vaticano II llamó ‘Espiritualidad de Comunión’, y que más tarde Juan Pablo II, el Siervo de Dios, reforzaría diciendo: “Espiritualidad de la comunión significa, ante todo, una mirada al corazón sobre todo hacia el Misterio de la Trinidad que habita en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los hermanos que están a nuestro lado… es la capacidad de sentir al hermano de fe en la unidad profunda del Cuerpo místico y, por tanto, como uno que me pertenece.” ( NMI 43)

¡Que diferente será la Semana Mayor 2008 si logramos vivirla desde esta profundidad que la Iglesia nos regala en la celebración del Triduo Pascual!

OTRA VEZ LA TUMBA DE JESÚS


Por CLOTARIO HEMER CERVANTES, Pbro.

El año pasado, para esta fecha, escribí en Kairós un artículo en respuesta a una publicación que apareció en un diario de esta ciudad el 27 de febrero de 2007 con el título "Cineastas afirman haber hallado tumba de Jesús y su familia".

Precisamente en este mismo año el Miércoles de Ceniza fue el 21 de febrero, seis días antes de aparecer el artículo en mención. Noté que en este hecho había una relación bien planeada, no puramente casual. El inicio de la Cuaresma era un escenario apropiado a los que viven al acecho contra el cristianismo para lanzar sus dardos venenosos a la fe de los cristianos y, como en río revuelto a favor de los pescadores, aprovechar la ocasión para obtener jugosas ganancias con películas que cuestionan una inconmovible verdad sobre el Santo Sepulcro y, consecuentemente, sobre la Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

Por esta razón yo cerré mi artículo con esta predicción: "El año entrante veremos la sorpresa 'científica' de la próxima Cuaresma, sacada del congelador de hallazgos 'arqueológicos'". Estaba seguro que la Cuaresma de 2008 sería de nuevo escenario propicio para vender cine, obtener jugosas ganancias de la ingenuidad de los que se tragan los sensacionalismos, desacreditando verdades sólidamente poseídas desde milenios. Efectivamente, este año, seis días después del Miércoles de Ceniza, apareció de nuevo el tema del hallazgo de la tumba de Jesús en el mismo diario.
________________________________
Termine esta lectura en la edición 179 de Kairós.

CANTOS PARA EL DOMINGO DE RAMOS


Por ÁNGELA MARÍN NIEBLES *

La Semana Santa inicia con el Domingo de Ramos, una celebración que nos propone conmemorar la entrada del Señor a Jerusalén y profundizar en la Pasión gloriosa y amorosa de Jesucristo.

La conmemoración de la entrada del Señor a Jerusalén se puede realizar de tres formas: la procesión, la entrada solemne y la entrada sencilla.

LA PROCESIÓN
Para hacerla se necesitan dos lugares diferentes de celebración. Un primer espacio es aquel en el cual se congrega la asamblea, se bendicen los ramos y se inicia la procesión hacia el segundo espacio que es el templo o lugar de la celebración. Esta forma es muy expresiva debido a que nos invita a acompañar a Cristo aclamándolo con cantos de victoria y alabanza.

La pregunta sería ahora: ¿cuando se debe cantar? Los cantos se entonan durante la procesión, no durante la bendición de los ramos. El sacerdote rocía en los ramos el agua bendita sin decir nada, la asamblea debe mover los ramos y agitarlos en señal de aclamación a Cristo Rey.

Durante la procesión, los cantores, junto al pueblo, entonan canciones inspiradas en la siguiente antífona: "los niños hebreos, llevando ramos de olivo, salieron al encuentro del Señor, aclamando: ¡Hosanna en el cielo!", la cual se puede intercalar con los versículos del salmo 23.

Al llegar al templo se puede entonar un canto apropiado a la apertura de las puertas, por ejemplo: "Portones abrid los dinteles" u otro similar.

ENTRADA SOLEMNE
Se hace cuando no se dispone de un segundo espacio, diferente al templo, para congregar a la asamblea y bendecir los ramos. En este caso se escoge un lugar adecuado al interior de la iglesia o en el lugar de celebración para hacer la bendición de los ramos y leer el Evangelio. Desde allí el presidente y los fieles o algunos de ellos, siguen con sus palmas y cantos de aclamación cuando se haga la procesión hacia el altar.

En este segundo caso, los cantos se entonarán cuando se inicie la procesión. Deben estar inspirados en la antífona de los niños hebreos y en el salmo 23. Es importante que la asamblea aclame al Señor con sus palmas, ramos y cantos; por lo tanto, se recomienda ensayar y enseñar a la asamblea el canto seleccionado para que lo pueda entonar de manera unánime.
______________________________
Continúe la lectura de este artículo en la edición 179 de Kairós.

LA ORACIÓN EN LA CUARESMA


Fray Gilberto Hernández García, OFM *

Estamos viviendo el tiempo litúrgico de la Cuaresma, tiempo que nos invita o, como dice Benedicto XVI, “nos provoca a dar un impulso más decidido a nuestra vida cristiana” y nos prepara a las celebraciones de la Pascua. Es una valiosa oportunidad que nuestro Dios, Uno y Trino, por mediación de la Iglesia, nos brinda para volver a Él. Es muy cierto que todos los días son oportunos para intentar esta metanoia, este cambio de mentalidad, corazón y rumbo, sin embargo, como nos ha dicho san Pablo en la segunda lectura de la liturgia del Miércoles de Ceniza, “este es un tiempo favorable”, una gracia que no debe echarse “en saco roto”.

Durante estos cuarenta días escuchamos con insistencia el recurso a la oración, la limosna y el ayuno, como “medios” privilegiados en este itinerario. De ahí que un gran número de fieles católicos solemos pensar en ellas como obras piadosas y buenas que todo cristiano debe realizar, sobre todo en este período. Si bien este modo de ver las cosas es correcto, no es completo. Juan Pablo II, en más de una ocasión, al hablar sobre estos tópicos cuaresmales, había subrayado que “requieren ser comprendidos más profundamente si queremos insertarlos más a fondo en nuestra vida y no considerarlos simplemente como prácticas pasajeras, que exigen de nosotros sólo algo momentáneo”.

No podemos perder de vista que la Cuaresma sólo dura cuarenta días, en cambio, tender a Dios, es una tarea permanente; esto significa que es necesario convertirse continuamente. La Cuaresma debe imprimir su huella fuerte e imborrable en nuestra vida; debe renovar en nosotros “la conciencia de nuestra unión con Jesucristo, que nos hace ver la necesidad de la conversión y nos indica los caminos para realizarla”. En este sentido podemos reflexionar sobre el papel fundamental de la oración en el tiempo cuaresmal, entendido éste como un tiempo fuerte que tiene su cima y continuidad en la Pascua, y que nos sirve —permítaseme la analogía— de “entrenamiento” e impulso para la vida ordinaria. Es indudable que durante este tiempo de gracia, a muchos se nos despiertan los sentimientos religiosos y una de las primeras y más recurrentes acciones es la oración: buscamos ir a una iglesia, participamos de alguna liturgia, etc. Sin embargo, debemos tener claro que la oración más que una práctica o una acción aislada es una actitud ante y en la vida.

Esta época que nos ha tocado vivir está marcada fuertemente por una tendencia al secularismo, a echar de la vida pública y privada a Dios. Sin Dios se vive en la superficie, en la evasión, en la búsqueda desmedida del bienestar a costa de lo que sea, del poder, del prestigio y del placer por el placer. Incluso, aunque por tradición nos declaramos católicos, muchos asumen que son “creyentes pero no practicantes”, dando por resultado la búsqueda de una práctica religiosa “light”, sin compromiso. Estas situaciones, lejos de brindarle felicidad y paz interior a cada hombre y mujer, nos sumen en un sin-sentido, en un vacío existencial. Es en tal contexto que nos sale al encuentro este singular tiempo de gracia, para interpelar el sentido de nuestra existencia personal y colectiva.

La paradoja es que, queriendo o no, el hombre no puede vivir sin una referencia al Absoluto; necesita asirse de “algo” que le de, si no una certeza sobre la vida presente y futura, por lo menos “algo” que le marque el rumbo y le inspire esperanza. Es aquí donde el hombre, después de tanto buscar fuera, no le queda de otra y tiene que “doblarse sobre sí mismo”, es decir, reflexionar, buscar el referente que no encuentra en la estridencia de las bondades de la vida moderna. En este sentido “el encuentro que se produce, la referencia explícita y consciente a él, en los niveles profundos de la persona, es siempre una forma de «oración» o «contemplación» en el sentido amplio de la palabra. Orar, en este orden de ideas, es algo humano, muy humano, profundamente humano, que responde a una necesidad antropológica fundamental”.

Entonces se comprende que la oración, más que una serie de prácticas es un trato personal con Dios, desde las circunstancias particulares que cada uno vive en su día a día. Sustancialmente para el cristiano que quiere tomarse en serio este apelativo, el encuentro con Dios vivo a través de la oración es fundamental. Esto le pedirá al cristiano rescatar tiempos y lugares para estar con Él. Así expresaba santa Teresa de Ávila la experiencia orante: “tratar de amistad, estando muchas veces a solas con quien sabemos que nos ama”.

A través de una oración auténtica, sincera y asidua el cristiano aprende a reorientar en todo momento su vida y su actividad; porque por el cedazo del diálogo pausado con el Señor debe pasar la totalidad del hombre. Muchos personajes a lo largo de la historia han encontrado en la oración la experiencia de una vida plena; a través de ella se han encontrado a sí mismos; han descubierto el horizonte de la trascendencia como eje de su existencia, y ha sido para ellos la motivación para desgastarse por los más necesitados. La vida de los santos ha sido ésta: el equilibrio constante de una vida entregada gratuitamente y una vida interior plena, desarrollada en el íntimo diálogo con Dios.

Alguna vez el siervo de Dios, Juan Pablo II se refirió así: “A través de la oración, todo el mundo debe encontrar su referencia justa: esto es, la referencia a Dios: mi mundo interior y también el mundo objetivo, en el que vivimos y tal como lo conocemos. Si nos convertimos a Dios, todo en nosotros se dirige a Él. La oración es la expresión precisamente de este dirigirse a Dios; y esto es, al mismo tiempo, nuestra conversión continua: nuestro camino”. Ojala que en lo que resta de este tiempo de gracia, podamos irnos entrenando —o estrenando— en esta nueva actitud con constancia y fidelidad. Nuestra vida bien lo merece.

* Colaborador residenciado en México. alvinxxi@yahoo.com.mx

PARROQUIAS: AYER Y HOY DE LA FE


PARROQUIA SANTA MARIA MAGDALENA
MALAMBO: UNA POBLACIÓN DE FE Y EMPUJE

Por JULIO GIRALDO *

Hoy continuamos en el municipio de Malambo, que por su extensión y crecimiento, la Iglesia católica se ha visto en la necesidad de crear nuevas parroquias, conservando el templo de la parroquia madre del pueblo que es Santa María Magdalena. Esta hermoso templo espigado de arte gótico, se erige majestuoso en todo el centro de la población, como testigo viviente de varias generaciones de malamberos que lanzando la atarraya al rió, cultivando sus frescos pastizales y con el coraje muy propio de su raza indígena, se abrieron paso, construyeron caminos, fundaron su pueblo, construyeron su templo y sembraron la semilla del cristianismo.

No se sabe con precisión en que época fue construido tan hermoso templo, pero algo que sí recuerda la gente de Malambo es que, muy cerca de su capilla, estaban colocadas las campanas a una altura de tres metros de las cuales colgaba una cuerda para agitar el badajo. El sector era un criadero de chivos, eran cientos de estos apetecidos cuadrúpedos que dormían en la plaza pública y, cuando llegaban extraños para tratar de unirse a la manada, se armaban enormes peleas formando remolinos que con sus cachos tocaban las campanas a cualquier hora de la noche o la madrugada. Inicialmente los vecinos se levantaban asustados por saber que era lo que estaba sucediendo en el barrio, púes en ninguna parte del mundo es normal que las campanas de la iglesia de una pequeña aldea inviten a la comunidad a las dos de la mañana; muchas conjeturas se hacían, muchos decían que era el diablo, y fue así como crearon fantasmas y leyendas sobre el fenómeno de las campanas, hasta que un astuto malambero descubrió que las campanas se escuchaban porque los chivos pelando se enredaban con sus cachos en la cuerda la cual jalaba el badajo y las campanas empezaban a tañer.

Pero miremos que esta sencilla anécdota sirve para que los habitantes del pequeño sector se organicen y conformen su primera junta de ornato y embellecimiento de Malambo. Quedaron en la junta las personas más prestantes de la época como Antonio María Camargo, Arnulfo Camargo, las hermanas Serje Florián y Emigdio Miranda entre otros más, que por razones del tiempo se olvidaron. Con esta selecta y distinguida junta, nace la idea de reconstruir el pueblo y su templo, no en la forma que está actualmente, y todo lo anterior con el fin de construir la torre y cúpula del templo.

Se dice que para la época, 1944, las verbenas estaban prohibidas en Malambo, pero la junta consiguió que para beneficio de las obras que se disponían emprender naciera la primera verbena en el municipio, y se aprovechó la temporada de carnaval cuando la corona de reina la disputaban las distinguidas señoritas conchita y Silvia Suárez. Fue todo un éxito económico y las utilidades fueron a parar al fondo de la campaña pro torres del templo. A partir de este momento se siguieron autorizando las verbenas, pero siempre para fines benéficos. Se dice también que para la época los sacerdotes Mariano Rodríguez, Lucio Díaz, Néstor Coronel, Francisco Álvarez, Carlos Castrillón, Julio Rodríguez, Francisco Gijón, Emilio Fonseca, José Anisan y Juan de Jesús Serna, procedentes de Sabanagrande y Soledad, atendían la parroquia en calidad de encargados y como aún no se tenía casa cural, ellos se bajaban en la casa de la niña Edicta Rodríguez, quien era la dueña de una tienda en la plaza, diagonal al templo; esta era prácticamente la casa cural, porque además de guardar allí los ornamentos y vasos sagrados, también la niña Edicta les brindaba suculentos desayunos a los padres y sus colaboradores.

Los deseos y aspiraciones de los malamberos se hicieron realidad al construir una bella torre exactamente igual a una fotografía que fue solicitada a un amigo de España, el doctor Franco Esnarro; la fotografía fue enviada de Valladolid (España), y la obra la dirigió Hugo Ernesto De Moya, un maestro de obra que había trabajado al lado del hermano claretiano Vicente Galicia en la construcción del templo de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. El buen gusto, el amor al arte y la vena artística de los habitantes de Malambo, se ve reflejado en el proceso arquitectónico que ha tenido el templo con cinco grandes transformaciones que lo han hacho acreedor al reconocimiento oficial de ‘patrimonio arquitectónico del municipio’. El 18 de abril de 1963, Monseñor Germán Villa Gaviria expide el decreto por el cual se crea la parroquia de Santa María Magdalena en el municipio de Malambo y se nombra como primer párroco en propiedad al sacerdote Dagoberto Escorcia.

LA PARROQUIA HOY

El 20 de enero de 2006, llegó como párroco el padre Jaime Enrique Barrios Mercado, joven y activo sacerdote que debe atender una población de aproximadamente setenta y cinco mil habitantes distribuidos en la nueva parroquia del Carmen, en Caracoli, algunos corregimientos, y en la célula pastoral principal de Santa María Magdalena.

Encuentra una parroquia cuya feligresía responde en todos los niveles a los llamados que su párroco hace, una comunidad muy tradicionalista y de costumbres arraigadas muy, sin duda alguna, de sus antepasados los indígenas. Una de esas costumbres es que la mayoría de las parejas que contraen matrimonio lo hacen el último sábado del año.

La celebración que aglutina a todos los malamberos es la de su santa patrona. La feligresía, desde el primer mes de cada año, comienza sus preparativos, es decir, que toda la comunidad gira alrededor de la fiesta de Santa María Magdalena, siguiendo en importancia la fiesta del Señor de los Milagros. Es una parroquia con una fe viva, y muy bien orientada por los anteriores párrocos, prueba de lo cual es que en este momento el padre Jaime se ha dedicado a fortalecer el proyecto del PDRE, teniendo como resultado una comunidad muy dinámica que marcha al compás de la Arquidiócesis. Diariamente se celebran dos misas, los domingos cuatro y hay que hacer celebraciones en las células.

La feligresía en general acude con mucha devoción a los sacramentos y son unos colaboradores incondicionales para la parroquia. El templo en la actualidad conserva su primitivo estilo, luce aseado y muy bien decorado y hay un proyecto de ampliar su sacristía y efectuar algunas reparaciones que son urgentes. En cuanto a la casa cural, el padre Jaime, en común acuerdo con el señor Arzobispo, consiguieron una partida de dinero para remodelar totalmente la vieja casona que amenazaba ruina y era poco funcional; hoy es una casa moderna con amplios cuartos para los sacerdotes, salas, comedor, despacho parroquial, patios y corredores con una sobria y bella decoración que dan armonía, tranquilidad y paz, no solamente para los sacerdotes que habitan el lugar, sino también para los feligreses que acuden en la búsqueda del sacerdote o de algún documento eclesial.

* Periodista – Historiador arquidiocesano.

EL SERVICIO AL PUEBLO DE DIOS:...EL DESTINO DE UNA MUJER


Por ONIX NEDEL CORREA GARCÍA *

Hace 7 años y medio, cuando la hermana Rosa María Arouna hizo su maleta para emprender el viaje de África a Colombia, no se imaginó todas las bendiciones que iba a recibir desde el mismo momento en que llegara. Algunos de los referentes que tenía de esta tierra era que en Cartagena, en la época de la colonización, habían traído muchos de sus coterráneos para ser esclavos. En el momento de su traslado, como ella mismo lo afirma, pensó que ella venía pero a ser servidora fiel de la evangelización.

Esta religiosa africana es la delegada por el Arzobispo de Barranquilla para dirigir todos los proyectos de Pastoral Social en el departamento del Atlántico. Ella, acompañada -en su mayoría- de varias mujeres de la entidad, coordina a diario los programas, estrategias y emergencias cuando las personas necesitan de la ayuda de una mano solidaria.

Aunque todavía sigue aprendiendo el idioma español, porque el nativo de ella es el ‘nago’ y le habían enseñado el francés, esto no ha sido ninguna dificultad para cumplir y desarrollar su apostolado en el territorio que comprende esta Iglesia particular.

Son 35 años los que tiene al servicio de la obra evangelizadora y cuando vino a Barranquilla no lo hizo sola. Junto con tres religiosas más de la Comunidad de Hermanas Oblatas Catequistas Siervas de los Pobres, arribó a la capital del Atlántico: la hermana Micheline Towanou, Elizabeth Houngbehinto y Sofie Yacout, han sido compañía importante para mostrar la calidez, la solidaridad, el amor y el servicio dedicado que sólo puede ser efectivo cuando es inspirado en Dios. Estas religiosas, prestan valiosos servicios pastorales a la Arquidiócesis, especialmente a la comunidad de la parroquia Santa María Goretti en el barrio Las Américas, donde residen.

Es la primera vez, en toda la historia de Pastoral Social de Barranquilla, que una mujer dirige la entidad. Por esta razón son muchos los retos que tiene que afrontar, sobre todo porque los programas y proyectos que en este secretariado se adelantan son muy importantes para el desarrollo personal y comunitario de las personas beneficiadas. Sin embargo, la hermana Rosa María los asume con seguridad y muchas ganas. “Yo quiero seguir con lo que nosotros estamos haciendo, poniendo pasos al lado de lo que ha hecho mi antecesor, el padre Pedro Nel Meza, ex director de la Pastoral Social Arquidiocesana, porque con él yo misma he construido el camino que hemos hecho juntos hasta ahora”, afirmó la religiosa destacando que su reto es que todo el personal de la entidad que ella dirige responda al plan de acción propuesto.

Indiscutiblemente los proyectos que realiza Pastoral Social tienen directo impacto sobre el plan pastoral que avanza en la Arquidiócesis de Barranquilla. “Este secretariado es la mano que utiliza la Iglesia para llevar a todo el mundo el espíritu de la solidaridad, para que todas las personas sean conscientes de su dignidad como hijos de Dios, para que contribuyan en la construcción del mundo por medio de la Iglesia Católica. Esto es posible por medio de cuatro caminos y actividades que la pastoral hace: sensibilizar al pueblo de Dios, trabajar en el campo de la emergencia para llegar de manera organizada a quien lo necesite, asistencia ordinaria que hacemos como cristianos y, por último, el desarrollo comunitario, porque como lo decía el Papa Juan Pablo II: ‘no hay caridad que no termine con el desarrollo de un hombre’”, manifestó la religiosa.

Teniendo en cuenta esta realidad, la hermana Rosa María reconoce que es importante seguir trabajando los procesos comunitarios en diferentes sectores rurales y urbanos del Atlántico. Programas de alimentación, desarrollo de proyectos productivos, promoción y prevención de salud y seguridad comunitaria, atención humanitaria en el mejoramiento de vivienda, adecuación de agua potable y acompañamiento a los desplazados, son los aspectos con mayor relevancia en el departamento.

Con una sonrisa amable y acompañada de sus ojos alegres, la hermana Rosa María revela cómo se siente en Barranquilla. Para ella el clima es casi el mismo, la comida parecida a la de Benin y el calor humano de las personas ha hecho que, a pesar de la nostalgia de estar lejos de su tierra natal, se sienta como en casa.

Sus esfuerzos para continuar dando lo mejor al pueblo de Dios seguirán hasta que Él se lo permita. Con ese mismo cariño, amor y dedicación trabajará todos los días, teniendo como modelo de mujer ideal aquella que es protagonista en la transformación de la sociedad. “La mujer debe ser protagonista de lucha para que siga adelante la familia, porque el Señor la ha colocado en medio de la familia para que sea la que guíe el hogar, como la Virgen María lo hizo con Jesús. La mujer siempre luchará por la paz y la solidaridad para que todos –hombres y mujeres-, hijos de Dios, sigamos adelante”, concluyó la hermana Rosa María.

LA EDUCACIÓN COMO RESPUESTA A NUESTRO TIEMPO


Por RUBY ESTELA QUIROZ BUTRÓN *

El hombre en su condición social por naturaleza, que construye y vive en sociedades, ha elaborado permanentemente una serie de conceptos para fortalecer la coherencia de los sistemas que va creando: la organización familiar, la educación, el gobierno... entre otros.

La organización familiar, en sus diferentes manifestaciones geográficas e históricas a través de los tiempos, se constituye en la esencia misma de asociaciones humanas más grandes que van regulando formas de comportamiento que incluyen el establecimiento de condiciones de convivencia y de proyección exclusivos de su asociación como tal, considerando y regulando la confrontación y la violencia frente a otros grupos humanos también establecidos en asociaciones y que se califican como "diferentes". Se desarrolla, entonces, una lógica individualista, excluyente de los otros, considerados como diferentes; lógica que ha generado agrupaciones más grandes como las naciones, los estados y las corporaciones, que han potenciando la exclusión y la diferenciación de otros grupos sociales en pro de la delimitación geográfica, económica, étnica, política, etc.

Desde entonces, las sociedades se han desarrollado con una visión individualista y egocéntrica. Asistimos a una época en la que existe toda clase de exaltaciones al ego, a intereses particulares; estamos frente a la globalización de una cierta forma de cultura que potencia el consumo y la práctica de ciertos comportamientos considerados como ‘representativos’ de una adecuada forma de vida y urge reflexionar acerca de todas aquellas manifestaciones que cada día nos alejan de lo que es común a todos los seres humanos: su trascendencia y su humanidad, su condición de hijos de Dios y su consecuente hermandad.

Cada vez es más importante que la comprensión inicial de los seres humanos como iguales tenga cabida teórica y práctica en las relaciones que los seres humanos establecen desde lo personal, lo social, lo nacional y lo internacional. Hoy en día nos encontramos en un planeta habitado por sociedades humanas que recorren caminos unidimensionales. La lógica de la fuerza se impone en todos lados, en lo estatal, en lo internacional y también en lo individual. El objetivo económico, la rentabilidad, la ganancia y el enriquecimiento, forman parte también de este paradigma. En la era de la globalización, “en donde no existen fronteras”, no ha sido posible globalizar una ética y una moral universal, una verdadera comunicación, una real comprensión del “otro”, “de lo diferente”; no ha sido posible establecer los puntos de encuentro entre personas, grupos humanos, países, ideas.

La alternativa es la reflexión ética de los valores que culturalmente fomentamos en nuestra sociedad, en nuestras escuelas, en el vivir mismo. A través de la historia vemos que en los procesos de decadencia y caída de grandes imperios, precisamente uno de los factores que se encuentra como explicación del por qué de sus crisis y extinciones, es que esas sociedades dejaron de lado el respeto y seguimiento de valores y principios rectores e iniciaron procesos de relajamiento moral y de corrupción.

¡HAY ESPERANZA!

Es el momento para, desde el entorno escolar de niños y jóvenes, cultivar el carácter, los hábitos y actitudes desde lo personal y colectivo, encaminados a vivir en el respeto y direccionamiento de valores que contribuyan al desarrollo de la autonomía moral, al bien común y no a nuestra decadencia como sociedad.

Necesitamos de una educación que, éticamente, nos permita soñar con mejores formas de vida y que en la práctica nos entregue las herramientas que para alcanzarlo precisamos. Necesitamos de un educador que, comprometido con su labor, comprenda a cabalidad el fin para el que es convocado en nuestros tiempos. Más allá de la entrega de conocimientos, un educador que comprenda que la orientación educativa se realiza desde una moral abierta y que esta es posible cuando somos capaces a través de un conjunto de actitudes, hábitos, comportamientos, estilo de vida, generar en nuestros estudiantes la libertad de asumir responsablemente las riendas de su futuro desde decisiones personales y compartidas.

Pero no debemos perder de vista, nosotros educadores, lo que decía san Alberto Hurtado: “Para enseñar es menester saber algo, pero para educar es menester ser algo”. Es, por eso, que es una gran responsabilidad para el educador exigirse para tal fin y cuestionarse constantemente: ¿Qué soy como educador? ¿Soy el que imparte conocimientos o soy el que ayuda a amar el conocimiento? ¿Soy oportunidad de mejora para mis estudiantes o me constituyo en una limitación, una traba para su desarrollo?

La educación se constituye en la fuerza que potencia las motivaciones interiores, despertando aquello que es auténticamente humano. Por esto en nuestra misión como educadores debemos apostar por el amor, la confianza, la educación en valores que se expresa en el lenguaje del corazón, estando al lado de aquellos que por diversas razones no han podido experimentar el amor, para ayudarlos a salir de la incertidumbre, de la desorientación, de la falta de sentido en que se hallan.

La educación para san Juan Bosco es cosa del corazón… “pero no basta con amarlos es necesario que ellos sepan que los amas”. Logramos mejores resultados en el proceso educativo pensando primero en las personas y sus necesidades, amando lo que hacemos, amando la posibilidad de guiar y aportar en la vida de los estudiantes. Esa oportunidad que Dios ha puesto en ti como educador es una oportunidad única e irrepetible que bien vale la pena aprovechar, porque es deber divino orientar y acompañar al que no sabe.

Desde los colegios arquidiocesanos nuestro reto es dar cuenta de todas estas necesidades de nuestra sociedad, de todas las carencias que poseemos a nivel trascendental, moral, ético, afectivo, social, necesidades que como seres humanos participes de los acontecimientos y hechos de nuestro contexto histórico debemos darles solución transformando esto que hemos construido como sociedad y que también estamos en posibilidad de reconstruir siempre pensando en mejores formas de vida orientadas por principios evangelizadores de amor a Dios y al prójimo.

* Rectora Colegio Arquidiocesano Nuestra Señora de Fátima, institución de la Fundación Arquidiocesana de Educación - FUNADE

¿QUÉ ACELERA LA VIDA EN LOS JÓVENES?


Por JUAN ÁVILA ESTRADA, Pbro. *

Todo en la vida tiene su momento. Esto es algo que hemos ido aprendiendo poco a poco desde que empezamos a tener uso de razón; que hay un lugar para cada cosa y cada cosa tiene su lugar. Pero aprender la lección no necesariamente significa que seamos buenos para aplicarla; la omisión de lo aprendido, sin duda, trae dolorosas lecciones que sólo la madurez de la vida nos ayuda a comprender. Sólo cuando alcanzamos cierta edad quisiéramos que el tiempo se devolviera para conocer en nuestra adolescencia lo que ahora la vida nos ha enseñado. Esto es literalmente imposible, ya que es el vivir la vida lo que nos permite saber que “más sabe el diablo por viejo que por diablo.” Precocidad no es sinónimo de inteligencia superior y adelantarse en los procesos normales de formación puede ocasionar grandes estragos en la existencia.

Sin duda, el influjo de los medios de comunicación, la celeridad de la vida y el pretender experimentar fuertes, profundas y efímeras emociones, conducen al hombre a adelantarse en las etapas normales de su desarrollo vital.

Niñas vestidas como “señoritas”, maquilladas como adultas y niños ataviados al estilo de modelos de pasarela no puede ser nunca un buen inicio en la formación de la vida. Querer ser “grandes” para hacer las cosas de los grandes es el sueño de todos los pequeños; esto, porque el manejo inadecuado de la propia vida adulta hace creer a los niños y adolescentes que el ideal de la existencia es hacer lo que los adultos hacemos sin que haya nada ni nadie que ponga obstáculos a nuestra libertad. Cigarrillo es sinónimo de elegancia, cerveza es el premio de los héroes y la droga la puerta a la libertad.

Vista las cosas de esta manera se puede dilucidar qué lleva a los jóvenes a vivir tan aceleradamente la vida hasta el hastío de todo. Esta prisa tiene, necesariamente, que conducir a un sin sentido de la vida, cuando a los 20 años se tiene la experiencia de un hombre de 50 y a los 15 ya nada nuevo hay para explorar en el amplio campo de la existencia. No podemos desconocer que de alguna manera la sociedad, los medios de comunicación y el propio entorno hacen que los jóvenes aceleren todos sus procesos confundiendo, a veces, la cantidad de experiencias con la calidad de las mismas y derrochando todas las energías en cosas que han de llegar en su debido momento. Parece como si la vida se fuera a acabar de manera instantánea y que fuera una necesidad vivir todo de un solo tajo para que no quede nada sin hacer. El joven de hoy no quiere quedarse atrás y si antes era una virtud ser virgen a los 20, hoy es una vergüenza serlo a los 15. De este modo es imperioso mentir para no quedar como un tonto. En todo este ‘maremagnun’ de formas se olvida entonces que cada persona, a su debido momento, tiene derechos y deberes que cumplir y que no se puede intentar hacer hoy lo que es propio de otro momento oportuno. Dejamos de hacer lo que nos corresponde para asumir roles que no son los nuestros.

¿Cómo lograr, entonces, que nuestro proceso de evangelización ayude a niños y jóvenes a saber esperar a que se cumpla el tiempo de todas las cosas?

Creo que ayudaría mucho que ellos entiendan que la vida es una experiencia para compartir y crecer, no para competir. La propuesta de Jesús es vivir de una nueva forma la vida en que no sienta que compite con otros sino que sirve a otros. Esto fue lo que hizo con el joven Juan, con el rico del evangelio y con todos aquellos que se acercaron a él para aprender a crecer como debía hacerse. El evangelio dice que Jesús iba creciendo es gracia y en estatura a los ojos de Dios y de los hombres. Incluso hasta para empezar su ministerio público debió esperar hasta los 30 años para hacer aquello para lo que había sido enviado. No había en él afán de competencia, ni de gloria, ni de gobierno del mundo, ni de muerte; sabía repetir con regularidad: “no ha llegado mi hora”.

Nuestros procesos evangelizadores deben ayudar a crecer, de modo que siendo el evangelio el mismo para todos, permita a cada persona poder tener una experiencia de Jesús propia para cada edad. A veces, ante el temor de sentirnos viejos aceleramos lo que debería llegar en su momento oportuno y no antes. Por ello se cree que sólo si se es bebé de brazos se puede bautizar (a los adultos les da “oso” bautizarse en público); la primera comunión solemos enmarcarla durante los 9-11 años de edad, de ahí en adelante avergüenza entrar a una fila a recibir la comunión por vez primera; pero para el matrimonio, que sí debería esperar un poco a que se den los elementos esenciales para su realización, se piensa que basta cierta madurez biológica para llegar al altar.

En fin, creo que la experiencia nos muestra que todo se ha trastocado, nadie quiere quedar rezagado, todos quieren ir a la delantera como si se tratara de ondear la bandera victoriosa del que más vivencias haya tenido en su corta existencia. El “gustico”, como lo llamó el presidente, ya no es cosa de adultos ni de gente responsable, sino la oportunidad de entretenerse en los momentos de ocio no con la persona que amamos sino con la que sencillamente nos atrae.

Es difícil atajar cuando el mundo empuja, lo importante es saber argumentar para que cada uno sepa que en cuestiones de experiencias no se tiene una regla común, sino que cada uno en su proceso de crecimiento debe conocer cuándo está realmente preparado para algo.

* Párroco de San Carlos Borromeo y Padre Nuestro

EL RINCÓN DE PABLITO


JESUS NOS LLAMA POR NUESTRO NOMBRE

Por Pablito

Tengo un amigo, sí un amigo, es mi amigo Jesús. A Él lo he venido conociendo al leer la Biblia, cuando voy a misa cada domingo, cuando hago oración, cuando me arrepiento de las cosas malas que hago y cuando mis papás me hablan de Él.

Lo más importante que he descubierto es que Jesús me llama y lo hace mencionando mi nombre; esto es importante porque a través de mi nombre me llaman mis padres, mis amiguitos y mis profesores. Si las personas me llaman por mi nombre y siento que se interesan por mí, mucho más Jesús que me ama y ama a todas las personas.

Pero, ¿a qué me llama Jesús? Cuando veo muchos niños que son abandonados por sus padres, me llama para hablar de la responsabilidad; cuando oigo que hay niños que son maltratados, me llama a dar amor como Él nos ama; cuando veo niños tristes, Jesús me llama a darles alegría, y cuando conozco a niños que no lo conocen, Jesús me llama para que les hable de Él. Si Jesús me llama tiene que ser para algo muy bueno. El sacerdote de mi parroquia me dijo que Jesús nos puede llamar a ser un buen papito o una buena mamita cuando seamos grandes; también nos puede llamar a ser sacerdotes o religiosas.

Y, pensándolo bien, los sacerdotes y las religiosas también sirven a muchas personas necesitadas, y como hay tantas personas que sufren, especialmente los niños, voy a preguntar más a mi mamá y a mi papá, a mis profesores, a mis catequistas, a mi párroco y a las religiosas cómo se hace para ser sacerdote o religiosa, y qué debemos hacer para servirle a muchas personas necesitadas. Así, comienzo a pensar desde este momento y cuando sea adolescente y joven, podré escuchar mejor a Dios si me está llamando a ser sacerdote o padre de familia. ¡Ya les contaré!

¡Los niños y niñas del Atlántico queremos descubrir nuestra verdadera vocación!

Retiro de Infancia Misionera
Las Obras Misionales Pontificias de Barranquilla invitan a todos los asesores de Infancia Misionera a un retiro espiritual en la finca Mayito en Galapa, Atlántico. Esta actividad se realizará el domingo 9 de marzo y quienes quieran ir sólo tienen que pagar 6 mil pesos. La salida es a las 7:30 a.m. de la Casa Mariana. Si conoces algún asesor y quiere más información, dile que llame a la hermana Micheline Towanou en el teléfono 3793316 ó al celular 315 6554513.

Guillo, el monaguillo

Liturgia de la Eucaristía

PREFACIO
¡Hola amiguitos! Como les venía contando la vez pasada, la ‘Plegaria Eucarística’ inicia con el Prefacio. Ya aprendieron a decirlo, ¿verdad? El Prefacio, a su vez, inicia con un diálogo del sacerdote con los que hacemos parte de la asamblea, así:
Sacerdote: El Señor esté con ustedes.
Asamblea: Y con tu espíritu.
Sacerdote: Levantemos el corazón.
Asamblea: Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Sacerdote: Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Asamblea: Es justo y necesario.

Luego, el sacerdote continúa dando gracias y nos invita a cantar alegres a nuestro Dios que es realmente SANTO. Le cantamos como lo hacen los ángeles. Esta es una gran alabanza a nuestro Dios, por ello nadie puede dejar de cantar:“Santo, Santo, Santo es el Señor”.

¡Nos vemos chicos!