martes, marzo 25, 2008

FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA


Por Fray GILBERTO HERNÁNDEZ GARCÍA, OFM *

El documento de Aparecida, al hablar sobre la dignidad y participación de las mujeres, señala que ellas son corresponsables “junto con el hombre, por el presente y el futuro de nuestra sociedad humana”. Sin embargo, los obispos latinoamericanos lamentan que innumerables mujeres de toda condición no sean valoradas en su dignidad: muchas “son sometidas a diversas formas de exclusión y de violencia en todas sus formas y en todas las etapas de sus vidas. Entre ellas, las mujeres pobres, indígenas y afroamericanas han sufrido una doble marginación”. Por eso, afirman, es necesario “superar una mentalidad machista que ignora la novedad del cristianismo, donde se reconoce y proclama la igual dignidad y responsabilidad de la mujer respecto al hombre”.

Salta a la vista, pues, que muchas mujeres se encuentran en una franca desventaja frente a su contraparte. Y esto se hace más evidente cuando traemos a colación números que nos hablan de esa doble marginación a la que aluden los obispos en Aparecida. Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) la mayoría de los 1.800 millones de personas que viven con 1 dólar o menos al día son mujeres: se habla que representan cerca del 70% de ese universo.

A este fenómeno se le ha dado por llamar "feminización de la pobreza" e implica, además de la connotación económica, el crecimiento de la proporción de mujeres entre la población pobre: así se habla de un proceso, “no simplemente un estado de cosas en una coyuntura histórica particular”, con una tendencia a que la representación desproporcionada de las mujeres entre los pobres aumente progresivamente. Otro hecho relevante es el sesgo de género de las causas de la pobreza: mujeres y hombres tienen roles y posiciones diferentes en la sociedad, y se constata una incidencia distinta de la pobreza en ambos, como un resultado inevitable de este hecho; aparejado a lo anterior se evidencia una mayor exposición de las mujeres a la pobreza, debido a los enormes niveles de inseguridad, precariedad y vulnerabilidad que sufren por su posición subordinada a los hombres en el sistema de relaciones de género.

Sabemos que el término “pobreza” tiene dificultades para precisarlo; generalmente suele ser vista en términos monetarios, es decir, atendiendo a los ingresos de la gente y sus posibilidades de consumo en el mercado. Sin embargo, la pobreza, es un tópico multidimensional que va más allá de esa visión simplista y reduccionista: tiene que ver con el acceso a bienes y servicios necesarios para la satisfacción de las necesidades humanas, que también incluye recursos culturales, autoestima, disponibilidad de tiempo, de espacio, de ocio, de libertad, de derechos políticos, entre un continuado etcétera.

El citado informe de la PNUD señala que muchas mujeres que viven en la pobreza en todo el mundo, “a menudo se ven privadas del acceso a recursos de importancia crítica, como los préstamos, la tierra y la herencia. No se recompensa ni se reconoce su trabajo y sus necesidades en materia de atención de la salud y nutrición no son prioritarias, carecen de acceso adecuado a la educación y a los servicios de apoyo, y su participación en la adopción de decisiones en el hogar y en la comunidad es mínima. Atrapada en el ciclo de la pobreza, la mujer carece de acceso a los recursos y los servicios para cambiar su situación”.

La feminización de la pobreza —contrario a lo que muchos piensan— no es sólo resultado del creciente número de hogares “monomarentales” o sea, los sostenidos por mujeres solas; tampoco es sólo cuestión de acceso al empleo: es un fenómeno con mayor profundidad que amerita ser atendido con sumo cuidado por todos los más diversos actores y sectores de la vida pública. De ahí que la superación de esta situación no pueda darse con la simple inserción de las mujeres en el mercado laboral, sino a partir de un cambio profundo de las estructuras básicas de funcionamiento del actual sistema socioeconómico y cultural basado en arraigadas relaciones de poder patriarcales.

* alvinxxi@yahoo.com.mx

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