martes, mayo 22, 2007

NUESTRA PORTADA

V CONFERENCIA DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE
Del 13 al 31 de mayo, el Santuario de Aparecida, en Brasil, se convertirá en el gran escenario para reflexionar sobre los grandes desafíos de la Iglesia Católica.

JUBILEOS, MES DE MAYO
En este mes celebraremos el Jubileo de los Docentesdel 13 al 19; y el Jubileo de los Movimientos y Asociaciones Eclesiales del 20 al 26.

EDITORIAL

“DISCÍPULOS Y MISIONEROS DE JESUCRISTO PARA QUE NUESTROS PUEBLOS EN EL TENGAN VIDA"

Durante el tiempo pascual predomina como punto de reflexión la vivencia de las primeras comunidades cristianas: predicaciones, viajes y persecuciones; inclemencias, fatigas e incluso la debilidad humana; la historia de hombres y mujeres que abrieron su corazón al mensaje de salvación, convirtiéndose en ejemplo y modelo de discípulos cercanos y misioneros, orantes y comprometidos, que no se dejaban detener por las dificultades económicas, culturales y religiosas.

Es bueno conocer también que durante esta época ya existían brotes de desviación de la auténtica doctrina: creencias y filosofías contrarias al cristianismo, pueblos paganos y hostiles; sin embargo, ninguna de esas dificultades pudo detener la fuerza del Amor.

La realidad actual no muestra algo diferente. Muchos hombres y mujeres consagran su vida al Señor y aunque el entorno la mayoría de las veces es bastante complicado, no desfallecen, pues la fuerza del Espíritu Santo guía sus pasos. Teniendo en cuenta todo esto, los obispos de Latinoamérica reflexionan durante estos días en Aparecida –Brasil- sobre la evangelización de nuestro Continente, reunidos en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, para así dar un nuevo impulso pastoral a la vida y la misión de nuestras iglesias.

Desafortunadamente hoy la globalización mal entendida, el pluralismo sin parámetros de respeto, la desintegración familiar, la corrupción en todas sus manifestaciones y la violencia, se convierten en los obstáculos del mundo moderno y, a la vez, son retos y tareas que la Iglesia está llamada a asumir, y son precisamente nuestros pastores, en ambiente de oración, los inmediatos responsables de discernir con sabiduría y firmeza los pasos a seguir frente a los desafíos de la nueva evangelización.

En este acontecimiento eclesial no se puede desconocer el gran aporte de sacerdotes, laicos, religiosos y religiosas, quienes mediante un documento de preparación han realizado un análisis de la realidad de nuestros pueblos latinoamericanos. Esto indica que todos hemos hecho parte, o mejor, todos estamos participando de esta V Conferencia y, a la vez, hemos asumido el compromiso de orar intensamente para que de esta manera, como pueblo de Dios, cumplamos con nuestra responsabilidad de bautizados y cooperadores en la construcción del Reino.

Recordemos siempre: El ser discípulos y misioneros nos lleva a estar con Jesús, a aprender de Él y luego anunciarlo con la palabra y la acción, para que nuestros pueblos se liberen de la ignorancia y de la gran esclavitud del pecado, para que en Él todos los pueblos tengan vida, y la tengan en abundancia.

"LOS NIÑOS Y LOS MEDIOS DE COMUNICACION: UN RETO PARA LA EDUCACION"

El domingo 20 de mayo se realizará la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2007, para la cual el Papa Benedicto XVI emitió el mensaje que transcribimos a continuación, en el que invita no sólo a los profesionales de esta área sino a la comunidad en general, a reflexionar en torno al compromiso de los medios masivos ante las nuevas generaciones.

Queridos hermanos y hermanas:

1. El tema de la cuadragésima primera Jornada de las Comunicaciones Sociales, "Los niños y los medios de comunicación social: un reto para la educación", nos invita a reflexionar sobre dos aspectos de suma importancia. Uno es la formación de los niños. El segundo, quizás menos obvio pero no menos importante, es la formación de los medios mismos. Los complejos desafíos a los que se enfrenta la educación actual están fuertemente relacionados con el influjo penetrante de estos medios en nuestro mundo. Como un aspecto del fenómeno de la globalización e impulsados por el rápido desarrollo tecnológico, los medios marcan profundamente el entorno cultural (cf. Juan Pablo II, Carta apostólica El Rápido desarrollo, 3). De hecho, algunos afirman que la influencia formativa de los medios se contrapone a la de la escuela, de la Iglesia e incluso a la del hogar. "Para muchas personas la realidad corresponde a lo que los medios de comunicación definen como tal" (Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Aetatis novae, 4)

2. La relación entre los niños, los medios de comunicación y la educación se puede considerar desde dos perspectivas: la formación de los niños por parte de los medios, y la formación de los niños para responder adecuadamente a los medios. Surge entonces como una especie de reciprocidad que apunta a la responsabilidad de los medios como industria, y a la necesidad de una participación crítica y activa por parte de los lectores, televidentes u oyentes. En este contexto, la formación en el recto uso de los medios es esencial para el desarrollo cultural, moral y espiritual de los niños.

¿Cómo se puede promover y proteger este bien común? Educar a los niños para que hagan un buen uso de los medios es responsabilidad de los padres, de la Iglesia y de la escuela. El papel de los padres es de vital importancia. Éstos tienen el derecho y el deber de asegurar un uso prudente de los medios educando la conciencia de sus hijos, para que sean capaces de expresar juicios serenos y objetivos que después les guíen en la elección o rechazo de los programas propuestos (cf. Juan Pablo II, Exhortación apostólica Familiaris consortio, 76). Para llevar a cabo eso, los padres deberían de contar con el estímulo y ayuda de las escuelas y parroquias, asegurando así que este aspecto de la paternidad, difícil pero gratificante, sea apoyado por toda la comunidad. La educación para los medios debería ser positiva. Cuando se pone a los niños delante de lo que es estética y moralmente excelente se les ayuda a desarrollar la apreciación, la prudencia y la capacidad de discernimiento. En este punto, es importante reconocer el valor fundamental del ejemplo de los padres y el beneficio de introducir a los jóvenes en los clásicos de la literatura infantil, las bellas artes y la música selecta. Si bien la literatura popular siempre tendrá un lugar propio en la cultura, no debería ser aceptada pasivamente la tentación al sensacionalismo en los lugares de enseñanza. La belleza, que es como un espejo de lo divino, inspira y vivifica los corazones y mentes jóvenes, mientras que la fealdad y la tosquedad tienen un impacto deprimente en las actitudes y comportamientos. La educación para los medios, como toda labor educativa, requiere la formación del ejercicio de la libertad. Se trata de una tarea exigente. Muy a menudo la libertad se presenta como la búsqueda frenética del placer o de nuevas experiencias. Pero más que de una liberación se trata de una condena. La verdadera libertad nunca condenaría a un individuo —especialmente un niño— a la búsqueda insaciable de la novedad. A la luz de la verdad, la auténtica libertad se experimenta como una respuesta definitiva al "sí" de Dios a la humanidad, que nos llama a elegir lo que es bueno, verdadero y bello, no de un modo discriminado sino deliberadamente. Los padres de familia son, pues, los guardianes de la libertad de sus hijos; y en la medida en que les devuelven esa libertad, los conducen a la profunda alegría de la vida (cf. Discurso en el V Encuentro Mundial de las Familias, Valencia, 8 julio 2006)

3. Este profundo deseo de los padres y profesores de educar a los niños en el camino de la belleza, de la verdad y de la bondad, solo será favorecido por la industria de los medios en la medida en que promueva la dignidad fundamental del ser humano, el verdadero valor del matrimonio y de la vida familiar, así como los logros y metas de la humanidad. De ahí que la necesidad de que los medios estén comprometidos en una formación efectiva y éticamente aceptable sea vista con particular interés e incluso con urgencia, no solamente por los padres y profesores, sino también por todos aquéllos que tienen un sentido de responsabilidad cívica. Si bien afirmamos con certeza que muchos operadores de los medios desean hacer lo que es justo (cf. Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Ética en las comunicaciones sociales, 4), debemos reconocer que los comunicadores se enfrentan con frecuencia a "presiones psicológicas y especiales dilemas éticos" (Aetatis novae, 19) viendo como a veces la competencia comercial fuerza a rebajar su estándar. Toda tendencia a producir programas — incluso películas de animación y video juegos— que exaltan la violencia y reflejan comportamientos antisociales o que, en nombre del entretenimiento, trivializan la sexualidad humana, es perversión; y mucho más cuando se trata de programas dirigidos a niños y adolescentes. ¿Cómo se podría explicar este "entretenimiento" a los innumerables jóvenes inocentes que son víctimas realmente de la violencia, la explotación y el abuso? A este respecto, haríamos bien en reflexionar sobre el contraste entre Cristo, que "abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos" (Mc 10,16), y aquél que "escandaliza a uno de estos pequeños más le vale que le pongan al cuello una piedra de molino" (Lc 17,2). Exhorto nuevamente a los responsables de la industria de estos medios para que formen y motiven a los productores a salvaguardar el bien común, a preservar la verdad, a proteger la dignidad humana individual y a promover el respeto por las necesidades de la familia.

4. La Iglesia misma, a la luz del mensaje de salvación que se le ha confiado, es también maestra en humanidad y aprovecha la oportunidad para ofrecer ayuda a los padres, educadores, comunicadores y jóvenes. Las parroquias y los programas escolares, hoy en día, deberían estar a la vanguardia en lo que respecta a la educación para los medios de comunicación social. Sobre todo, la Iglesia desea compartir una visión de la dignidad humana que es el centro de toda auténtica comunicación. "Al verlo con los ojos de Cristo, puedo dar al otro mucho más que cosas externas necesarias: puedo ofrecerle la mirada de amor que él necesita" (Deus caritas est, 18)

LOS MEDIOS DE COMUNICACION Y VALORES HUMANOS

El padre franciscano capuchino Raniero Cantalamesa, predicador del Papa y comunicador en medios italianos, concedió una entrevista a fray Gilberto Hernández, colaborador de Kairós en México, sobre los medios de comunicación, sus riesgos y posibilidades.

Por FRAY GILBERTO HERNÁNDEZ GARCÍA, OFM
alvinxxi@yahoo.com.mx


Los medios de comunicación se encuentran, paradójicamente —porque deberían ser sólo medios, nunca fines en sí mismos—, en primer plano en lo que toca a la formación de las nuevas generaciones. Esta situación se torna en un desafío para la Iglesia, que debe hacer presencia en estos modernos areópagos para llevar la Palabra que da Vida en el contexto de la cultura de la muerte.

El padre Raniero Cantalamesa, fraile franciscano capuchino y predicador de la Casa Pontificia, nos ofrece algunas reflexiones en torno a esta oportunidad que la Iglesia tiene en los medios de comunicación social.

Usted es predicador y en su ministerio se ha valido de todos los instrumentos posibles para hacer llegar el evangelio a la gente; sin embargo, sus oyentes, sus destinatarios reciben otras propuestas de vida a través de los modernos medios de comunicación. ¿Cómo percibe a los medios hoy en día?
La característica de nuestra época, su realización y éxito más grandioso es la informática, es decir, la comunicación de masa: prensa, cine, televisión, Internet, celular. Los así llamados medios de comunicación son los grandes protagonistas del momento. Cada individuo, puede, en cualquier momento del día y de la noche, ser informado sobre aquello que sucede en el mundo y meterse en contacto directo con otra persona en cualquier punto del planeta. Toda esta realidad es signo de un grande progreso del cual debemos estar agradecidos a Dios y a la técnica que lo ha hecho posible. Hay, sin embrago, graves peligros y aspectos negativos en la comunicación social de hoy.

¿Cuál es el talante de esta comunicación a la que se refiere?
Es una comunicación consumista, en el sentido que empuja al consumo y que se consume y acaba en sí misma: es una comunicación exclusivamente horizontal. Los hombres, en este caso, se intercambian sus noticias y como ellos son efímeros, pasajeros, también sus noticias son efímeras. Una cancela a la otra. Cuanto más crece la comunicación, más se experimenta la incomunicabilidad. De este sentido de vacío, se han derivado una serie de expresiones literarias significativas; una es el así llamado teatro del absurdo, (Ionesco, Beckett) donde las personas hablan, hablan, pero no dicen nada. Las comunicaciones se reducen a sonidos, a rumores. El rumor nos asegura que no estamos solos; pero falta una comunicación vertical, creativa, falta el totalmente otro. Toda su comunicación se convierte en un espejo que refleja la imagen de la propia miseria y el eco del propio vacío. En suma, la comunicación moderna es una comunicación de tristeza. Los medios dan mucho más relieve a lo que hay de mal y de trágico en el mundo que a lo que hay de bien y de positivo.

¿Qué otros riesgos ve usted en los medios de masa?
Los medios de comunicación nos ponen ante los ojos, en cada momento, lo que podríamos ser y no somos, lo que otros hacen y nosotros no hacemos. Nace de ahí una sensación de resignada frustración y aceptación pasiva de la propia suerte, o bien, al contrario, una necesidad obsesiva de salir del anonimato e imponerse a la atención de los demás. Otro rasgo negativo en la comunicación de masa, especialmente en los espectáculos, es la explotación de la mujer, el abuso que se hace de su cuerpo y, en general, la visión muy negativa de la relación entre los sexos.

¿Cuáles serían las características de una comunicación en clave cristiana que pudieran hacer frente a las formas y contenidos de la comunicación actual?
Creo que el evangelio puede ayudarnos a cambiar este estado de cosas. Él es la “buena nueva” del amor de Dios para los hombres. Dios nos conoce perfectamente, pero no usa este conocimiento para juzgarnos, pues su corrección es amor. Yo puedo decir, como franciscano, que tenemos que contribuir a difundir esperanza y alegría. Francisco es el hombre de la alegría perfecta, el juglar de Dios. No se trata de una alegría ilusoria, si no de una alegría fundada en la esperanza. Tenemos que insistir sobre esta raíz de fe: la unión profunda a Cristo y en particular a la cruz de Cristo.

La fe en Cristo nos libera de la necesidad de abrirnos paso, de evadir a cualquier costo nuestro límite para ser alguien; nos libera también de la envidia de los grandes, nos reconcilia con nosotros mismos y con el lugar que ocupamos en el mundo, nos da la posibilidad de ser felices y de estar plenamente realizados allí donde nos encontremos.

Entonces, si queremos evangelizar a través de los medios de comunicación social, el secreto es sencillo: estar enamorados de Cristo.

JUBILEO DE LOS MOVIMIENTOS Y ASOCIACIONES ECLESIALES

Toda una semana de oración y reflexión en torno al compromiso laical a través de la participación en los movimientos y las asociaciones eclesiales, se vivirá en la Arquidiócesis de Barranquilla del 20 al 26 de mayo.

También estas realidades eclesiales –movimientos y asociaciones- tienen su espacio de celebración con ocasión de los 75 años de nuestra Arquidiócesis y también sus integrantes se preparan para recibir la indulgencia plenaria que se ofrece en este año jubilar.

El padre José Tobías De la Cruz, Delegado Arquidiocesano de Espiritualidad de Comunión, dijo a Kairós que la comisión que le acompaña en este trabajo se ha esforzado en la organización de este Jubileo, el cual se desarrollará en los siguientes momentos:

» Apertura
El domingo 20 de mayo en cada sede o unidad pastoral a la que pertenece el movimiento o asociación.

» Celebración Mariana
Lunes 21 de mayo. Se propone para este día serenatas, poemas, ofrendas florales y un rosario procesional con antorchas. Lo realmente importante es vivir el valor de la fraternidad en torno a la Virgen María.

» Conversatorio
Martes 22 de mayo. Con base en un mensaje de nuestro Arzobispo sobre la vocación del laico, se desarrollarán conversatorios con los movimientos eclesiales y grupos parroquiales.

» Signo concreto de caridad
Miércoles 23. Para este día se pide a los integrantes de movimientos y asociaciones eclesiales que hagan una obra que sea fruto y sello de la caridad jubilar, como signo de promoción humana.

» Hora Santa por las vocaciones y los sacerdotes
Jueves 24. Hora Santa con exposición del Santísimo en todas las parroquias.

» Acto penitencial
Viernes 25. Se programan actos penitenciales en las diferentes unidades pastorales, coordinados por los movimientos y grupos apostólicos.

» Encuentro Arquidiocesano para ganar Indulgencia Plenaria
El sábado 26 de mayo los movimientos y grupos apostólicos parten de sus parroquias o sedes a los puntos de encuentro establecidos en cada vicaría territorial, para desde allí dirigirse a la Catedral con tiempo suficiente para estar 30 minutos antes de la Eucaristía que está programada para las 10 de la mañana. Al llegar al templo catedralicio cada grupo entra en forma procesional para colocarse en un solo sitio como signo de unidad. Luego, se celebrará la Santa Misa.

V CONFERENCIA DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE

PARA DESCUBRIRNOS DISCÍPULOS Y MISIONEROS

Del 13 al 31 de mayo, más que los ojos de la prensa mundial, sería conveniente que la mirada atenta de católicos y hombres de buena voluntad esté fijada en el Santuario de Aparecida, Brasil, pues allí sucederá el acontecimiento eclesial más importante de este inicio de milenio para América Latina.

Cuando usted, amigo lector, tenga entre sus manos este ejemplar de Kairós, lo más probable es que la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe esté iniciando sus jornadas de reflexión y deliberación con la presencia –en la sesión inaugural del 13 de mayo- del Papa Benedicto XVI, quien es consciente que en este continente “vive casi la mitad de los católicos del mundo entero, muchos de los cuales son jóvenes.”

CAMINO RECORRIDO POR LA V CONFERENCIA
En el año 2001, durante la XVI Asamblea Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano –CELAM-, los presidentes y los delegados de las Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe decidieron pedirle al Papa Juan Pablo II que considerara la convocación de una nueva Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, solicitud que fue aprobada por el Santo Padre.

Se inició entonces un tiempo de preparación con un análisis de la realidad latinoamericana y, por supuesto, de la incidencia de la Iglesia en esa realidad, estableciendo así desafíos que a ella –la Iglesia- le plantean su propia realidad y la realidad actual de nuestros países y de nuestro tiempo. Desafíos que marcan nuestra vida personal, familiar, pastoral, comunitaria y social.
“Queremos desplegar, con la ayuda de Dios, toda la riqueza del encuentro con Jesucristo para formar los discípulos y misioneros suyos, cuya vocación es configurarse con Él, construir la comunión y evangelizar”. A esta conclusión unánime llegaron los primeros impulsores de la V Conferencia.

Por eso, después de recoger de todas las conferencias episcopales valiosas proposiciones, dadas ya sea personalmente, en reuniones regionales, en reuniones del CELAM y a través de las mismas conferencias episcopales que las recopilaron de las iglesias particulares, se propuso al Papa Benedicto XVI el siguiente temario: “Por el encuentro con Jesucristo, discípulos y misioneros en la comunión de la Iglesia Católica, al inicio del tercer milenio, para que nuestros pueblos tengan vida”.

Su Santidad Benedicto XVI, pocas semanas después de haber iniciado su pontificado (en 2005), se declaró plenamente de acuerdo con la celebración de esta Conferencia General, para la cual propuso el siguiente tema: Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Juan 14, 6). Nos invita así el Santo Padre a descubrirnos discípulos y misioneros de Cristo cuando nuestro testimonio y nuestra misión evangelizadora se realiza verdaderamente por Él, con Él y en Él, que es nuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida.

Todo este proceso preparatorio de seis años se afianzará mediante la “Gran Misión en América Latina y el Caribe” que los Obispos desean convocar en la V Conferencia General que se desarrolla en Brasil, a fin de que nuestra Iglesia tenga realmente ardor misionero.

SÍNTESIS
Como resultado de un intenso trabajo de síntesis de los aportes anteriormente citados, el CELAM presenta el trabajo "Síntesis de los aportes recibidos para la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano", documento que acompañará el trabajo de los Obispos reunidos en Aparecida. La "Síntesis" consta de una introducción, tres capítulos generales y las conclusiones.

La introducción explica el gran camino emprendido en América desde la llegada de la fe. El primer capítulo, "Miramos a nuestros pueblos a la luz del proyecto del Padre", expresa el amor de Dios por el pueblo latinoamericano, un amor que pese a su inmensidad se ha desvirtuado por el pecado del hombre. Esta realidad del pecado se refleja en América en recientes desafíos y en fenómenos como el impacto de la globalización, la hegemonía del factor económico y tecno-científico, la crisis de la familia y la cultura. Este capítulo ahonda sobre el papel de la Iglesia, una Iglesia que aunque cuestionada y con deficiencias por corregir también tiene una rica vitalidad.

El segundo capítulo de "Síntesis" es: "Jesucristo, fuente de vida digna y plena"; expresa la importancia de Jesús que revela el Reino de su Padre y el Misterio Pascual, fuente de vida nueva. Y el último capítulo, "El Espíritu nos impulsa a ser discípulos y misioneros", expresa la coherente respuesta del hombre que, consciente de su crisis, se encuentra con Dios y lo anuncia reverentemente a sus hermanos; este capítulo resalta las diferentes espiritualidades presentes en América Latina y su trabajo por la construcción del Reino de Dios, desde el ámbito personal, familiar, social y cultural.

LOS CONFLICTOS DE COLOMBIA, PRESENTES EN LA V CONFERENCIA
El cambio cultural y la paz son dos de los temas centrales que presentará la delegación de la Iglesia colombiana en la V Conferencia.

El Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia –CEC- y Arzobispo de Tunja, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, ha dicho que el país “tiene una experiencia muy grande en términos de trabajo por la paz. Quiere presentarla y espera solidaridad del continente para salir adelante en este conflicto que nos agobia”. Monseñor Castro Quiroga aseguró que otro de los temas centrales de la delegación que él encabezará, es “el cambio cultural que está teniendo lugar en Colombia y en el continente. Un cambio profundo que nos exige examinarnos”.

“La Conferencia de Aparecida es muy importante y muy oportuna... Se está pasando de una época a otra. Es una nueva época que exige revisar cuál debe ser el nuevo cristiano, el nuevo sacerdote, el nuevo obispo, el nuevo religioso para esa nueva época”, enfatizó el Presidente de la CEC. “El gran tema de la V Conferencia es discípulos y misioneros de Cristo. Se trata de cómo lograr que un cristiano latinoamericano tenga conciencia de su identidad y coloque esa identidad al servicio de la vida, el progreso, el desarrollo, de todo lo que significa vivir bien. Uno de los elementos importantes hoy en el continente es el ecumenismo, por eso se han invitado delegados de otras denominaciones. Ellos darán su aporte y los escucharemos con mucho cuidado e interés. Todo eso servirá para que vayamos avanzando hacia esa unidad... Una unidad en la gran diversidad que hay en el mundo hoy, pero a fin de cuentas comunión real”, dijo el presidente de la CEC.

El Cardenal Primado de Colombia, monseñor Pedro Rubiano, por su investidura, y el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis Augusto Castro, por su cargo, encabezan la delegación colombiana.

Según el número de miembros del Episcopado Colombiano, nuestro país debe estar representado por 11 obispos que fueron elegidos por votación secreta de los mismos prelados. Estos son: los Arzobispos de Barranquilla, Cartagena, Ibagué y Popayán; el Obispo Castrense; los obispos de Cúcuta, Barrancabermeja, Tibú, Sonsón-Rionegro, Socorro y San Gil, y el Obispo Auxiliar de Bogotá. Además, el Santo Padre invitó a un obispo más, monseñor Octavio Ruiz, Arzobispo de Villavicencio. Igualmente asisten por invitación de Benedicto XVI los doctores Guillermo León Escobar e Ilva Miryam Hoyos, y la Superiora General de las Hermanas Lauritas. Ya en Brasil, se unirán a la comitiva los dos cardenales colombianos residentes en Roma, monseñor Darío Castrillón Hoyos y monseñor Alfonso López Trujillo.

Que en este mes, en el que rezamos de manera especial el santo rosario, a nuestras intenciones particulares sumemos todas aquellas que surjan en nuestro corazón en torno a la V Conferencia. Ninguna oración estará de más.

ARZOBISPO DE BARRANQUILLA EN LA V CONFERENCIA DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE
Nuestro Arzobispo, monseñor Rubén Salazar Gómez, hace parte de los obispos colombianos que participan en la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe.

Sobre la importancia de esta V Conferencia, el Arzobispo de Barranquilla afirma: “El tema objeto de esta conferencia general –en sus diferentes elementos- es de enorme trascendencia tanto para la Iglesia que peregrina en estas tierras como para nuestros pueblos, en donde la Iglesia Católica es la madre y maestra de las mayorías de la población y juega, por lo tanto, un papel importante en la orientación de los procesos históricos. Y –sin ninguna exageración- podemos afirmar que lo es también para la Iglesia universal. Como Juan Pablo II lo afirmó en repetidas ocasiones –y lo ratifica ahora Benedicto XVI con su presencia- la Iglesia que peregrina en esta región es la “Iglesia de la esperanza”. Somos pueblos jóvenes en donde vive casi la mitad de los católicos del mundo. Por esto, lo que ocurra aquí en el campo de la evangelización repercute también en el resto de la Iglesia”.

SI Y NO DE LOS CANTORES Y EQUIPOS DE MUSICA

Por ÁNGELA MARÍN NIEBLES
Integrante Comisión de Liturgia
Directora del Coro Arquidiocesano
anjemani@yahoo.com

> SÍ

:) Dedíquese a estudiar Liturgia y música litúrgica.
:) Lea y cumpla con lo que la Iglesia enseña en sus documentos litúrgicos. Lo último que ha salido sobre canto litúrgico lo orienta el Santo Padre en la Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis, de la cual salió un artículo en este periódico.
:) Saque tiempo para preparar la música de la Eucaristía, especialmente teniendo en cuenta el tiempo litúrgico. La música debe vestirse de los diferentes colores litúrgicos. Que las melodías, ritmos, armonías e instrumentos participantes hablen de Pascua, Adviento, Cuaresma, etc.
:) Comience su preparación y/o ensayo grupal orando con los textos que propone la Eucaristía del día.
:) Considérese un “proclamador musical”, invoque al Espíritu Santo para poder escoger cantos que expresen con eficacia la Palabra de Dios.
:) Escoja música que produzca un ambiente litúrgico de oración y anime a que toda la asamblea participe de lleno.
:) Evalúe los cantos (procesionales*, del Ordinario**, suplementarios***, aclamaciones**** y las melodías del salmo responsorial) que conoce, estableciendo si cumplen con su función en la Eucaristía (Mas información al respecto en la edición número 156 del Kairós)
:) Mire el servicio en su totalidad, realizando un equilibrio entre las canciones y el silencio. El silencio es un elemento importante, sepa cómo y cuándo debe ser usado.
:) Repita los cantos nuevos hasta que la asamblea los cante con comodidad y los entone unánimemente.
:) Busque modos de enseñar nuevas canciones, conozca la capacidad de la asamblea que usted anima y proponga cantos que reflejen su habilidad musical. Identifique sus límites, lo que puede y lo que no puede hacer.
:) Proporciónele a la asamblea recursos adecuados de música y comuníqueles claramente las canciones elegidas para el servicio.
:) Escuche la opinión de la asamblea, sepa si se siente cómoda con el canto, si se le permite participar activamente con la música.
:) Entienda la acústica del templo y/o lugar de celebración. Utilice adecuadamente la amplificación, no ensordezca a la asamblea con el volumen.
:) Conozca las diversos géneros litúrgico-musicales (himnos, recitativos, aclamaciones y letanías). Entone los cantos y propicie la participación de la asamblea respetando la forma de la música.
:) Aprenda bien la música y el texto, entónelos con naturalidad, que la expresión sea producto de la oración y la comprensión del mensaje.
:) Entienda su función como animador musical, vístase apropiadamente, no llame la atención de manera innecesaria, recuerde que la asamblea está pendiente de su dirección.
:) Comprenda como debe ser orada la música.
:) Esté preparado para el servicio: tenga la música, instrumentos, equipo de sonido, etc., listos antes de comenzar.
:) No se distraiga durante el servicio, esté atento de todo lo que sucede en el presbiterio. Participe consciente y de lleno durante toda la Eucaristía.
:) Practique, practique, practique. Siempre existe algo más que aprender.
:) Prepárese para lo inesperado.

> NO

:( No deje que sus preferencias personales impidan la práctica litúrgica adecuada. No cante lo que le gusta, entone melodías que respeten los principios litúrgicos que hemos estado estudiando.
:( No escoja los cantos porque usted se los sabe, entone canciones que la asamblea conozca y que sean litúrgicas.
:( No enmudezca a la asamblea seleccionando canciones que sólo usted se sabe.
:( No sea simplemente un seleccionador “relámpago” de cantos (cinco minutos antes de la misa o durante la misma)
:( No preste un servicio para el cual no se ha preparado debidamente con: Lectura de la Palabra de Dios propuesta para el día, oración para ser un puente por el que transite el Espíritu Santo, confesión sacramental, etc.
:( No escoja cantos nuevos todos los domingos. Repita las canciones y enséñelas adecuadamente.
:( No llene todo el silencio con música o palabras. No sobrecargue la Eucaristía con la música.
:( No cambie la estructura de los cantos del Ordinario. Estudie su forma, su función y seleccione la música que sea apropiada para el momento.
:( No considere el tiempo después de la comunión como la oportunidad para demostrar sus habilidades como solista, o para orar públicamente. Este momento es para que la asamblea ore privadamente.
:( No sienta que es suficiente lo que usted sabe. Estudie siempre música y liturgia. Sea un artista. Sea un instrumento ferviente de oración. No “salga” cuando no es su “turno.”
:( No apague las voces de la asamblea con su canto.
:( No atraiga atención para usted mismo ya sea por su vestuario o postura (tomar tragos de agua, buscando música, actuar distraído, afinando instrumentos, etc.). Sus gestos indican el respeto que usted le tiene a la liturgia.
:( No pretenda que la asamblea es una audiencia. Ellos participan alabando a Dios en la liturgia.
:( No rejuvenezca los cantos tradicionales cambiándoles el ritmo, esto confundirá profundamente a la asamblea.
:( No haga esperar al sacerdote innecesariamente. Esté atento de lo que sucede en el presbiterio para finalizar adecuadamente los cantos.
:( No entone plagios. No coloque textos religiosos a músicas populares o del folclor.
:( No cante piezas musicales que no han sido compuestas para la liturgia, esto incluye el repertorio religioso y las canciones mundanas (Nadie es eterno en el mundo, Amor eterno, etc.).


* Cantos procesionales: Entrada, presentación de dones y comunión.
** Cantos del Ordinario: Señor ten piedad, Gloria, Santo, Padre Nuestro y Cordero de Dios.
*** Cantos suplementarios: Acción de gracias después de la comunión y canto de salida
**** Aclamaciones: Aleluya, aclamaciones del memorial, amén, entre otros.

PARROQUIAS: AYER Y HOY DE LA FE

UNIDAD PASTORAL SAGRADA EUCARISTIA:
UN MILAGRO EN CONSTRUCCION

Por JULIO GIRALDO
Periodista
julioetica@yahoo.com


Transcurría el año 2000 y la Arquidiócesis de Barranquilla comenzaba a vivir una nueva experiencia pastoral con la presencia del recién nombrado Arzobispo, monseñor Rubén Salazar Gómez. Era el año del Jubileo universal y vientos nuevos en el campo pastoral soplaban en todo el territorio del Atlántico. En la curia, en una de sus salas, un gigantesco mapa del Departamento era extendido todos los días y con lupa, como si se buscara un tesoro, monseñor Rubén y sus colaboradores de gobierno más cercanos buscaban no un tesoro, pero sí unos puntos claves donde poder construir iglesias y hacerlas inmediatamente unidades pastorales. Con la rapidez que caracteriza a monseñor Rubén, fue llamando a varios sacerdotes a quines les fue entregando uno a uno el nombramiento, el decreto de creación de su nueva unidad pastoral y el sitio donde el sacerdote debía iniciar la misión encomendada. ¿A dónde iré Señor?, sería la pregunta de algunos de estos sacerdotes que prácticamente no tenían a donde ir ya que su nueva parroquia sólo estaba en un papel, pero en la realidad nada había.

Uno de los sacerdotes llamados para esta santa aventura fue el padre William Díaz, a quien monseñor Rubén le dijo: “Usted debe conocer los barrios Villa Country, El Golf y Alto Prado; yo necesito que se dirija por estos sitios y busque donde fundar una nueva parroquia”. El padre William gustosamente aceptó la misión que le encomendaban y el 16 de febrero del año 2000, muy temprano, se dirigió al Parque El Golf, sitio conocido por él desde que trabajó en la parroquia Tres Avemarías. No había caminado mucho cuando, de repente, se encuentra con una señora a la que el padre William saluda y le cuenta su propósito; la citada señora de apellido Malabeth, le contesta: “Yo lo conozco a usted padre... Vea, precisamente, estamos frente a la casa de quienes le pueden ayudar en su proyecto”. La señora Malabeth estiró su brazo y tocó el timbre de la casa donde el padre William estaba parado; al llamado salió la señora Margarita de Conde, quien hizo seguir de inmediato al padre y le presentó a su esposo (a quien Margarita le dice papi). “Aquí le presento a papi” y el padre William creyó que en verdad se llamaba papi y le contesta: “Mucho gusto don papi soy el padre William”. Se trataba del doctor Jorge Conde, quien junto con su esposa Margarita serían en adelante colaboradores muy especiales para el proyecto de la nueva unidad pastoral. Esa mañana del primer encuentro con esta familia, se acordó que en las horas de la tarde se podría hacer ya la primera reunión con personas vecinas del sector a quienes la señora Margarita comenzó a citar con carácter de urgencia. El llamado no fue en vano, porque a las 4:00 de la tarde la casa de los Conde estaba repleta de distinguidas personas del sector, que querían reunirse con el padre William para escucharlo y ofrecerle su apoyo. Parece que Dios traza los proyectos de su Iglesia y lleva de la mano a sus protagonistas, púes esto es lo que se deduce de este milagroso comienzo: el padre William, sin caminar ni buscar mucho, se encuentra con las personas precisas para darle inició a su misión.

El 8 de marzo, y estamos hablando del año 2000, un Miércoles de Ceniza, se celebra la primera misa campal en el Parque El Golf, la cual preside monseñor Víctor Tamayo, quien hace la presentación oficial -ante la numerosa comunidad reunida- del padre William Díaz, en adelante párroco de la naciente unidad pastoral. Comienza entonces, por decirlo así, la vida eclesial de esta parroquia que en ese momento no tiene ni terreno para construir la iglesia, ni casa donde vivir el sacerdote. El hogar de la familia Conde se convierte en casa cural desde donde, provisionalmente, se coordinan todas las actividades, como despacho parroquial y organización de las eucaristías que se celebran en campo abierto con una participación masiva de todas las familias de tan exclusivo sector. El trabajo pastoral fue creciendo y La comunidad se fue motivando. Se nombró la primera junta integrada por: Fabio Montoya, Ilva de Montoya, Margarita de Amarís, Lulú Restrepo, Nelly Ceballos y los esposos Conde. La misión de esta primera junta era buscar por tierra, mar y aire, un terreno para comenzar la construcción de la capilla. No fue posible el terreno y se acudió entonces a comprar una primera casa y luego otra; en la primera se improvisó una linda capilla en la que hoy se hacen todas las celebraciones, en la espera de la construcción definitiva.

LA PARROQUIA HOY
Para iniciar la segunda etapa en el proceso de evangelización, organización y construcción de esta unidad pastoral, recientemente fue nombrado como párroco el padre Giovanni Hernández Peñaranda, joven y dinámico sacerdote de la comunidad Eudista, pero incardinado hoy en nuestra Arquidiócesis; es psicólogo y delegado arquidiocesano para la pastoral universitaria. El padre Giovanni viene de cumplir una extraordinaria labor pastoral y social en el corregimiento de La Playa, donde creó una fundación para ayudar a los más necesitados. Al posesionarse como nuevo párroco de la Sagrada Eucaristía, encuentra una comunidad viva, motivada y muy bien organizada, con unos deseos inmensos de seguir adelante como pueblo de Dios. Lo que más le ha impresionado es ver cómo a las eucaristías asisten las familias completas: “Es hermoso y emocionante ver a los esposos con sus hijos cantando y alabando a Dios en cada Eucaristía”, afirma. Esto es un indicativo de la unidad y sentido de familia que existe en estos sectores habitados por médicos, abogados, arquitectos y profesionales de todas las ramas, industriales y altos ejecutivos. Al mirar el trabajo que debe realizar, el padre Giovanni dice que confía plenamente en Dios y en la generosidad de su comunidad parroquial.

¿POR QUÉ HAY CATOLICOS QUE DEJAN LA IGLESIA Y SE VA N A OTRAS CONFESIONES?

Para responder a esta pregunta o explicarnos este comportamiento religioso, hemos formulado las siguientes explicaciones o hipótesis:

1. Los católicos se hicieron adultos pero su fe no creció, se quedaron con la fe de la primera comunión y, al enfrentarse al proselitismo de las sectas, cayeron en manos de un pastor que, después de presentar a la Iglesia como la prostituta del Apocalipsis y al Papa como el anticristo, quedaron en cuidados intensivos de donde salieron con odio a la Iglesia Católica y fieles de una nueva religión.

2. La edad adulta le plantea al ser humano grandes interrogantes como: ¿Qué le acontece al ser humano después de la muerte? ¿Qué sentido tiene la existencia? Nuestros católicos con su fe infantil no pudieron responderse ni acudieron a alguien que los orientara, sino que fueron a caer en manos de un pastor, por invitación de un amigo, novio, novia, familiar, etc., y la respuesta fue que si continuaban en la Iglesia Católica irían directo al infierno, pero si se convertían a la nueva religión serían contados entre los ciento cuarenta y cuatro mil salvados del Apocalipsis.

3. La sencillez y la emotividad (gestos, aplausos, movimientos, coros) de los ritos de las sectas frente a la austeridad y al simbolismo de la liturgia católica llena los vacíos que ésta les deja.

4. La falta de participación en la pastoral de la Iglesia durante mucho tiempo (tratamiento como a menores de edad), frente al inmediato encargo del pastor de reclutar fieles para la nueva comunidad y, finalmente, la ignorancia de la Sagrada Escritura frente a confesiones que sólo utilizan la Biblia porque carecen de sistemas teológicos bien estructurados, incita a dejar la Iglesia e irse a buscar otras experiencias religiosas. Sobre estos temas he hablado.

Ahora quiero analizar un problema de perspectiva histórica que yo formulo así: Es posible que si esos hermanos en el momento de su decisión tuviesen bien claro quién fue o es el fundador de la nueva confesión religiosa que abrazan, no habrían dado el paso de dejar la Iglesia Católica, fundada por Jesucristo para buscar la salvación en una confesión religiosa fundada por un hombre.

Pienso que nuestros hermanos no habrían dado ese paso si, antes de irse de la Iglesia Católica, hubieran podido tener la perspectiva histórica del cristianismo, es decir, la de que la Iglesia que fundó Cristo y pusieron en marcha los Apóstoles, enviados por el mismo Cristo con Pedro a la Cabeza, es la única Iglesia construida por él. En efecto, fue a Pedro a quien el Señor le dijo en la región de Cesarea de Filipo: “Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del Hades no podrán contra ella. Te daré las llaves del reino de los cielos, y cuanto atares sobre la tierra, quedará atado en los cielos; y cuanto desatares sobre la tierra, quedará desatado en los cielos”, (Mt 16,18-19; Jn 21,15-17), es la única y misma Iglesia que gobernó Pedro, y que ha llegado hasta nosotros, a pesar de las debilidades y pecados tanto de sus jerarcas como de sus fieles, presidida sin interrupción por 265 papas sucesores de Pedro, el último de los cuales es Benedicto XVI. Cualquier historiador serio, aun sin ser católico, podría hacer el recorrido a la inversa, y remontarse desde Benedicto XVI, el actual Pedro, hasta Simón Pedro primer Papa, lo cual prueba que la Iglesia católica es la única Iglesia fundada por el mismo Cristo.

Tertuliano, un padre de la Iglesia nacido en Cartago, África, en el año 160 d.C. y muerto después del 220, describe así el proceso de expansión de la Iglesia: “Los apóstoles -palabra que significa “enviados”-, después de haber elegido a Matías, echándolo a suertes, para sustituir a Judas y completar así el número de doce (apoyados para esto en la autoridad de una profecía contenida en un salmo de David), y después de haber obtenido la fuerza del Espíritu Santo para hablar y realizar milagros, como lo había prometido el Señor, dieron primero en Judea testimonio de la fe en Jesucristo e instituyeron allí Iglesias, (llamadas hoy Iglesias Particulares o Diócesis), después fueron por el mundo para proclamar a las naciones la misma doctrina y la misma fe.

De modo semejante, continuaron fundando Iglesias en cada población, de manera que las demás Iglesias fundadas posteriormente, para ser verdaderas Iglesias, tomaron y siguen tomando de aquellas primeras Iglesias el retoño de su fe y la semilla de su doctrina. Por esto también aquellas Iglesias son consideradas apostólicas, en cuanto que son descendientes de las Iglesias apostólicas.

“Es norma general que toda cosa debe ser referida a su origen. Y, por esto, toda la multitud de Iglesias son una con aquella primera Iglesia fundada por los apóstoles, de la que proceden todas las otras. En este sentido son todas primeras y todas apostólicas, en cuanto que todas juntas forman una sola. De esta unidad son prueba la comunión y la paz que reinan entre ellas, así como su mutua fraternidad y hospitalidad. Todo lo cual no tiene otra razón de ser que su unidad en una misma tradición apostólica”. (Del Tratado de Tertuliano, presbítero, sobre la prescripción de los herejes. Cap. 20, 1-9; 22, 8-10: CCL 1, 201-204. Cfr Liturgia de las Horas t II p.1684)

Las otras confesiones cristianas, por lo tanto, distintas de la Iglesia apostólica, han ido apareciendo en el tiempo como ramas arrancadas del tronco plantado por el mismo Cristo. ¿Quién, cuándo, dónde, por qué, fueron fundadas estas confesiones? En la próxima edición mencionaremos las cuatro principales confesiones cristianas, conocidas como el Cisma de Occidente. De ellas se han derivado las miles de sectas que han invadido a América Latina.
Continuará...

EL RINCON DE PABLITO

GRATA VISITA A CASCAJAL

Por Pablito
Cuando le comenté a unos amigos del colegio que había estado en Cascajal, me dijeron: “¿Casca qué? ¿Y eso dónde queda?” Pues no los culpo por su reacción, porque antes del 29 de abril (día en que lo conocí) no tenía ni idea que en nuestro Departamento del Atlántico hay un pueblecito que se llama así.

Este es un corregimiento del municipio de Sabanalarga y fue el sitio que escogió Isabella Rodado Grijalba, la hija de mi amigo el Gobernador del Atlántico, para hacer su primera comunión. Ella me invitó y yo fui muy gustoso porque Isabella no hizo la primera comunión allí por capricho, sino porque ella y sus papitos querían compartir con los niños y las niñas de Cascajal que también iban a hacer su primera comunión ese día.

La mamá de Isabella, que se llama Elizabeth y viene siendo la Primera Dama del Atlántico, trabajó fuertemente para que ese día fuera inolvidable para su hija y los demás niños y niñas de Cascajal. Doña Eli (así le digo yo por cariño), logró que muchas personas generosas ayudaran a mejorar la capillita de este pueblo. Ustedes debieran decirle a sus papitos que los lleven hasta allá para que se den cuenta lo linda que está quedando, porque todavía faltan algunos detalles.

Recuerden: el Atlántico tiene 22 municipios y una gran cantidad de corregimientos, y en todos ellos se necesitan templos bonitos para poder celebrar la Eucaristía y alabar a Dios.

GUILLO EL MONAGUILLO

Conozcamos al Santo Patrono de los Monaguillos
Estoy muy feliz porque ese Jubileo de la Pastoral Litúrgica fue una experiencia maravillosa en la que nos permitieron participar a los monaguillos.

En esta ocasión les traigo una pregunta interesante: ¿Ustedes saben quién es Domingo Savio? Él es el patrono de todos los monaguillos y su fiesta la celebramos el pasado 6 de mayo.

Si tu eres monaguillo debes animarte a aprender mucho de él. Sabes, él siempre estaba alegre y sus mejores amigos fueron Jesús y María. Además, no le gustaban para nada las peleas, oraba mucho y una frase bien bonita que nos dejó es: "La muerte, antes que pecar".

Amiguitos, después del Jubileo de la Pastoral Litúrgica en el que participamos todos los monaguillos de la Arquidiócesis, debemos comprometernos a ser unos “excelentes monaguillos” a ejemplo de Domingo Savio.

jueves, mayo 10, 2007

NUESTRA PORTADA

JUBILEO DE LOS PRESBITEROS
Del 28 de abril al 6 de mayo. La fecha coincide con la Semana Vocacional.

LA LITURGIA CONVOCÓ A SUS AGENTES
Niños, jóvenes y adultos, todos agentes de la pastoral litúrgica, vivieron en días pasados la gracia de su Jubileo.

SEAMOS RESPONSABLES
Reclame con esta edición su afiche del valor del mes.

EDITORIAL

ANUNCIANDO A CRISTO EN UN MUNDO HOSTIL

En un mundo donde cada quien defiende su forma de actuar y de pensar; donde el corazón del hombre se ha endurecido y la bondad se va haciendo estéril; donde el respeto y la justicia han quedado a un lado, se necesita a gritos la voz y, sobretodo, el testimonio de hombres y mujeres que estén dispuestos a entregarse totalmente, con confianza plena, al Señor.

Cada momento de la vida tiene sus afanes que parecieran nos quitaran astutamente la posibilidad de un encuentro más cercano, maduro y profundo con Dios. Infortunadamente nuestro contorno ha tomado por prioridades cosas pasajeras y ha olvidado que el amor de Dioses lo que permanece por siempre. Alguien acertadamente decía: “El amor a Dios no puede darse por supuesto; si no se cuida, muere. Si, por el contrario, nuestra voluntad se mantiene firme en Él, las mismas dificultades lo encienden y fortalecen. El amor a Dios se alimenta en la oración y en los sacramentos, en la lucha contra los defectos, en el esfuerzo por mantener viva su presencia a lo largo del día mientras trabajamos, en las relaciones con los demás, en el descanso… Amar es, en cierto modo, poseer ya el cielo aquí en la tierra”.

En la niñez, los juguetes y aparatos electrónicos se convierten en el deseo constante y en el refugio permanente. A los jóvenes se les enseña diariamente la importancia del estudio, y lo es, pero es triste ver cómo para la mayoría de ellos éste se encuentra por encima de Dios. La vida adulta se ve presionada y acechada constantemente por un sin número de dificultades que las convertimos en el pretexto perfecto para renegar de Dios; el refugio en esta época de la vida es trabajar y el gran ausente es Dios, lo que conlleva a conductas irregulares y vacíos existenciales.

Es en este contexto de la vida misma donde el presbítero, hombre de Dios, anuncia sin miedo y temor, con la pedagogía propia para cada momento y lugar, el amor de Dios. Los hombres y mujeres del Señor tienen las limitaciones propias del ser humano pero, a la vez, tienen la seguridad de la promesa Divina del Espíritu Santo, y están revestidos para ser sabios en medio de la necedad, buscar la santidad en medio de la fragilidad, anunciar la verdad donde reina la mentira y promover la justicia donde hay desigualdad.

Que durante el jubileo presbiteral que en la Arquidiócesis viviremos en esta primera semana de mayo, la oración por nuestros presbíteros nos una aun más como miembros de la Iglesia y avive en cada católico del Atlántico el compromiso de orar permanentemente por las vocaciones sacerdotales y religiosas.

400 AÑOS DE SERVICIO EN EL MUNDO

ORDEN DE LA COMPAÑÍA DE MARÍA NUESTRA SEÑORA

Hace 400 años, en Burdeos, Francia, Juana de Lestonnac, una mujer de fe, con una amplia experiencia de vida, y sus primeras compañeras ponían toda su voluntad en ofrecer a la Iglesia una compañía de mujeres dispuestas a seguir a Jesús y a entregar su vida al servicio del Reino. Eran sólo cinco en este primer grupo y no les inquietaba ser un pequeño número, contar con pocos recursos para poner en marcha su misión.

Así, nacieron a principios del siglo XVII, un siglo innovador y turbulento, marcado por una tendencia profunda al humanismo y por guerras que acrecentaban la división y el dolor en el mundo.

Educar una mujer, cambiar la sociedad que la consideraba ciudadana de segunda clase, absolutamente dependiente del hombre, era una locura que exigía arriesgar hasta la existencia. Comienza así, una aventura educativa que se va a prolongar durante cuatro siglos, sin interrupción.

El 7 de abril de 1607, el Papa Paulo V aprueba la fundación de la primera Orden apostólica femenina, compuesta por un pequeño grupo de mujeres que canalizan su vocación de servicio a Dios en una misión concreta: educar. Escogen como modelo y símbolo a María, Nuestra Señora, quien les da identidad: ¡Ha nacido la Compañía de María! Y nace con el compromiso de educar a la mujer reconociendo en ella su papel en la transformación de la sociedad.

Muy pronto, la nueva Orden se consolida, crece y se expande… Y poco a poco atraviesa fronteras y continentes: lenguas diferentes, distinto color de piel, diversidad de países, de culturas, de costumbres, con un factor común, el de ser hermanas, llamadas y convocadas a una misión.

Han pasado cuatro siglos y hoy sigue siendo una Compañía viva: multitud de niñas y niños, de jóvenes formados en sus principios educativos; laicos que se comprometen con la misma misión para mantener viva esa llama de la fe, de servicio, de entrega, de tender la mano para levantar dignidades, ayudar a formar “cabezas bien hechas, que no bien llenas”.

Se vive en el mundo tiempos difíciles, pero, la Compañía de María no camina sola, ha encontrado apoyos en personas afines, amigos, colaboradores, laicos y laicas comprometidas con el proyecto educativo.

EN BARRANQUILLA

Desde 1941 la Compañía de María se hace presente en la región Caribe, en Barranquilla, ofreciendo a la mujer una formación integral para que sean mujeres de fe, de ojos abiertos a la realidad para dejarse afectar por ella y desde una mirada positiva y esperanzadora, crear una sociedad más humana.

Actualmente, mil veinte alumnas reciben educación en los niveles preescolar, primaria y bachillerato del Colegio La Enseñanza. Por otra parte, 954 estudiantes se benefician de la educación que las religiosas de la Compañía de María ofrece en el Instituto Distrital Lestonnac, en el barrio El Bosque.

MINORÍA DE EDAD Y OLVIDO DE LA SAGRADA ESCRITURA

¿POR QUÉ HAY CATÓLICOS QUE DEJAN LA IGLESIA Y SE VAN A LAS SECTAS?

Por CLOTARIO HEMER CERVANTES, Pbro.
Párroco Santísima Trinidad

En esta entrega intento establecer, en la medida de lo posible, la parte de responsabilidad que tiene la Iglesia misma en este fenómeno, que es materia de comentarios a todos los niveles en ambientes públicos y privados, y en los medios de comunicación hablados y escritos. Porque no podemos negar que la propia Iglesia tenga algo que ver en este éxodo. ¿En qué forma o de qué manera pudiera decirse que la propia Iglesia católica tenga algo de responsabilidad en el abandono de muchos de sus hijos de la fe que la Tradición transmite desde los Apóstoles hasta nuestros días?

Los invito a analizar los siguientes hechos:
1. La minoría de edad de los laicos en la Iglesia.
2. El desconocimiento de la Biblia de los católicos.
Estas situaciones tuvieron su prudente justificación en los respectivos momentos, pero habiendo cesado las causas que las motivaron, como suele suceder en muchos comportamientos colectivos, han persistido como conductas estereotipdas, incluso cuando han desaparecido las causas que motivaron su aparición.
3. El folklorismo de los encuentros religiosos de las sectas, especialmente la mímica o los gestos y el baile, las palmas, frente a la sobriedad de la liturgia católica. Emotividad frente a racionalidad.
4. Imposibilidad de los párrocos católicos de hacer un seguimiento permanente de las familias católicas y entablar relaciones personales de pastor a rebaño.

¿Por qué los laicos o seglares han sido como menores de edad durante tanto tiempo en la Iglesia Católica? Digo durante largo tiempo, porque no siempre ha sido así. En efecto, si damos un vistazo al Nuevo Testamento veremos que Jesús eligió a sus apóstoles para que “estuvieran con él” para “enviarlos a predicar” (Mc 3,13), los formó muy bien y después les ordenó “Id y amaestrad a todas las gentes”, “enseñándoles a guardar todas cuantas cosas os ordené” (Mt 28,19.20). Y Lucas dedica su evangelio a un amigo suyo convertido para que “reconozcas la solidez de las enseñanzas que recibiste” (Lc 1,4). En las cartas paulinas, podremos darnos cuenta cómo fueron las cosas desde el principio. En la sola carta a los romanos, san Pablo nombra a 34 personas que trabajaron con él en las tareas de la predicación del evangelio. Ninguna de ellas era obispo o presbítero. Eran laicos. (Rom 16,3-24). Y entre los padres de la Iglesia, san Agustín en su sermón de la fiesta de los santos Pedro y Pablo, el 29 de junio dice así: “El Señor Jesús, antes de su pasión, como sabéis, eligió a sus discípulos, a los que dio el nombre de apóstoles. Entre ellos, Pedro fue el único que representó la totalidad de la Iglesia casi en todas partes. Por ello, en cuanto que él solo representaba en su persona a la totalidad de la Iglesia, pudo escuchar estas palabras: Yo te daré las llaves del reino de los cielos. Porque estas llaves las recibió no un hombre único, sino la Iglesia única. De ahí la excelencia de la persona de Pedro, en cuanto que él representaba la universalidad y la unidad de la Iglesia, cuando se le dijo: Yo te entrego, tratándose de algo que ha sido entregado a todos.” Más adelante dice: “No es que él fuera el único de los discípulos que tuviera el encargo de apacentar las ovejas del Señor”.

Con esto quiero demostrar que los laicos no son menores de edad en la Iglesia. Esta situación no está contenida en la doctrina de la Iglesia ni en su práctica. Por otra parte, en los primeros tiempos de la Iglesia la incorporación de los paganos requería un riguroso procedimiento para evitar que recibieran el bautismo por curiosidad o por cualquier motivo distinto al de seguir a Jesucristo. Este largo y riguroso proceso se llamaba catecumenado. Si un pagano quería recibir el bautismo tenía que dirigirse a un obispo o buscar la mediación de un conocido cristiano ante la comunidad. Si era esclavo necesitaba el permiso de su señor. En África y en Roma se les admitía primero como oyentes y debían ser instruidos a parte. Con semejante preparación los laicos nada tenían que envidiar a los clérigos en materia de conocimiento de la fe. Con la caída del imperio de Occidente se dio una nueva agrupación de los pueblos de Europa y la Iglesia jugó aquí un papel preponderante. Desde este momento la fe ya no es una opción sino una imposición de los reyes y emperadores a sus súbditos. Se daban conversiones en masa. Con esto sufrió debilitamiento el examen y la instrucción de los catecúmenos, se hizo más difícil, y las catequesis preparatorias tendieron a desaparecer. El catecumenado se redujo a la preparación inmediata al bautismo. ¿Qué efectos producía esto? Un laicado incapaz de asumir tareas en la pastoral de la Iglesia, incapaz de recibir responsabilidades apostólicas. Todo tenían que asumirlo los clérigos. Sobrevino el clericalismo que dura hasta el día de hoy.

Reflejo de esto podemos verlo en la vida de san Pedro Claver, quien cuenta que, después de recibir esclavos africanos que llegaron en un barco el 30 de mayo de 1627: “Fuimos rompiendo por medio de la mucha gente, hasta llegar a los enfermos, de que había una gran manada echados en el suelo, muy húmedo y anegadizo, por lo cual estaba terraplenado de agudos pedazos de tejas y ladrillos, y ésta era su cama, con estar en carnes sin un hilo de ropa...Hecho esto entramos en el catecismo del santo bautismo, y sus grandiosos efectos en el cuerpo y en el alma, y hechos capaces de ellos, y respondiéndonos a las preguntas hechas sobre lo enseñado, pasamos al catecismo grande: Uno remunerador, castigador, etc. Luego les pedimos afectos de dolor, de aborrecimiento de sus pecados, etc. Estando ya capaces, les declaramos los misterios de la Santísima Trinidad, Encarnación y Pasión, y poniéndoles delante una imagen de Cristo, Señor nuestro, en la cruz, que se levanta de una pila bautismal, y de sus sacratísimas llagas caen en ella arroyos de sangre, les rezamos, en su lengua, el acto de contrición.” (Liturgia de las Horas (IV) p.1911-1913).

La actuación de los misioneros españoles con los indígenas no creo que fuera muy diferente. Los procedimientos actuales no es que sean muy diferentes en el bautismo de los niños. Se supone que los padres y padrinos de los bautizados se comprometen a seguir educando en la fe a sus hijos, pero en la práctica no es así. No es raro descubrir, a veces, que las motivaciones del bautismo no siempre corresponden al deseo de hacer de los niños verdaderos discípulos de Cristo e hijos de la Iglesia. No es que estos motivos queden excluidos, pero tampoco figuran como las razones religiosas de los padres de familia ni de los padrinos. Un laicado así no podrá nunca asumir tareas de adultos en la Iglesia y es presa fácil de las sectas, en las que tienen que asumir el compromiso de conquistar adeptos y llevarlos al pastor, lo que los hace sentirse personas importantes.

La minoría de edad de los laicos se volvió algo aceptado y generalizado. En los manuales de teología y los textos de catequesis se dividía la Iglesia docente (=la que enseña) e Iglesia discente (=la que aprende). El antiguo código de derecho canónico definía a los laicos como los que no son clérigos. Un manual de Acción Católica la definía como “la colaboración de los laicos en las tareas de la Iglesia” (Monseñor Cibardi). En esta manera de entender la Iglesia, se la presentaba como una pirámide, cuya estrecha cima la constituía la jerarquía y la amplia base los fieles. Me estoy refiriendo al decenio 1950-1960 hacia atrás, antes del concilio Vaticano II, que definió la Iglesia como pueblo de Dios en el que pastores y fieles caminan unidos en el mundo. Incluso, aun en la definición de laicos del Vaticano II todavía hay un rezago clericalismo. Se dice que con “el nombre de laicos se designan aquí todos los fieles cristianos, a excepción de los miembros del orden sagrado y los del estado religioso aprobado por la Iglesia” (Lumen Pentium 31). El nuevo Código de Derecho Canónico supera clara y vigorosamente el clericalismo. El canon 204,1 dice que “Son fieles cristianos quienes, incorporados a Cristo por el bautismo, se integran en el pueblo de Dios y, hechos partícipes a su modo por esta razón de la función sacerdotal, profética y real de Cristo, cada uno según su propia condición, son llamados a desempeñar la misión que Dios encomendó cumplir a la Iglesia en el mundo. El parágrafo 2 dice: “Esta Iglesia, constituida y ordenada como sociedad en este mundo, subsiste en la Iglesia Católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él.” Ya no aparece en la definición Iglesia jerárquica. El canon 208 es más claro todavía, porque dice: “Por su regeneración en Cristo, se da entre todos los fieles una verdadera igualdad en cuanto a la dignidad y acción, en virtud de la cual todos, según su propia condición y oficio, cooperan en la edificación del cuerpo de Cristo” y el canon 211 es todavía más enfático: “Todos los fieles tienen el deber y el derecho de trabajar para que el mensaje divino de salvación alcance más y más a los hombres de todo tiempo y del orbe entero.” Está claro, pues, que los laicos no son unos menores de edad en la Iglesia, pero tardará mucho tiempo en que tomen conciencia de su “deber y derecho” para que la salvación alcance a los hombres de todo tiempo y del orbe entero.

La prohibición de la lectura de la Biblia en las lenguas vernáculas se dio cuando Martín Lutero rompió la unidad de la Iglesia de occidente con su doctrina de la sola Escritura y la sola fe. Los reyes de los pueblos anglosajones sobre todo aprovecharon esta coyuntura para romper con la Iglesia, se unieron a Lutero, quien tradujo la Biblia al Alemán, lo mismo hicieron en Inglaterra y Francia. El momento pedía prudencia en lo referente a la lectura de la Biblia en las lenguas del pueblo. Sólo se debía leer en las lenguas originales y en la lengua latína, pues las traducciones podían inducir a errores y herejías. Con el tiempo desapareció la situación polémica y la prohibición era innecesaria, pero la inercia mantuvo la despreocupación por la lectura de la Biblia en los fieles católicos. Hoy día, gracias a Dios y al concilio Vaticano II que, en su constitución dogmática sobre la Divina Revelación, despejó el horizonte y urgió a clérigos y laicos la lectura asidua de la Escritura para que adquieran la ciencia suprema de Jesucristo (No. 25). A pesar de todo esto, todavía en la Iglesia partimos siempre de la palabra humana, catecismo, teología y aducimos como prueba la Escritura. Pero podríamos partir de la Escritura, palabra de Dios y deducir de allí la palabra humana, la teología, la catequesis. La Escritura goza hoy día de un gran aprecio en todo el mundo, incluyendo a los no creyentes. Y el manejo de la Escritura de parte de los pastores protestantes entusiasma a muchos de nuestros fieles.

La quinta conferencia del CELAM (Conferencia Episcopal Latinoamericana), se reunirá en el mes de mayo de este año en la ciudad de Aparecida de Brasil y el tema será precisamente cómo hacer del cristiano un discípulo de Cristo y un evangelizador. Es necesario que el cristiano deje de ser un menor de edad en la Iglesia católica. En síntesis, la minoría de edad de los laicos y el olvido de la Sagrada Escritura son factores que provocan o facilitan el éxodo de muchos católicos hacia otras confesiones.

JUBILEO DE LOS PRESBÍTEROS

¿QUÉ ES SER SACERDOTE?

“… y, enseguida, ellos dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.” (Mateo 4,22)

Por JUAN ÁVILA ESTRADA, Pbro.
Párroco San Carlos Borromeo y Padre Nuestro


Las palabras que siguen al titular de este escrito las hemos leído o se nos han proclamado multitud de veces en nuestras comunidades parroquiales. Están enmarcadas en el contexto del llamado que Jesús hace a sus primeros discípulos cuando los encuentra pescando a orillas del lago de Galilea y empieza a compartir con ellos su experiencia del Reino, para luego enviarlos a proclamar al mundo lo que vieron y oyeron de sus propios labios.

Comprender que ese mismo Jesús pueda experimentarse de modo singular en el mundo de hoy, al inicio de una carrera universitaria, en una preciosa relación afectiva o en lo íntimo de un corazón silencioso, es uno de los grandes retos del hombre contemporáneo al aprender a hacer una “relectura” de su propia vida a la luz de la fe y no, simplemente, bajo la lupa de la casualidad.

Entender hoy por qué un joven decide entrar al seminario para hacerse sacerdote no es tan sencillo. “Puedes servir a Dios sin ser cura… ; ¿no te parece demasiado precio renunciar a una esposa y a unos hijos?; para amar al Señor no es necesario tanto sacrificio…” Estas son algunas de las múltiples razones que esgrimen quienes no entienden lo que significa amar a Dios con toda el alma y donar a Él aquello que es tan natural en el hombre, no a manera de renuncia dolorosa, sino a modo de ofrenda y oblación pura. Donación que es más valiosa tanto más libre se sea para ello. Sólo el que ama entiende lo que hace y el por qué lo hace; eso forma parte de la relación personal que se establece con el Señor, con quien se ha compartido en la intimidad de la oración, y la vivencia de la fraternidad con quienes nos rodean.

Entonces, ¿qué es un sacerdote? Un hombre cuyas manos le pertenecen a todos, pero no es dueño de ninguna de ellas; aquel que escucha a todos para llevar ante el Señor las angustias y las penas de quienes le han abierto el corazón; es la voz de Dios en medio de un mundo aturdido por el barullo que ensordece; es quien defiende la verdad aún a costa de su propio nombre; quien no se deja amedrentar por la calumnia y la persecución; un hijo de Dios que hace a todos, por el bautismo, hijos del Padre celestial; un hombre entregado a Dios por sus propios padres para que le sirva en la tierra; un ser cuyo corazón es de todos, pero no posee ninguno para sí mismo; un hombre que ama como pastor, amigo, hermano; aquel que tiene manos para bendecir, absolver, abrazar; a quien le hablas con la certeza que sabe escucharte y tendrá siempre una voz de aliento para tus días de sombra.

Pero sobre todo, un sacerdote es un ser humano que ríe con las alegrías, llora para nunca olvidar que las lágrimas limpian el alma y no permiten que los pies se despeguen de la tierra y les recuerdan que también él necesita de la misericordia de Dios; es aquel que siente dolor ante su propio pecado y el pecado del mundo; es quien ante la presencia de la sencilla magnificencia de la Eucaristía en sus manos se siente amado por Aquel que lo eligió para volverlo “hacedor” del Cuerpo de Cristo. Y por qué no, es un hombre que un día cualquiera de su vida pudo olvidarse de su amor primero y renunciar a él para seguir los dictámenes de su corazón. Sí, un sacerdote es una persona como usted que “es escogido entre los hombres para representarlos delante de Dios y para hacer ofrendas por los pecados. Y como está sujeto a debilidades humanas, puede tener compasión de los ignorantes y extraviados, y a causa de su propia debilidad, tiene que ofrecer sacrificios por sus pecados tanto como por los pecados del pueblo.” (Hebreos 5,1-4)

Un sacerdote no es un ángel. Si lo fuera estaríamos perdidos, pues jamás podrían absolvernos de nuestros pecados a causa de no entendernos. No es un santo aunque esté llamado a serlo como todos los bautizados. Es un hombre que necesita también de su oración y su amistad. Así como él debe conocer sus ovejas, éstas deben conocerlo y amarlo, escuchar su voz y seguirle para que a todos nos lleven a las praderas del Reino de Jesús.

No es sencillo entender a un sacerdote aparentemente tan ajeno a las realidades del mundo, simplemente porque no ajusta su vida a los criterios del hombre contemporáneo sino que siempre se levanta como antorcha en medio de ideas oscuras que llevan al mundo a la perdición. “Si la sal se vuelve sosa ¿con qué se salará?” Si todas las ideas “modernas” del mundo fueran aceptadas por cada sacerdote, entonces se perdería su razón de ser en medio del pueblo. Por eso, un sacerdote siempre será un “anticuado” para muchas cosas sencillamente porque hay asuntos que nunca podrán modernizarse en la cabeza de un heraldo del Evangelio. Siempre será anticuado para pregonar que la vida merece respeto desde su concepción natural hasta la muerte natural; para decir que “Dios los creó varón y mujer y por eso deja al hombre a su padre y a su madre, se une a su mujer y se hacen los dos una sola carne”; nunca se “modernizará” para estar a tono con una cultura que defiende el supuesto derecho a quitar la vida a un indefenso para defender la “honra” de una mujer, como si valiera más honra que vida.

¿De qué valdría un sacerdote si todo lo que dice se ajusta a la corriente? Sólo para encerrarlo en el templo y que se dedique a celebrar una Eucaristía que no diría nada a nadie ni cambiaría la vida de los que la celebran junto con él. Siempre buscará este hombre poseer la misma misericordia de Dios para con todos, sin juzgar a nadie, comprendiendo la debilidad y la miseria humana, pero también sin renunciar a las grandes verdades enseñadas por Jesús.

Cristo se hizo hombre como nosotros no para quedarse como nosotros, sino para que nos hiciéramos como él; entonces, todo sacerdote siempre luchará para que nosotros no nos contentemos con ser como somos, sino que nos prestará su ayuda para que seamos elevados a nuestra condición sublime de hijos de Dios llamados a la perfección. Eso es un sacerdote. Recuerde, cada vez que se acerca a él, está ante un hombre de Dios que lo quiere para Dios y que con cada sacramento que le administra santificará las acciones más importantes de su vida: desde el momento en que nace, pasando por la madurez, el amor, la enfermedad hasta la muerte. Rodeemos entonces a nuestros pastores: el Papa, obispos y sacerdotes, de todo nuestro afecto espiritual, pongámoslos ante los pies del Sumo y Eterno Sacerdote, Jesucristo, para que él los tome en sus manos y haga de todos santos pastores para que el mundo crea por el testimonio de cada uno.

PARROQUIAS: AYER Y HOY DE LA FE

UNIDAD PASTORAL SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE
UNA COMUNIDAD QUE TRABAJA CON TESÓN

Muy cerca al municipio de Soledad, hace unos cincuenta años, existía un inmenso lote de terreno lleno de vegetación, donde crecían frondosos arbustos, plantas ornamentales y hasta medicinales, y era lugar preferido por los cazadores ya que los conejos se paseaban de día y de noche por el boscoso lugar.

Soledad crecía y se hicieron las gestiones pertinentes ante el crédito territorial para que se estudiara las posibilidades de construir en los terrenos mencionados, un lote de casas para familias de empleados y trabajadores, aprovechando las bondades de este organismo del gobierno que para la época cumplía con una labor social extraordinaria dándole casa a cientos de familias en todo el país. La obra se comenzó utilizando la modalidad de autoconstrucción, donde todos los favorecidos debían trabajar varias horas a la semana en la construcción de sus viviendas. Poco a poco se fue cristalizando el proyecto, se trazaron calles, se fueron levantando las viviendas, y el sector dejó de ser un monte para convertirse en el nuevo barrio Hipódromo.

Muchas cosas hacían falta, deficiencias protuberantes en el alcantarillado, agua, servicios de energía, teléfonos y escuela; pero lo que más preocupaba a los moradores del sector era la falta de una capilla para participar en la eucaristía y contar con un sacerdote para su acompañamiento espiritual. Desde Soledad se trasladaba el padre Atilio González, sacerdote que animaba la comunidad y celebraba la eucaristía en campo abierto, es decir, debajo de cualquier árbol, en una esquina del barrio o en el corredor de una casa, y los atendía espiritualmente; pero el trabajo de Iglesia ya en firme lo inicia el hermano Genaro Feliciano, religioso activo y dinámico quien acompañado de un grupo de estudiantes de la Normal Superior de Barranquilla, la que hoy se llama “La Hacienda”, motiva casa a casa a la comunidad, los ayuda, visita enfermos y crea las condiciones para construir paralelamente un colegio y una iglesia, necesidades apremiantes del nuevo barrio y, a su vez, filosofía de los Hermanos de la Salle quienes tienen por regla que en donde se construya un colegio debe haber también una iglesia. Muy pronto el hermano Genaro conseguía sus objetivos, el barrio comenzó a quererlo y a reconocer en él a su verdadero líder espiritual lo que conlleva una colaboración y apoyo de toda la comunidad para salir adelante en las obras de la iglesia y el colegio.

Como en toda comunidad que se respete, se nombró junta pro-templo y las distinguidas damas comenzaron a organizar bazares, bingos y eventos especiales, sin faltar la tradicional venta de empanadas con lo cual lentamente se recogían los fondos para la compra de materiales y pago de trabajadores. El esfuerzo conjunto del hermano Genaro, su grupo de alumnos, el padre Atilio y, por supuesto, el párroco de Soledad, padre Alfonso Miranda, y la comunidad, llega a su feliz término en su primera fase cuando Monseñor Germán Villa Gaviria, el 20 de septiembre de 1974, expide el decreto por el cual se crea la parroquia que, a petición de su gestor el hermano Genaro, lleva el nombre de San Juan Bautista de la Salle. En el mismo decreto se nombra como su primer párroco al padre Enmanuel De Alba. Luego vendrían como párrocos los padres: Jesús Escorcia, Armando Larios, Manuel Domingo Arteaga y Francisco Pacheco; en la actualidad ejerce este ministerio el padre Mario Escorcia García.

LA PARROQUIA HOY

Nos dice el padre Mario, quien desde hace tres años y unos meses se encuentra al frente de esta comunidad, que en la actualidad su parroquia cuenta con aproximadamente 12 mil habitantes, gentes que trabajan como empleados, obreros, pequeños empresarios y muchos profesionales. Es una comunidad muy viva, alegre, comprometida y muy bien preparada en los temas religiosos y de Iglesia. Las personas que de lleno se encuentran trabajando con su párroco en la evangelización, son gentes que han realizado cursos de teología, de catequesis, de liturgia y han recibido preparación como lectores y acólitos y, continuamente, asisten a cursos de actualización y participan en congresos y eventos nacionales e internacionales.

Es de resaltar el hecho de contar con 26 grupos de todas las ramas y carismas de la Iglesia; es admirable ver grupos de hombres, mujeres, niños y jóvenes que animan la vida parroquial permanentemente; con una comunidad tan piadosa y convencida de su compromiso dentro de la parroquia, la Misión Arquidiocesana marcha según los parámetros trazados por el señor Arzobispo. Esta unidad pastoral se encuentra organizada en 20 sectores repartidos entre San Juan Bautista de la Salle y la célula de Nuestra Señora del Consuelo. Los sectores se encuentran organizados de tal manera que en cada uno de ellos encontramos un responsable, un secretario, red de mensajeros y todo lo que el proceso de nueva evangelización exige.

Diariamente hay celebración eucarística, confesiones y atención a los enfermos; se dictan cursos prematrimoniales y de preparación a los demás sacramentos. El día domingo se celebran cuatro eucaristías y en cada una de ellas la iglesia está totalmente colmada de fieles. El templo y sus alrededores se remodeló y hoy presenta un nuevo y acogedor aspecto.

DIA DE LA TIERRA: DEL CAOS A LA UTOPIA CREADORA

Fray GILBERTO HERNÁNDEZ GARCÍA, OFM
alvinxxi@yahoo.com.mx

Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra, la cual nos sustenta y gobierna, y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba.

En días pasados hemos celebrado el Día de la Tierra, que ha venido a recordarnos que hay que tomar decisiones urgentes que sean saludables para nuestra casa común. Desde que se puso en marcha esta conmemoración —en1970—, ha habido algunos avances, como la reducción del uso de muchos pesticidas y otros contaminantes han sido erradicados, sin embargo no ha sido suficiente. La voz de alarma que han dado los expertos en cambio climático nos está urgiendo a tomar medidas en todos los niveles.

Hace un par de años la Organización de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), presentó un informe en el que señalaba que Latinoamérica puede ser la más devastada del mundo por el deterioro ambiental en los próximos 30 años si no se toman medidas urgentes. El estudio revela cifras alarmantes en cuanto a la contaminación y pobreza que enfrenta el continente, y advierte que, de continuar la tendencia actual, el riesgo humano es elevado.

Según el Organismo de la ONU, más de tres millones de hectáreas de tierra en Latinoamérica están degradadas debido a la erosión del suelo por malas prácticas agrícolas, lo que equivale al 16 por ciento del total global; así mismo, en los últimos 30 años se perdieron 190 millones de hectáreas de bosques en la región, lo que representaría más del 40 por ciento de las pérdidas mundiales, que alcanzan un total de 418 millones de hectáreas.

Latinoamérica figura como la región más urbanizada del mundo en desarrollo, pues el 75 por ciento de sus habitantes viven en ciudades, las cuales presentan graves problemas en el acceso de agua potable, contaminación del aire, manejo de desechos sólidos y enfermedades relacionadas al ambiente. Tan sólo ciudades como Sao Paulo, Buenos Aires, México y Bogotá —señala el documento citado— producen 51,100 toneladas de basura cada día, y 80 millones de habitantes de la región son afectados en su salud por la contaminación atmosférica a pesar de que se redujo en 21 por ciento la producción de clorofluorocarbono (CFC), que daña la capa de ozono.

El sueño colectivo que muchos tenemos ante esta caótica situación no es el «desarrollo sostenible», que el neoliberalismo propone, sino —como lúcidamente ha dicho Leonardo Boff— «un modo de vida sostenible», que sea fruto del cuidado para con todo ser, particularmente para con todas las formas de vida y una respuesta responsable frente al destino común de la tierra y de la humanidad. Esta utopía implica entender «la humanidad como parte de un vasto universo en evolución» y la «tierra como nuestro hogar, y viva»; supone también «vivir el espíritu de parentesco con toda vida», «con reverencia, el misterio de la existencia; con gratitud, el don de la vida que utiliza racionalmente los bienes escasos para no perjudicar al capital natural a las generaciones futuras; ellas también tienen derecho a un planeta sostenible y con buena calidad de vida».

El mismo teólogo brasileño sugiere que, en el cuidado de nuestro entorno, desde la acción particular de cada uno y en colectivo, además de la práctica de las tres famosas erres (reducir, reutilizar y reciclar) hay que añadir una cuarta: rearborizar o reforestar todo el planeta, «ya que son las plantas las que capturan el dióxido de carbono y reducen considerablemente el calentamiento global».

COLEGIO SAN PANCRACIO: EJEMPLO DE PREPARACIÓN Y ESFUERZO

Por ONIX NEDEL CORREA GARCÍA
Estudiante en práctica Comunicación Social
Universidad Autónoma del Caribe
onix2502@hotmail.com


Caminar hacia la excelencia y alcanzar un alto nivel, son los propósitos que la mayoría de los centros educativos pretenden alcanzar. El Colegio Arquidiocesano San Pancracio no es la excepción, pues con esmero y mucha dedicación viene trabajando en miras de que sus estudiantes se preparen para darle a la sociedad bachilleres visionarios de una vida profesional.

El trabajo de esta institución se hace visible con el reconocimiento entregado el pasado 8 de marzo por la Secretaría de Educación de Soledad, en el que se exalta la obtención del resultado más alto del municipio en las pruebas de Estado ICFES el año pasado. La placa de la Secretaría de Educación de Soledad fue entregada junto con el reconocimiento dado por la empresa Bavaria en el que se valoran los esfuerzos y la preocupación por entrenar a sus estudiantes para que se logren resultados como estos.

Directivos, profesores, estudiantes y padres de familia, demostraron su alegría debido a que les reconocieron el trabajo que venían desarrollando desde hace mucho tiempo. “Superar ese promedio que tenemos es un reto y también es una meta, vamos a trabajar para que todos este año nos comprometamos con la excelencia y el colegio alcance un nivel superior”, afirma María Estela Ubarnes, personera estudiantil del colegio.

Ahora, en los estudiantes de once grado recae la responsabilidad de mejorar estos buenos resultados conseguidos por la promoción 2006 y, como lo manifiesta su rectora Vivian Godoy, la meta es alcanzar la excelencia tecnológica, científica y humana en el marco del mejoramiento continuo que viven los alumnos pancracianos.

EL COMPROMISO DE LA INVESTIGACIÓN
Día a día el centro educativo recibe en sus jornadas de la mañana y de la tarde alrededor de 800 niños y jóvenes desde transición hasta undécimo grado.

Son muchos los proyectos que adelanta la institución para cumplir con su compromiso de optimizar su plan académico día a día. Como es el caso de despertar en los estudiantes, a través de los docentes, un interés por la investigación en todas las actividades y áreas que desarrollan en el centro educativo; claro está, que para esto es pertinente que el colegio se transforme y mejore su infraestructura. De la misma manera, se trabaja para que salga nuevamente una edición más del periódico institucional e inaugurar la emisora escolar.

Por otro lado, en el área de deportes el colegio se prepara para hacer sus “Olimpiadas Pancracianas” que son muy reconocidas en toda la comunidad. Es así como el grupo de porras, revista gimnástica, danza y capoeira trabajan fuertemente para tener un buen desempeño y, por ende, ganar varios premios.

Quizás uno de los proyectos que más llenan de orgullo a toda la comunidad pancraciana es la construcción del observatorio astronómico. Este coincide con la invitación para viajar a Argentina que en días pasados se le hizo al grupo de astronomía Apolo, conformado en su mayoría por estudiantes de la institución.

Todos estos trabajos y reconocimientos son coherentes con cada una de las metas que se proponen los colegios arquidiocesanos. Una labor que es continua en función de aprender más y ser mejores cristianos cada día.

EL RINCON DE PABLITO

LOS MONAGUILLOS DISFRUTARON SU JUBILEO

Los monaguillos de todas las parroquias que existen en el Atlántico hacen parte del grupo de agentes de la pastoral litúrgica que recientemente celebraron su jubileo.

Uno de los momentos especiales de este jubileo fue la gran “Feria Litúrgica” que se realizó el sábado 21 de mayo en el Colegio María Auxiliadora, bajo la organización de la Comisión Arquidiocesana de Liturgia.

En esta feria los monaguillos tuvieron un espacio especial para la reflexión y la diversión. Participaron en concursos en los que recibieron premios, se divirtieron con los juegos inflables y muy juiciosos participaron en la peregrinación que se organizó del colegio a la Catedral. Luego, participaron de la Eucaristía. ¡Las fotos lo dicen todo!

DOMINGO 6 DE MAYO:
JORNADA NACIONAL DE INFANCIA MISIONERA

Aquí en la Arquidiócesis de Barranquilla, este año, la Jornada Nacional de la Infancia Misionera se celebrará en cada parroquia el domingo 6 de mayo.

Será una celebración muy especial donde los niños misioneros disfrutarán este día viviendo una integración y adelantando una misión en su propia parroquia. Juntos con los asesores y con el permiso de su párroco, se espera que los niños hagan una colecta en las misas de ese domingo y, si es posible, también vinculen a todas las familias del barrio. Esta colecta, junto con las de todas las diócesis de Colombia, se enviará al Papa Benedicto XVI para que él la regale a niños pobres del lugar del mundo que considere.

Todas las alcancías que se alcancen a llenar en nuestras parroquias deben llevarse el lunes festivo 21 de mayo a la Misa que los niños de Infancia Misionera, junto con sus familiares, amigos y asesores, tendrán en El Morro. Aquellos que no puedan asistir a esta peregrinación, pueden entregar sus alcancías el martes 22 de mayo en la Casa Mariana. Cada alcancía debe ir marcada con el nombre de la parroquia.

Ustedes se preguntarán: ¿Y de dónde vamos a sacar las alcancías? Pues, los asesores de infancia misionera ya pueden pasar por la Casa Mariana a recibir sus alcancías y afiches promocionales de la jornada.

Otra cosita, para la peregrinación a El Morro, también en la Casa Mariana y en algunas parroquias están a la venta los boletos que tienen un valor de $6.500 por persona. Para mayor información, puedes llamar al teléfono 3793316 en la mañana, ó al celular 315.6554513 de la hermana Micheline.