Por JULIO GIRALDO
Periodista
A menos de una hora en carro desde Barranquilla, y situado a orillas del majestuoso río de la Magdalena, se encuentra el pujante municipio de Sabanagrande, con aproximadamente 27 mil habitantes y una historia de más de trescientos años.
Es uno de esos municipios llenos de historia, de luchas y trabajos; sus habitantes viven de la agricultura, la ganadería, la pesca y un alto porcentaje trabaja en Barranquilla en diferentes profesiones y oficios. Es cuna de miles de docentes, que son fruto de la Normal Santa Teresita dirigida por las Hermanas Salesianas, que se encuentran misionando y formando docentes desde la fundación misma de la parroquia Santa Rita de Cascia. Igualmente, es cuna de artistas, músicos, escritores y pintores. Pero sobre todo, un pueblo creyente, fervoroso y firme en su fe, hasta el punto que a sus habitantes los llaman: “los rodillones”. Este cariñoso apodo se deriva del sentido tan profundo que tienen de sus creencias religiosas, pues al parecer vivian arrodillados implorando a Dios y tenían muchas procesiones.
En la actualidad, se celebran no menos de veinte procesiones al año. Lo anterior lo confirma el hecho -también digno de resaltar- de ser un pueblo levítico. Entre los sacerdotes que recordamos como oriundos de Sabanagrande, podemos citar los siguientes: Manuel José Fernández, los hermanos Mateo e Hidelfonso Barrios, José Rufino Gutiérrez Romero, José Feliciano Hernández, Carlos Arturo Rocha Blanco, José Tobías De la Cruz, David De la Hoz, Álvaro Berdejo, Keneth Pacheco y Janer Ramírez.
Para conocer la historia religiosa de Sabanagrande nos debemos trasladar al año 1600, cuando ya desde Malambo algunos sacerdotes ejercían su ministerio en los caseríos cercanos. Estos sacerdotes eran de la orden de Santo domingo, quienes habían creado un convento en el territorio del partido de Tierra Adentro. Desde los años de 1810 y siguientes, existía en la población una iglesia de bahareque y techo de paja, la cual se encontraba a cargo de un sacerdote llamado Manuel José Fernández. Otro de la época fue el padre Mateo Indignares a quien remplaza Manuel Manga.
Para los años 1870 las visitas pastorales manifiestan su preocupación por el estado de la iglesia dada la apatía de los pobladores. Los años claves se inician en 1888, donde los muros del nuevo templo están a un metro de altura y en 1910 ya se crea una junta para continuar con la construcción en cuyo trabajo colaboraron alumnos y alumnas de las escuelas, quienes debían cargar ladrillos y arena, y todos los moradores del pueblo debieron también trabajar.
Hasta decretos del alcalde ordenaban por ley que todos debían colaborar en la santa obra. Durante estos años los sacerdotes que administraban los servicios eclesiásticos, eran Agustinos enviados por el cura rector de Soledad, entre los que sobresalen Roberto A Charris, José Rufino Gutiérrez, Manuel y Néstor Coronel.
Para 1925, la iglesia ya estaba concluida, pero sin torre. En 1948, se organiza una solemne procesión con el Santísimo como acto inicial a la creación de la Parroquia. Ese memorable día, los habitantes de Sabanagrande y Santo Tomás se vistieron de Blanco. Colegios y escuelas, con sus mejores galas en fila y con paso militar, entonaban himnos; papayeras y grupos musicales alegraban y daban solemnidad al acto, mientras que piadosas matronas recogieron todas las flores de sus jardines para regarlas al paso del Santísimo, que bajo palio salió desde Santo Tomás, y por el polvoriento y estrecho camino, llegó después de varias horas a su nueva morada, donde fue recibido por el padre Carlos Julio Becerra. El 29 de mayo de 1950, se emitió el decreto de creación de la Parroquia de Santa Rita de Casia de Sabanagrande. Su primer párroco en propiedad fue Juan de Jesús Serna. Lo siguen José Goenaga, Jorge Becerra, Fidel García, José Carvajal, Javier Medina, Alcides Robles, Francisco Sierra, Armando Larios, Edgar Llanos, Evelio Quinchía, Samuel Granados y Rafael Ahumada. De todos estos sacerdotes, la comunidad guarda mucho cariño y respeto por el trabajo pastoral que cada uno desarrollo, pero especialmente recuerdan al padre Jorge Becerra a quien quieren mucho ya que fue quien terminó la construcción del templo y construyó la torre para que dejara de ser la iglesia de “torre mocha”. Pero lo recuerdan también por un hecho que jamás los habitantes de Sabanagrande olvidarán: Un día cualquiera el padre Jorge entró a un viejo cuarto en donde se guardaban las imágenes que eran numerosas, y encontró que por ser éstas de madera, el comején estaba acabando con ellas y con el lugar. Ordenó entonces el padre Becerra a un camionero que se llevara todos estos santos de madera y los arrojara a cualquier lugar, el hombre los arrojo al río Magdalena, los habitantes del pueblo al darse cuenta de la desaparición de las imágenes, dijeron que el padre las había quemado y enterrado. Hicieron excavaciones pero nadie encontró nada. La verdad la supieron los habitantes de Sabanagrande, 50 años después de labios de de su mismo protagonista.
La Parroquia hoy
Hoy ejerce como párroco el Padre Rafael Ahumada Peñate, quien construyo la capilla San Francisco de Asís y el Salón Comunitario Nuestra Señora del Carmen. Tiene su parroquia organizada en 18 sectores parroquiales con agentes de pastoral comprometidos en el trabajo con los jóvenes, niños, matrimonios, enfermos y adultos mayores, así como en la pastoral social. Se cuenta con 3 células pastorales que son: Santa Rita, San Francisco y Nuestra Señora del Carmen. Existen 7 congregaciones maduras en su fe. La asistencia al templo es numerosa, su feligresía se acerca a recibir los sacramentos con mucha frecuencia, los grupos todos unidos siempre están listos en el trabajo de la evangelización, las eucaristías son animadas en la parte musical por grupos del mismo municipio y se destaca la participación de los jóvenes. La población creció en territorio y habitantes, por eso fue necesario crear dentro del mismo perímetro urbano la parroquia de San Juan Bosco que hoy cuenta con 15 mil habitantes.
Las fuerzas vivas de Santa Rita de Cascia han organizado para el domingo 5 de noviembre su gran “Templotón 2006”, que será un día de fraternidad para integrarse y colaborar con las obras de la parroquia.
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