viernes, diciembre 14, 2007

PARROQUIAS: AYER Y HOY DE LA FE


FE, DEVOCIÓN Y COMPROMISO CON EL PLAN PASTORAL

Por JULIO GIRALDO *

Seguimos en este fin de año narrando la historia de las parroquias más antiguas de nuestra Arquidiócesis; en las dos ediciones anteriores mostrábamos las parroquias de Tubará y Sabanalarga. En esta oportunidad, les traemos una resumida historia de la parroquia de Santo Tomás de Villanueva, otro municipio del Atlántico que ha aportado, al departamento y a Colombia, todo un legado histórico y cultural, y donde la mayoría de sus habitantes dejaron de ser agricultores para convertirse en profesionales de las distintas áreas del saber.
Santo Tomás es un pueblo que canta, baila, compone versos, escribe libros, pinta obras de arte, trabaja y reza; su historia se remonta al antiguo partido de tierradentro, jurisdicción del departamento de Bolívar en aquella época, hoy departamento del Atlántico. Algunos historiadores dicen que este municipio fue fundado entre los años 1589 y 1681, y, como la ciudad de Barranquilla, no aparece el nombre de su fundador.

Existe una versión basada en la tradición oral que alega su fundación a los españoles Francisco y Miguel Becerra, pero, en investigaciones muy serias hechas sobre el tema, esta afirmación ha sido desmentida categóricamente; en estas condiciones tenemos entonces que no existe, en ningún documento histórico, fecha exacta de su fundación, ni nombre o nombres de sus fundadores. Lo cierto es que parece que se fundó muy cerca de la época en que fue fundada Barranquilla y su iglesia de San Nicolás, ya que la tradición oral cuenta que la imagen de Santo Tomás de Villanueva llegó por equivocación del que la envió de España a la iglesia de San Nicolás en Barranquilla, lugar donde estuvo por algunos días y, luego, solemnemente fue traslada hasta el pueblo de Santo Tomás, donde aún se conserva como nueva. Esta es una imagen pequeña, de aproximadamente un metro, viste elegantemente los atuendos arzobispales con mitra, capa, pectoral y un lindo y fino bastón de mando o báculo; es una bella y valiosa joya histórica, que se conserva gracias al cuidado que de ella tienen algunos feligreses que se encargan de su mantenimiento periódicamente.

La historia de este santo dice que era un obispo consagrado en Valencia (España) en el año de 1555, hijo de una familia adinerada y de mucho linaje, pero él era una persona tan humilde que todo lo regalaba a los pobres y marginados, inclusive hasta su cama la regaló a uno de sus sirvientes. La feligresía tomasina venera con especial fe y solemnidad la imagen de santo Tomás.

LA PARROQUIA HOY
Nuestra visita al municipio de Santo Tomás para la búsqueda de la presente crónica, fue un domingo en la mañana. Ese día más de cien niños celebraban su primera comunión y otros más eran bautizados. La parroquia era un hervidero de feligreses, catequistas, coros, grupos musicales y colaboradores muy cercanos del sacerdote; se reflejaba, en este acontecimiento, la realidad de la vida pastoral de una comunidad comprometida totalmente con su iglesia y, de la mano de su párroco, padre Salvador Castaño, trabajando para sacar adelante el plan de evangelización de la Arquidiócesis.

A diferencia de otras parroquias, la de Santo Tomás de Villanueva es una comunidad que, en su mayoría, se encuentra conformada por niños y jóvenes, son tres grupos de niños y cuatro grupos juveniles. Son ellos los encargados dinamizar y acompañar las celebraciones eucarísticas; cada grupo se encuentra liderado por jóvenes bien preparados pastoralmente para responder, con altura y sabiduría, al compromiso asumido por cada uno de ellos. Una de estas líderes es Martha Mejía, joven mujer con vena artística y una vocación de servicio a toda prueba, sabe de memoria la historia de su pueblo, de su iglesia y de su santo patrono; además, dirige uno de los coros de niños y lidera muchas actividades de su parroquia.

Pero así como se destaca la presencia de niños y jóvenes en la actividad pastoral, no es menos cierto la participación de los adultos, quienes con su ejemplo de vida y participación eclesial hacen que esta comunidad se mantenga viva y activa caminando hacía la casa del Señor, orientados por el padre Salvador Castaño, que con sus palabras les da un mensaje profundo y directo cada día. El padre Salvador ha conquistado a todos los tomasinos por su sencillez, humildad, espíritu de entrega y testimonio permanente de su vida sacerdotal.

La parroquia se encuentra organizada en cuatro células pastorales así: Santo Tomás, La Encarnación del Señor, La Transfiguración y La Divina Eucaristía; cada una de estas células tiene ya su espacio comunitario. Es de mucha importancia recalcar que también se han conformado las juntas parroquiales para empezar la construcción de cada templo y, de esta manera, dar cumplimiento al nuevo plan de evangelización que recomienda una unidad pastoral por cada ocho mil habitantes; en este caso, Santo Tomás cuenta con treinta mil habitantes.

Al comenzar el mes de diciembre, los tomasinos preparan su loa navideña y las novenas sectorizadas: en cada cuadra un pesebre, en cada cuadra todo un ambiente de Navidad.

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