Los Villancicos han estado con nosotros desde la más tierna infancia, nos han acompañado durante muchas navidades y, generalmente, nos traen gratos recuerdos. La historia de estas canciones es muy antigua y se encuentran sus primeros vestigios a finales del Medioevo y a principios del Renacimiento.
No siempre los villancicos han tenido temática religiosa. En sus inicios estas canciones designaban las músicas que entonaban los “villanos”, es decir, los habitantes de una villa; ellos cantaban villancicos con temáticas cotidianas y se acompañaban con algún instrumento de cuerda. Este tipo de canción fue muy popular en Europa durante los siglos XV y XVI.
Ahora bien, ¿en qué momento se convirtió el villancico en una canción religiosa? No se sabe con claridad cuando y por qué se empezaron a escribir textos religiosos a estas tonadas populares; algunos investigadores mencionan que los villancicos religiosos tuvieron su nacimiento en las representaciones medievales de los misterios cristianos y, poco a poco, éstos se fueron utilizando para la celebración de la Navidad.
En el siglo XVII, el villancico adquirió un carácter netamente religioso; razón por la cual, muchos compositores escribieron piezas musicales para cantarlas en las misas y oficios. Una de las autoras más famosas de villancicos religiosos es santa Teresa de Jesús, de quien se dice que organizaba alegres fiestas en sus conventos alrededor del pesebre. Una de sus frases célebres es: "Parezcámonos en algo a nuestro Rey, que no tuvo casa, sino el portal de Belén adonde nació y la cruz adonde murió".
En la actualidad, los villancicos se han organizado en dos clases bien diferenciadas: los de Adviento y los de Navidad.
VILLANCICOS DE ADVIENTO
Son aquellos cuya temática hace referencia a la preparación para la llegada del Divino Infante; son aquellas canciones que nos invitan a reflexionar y a esperar con ansia la manifestación de Dios a los hombres en la noche de Navidad. La temática de los villancicos de Adviento se sitúa en la espera del Salvador, nos motivan a mantenernos despiertos y vigilantes a la llegada del Señor, y acrecientan las súplicas de todo el pueblo cristiano para que el Redentor descienda pronto de los cielos.
VILLANCICOS DE NAVIDAD
Son aquellos cuya temática rebosa de alegría y gozo por el cumplimiento de la profecía hecha desde antiguo, es decir, la manifestación plena, gloriosa del Emmanuel. El canto por tanto debe introducir a la asamblea en la experiencia sublime del nacimiento del Mesías. El Himno del Gloria es el gran canto de este periodo.
Si revisamos con atención los villancicos que entonamos en el tiempo de Adviento, ya sea en la novena de Navidad o en la celebración litúrgica, encontraremos que la temática, la mayoría de las veces, es mal seleccionada. Se entonan canciones para arrullar al Niño recién nacido, pero, como escribía en un artículo anterior de este periódico, el Niño aún no ha nacido; se interpretan canciones para llevarle ofrendas al pequeño Rey, pero todavía no ha llegado el momento.
Como se ha mencionado, el tiempo de Adviento es un tiempo de preparación para recibir al anhelado Redentor. Sucede con frecuencia que hacemos todo lo necesario para preparar la fiesta de bienvenida del Niño Jesús y no vamos a la fiesta. Pues sí, aunque parezca paradójico, esto es lo que sucede cuando hacemos la novena, hacemos compromisos, repartimos regalos, pero dejamos todo hasta ahí. Muchos se van de vacaciones y regresan a la Iglesia al año siguiente; otros continúan asistiendo los domingos como es su costumbre, pero no se nota cambio alguno al tener presente al Mesías prometido.
El tiempo de Navidad es un periodo fuerte que la Iglesia Católica propone para acoger al Enmanuel, a Aquel que se hizo hombre para salvarnos. Por eso, es el momento de llenar los templos, nuestros grupos de oración y nuestros hogares con la oración, con el canto de villancicos, pero bien seleccionados. Si los niños y adultos van a la Iglesia todos los días durante la novena, con mucha más razón debemos asistir para honrar y ofrecer nuestro canto al Divino Infante después de su Natividad.
Los villancicos poseen letras hermosas; sin embargo, muchos de ellos no han sido compuestos para la celebración litúrgica sino para serenatas al Niño Dios y/o para la novena de Navidad. Otros han sido compuestos con un contenido de fondo serio y rico en la expresión de nuestra fe? éstos últimos podrían servir para uno u otro momento de la Eucaristía.
EN NUESTRA NOVENA DE NAVIDAD
Teniendo conocimiento de la problemática anterior, en la novena de Navidad que presenta este año la Arquidiócesis de Barranquilla, se proponen nuevas letras para entonar durante la preparación. Son villancicos tradicionales que han sido ajustados en texto para ser cantados en Adviento. Les invitamos a revisarlos y a cantarlos durante la novena. Es una pequeña solución mientras nos aprendemos nuevos cantos y mientras se finaliza el cantoral diocesano.
Para finalizar, es importante entender que el tiempo de Navidad encierra varios aspectos de la vida del Redentor. No todo el tiempo Jesús está recostado en el pesebre, sino que rápidamente va creciendo hasta ser bautizado en el Jordán. Por lo tanto la temática de los cantos debe tener presente esta situación; en este sentido, no es lógico cantar canciones de arrullo durante todo el tiempo Litúrgico. Les invitamos a todos a programar las actividades navideñas en el tiempo que les corresponde y a aprovechar al máximo el ya próximo tiempo de Navidad.
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