La Pastoral de la Salud: ¡Mandato del Señor!
Por Juan Carlos Sermeño Martínez, diácono*
Frente a la Iglesia
Un día cualquiera chocan dos autos frente al templo. Junto a los carros destrozados se agolpa la gente con curiosidad. Hay heridos y sangre, pero nadie ayuda a los heridos, nadie llama una ambulancia. Los heridos gimen y piden auxilio. Pero nadie se mueve.
Desde la iglesia se oyen los gemidos de los accidentados. Desde la Cruz, el Cristo escucha los lamentos de los heridos. Entonces al ver que nadie socorre a los accidentados, ante el asombro de los que estaban en el templo, el Cristo desclava Sus manos y Sus pies, desciende de la cruz, camina rápido por el centro del templo y sale a la calle al lugar del accidente.
Los transeúntes se asombran de ver a un hombre medio desnudo con corona de espinas que se apresura al lugar del accidente, corta las hemorragias, reanima a un moribundo, haciéndole respiración boca a boca, entra a una cabina para llamar a una ambulancia.
La gente le reconoce y comienza a exclamar entusiasmada: ¡Es Jesús, milagro, milagro!
Pero Jesús les dice: El único milagro es el amor. De poco sirve que la gente vaya al templo y no practique lo que Yo allí enseño, El Amor; sobre todo a los necesitados. Este es mi gran Mandamiento.
Y lentamente Jesús se abre paso por entre la multitud, regresa de nuevo a la iglesia y se sube a la cruz. Y cuenta la historia que ninguno de los accidentados murió.
Jesús ante el sufrimiento y la muerte
Nuestro Señor se nos muestra como un hombre que vive la vida intensamente, con una alegría que tiene como base la experiencia gozosa del Padre y de Su reino. Esta experiencia no le aleja del sufrimiento de los hombres. Jesús se conmueve profundamente ante el dolor de los otros y asume su propia muerte aceptándola libremente. (Mateo. 9,36; 14,14; 15,32; Juan. 10,18).
Los enfermos, opción preferencial de la acción de Jesús
El mundo de los enfermos aparece en los Evangelios como el campo privilegiado de la acción de Jesús. Este es el signo de Su acción liberadora y salvadora (Mateo 11,5; 12,28), pues la enfermedad es vivida en tiempos de Jesús como una experiencia de abandono y desamparo, de máxima pobreza, de la maldición divina y de la marginación social. Nuestro Señor se preocupa extraordinariamente por ellos y pasa sus días haciéndoles el bien, atendiendo sus necesidades. (Marcos. 1,41).
El mandato del Señor: Curad a los enfermos
Jesús muestra su preocupación por los enfermos y por los que sufren hasta sus últimos días en medio de sus discípulos. Y con el envío, una vez resucitado, de anunciar la Buena Nueva a la creación entera, les manda también poner las manos sobre los enfermos y sanarlos (Marcos. 16, 15. 18b). En el contexto de la atención a los enfermos, poner las manos, significa también que la Iglesia, en su continuación de la obra salvífica de Cristo, debe dirigir sus esfuerzos y acciones hacia nuestros hermanos enfermos.
Es así como en los días de la Iglesia hoy, es necesaria la creación de una Pastoral de la Salud, orgánica, que garantice la continuación de la misma obra que Nuestro Señor realiza por los enfermos. Con agentes de la Pastoral de la Salud podrá el Señor llegar a los que sufren y a los enfermos de nuestro departamento, en sus vicarias, decanatos y unidades pastorales, y así a cada familia del pueblo de Dios que peregrina en el Atlántico.
Pastoral de la Salud: Voluntad de Dios en la Arquidiócesis de Barranquilla
Por voluntad de Dios, en la Arquidiócesis de Barranquilla, existe la Pastoral de la Salud, cuyo delegado es el padre Atilio González, una Pastoral muy comprometida en la atención a los enfermos y a los que sufren. Esta pastoral hace presencia en todas las vicarias, decanatos y casi todas las unidades pastorales; sí casi todas. Por ello, invitamos a todo el que se sienta llamado por el Señor, a realizar este servicio de amor, acercándose a su párroco, para crear este comité o a vincularse a el mismo si ya existe en su unidad pastoral, y así, como Iglesia, continuemos con la obra de Nuestro Señor por los enfermos y los que sufren de nuestro departamento.
La Pastoral de la Salud: Arquidiócesis de Barranquilla
Delegado: Padre Atilio González, párroco de la unidad pastoral Sagrado Corazón de Jesús.
Consta de la siguiente organización a nivel de Vicarias:
1. Vicaria Espíritu Santo: Magaly Chavarro, coordinadora. Tel. 3553447
2. Vicaria Maria Reina: Betty Pérez, coordinadora. Cel. 3106045914
3. Vicaria Santísima Trinidad: Amanda Díaz, coordinadora. Cel. 3014335416
4. Vicaria Padre Misericordioso: Ramona Castro, coordinadora. Tel. 3636345
5. Vicaria San José: Adriana Cadena, coordinadora.
6. Vicaria Cristo Redentor. Rosmeri Rada, coordinadora. Cel. 3174590699
Promovemos, cuidamos, defendemos y celebramos la vida.
Frente a la Iglesia
Un día cualquiera chocan dos autos frente al templo. Junto a los carros destrozados se agolpa la gente con curiosidad. Hay heridos y sangre, pero nadie ayuda a los heridos, nadie llama una ambulancia. Los heridos gimen y piden auxilio. Pero nadie se mueve.
Desde la iglesia se oyen los gemidos de los accidentados. Desde la Cruz, el Cristo escucha los lamentos de los heridos. Entonces al ver que nadie socorre a los accidentados, ante el asombro de los que estaban en el templo, el Cristo desclava Sus manos y Sus pies, desciende de la cruz, camina rápido por el centro del templo y sale a la calle al lugar del accidente.
Los transeúntes se asombran de ver a un hombre medio desnudo con corona de espinas que se apresura al lugar del accidente, corta las hemorragias, reanima a un moribundo, haciéndole respiración boca a boca, entra a una cabina para llamar a una ambulancia.
La gente le reconoce y comienza a exclamar entusiasmada: ¡Es Jesús, milagro, milagro!
Pero Jesús les dice: El único milagro es el amor. De poco sirve que la gente vaya al templo y no practique lo que Yo allí enseño, El Amor; sobre todo a los necesitados. Este es mi gran Mandamiento.
Y lentamente Jesús se abre paso por entre la multitud, regresa de nuevo a la iglesia y se sube a la cruz. Y cuenta la historia que ninguno de los accidentados murió.
Jesús ante el sufrimiento y la muerte
Nuestro Señor se nos muestra como un hombre que vive la vida intensamente, con una alegría que tiene como base la experiencia gozosa del Padre y de Su reino. Esta experiencia no le aleja del sufrimiento de los hombres. Jesús se conmueve profundamente ante el dolor de los otros y asume su propia muerte aceptándola libremente. (Mateo. 9,36; 14,14; 15,32; Juan. 10,18).
Los enfermos, opción preferencial de la acción de Jesús
El mundo de los enfermos aparece en los Evangelios como el campo privilegiado de la acción de Jesús. Este es el signo de Su acción liberadora y salvadora (Mateo 11,5; 12,28), pues la enfermedad es vivida en tiempos de Jesús como una experiencia de abandono y desamparo, de máxima pobreza, de la maldición divina y de la marginación social. Nuestro Señor se preocupa extraordinariamente por ellos y pasa sus días haciéndoles el bien, atendiendo sus necesidades. (Marcos. 1,41).
El mandato del Señor: Curad a los enfermos
Jesús muestra su preocupación por los enfermos y por los que sufren hasta sus últimos días en medio de sus discípulos. Y con el envío, una vez resucitado, de anunciar la Buena Nueva a la creación entera, les manda también poner las manos sobre los enfermos y sanarlos (Marcos. 16, 15. 18b). En el contexto de la atención a los enfermos, poner las manos, significa también que la Iglesia, en su continuación de la obra salvífica de Cristo, debe dirigir sus esfuerzos y acciones hacia nuestros hermanos enfermos.
Es así como en los días de la Iglesia hoy, es necesaria la creación de una Pastoral de la Salud, orgánica, que garantice la continuación de la misma obra que Nuestro Señor realiza por los enfermos. Con agentes de la Pastoral de la Salud podrá el Señor llegar a los que sufren y a los enfermos de nuestro departamento, en sus vicarias, decanatos y unidades pastorales, y así a cada familia del pueblo de Dios que peregrina en el Atlántico.
Pastoral de la Salud: Voluntad de Dios en la Arquidiócesis de Barranquilla
Por voluntad de Dios, en la Arquidiócesis de Barranquilla, existe la Pastoral de la Salud, cuyo delegado es el padre Atilio González, una Pastoral muy comprometida en la atención a los enfermos y a los que sufren. Esta pastoral hace presencia en todas las vicarias, decanatos y casi todas las unidades pastorales; sí casi todas. Por ello, invitamos a todo el que se sienta llamado por el Señor, a realizar este servicio de amor, acercándose a su párroco, para crear este comité o a vincularse a el mismo si ya existe en su unidad pastoral, y así, como Iglesia, continuemos con la obra de Nuestro Señor por los enfermos y los que sufren de nuestro departamento.
La Pastoral de la Salud: Arquidiócesis de Barranquilla
Delegado: Padre Atilio González, párroco de la unidad pastoral Sagrado Corazón de Jesús.
Consta de la siguiente organización a nivel de Vicarias:
1. Vicaria Espíritu Santo: Magaly Chavarro, coordinadora. Tel. 3553447
2. Vicaria Maria Reina: Betty Pérez, coordinadora. Cel. 3106045914
3. Vicaria Santísima Trinidad: Amanda Díaz, coordinadora. Cel. 3014335416
4. Vicaria Padre Misericordioso: Ramona Castro, coordinadora. Tel. 3636345
5. Vicaria San José: Adriana Cadena, coordinadora.
6. Vicaria Cristo Redentor. Rosmeri Rada, coordinadora. Cel. 3174590699
Promovemos, cuidamos, defendemos y celebramos la vida.
* Miembro de la Comisión Arquidiocesana de Pastoral de la Salud
1 comentario:
me llamo osiris martinez de la unidad pastoaral san martin de tours en carrizal y deseo saber las reuniones de la pastoarl de salud pue aca apenas las estamos organizando les agradezco que me colaboren mi correo es:
osirismarti@hotmail.com
celular 3002455061
Publicar un comentario